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Red Ale con notas de damasco de Guillermo Savoy

Ingredientes
-Bach de 200 litros-
Maltas

  • 20 kilos de pale
  • 10 kilos de pilsen
  • 1 kilo de cara pil 
  • 15 kilos de Red X
  • 3 kilos de Caramelo 60 
  • 1 kilo de Múnich

Lúpulos
  • 100 gramos de Apolo para Amargor
  • 100 gramos de Amarillo para Aroma (da nota a fruta de carozo) 
Levadura

  • 130 g de Safale 04 de Fermentis





Mild Ale


La Mild Ale, una cerveza de tradición inglesa que es considerado el estilo de cerveza más popular en aquel país, al menos durante muchos años así fue hasta que cayó en desgracia en el siglo pasado. De hecho es considerada como uno de los estilos británicos más antiguos, si no el que más.

Hay constancia de que este estilo ya existía desde 1700. Hay que tener en cuenta que hasta el siglo XV, la Ale y el Hidromiel eran las principales cervezas británicas, ambas elaboradas sin lúpulo. En Inglaterra existieron por lo tanto dos tipos bastante distintos de licor de malta, llamados “Beer” y “Ale”. La Beer se había elaborado por primera vez en el año 1500 cuando el lúpulo comenzó a importarse desde Holanda, Francia y Alemania, mientras que la Ale existía ya desde la época de los sajones.

Originalmente la Mild Ale era considerada como una cerveza suave de sesión, maltosa, con bajo amargor, poco alcohol y muy ligera. Podía haber diferentes versiones, y las hay, con colores más claros desde el ámbar hasta colores más oscuros, marrones o casi negros.


Las cervezas de sesión están vinculadas a los períodos de consumo de alcohol permitidos en Inglaterra que fueron impuestos a los trabajadores durante la Primera Guerra Mundial. Los trabajadores necesitaban una cerveza que se pudiera beber en un espacio máximo de 4 horas y que fuera lo suficientemente suave como para no tener problemas a la hora de volver a sus trabajos o para no ser arrestados por embriaguez o alteración del orden público. Este tipo de cervezas  fueron establecidas por el gobierno y las más habituales de la época solían ser las de barril, tanto Mild como Bitter, con un máximo de 4 grados de alcohol.

Como dato anecdótico comentar que en Bélgica también existió una cerveza similar, conocida como cerveza de mesa o tafelbier, una cerveza de no más de 1,5 grados de alcohol que tradicionalmente también era servida en los comedores escolares hasta la década de 1970 para deleite del alumnado.

El nombre de “Mild”, que traducido literalmente significa leve o templado, le fue atribuido por su bajo amargor en comparación con otro de los estilos ingleses más tradicionales que por aquel entonces inundaban los pubs, el estilo “Bitter”, cuya traducción literal es amargo.

«Mild» se usó también originalmente para designar cualquier cerveza que fuera joven, fresca o sin envejecer y que no se refiriera a un estilo específico de cerveza, a los que habían envejecido se los llamaba Keeping (Manteniendo) o Stale (Añejo). Por lo tanto, había Mild Ale pero también había Mild Porter e incluso Mild Bitter beer. Estas jóvenes cervezas a menudo se mezclaron con cerveza envejecida para mejorar su sabor. A medida que el s. XIX progresaba y el gusto del público se alejaba de los sabores envejecidos, la cerveza joven sin mezclar, principalmente en forma de Mild Ale o Light Bitter beer, comenzó a dominar el mercado.



Sus orígenes

El estilo Mild Ale se remonta a finales del s. XVIII y se originó principalmente para abastecer la demanda de la clase trabajadora industrial que estaba en pleno resurgimiento, tal y como hemos comentado anteriormente. Fue especialmente popular en una de las áreas industrializadas más famosas de Inglaterra, llamada Midlands, donde los trabajadores de las fábricas y los mineros del carbón buscaban saciar su sed tras un arduo día de trabajo.

Más tarde, en la década de 1950, la popularidad de este estilo empezó a decaer cuando el tejido industrial del país disminuyó drásticamente, y por tanto la demanda de este tipo de cerveza.

Otro de los culpables de este declive fueron los “publicanos”, recaudadores de impuestos con un gran monopolio sobre el dinero y el poder económico, quienes no veían con buenos ojos la buena fama de este estilo y llevaron a cabo una campaña de desprestigio obligando a verter en los barriles de cerveza los restos que se acumulaban en las bandejas de los tiradores, o bandejas de goteo, para aprovechar la cerveza que se quedaba en ellas y así obtener más beneficios, esto es conocido en la industria cervecera como “slops” (aguas sucias) y hasta la década de los 90 era algo que aún se hacía en algunos pubs.

La cosa empeoró aún más en la década de los 70, cuando las grandes fábricas introdujeron cerveza de barril filtrada, pasteurizada y sin dióxido de carbono añadido. El problema fue que a los publicanos les gustaba más esta cerveza porque tenía una vida útil más larga y no requería de tantos cuidados.

Después las lagers ligeras se afianzaron en el mercado y las Mild Ale se convirtieron en las cervezas que bebían los ancianos del lugar.

Mayo y la CAMRA

Como bien sabemos la cerveza se puede servir en varios formatos, desde botellas hasta los convencionales barriles metálicos, pero en su esplendor los pubs ingleses la servían como una cerveza acondicionada en barrica, conocida como Real Ale.

En 1971, la CAMRA, la Campaña por la Real Ale, se movilizó para traer de vuelta a los pubs ingleses las cervezas acondicionadas en barril que por aquel entonces estaban al borde de la extinción. La CAMRA promueve real ale de buena calidad, definida como «cerveza elaborada a partir de ingredientes tradicionales, madurada por fermentación secundaria en el recipiente desde el que se dispensa y servida sin el uso de dióxido de carbono externo», y el pub como punto de encuentro comunitario.


Cada año se lleva a cabo la campaña Mild in May, donde a través de la cual fomenta desde sus más de 200 sucursales (que se distribuyen en el Reino Unido) que al menos un pub de su zona almacene como mínimo una Mild durante ese mes. Con los años, más y más pubs han comenzado a participar en el Mild in May, pero algunos pubs en Inglaterra tienen éxito con la Mild durante todo el año.

Se podría decir que hay una tendencia general hacia la cerveza tradicional, elaborada a la antigua y como parte de eso la suavidad se está volviendo más popular. El futuro luce brillante a ambos lados del Atlántico. En la última década, y especialmente en los últimos años, realmente ha ganado fuerza con el público británico. En los Estados Unidos, un grupo de bloggers cerveceros organizó el primer Mild in May de E.E.U.U para mayo de 2015, con cuarenta y cinco cervecerías participantes en todo el país.

Como hemos dicho este es un estilo típicamente británico y ahora también con cierta aceptación en los Estados Unidos, aquí en España quizás no se vean tantas cervezas de este estilo aunque haberlas haylas, o las hubo, como por ejemplo la Populus Mild, la Yria / Vulturis London Mild o la Dark Mild The Big Advisor de los riojanos Rivvo de Ogga.

Si viajáis por Inglaterra y queréis beber un poco de su tradición cervecera ya sabéis lo que tenéis que pedir, una buena pinta de Mild Ale, y si puede ser directamente de barril o cask, mejor que mejor.






Weizen vs. Witbier

Las cebada (malteada) es sin duda es el cereal por excelencia en la industria cervecera mundial. Sin embargo otros cereales también pueden ser utilizados para la fabricación de cerveza como por ejemplo el trigo, la avena o el centeno. El trigo concretamente también es ampliamente usado por las cerveceras para la elaboración de diferentes estilos. En la inmensa mayoría de los casos, no es usado en solitario, sino en una proporción variable, formando parte de una mezcla con la malta de cebada.

Las cervezas de trigo que el consumidor puede encontrar en la actualidad, se pueden agrupar en dos grandes familias o estilos, las cervezas de trigo de estilo alemán (o bávaro) y las cervezas de trigo de estilo belga. En ambos casos las cervezas de trigo, a pesar de las diferencias existentes entre ambas familias, están dotadas de una serie de características sensoriales comunes, como por ejemplo un mayor cuerpo, un carácter afrutado, espuma abundante, gracias a la proteína vegetal que contiene el grano de trigo, y un componente moderado de acidez.

Las cervezas de trigo en Alemania se denominan de forma genérica Weizen (trigo en alemán), o Weiss (blanca en alemán) en el caso de que contengan sedimento, debido al aspecto turbio y pálido que tienen por lo general este tipo de cervezas. En realidad ambos términos lingüísticos son usados casi por igual, como si se tratase de sinónimos, muy especialmente en el sur de Alemania, y más concretamente en Baviera, hasta tal punto, que las Weizen en general es considerado como un estilo genuinamente bávaro. De hecho, la mayor parte de las cervezas de este estilo proceden de Baviera, aunque proliferan también diferentes fabricantes por todo el país, y también fuera de Alemania. En algunas ocasiones, se indica en las etiquetas de las cervezas de trigo germanas el término “Hefe”, que quiere decir levadura en alemán, especificando que se trata de una cerveza con poso de levadura en el interior. Por el contrario aquellas que pasan por un proceso de filtrado reciben el nombre de “Kristall”, en obvia alusión a su apariencia dotada de mayor transparencia, lo que a la postre también afecta a las sensaciones proporcionadas en gusto y aroma. De acuerdo a la Ley de la Pureza Bávara, las cervezas de trigo deben contener un mínimo del 50% de trigo malteado, aunque en algunos casos se llega hasta el 70%.

Las Weizen se caracterizan por ser cervezas de alta fermentación, que además están sometidas a una segunda fermentación en botella. No suelen estar filtradas, lo que requiere especial pericia por parte del fabricante, para mantener los niveles adecuados de levadura activa y azúcares fermentables en el interior de la botella, para que se lleve a cabo la fermentación secundaria. La levadura es la clave en este tipo de cervezas para lograr el carácter genuino de las cervezas de trigo, ya que es la responsable de las principales características distinguibles del estilo: El carácter afrutado, con notas de plátano, de variable intensidad, obtenido a partir de los ésteres generados durante el proceso de fermentación. Y las notas especiadas a clavo, como consecuencia de los fenoles, también generados en el mismo proceso. Otras características propias del estilo son las notas a pan, un nivel muy bajo de amargor, una moderada acidez con un componente afrutado o cítrico que recuerda a la manzana verde o al limón, y sequedad al final del trago, lo que la convierte al igual que otras alternativas de cerveza sabor limón en una cerveza refrescante, especialmente recomendable para la temporada estival. Son servidas a temperaturas frescas, entre 5ºC y 7ºC en la tradicional copa alargada de forma aflautada, especialmente concebida para el consumo de las cervezas de trigo, que potencia la formación de la espuma, y la percepción de los aromas característicos de las Weizen.

Dentro de la familia de las Weizen, existen también algunas variaciones que dan lugar a diferentes sub-estilos, bien en función del color de las maltas empleadas (Dunkelweizen) o de su densidad y contenido alcohólico (Weizenbock).

Las cervezas de trigo comenzaron a trabajarse como estilo en la región centroeuropea de Bohemia (actual Rep. Checa), extendiéndose a la vecina Baviera, y más en concreto a la ciudad de Múnich y sus alrededores. Las regiones situadas al este y al norte de la capital bávara, representan la esencia del estilo en la actualidad. De hecho, en el noroeste de Múnich, en la localidad de Frising se encuentra ubicada la fábrica de cerveza que presume de ser la más antigua del mundo (en funcionamiento desde el siglo VIII) y toda una institución en el sector cervecero: Weihenstephan. Sus prestigiosas cervezas de trigo marcan el paradigma del estilo. Durante siglos el derecho de producción de cervezas de trigo estuvo reservado a los cerveceros de la realeza, tras la apropiación de este derecho por parte de la familia real Bávara, los Wittelsbach, en el siglo XVI. A partir del siglo XIX la familia real de Baviera fue cediendo sus derechos de forma progresiva hasta que llegaron a ser controlados por el estado en el siglo XX. Después de una época de decadencia, goza de una gran popularidad entre el público alemán, y también entre el consumidor foráneo, desde hace algunas décadas, y es uno de los estilos más trabajados por la industria cervecera alemana, de modo que un gran número de las cerveceras en funcionamiento en el país, mantienen un representante del estilo en sus catálogos.

En Bélgica, las cervezas elaboradas con trigo son conocidas tradicionalmente, como cervezas blancas. Mientras que en Valonia, al sur del país, se utiliza el término francés “bière blanche”, en Flandes al norte, es usado el término neerlandés “witbier” para referirse al mismo tipo de cervezas. La razón de esta denominación se debe a la palidez del color que presentan estas cervezas, junto con un cierto grado de turbiedad, debido a la levadura en suspensión y a la proteína del trigo, que las dota de un tono amarillento muy pálido cercano al blanco, especialmente cuando son servidas frías, como requiere el estilo. En la tradición belga, el trigo empleado para la elaboración de estas cervezas, es usado “en crudo”, es decir, que no se encuentra malteado. Este aspecto incide directamente en un cuerpo más robusto y un mayor sabor a grano en este estilo de cervezas que en el caso de sus parientes cercanas, las cervezas de trigo bávaras. De hecho, cerca de un 50% del cereal usado es trigo no malteado, mientras que el resto de la mezcla suele ser cebada malteada, y en ocasiones una pequeña proporción de avena. Otra característica de estas cervezas es que se encuentran aromatizadas con piel de naranja amarga (tradicionalmente naranja de Curaçao, antigua colonia Holandesa en las Antillas), y semillas de cilantro, principalmente entre otras especias (como por ejemplo, pimienta de Guinea, canela o comino), aparte del lúpulo, lo que ayuda intensificar el carácter cítrico de la naranja, y la acidez y la sequedad final propia del trigo. Las cervezas de trigo belgas destacan por tanto, por un carácter ligero y refrescante. Son servidas a bajas temperaturas (entre 5ºC y 7ºC) de forma tradicional en el clásico vaso de tipo “tumbler”, cuyo ejemplo más evidente es el de la cerveza Hoegaarden, y que recuerda por su aspecto al de un tarro de mermelada, por inspirarse precisamente en el formato original en el que fue distribuida de forma local en sus comienzos, usando tarros de mermelada.

El origen de este estilo tiene su origen en las regiones belgas de Brabante y Lovaina hacia el este de Bruselas, como consecuencia lógica de la abundancia de campos sembrados de cereal, en especial de trigo, que salpican el paisaje de esta zona del país. La tradición cervecera de esta región se remonta a varios siglos atrás. Ya en el siglo XVI, la localidad de Hoegaarden, que da nombre a una de los principales exponentes de este tipo de cervezas, poseía su propio gremio de cerveceros. Los antiguos maestros elaboradores por lógica usaron el trigo autóctono tan abundante de la región, y más adelante comenzaron a usar otra serie de ingredientes más exóticos, gracias a las numerosas colonias existentes bajo dominio de los Países Bajos y a su potencial comercial y marítimo durante los siglos XVII, XVIII y XIX.

En el siglo XIX, sólo en Hoegaarden, había varias decenas de cerveceras especializadas en la producción de cerveza blanca. Sin embargo, tras las Guerras Mundiales que castigaron especialmente a Bélgica, y la paulatina decadencia de los estilos clásicos locales, se paralizó la fabricación de este tipo de cerveza hasta tal punto que casi provoca la desaparición del estilo. Sin embargo, en 1965, Pierre Celis, natural de Hoegaarden, y lechero de profesión, decidió impulsar la recuperación del estilo, tras haber colaborado con la última fábrica superviviente en la localidad. Gracias a la compra del material de segunda mano procedente de las fábricas que cerraron, fundó la cervecera De Kluis (“la bóveda”, en flamenco), responsable de la más conocida representante del estilo, la Hoegaarden, comercializada hoy en día a nivel mundial.





Uso de frutas para saborizar la cerveza


Por Cervecero Artesanal.

Que frutas se utilizan y cómo prepararlas.
Las frutas mas usadas son: frutillas, frambuesas, cerezas

  1.  Toda fruta trae consigo en el mejor caso asociadas levaduras salvajes que serán las encargadas de, llegado el caso, degradar a esa fruta. Si el estado de la fruta no es el óptimo, también puede tener asociadas bacterias del tipo acetobacter.
  2. La primer tarea antes de agregar esa fruta a nuestra cerveza debe ser la de eliminar o minimizar la presencia de estos microorganismos en la fruta.
  3. Lo aquí escrito es también válido para el uso de miel.
  4. Tanto la miel como la fruta a agregar se agregan en el tanque de maduración y suficientemente tarde para que ya no haya levaduras capaces de fermentar los azucares de la fruta. Esto es así si lo que se quiere es que la miel o la fruta se manifiesten con toda su presencia y sabor, de otra forma tendríamos un nuevo proceso fermentativo que en el caso de haber embotellado la cerveza puede llevar a estallido de la misma si no se tiene en cuenta claramente el aporte de azucares de la fruta/miel.

Pero ¿Como se sanitiza la fruta?

Frutillas, frambuesas, cerezas:

  • Eliminar toda fruta dañada, usar frutas en perfecto estado.
  • Lavarlas a fondo una por una eliminando toda presencia de partes verdes (presencia de clorofila que aporta malos sabores).
  • Tener una olla con agua hirviendo y en ella BLANQUEAR la fruta. Blanquear significa sumergir la misma en agua hirviendo por no mas de uno o dos minutos, de forma de eliminar los microorganismos que pueden estar en superficie.
  • En una superficie PERFECTAMENTE sanitizada, con las manos sanitizadas, cuchillo sanitizado, cortar la fruta en cuartos, cubitos.
  • Colocar la fruta asi cortada colocarla en una bolsa sanitizada (de la del tipo para dry hopping) y sumergir en el tanque de maduración, clarificado. El tiempo mínimo a dejar es de 2 a 3 semanas, como si hiciéramos una infusión en alcohol para hacer licor o un dry hopping.
  • El tanque deberia tener un airlock casi seguro comienza a fermentar con levaduras presentes por los azucares que tiene la fruta.

“Un metodo propuesto por un cervecero en el pasado fue el de sanitizado usando es el mismo que se usa en la elaboracion de vinos, y es el uso de metabisulfito de potasio. – Pero bueno, esto da como resultado que parte del metabisulfito pase a nuestra cerveza con no se que resultado. – ”
Yo no lo usaría.

¿Porqué no licuar la fruta y hervirla directamente para sanitizarla?

  • Licuado
    Si licuamos generaremos particulas dificiles de eliminar luego de la cerveza, excepto que querramos tener como virtud que una cerveza saborizada deba ser turbia.
  • Licuado y hervido o cocinado
    Cocinando la fruta licuada estaremos cambiando las propiedades organolepticas de la fruta, no es lo mismo que una fruta cruda, tambien estaremos liberando coloides de la misma que ayudaran a enturbiar la misma, por hervor o coccion eliminaremos tambien aromas que buscamos aportar a la cerveza.

Con la fruta en pedazos podemos retirarla luego del tanque de maduracion.
Otra a probar es lavar, cortar la fruta y recien luego blanquearla.

Frutas que se usan:

  • Manzana y citricos: Son ricas en peptinas que aportan muchas turbidez. Además la acidez de esas frutas no se llevan bien con la cerveza.
  • Duraznos y ciruelas: Basicamente hay que pensar si la acidez o sabor de esa fruta se llevara bien con la birrita. Yo haria una prueba piloto con uno o dos litros de cerveza antes de tener que tirar un Batch completo antes de usar frutas no tradicionales.

¿Qué cantidad usar por litro de birra?

Yo comenzaría usando poco y probaría, aumentando en futuras cocciones. Para mi una proporción de inicio puede ser por ejemplo de 1 Kg de fruta para 20 litros o quizas menos.

Mi prueba con la frambuesa en 20 litros de cerveza negra 1 kilo de fruta, me quede corto porque apenas se sentia el sabor.

Experiencia con durazno:

Empecé con la producción de una dorada pampeana (DI=1050 – Saborizada: DF=1010) con 5 kg de malta pálida común y 24 gr de lúpulo cascade el bolsón. Infusión simple a 67ºC durante 90 minutos (terminó en 65 ºC). Luego de hervir 60´ salieron 22 lts de cerveza a fermentar. El lúpulo agregué 16 gr al romper el hervor y 8 gr faltando 2´ para terminar la hora. Luego (previo paso por el contracorriente) llené con 13 lts de cerveza un bidón de 20 lts de capacidad y los 9 lts de cerveza restantes los puse en otro bidón también de 20 lts de capacidad. Los agité y agregué levadura Nottingham en el de 13 lts.

En el bidón de 9 lts decidí usar levadura windsor porque en la descripción del producto dice que deja sabores frutados y tiene atenuación media o baja que, calculo yo, venía bien por el tema de los distintos tipos de azúcares que tendría luego de agregar los duraznos. En el bidón de la rubia común le puse 8 gr de azúcar por litro. En el otro puse 6.5 gr de azúcar porque depués agregaría más azucares aportados por los duraznos.

Dejé ambos bidones en fermentación primaria una semana. Leí en alguna página web que cuando agregaron la fruta en primaria el CO2 liberado expulsa muchos de los sabores y aromas de la fruta empleada…Así fue que me decidí a volcar la fruta en mi fermentación secundaria. Además el riesgo de contaminación (si los duraznos estan contaminados) se reduce al existir para ese momento alcohol y tener un pH más bajo.

Para volcar esos duraznos antes debía desinfectarlos. Leí en un mail cuando saborizó hirvió la fruta y luego la lavó con solución 70% alcohol y dice que se le pudrió todo y tuvo que tirar su producción (a mi me paso con una cerveza de frambuesa que hice y que muchos fueron testigos del efecto, parecía champagne de frambueza podrido, el chorro de la “cerveza” cuando se abría la botella llegaba a varios metros, creo que Walter es testigo de eso). Lo solucioné comprando duraznos en lata. Calculé que esos envasados de marcas comerciales NO deberían estar contaminados. Además te ahorrás el trabajo de pelado y descarozado… JE! La cuestión es que compré 2 latas de 820 gr (peso neto escurrido 500 gr). O sea: proporción de duraznos 1 kg para 9 lts de cerveza final.

Para agregarlo saniticé mesa, cuchillo, lata y bolsa tipo ziplock con alcohol 70. Escurrí el jugo y puse en la bolsa el kg de duraznos. Luego cerré el cierre zip e hice papilla de fruta apretando con las manos la bolsa contra la mesa. Dejé el durazno en la bolsa cerrada hasta que lo usé.
Cuando pasó la primer semana saniticé el botellón secundario, luego volqué la papilla de duraznos y sobre esto pasé con sifón la cerveza desde el botellón de fermentación primaria. Agregue también un sobre de gelatina sin sabor.

Clarificó durante 15 días. En la fermentación primaria largo CO2 a lo loco. En la secundaria no vi ni una sola burbuja. Envasé.

Comentarios finales:

  • El durazno en esa proporción alcanza para que tenga presencia en el sabor, pero tal vez (ahora que probé) le hubiera agregado una lata más.
  • A mi personalmente el sabor no me convenció (aclaro que no se pudrió ni nada).
  • No hagan la estupidez esa de hacer papilla con la fruta. Si habré puteado cuando hacía sifón que el guacho se tapo como 4 veces.

Esto por no cortar en cubitos o pedazos más grandes.

  •  Con esa proporción de azúcar no se me reventó ningún porrón y tengo buena espuma.
  • Alcohol: 5.25 %





Dry Hopping

Recopilación hecha por Pablo Ferrari (alias COD Edersa) del aporte de Javier Dicosimo y Walter Vogrig a la lista de correo del grupo de Google Cervezapropia

(Se modificaron levemente los textos solo a fin de ordenarlos como artículo explicativo)

Vamos por partes:
Se hace para darle aroma a lúpulo a la cerveza, con lúpulos de bajo porcentaje de alfa ácidos. Es decir que este sistema no le va a dar IBUs (amargor) a tu cerveza porque los lùpulos largan los alfa ácidos sólo en el hervor. Y esta técnica se usa una vez ya cocinada la cerveza.

Ahora vamos al momento en que se hace. Una vez que la cerveza ya tuvo su primera semana de fermentación, hacés el trasvase de clarificación / maduración. En el contenedor que vayas a madurar / clarificar la cerveza ponés lúpulo a razón de 1 gramo por litro, esto es aproximado puede ser menos o un poco más inclusive (1gr x L es bastante).

Lo ponés de la siguiente manera: hacés una especie de saquito de té, como ya te explicaron en otro mail, con un pedazo de liencillo o tela tipo red, que no deje salir el lúpulo, pero que a su vez deje que tome total contacto con el líquido. En mi caso mi vieja lo cose casi herméticamente y lo hago con liencillo que previamente pasé por agua diluida con alcohol (para prevenir contaminaciones que en este momento están a la orden del día).

En la pinturerías venden unas bolsitas para colar la pintura y son bastantes económicas, las empapas con alcohol al 70% y luego metes el lúpulo necesario y cerras con un hilo de coser.

Si no lo haces así tendrás que pensar en un filtro para poner en la punta del cañito o manguerita por donde sacas la birra del madurador, para embotellar o meter en corni.

A esa bolsita la tirás dentro del fermentador / madurador vacío y esterilizado como corresponde, y una vez hecho esto comenzás el trasvase desde el fermentador, cayendo la cerveza sobre esa bolsita que luego permanecerá flotando.

La cerveza quedará allí madurando / clarificando al menos un par de semanas hasta el momento que embotelles. El contacto con el lúpulo durante este período irá aromatizando la cerveza sin agregarle IBUs.

Una vez que quede vaciado el madurador, cuando hayas embotellado o encornichado, sacás con facilidad la bolsita que contiene el lúpulo y éste, obviamente, ya no servirá. Pero morirá cumpliendo su función de haber aromatizado la cerveza.

Seguramente que otros master grossos de la lista te darán otras indicaciones. Pero esto que te sugiero no es inventado, porque ya previamente me lo dijeron precisamente estos tipos de los que te hablo.
A este sistema lo estuve usando con las IPAs que hice para el concurso. Usá el lùpulo con más alfa ácido para el amargor durante el hervor (en el caso de las IPAs yo usé Kent Golding y Fuggles), y dejá a los más livianitos para el dry hopping.

¡Suerte y espero que te salga todo bien!





Hombre con una pinta, 1932 (Frederick William Elwell)

Frederick William Elwell (pintor británico) 1870
Hombre con una pinta, 1932
Óleo sobre lienzo
96 x 69 cm. (37.8 x 27.16 cm. Es hora de conseguir
Galería de arte Grundy, Reino Unido
© foto galería de arte grundy

Elwell estudió arte en París, conforme a muchos contemporáneos británicos como la Newlyn School. La luz cálida y dapada que ilumina el primer nacido revela su respuesta personal a un aspecto del impresionismo francés. En general, sin embargo, su estilo realista y técnicamente hábil permaneció constante a lo largo de su carrera, durante el cual expuso regularmente en la Royal Academy. De muchas maneras su trabajo continúa el realismo e idealización típicas de la pintura narrativa tardía victoriana.





Weissber, cerveza de trigo

Ingredientes
Maltas
  • Trigo, 2 kilos
  • Pilsen 1,5 kilos
  • Carahell, 500 gramos
  • Munich 500 gramos
  • Avena 500 gramos
Macerado
  • 65 ºC por 60 minutos
  • 75 ºC por 10 minutos
Lavado y Recirculado
  • Recirculado, 20 minutos
  • Lavado, 20 minutos
  • Temperatura, 75 ºC
Hervido
  • 60 minutos
IBU: 30
Lúpulos y Adición
  • Hallertauer, minuto 60, 15 gramos
  • Hallertauer, minuto 30, 15 gramos
  • Hallertauer, minuto 5, 15 gramos
Clarificante
  • Irish moss, minuto 15, 5 gramos
Levadura
  • SafBrew WB-06 (o bien,  Weihenstephan Weizen Wyeast Labs # 3068)
Gravedad Original:1032





Bors

Ingredientes
-2 o 3 porciones-
  • 1 a 1.5 litros
  • 200-250 gramos de salvado de trigo
  • 40-50 gramos de harina blanca
  • 75-80 gramos de harina de maíz
  • hojas de cerezo y ramitas
  • 2-3 litros de agua caliente
Preparación
  1. Ponga de 2 a 3 litros de agua sobre el fuego, no debe hervirse, debe estar caliente.
  2. En un recipiente grande coloque un iniiciador anterior y si no posee restos de un lote preparado con anterioridad debera hacerlo y cultivarlas levaduras con el salvado y las harinas en agua caliente, este proceso sera algo mas lento. Algunos dicen que una rebanada de pan negro colocada sobre el salvado mezclado con harina puede ayudar a crecer y formar el fermeto.
  3. Se colocan harina blanca, harina de maíz y hojas / ramitas de cereza las harinas. 
  4. Mezcle estos ingredientes ligeramente y coloque dos o tres cuchillas debajo del frasco.
  5. Vierte agua caliente en un frasco y mezcle bien los ingredientes. 
  6. Deje descansar y luego mezcle una y otra vez, de vez en cuando. Verá que el bors comienza a despejarse, pero aún no estara agrio. Dejelo hasta el día siguiente (al menos 24 horas) en sitio calido (alrededor de 25 grados). Si es invierno y hace frío en la casa, es aconsejable envolver el frasco con toallas o una manta para mantener el calor por más tiempo.
  7. Al día siguiente, después de haber mezclado el contenido del frasco dos o tres veces, deje que se despeje, luego retíre el bors con una manguera, o simplemente drene fuera del frasco hacia otro recipient colando el liquido, evitando las harinas.
  8. Deje reposar (al principio estará turbio), luego cuélelo y úselo, o póngalo en el refrigerador en una botella, hasta que lo necesite. Desde esta primera entrega, como dice la tradición, no tiene que dar a alguien fuera de la casa.
    No deje que el ors este por mas de un dia o dos e nel frasco porque se acidificara.
  9. Sobre los restos en el frasco, volverá a verter agua caliente y procederá de la misma forma, unas dos o tres veces. Notarás que la bursa será cada vez menos agria. Si la el ambiente es muy caluroso, el bors en su primera preparacion puede estar muy agrio. En este caso, colocará menos en el caldo o lo combinará con las proximas preparaciones de bors
  10. Para conservar el bors guardelo en el refrigerador y, para mantener vivo el fermento utilizado, debera colocarlo en un recipiente hermético, en el refrigerador y cuando desee hacer mas bursa, procederá exactamente como al principio.





El Bors

La bursa es una maravilla de Europa del Este (Rumania, Ucrania, Rusia, Polonia, etc.), como tantas otras, que tiene la suerte de llamar su atención y apreciación. Tal vez porque los merecen por completo. En Rumania, es muy conocido y respetado en Moldavia; en Transilvania, Dobrogea, Muntenia y Oltenia se usa menos (en el norte de Oltenia tiene incluso connotaciones cuestionables). Bajo el nombre de bors, los rumanos entienden el producto en sí, así como las preparaciones en las que se colocan los bors, respectivamente los guisantes, con o sin carne, que se agregan con bors, genéricamente llamados "bors".

Es un líquido amarillo pálido, agrio, extraído sin prisa de una mezcla fermentada de productos naturales: salvado de trigo (o centeno), harina de maíz, levadura (-drojdie/yeast-, o avena -huste/oats-, como se llaman los restos y depósitos de un bors anterior). , una ramita con una hoja de cerezo (aquellos que no tienen una cereza pueden reemplazarlas con una o dos hojas de laurel en una receta de cinco litros), una miga de leucina y agua. Algunos usan el pan negro seco como ingrediente y hace cien años, al igual que los chefs de algunos excelentes restaurantes y aquellos que pertenecen a la categoría de conocedores. En algunas áreas, agregue el perejil, el apio, el eneldo y el ajo, pero solo el último día del proceso de preparación. Para el borscht ucraniano, por ejemplo, agregue rodajas de remolacha roja, para obtener un hermoso color rosa-rubí. Hay numerosas recetas de tocino disponibles para aquellos que estén interesados, que sepan qué es la bursa o que la descubrieron y descubrieron más tarde, ya sea migrando a las áreas donde se usa este producto o por curiosidad por conocer este elogiado artículo. Bursa siempre se ha encontrado a la venta en mercados precoces a través de los mercados de las ciudades o en un "barrio" vecino. En el mercado actual, innumerables productores muestran los bors, que elogian sus bors naturales, solo que los conocedores experimentan la decepción de comprar un producto que está lejos de los bors que preparó su abuela.

¿Cómo preparar en el pasado, y aún poder preparar, la granja?

Aunque con muchas diferencias entre ellas, todas las recetas de borscht tienen algo en común: los ingredientes se humedecen con agua tibia, se permite que comience la fermentación, gracias a las levaduras agregadas o tomadas de los anfitriones tomadas por un vecino con una "buena mano". o guardado al refrigerador desde el último lote de tocino preparado en la casa, luego "llene" la bolsa, es decir, agregue agua caliente / caliente, cubra no herméticamente el recipiente, "envuelva" suavemente con una sábana u otro producto textil más grande y limpio, que es bueno usar solo para este propósito, luego el recipiente con este contenido se mantiene a la temperatura correcta (22-30 grados Celsius), constante, durante 1-2-3 días, hasta que se complete la fermentación y la bolsa se incrementa según lo deseado. En muchas recetas, los anacardos se agregan con agua de llenado caliente. El plato puede estar hecho de chapa esmaltada, madera (un poco de borscht), vidrio, cerámica o incluso plásticos, pero no metal aparente, es decir, acero inoxidable, hierro fundido, latón, cobre. u otro metal. En la olla, mezcle una o dos veces al día con una cuchara de madera. Después de afilar y limpiar la bolsa, la parte líquida se pasa a través de un filtro, que puede estar doblado, en botellas de menor volumen y se enfría. Últimamente, se han utilizado botellas de plástico que permiten el cierre sin aire, según sea necesario para el almacenamiento adecuado del precio del líquido. El material precioso, llamado huste, se ofrece a cualquier vecino, una parte se guarda en el frasco de vidrio en el refrigerador, el resto puede usarse con fines cosméticos o tratarse como un desecho doméstico.

¿Por qué es tan elogiada?

Tiene solo 7,7 kcal por 100 ml, lo que aumenta el interés de quienes luchan con la obesidad. La bursa contiene enzimas poderosas, capaces de regular tantos desequilibrios en el cuerpo del hombre moderno, especialmente si la bursa no se trata térmicamente, y más aún si está acompañada de miel verdadera, como lo hacen los padres de los niños para asegurar su Poca inmunidad y crecimiento saludable. Numerosas vitaminas, incluidas las vitaminas C, D y el complejo B necesarias, útiles tanto para niños como para adultos, se agregan al contenido de la bolsa; Es muy importante la presencia de vitamina H o B7, también llamada biotina, que ayuda al cuerpo a controlar el metabolismo de las proteínas, las grasas y especialmente el colesterol. Contiene minerales fácilmente asimilables, como calcio, fósforo y magnesio, así como una lista de oligoelementos, como níquel, cobre, selenio, cromo y oro, y facilita su asimilación.

Usos

El uso más conocido de borsch es su adición en caldos, para conferir el sabor único de agrio agrio, también beneficioso en climas fríos, en el caso de topetones de carne, como en climas cálidos, en el caso de bollos de verduras. También se usa en la preparación de masa, o en combinaciones con uso especial en la cocina.

Los consumidores contemporáneos han descubierto y están convencidos de los muchos usos para corregir la salud, prevenir desequilibrios o fortalecer ciertas funciones del cuerpo. La larga lista de enfermedades y deficiencias de la salud humana se puede tratar con bors: anemia, asma, bronquitis, niveles elevados de azúcar en la sangre, sinusitis, enfermedades hepáticas, pulmonares y cardíacas, pero también gota, artritis y diversas enfermedades reumáticas, incluso tuvo un resfriado e incluso curado bebiendo diariamente, en curas que duran 10-20 días, una taza de borsch antes de las comidas del día. Los que padecen cansancio crónico, los que padecen enfermedades nerviosas, los que padecen enfermedades endocrinas o indigestión y los que padecen inomnio pueden disfrutar de la acción del maravilloso soltero. Hizo hincapié en la acción energética de la beca de acelerar los períodos de convalecencia y la ayuda brindada a quienes realizan un esfuerzo físico o intelectual. Su acción purificadora lo hace invaluable en los cinturones de primavera y otoño para la regeneración de sangre, tonificación y fortificación de organismos debilitados. El bors se ha vuelto cada vez más apreciada por la generación más joven y las mujeres en general por su propiedad de prevenir la acumulación de grasa en los tejidos, y los consumidores han notado que el lavado con piel de piel de borrego mejora la finura y frescura de la cara y la piel en general. Por último, pero no menos importante, las personas que han abusado del alcohol pueden deshacerse rápidamente de todas las manifestaciones específicas al consumir al menos un litro de bors, una acción que aún no tiene explicaciones científicas claras, pero que convence a las difíciles. De un caso a otro, a el bors también se le deben agregar otros ingredientes para el consumo: un poco de mildiu polvoriento - para el sufrimiento del hígado y la fiebre, un poco de miel - para los enfermos de pulmones, etc. Un refresco muy apreciado por los niños, y muy beneficioso para su desarrollo, es el bors de miel.

Bors es un producto cultural con estatus

En la cultura popular, el borsch tiene un estado de bebida mágica, capaz de eliminar los peligros de la casa; se convirtió en un bien muy respetada en las casas, con él lavó todos los vasos de ayuno que luego fueron bendecidos por el sacerdote, el ritual se observó estrictamente en el norte de Moldavia, en el mes de Spolocaniei (el primer día de la Gran Cuaresma). Se creía que la beca cura a los desplazados, a los niños que lloran, pero también a los adultos demasiado lentos en el trabajo y en la mesa. El buen borsch no podía ser hecho por cualquiera, y la calidad de una mujer era juzgada, en el mundo de los hombres, por la bondad de los bors que hacian; en Oltenia, era la creencia de que una buen bors sólo puede hacerlo gente trabajadora y rápida, así como las "mujeres masculinas"
Incluso los días en que se preparaba borsno fueron casuales: dependiendo del área, se observaron los días reales (lunes, miércoles, jueves o lunes, jueves, sábado o martes y jueves), con explicaciones claras e inexpugnables sobre los riesgos. violación de las reglas. Hábitos interesantes relacionados con el bors se han registrado en la literatura antropológica.
En Moldavia, como en Transilvania, donde los niños fueron jalados por el cabello o por las orejas de la ama de casa que había hecho bors, a veces acompañada por el dicho "¡Amargo! ", Era la creencia de que el estado desagradable del niño aseguraba acidificación Bors. En Transilvania, la ama de casa que preparaba bors se tiraba el pelo y solia decur: "¡Amarga!" "¡Amargo eres!". 
En otra parte, la ama de casa después de tirar de las orejas de cualquier mujer, si esta fuera una vecina, corria inmediatamente para soplar el bors para que no se agrie demasiado y la otra mujer corre para salvar el suyo.
En ese momento, un dicho permaneció consagrado hasta el día de hoy ("este vecino viene a nosotros, solo para soplarnos en el trasero ..."), con el sentido de visita que comenzó desde la envidia.

09/07/2015
univ. prof. Dr. Ion Schileru,
Business Department, Consumer Sciences and Quality Management
ASE Bucharest




No-Chill (otra forma de hacer cerveza)

Cualquier cervecero en algún momento de su inmersión en esta afición de aprendizaje constante ha querido optimizar los recursos económicos y materiales, comprar mejores maltas, lúpulo de calidad y a un precio razonable, un molino que afine su molienda y reduzca el tiempo, etc...,
En este articulo vamos a exponer una forma de optimizar un recurso vital para el proceso cervecero, hablamos del agua, estamos acostumbrados a pensar en el agua como el medio que hace del grano mosto, pero también la usamos para limpiar, enfriar, volver a limpiar, y limpiar otra vez, particularmente nunca he hecho la cuenta pero se guarda la relación de 7 litros de agua consumida por cada litro de cerveza, entonces nuestro deber moral es hacer cerveza a nivel casero de una forma cada vez más sostenible o cuanto menos racionalizando el agua, y eso se plantea aquí, básicamente ahorrarnos el agua de enfriamiento, lo cual dependiendo de la temperatura del agua podemos gastar entre 40 y 60 litros para una receta de 20 litros de mosto, sabemos que esto no es tirarla al desagüe, el enfriamiento del mosto es vital antes de inocular la levadura pero aquí planteamos otra forma de enfriar el caldo que supondría el ahorro de esos 40 / 60 litros de agua.

Materiales

Independientemente del tipo de olla que se posea es fundamental pensar en la forma de sacar el liquido ya que como explicaremos mas adelante es fundamental no oxigenar en ningún momento el mosto, así pues la forma de extraerlo no debe generar chapoteos, por un lado por la oxigenación y por otro lado por nuestra propia seguridad ya que este proceso se realiza con el mosto a alta temperatura, yo aconsejo una olla con una salida en la art2parte inferior con una llave de paso, que posea un filtro anterior para que no se obstruya con lupulo o aditivos y conducir la salida de la llave hacia abajo donde conectar una manguera de resistencia térmica como pueden ser las mangueras de silicona, algo también muy importante a tener en cuenta es el recipiente donde vamos a dejar enfriar el mosto o deposito de enfriamiento natural de ahora en adelante DEN, que debe ser igualmente resistente a la temperatura, de cierre hermético y relativamente flexible para poder al final del trasvase vaciar el aire restante.

Tiempo de hervido y lúpulo

Este punto es de vital importancia, ya que este método podría hacer variar los IBUs finales, hay quien recomienda variar los minutos en los que se añaden los lúpulos con sus diferentes finalidades añadiéndolo para amargor entre 40 o 50 minutos del final, sabor entre 5 o 15 y aroma a 0 minutos o en el DEN, particularmente yo uso el sistema tradicional de adicción del lúpulo y no he notado amargores distintos (usando lúpulo en flor) aunque no es baladí la idea de probar esta otra forma de añadir los lúpulos si se busca una mayor potencia del aroma y el sabor o si se van a usar pellets, por otro lado sería a tener en cuenta alargar la cocción a 90 minutos para la eliminación del dms (dimetil sulfuro), por tanto el diseño de la receta también debe abarcar este aspecto, especialmente si usamos una carga importante de maltas poco modificadas como la pils.

Dms (Dimetil sulfuro).

Es un compuesto azufrado que se produce en todas la etapas de la elaboración de la cerveza.
Materias primas de baja calidad, por ejemplo granos mal malteados, y un mosto pobre en nutrientes provocan la formación de estos componentes, pero podemos controlar la expulsión que normalmente se efectúa en el hervido vigoroso, levantando la tapa de la olla cada poco tiempo y en una fermentación también vigorosa que conseguiremos con una buena oxigenación previa a la inoculación de la levadura, en la etapa del enfriado (que pretendemos saltarnos, al menos como lo conocíamos hasta ahora) el dms se vuelve a formar aunque a niveles bajos, con el método no-chill corremos es riesgo de una mayor   formación por extender en el tiempo el tramite del enfriamiento, por eso es necesario estar bien pendientes de la calidad de las maltas que usamos, aumentar el tiempo de hervido a unos 90 minutos y oxigenar concienzudamente al “pitchear” la levadura.

Limpieza

La limpieza es un aspecto como siempre fundamental para nosotros los cerveceros, podría caber el pensamiento ingenuo de: “como trasvaso el mosto casi hirviendo, el DEN debe quedar esterilizado” y esto sería un grave error pues hay esporas que sobreviven incluso al hervido o bacterias que mueren a temperaturas cercanas al hervido del agua y como nos podemos imaginar nuestro mosto se encontrara por debajo de sutemperatura de hervido* termino que extenderemos más adelante, centrándonos en la limpieza lo mejor sería tener el DEN siempre desinfectado con un poco de hipoclorito o lejía dentro y el día de la utilización enjuagar al máximo y después un poco de chemipro o algún peroxido.
Como comentaba antes hay esporas que sobreviven al hervido y a pesar de que la contaminación de nuestro mosto llevando unas estrictas normas de limpieza en el DEN y el los instrumentos de trasvase no debemos preocuparnos en demasía aunque hay una cierta corriente de detractores del sistema no-chill que basan su oposición entre otras cosas en el tétanos o en el botulismo, enfermedades mortales producidas por las toxinas botulínica y tetánica que a su vez son producidas por las bacterias clostridium botulinum y clostridium tetani, siendo aquí donde deberemos extendernos un poco más ya que hablamos de una supuesta cerveza mortal.
Vamos a empezar por el termino que usamos antes de “su temperatura de hervido” ya que cuanto más alta sea la densidad de nuestro mosto más alta es la temperatura de hervido que podría llegar a los 105ºC o 106ºC, no llegando a temperaturas de autoclave (120ºC durante 15 o 20 minutos y un bar de presión, o esterilización quirúrgica) pero si una temperatura más que aceptable de desinfección e incluso de eliminación de parte de las esporas si no todas de esta bacteria, en el remoto caso de que la espora llegase sana al DEN hay que conocer el medio que le proporcionamos a la misma, seria un medio anaerobio (bajo en oxigeno) lo cual le viene bien para su desarrollo, una temperatura que al ir descendiendo llega al arco de 40ºC a 25ºC que faculta la conversión de espora a bacteria y el pH también es optimo pues al final del hervido se pueden rondar el 5,2 o 5,3, PERO, le damos un medio de alta concentración osmótica por los azucares disueltos y demás solutos, esta concentración o presión osmótica es la que hace que los clostridium al no ser bacterias osmofilas no puedan desarrollarse, el ejemplo mas a mano que tenemos es la miel que perfectamente puede contener la bacteria aunque esta ahí no desarrolla la toxina, otro aspecto a tener en cuenta es el factor antimicrobiano del lúpulo, con esto, quiero aclarar que los datos han sido recabados a través de Internet y consultando a farmacéuticos y microbiologos, todos llegan al pensamiento de que el hervido, la alta presión osmótica y el lúpulo hacen que nuestro mosto sea muy poco o nada susceptible de desarrollar la toxina botulínica o tetánica, miles de australianos y cerveceros repartidos por todo el mundo practican este sistema y no se han descrito casos de contaminaciones que no se pudiesen haber dado con sistemas convencionales de enfriamiento.

Trasvase y oxigenación

Este paso también es importante sobretodo si queremos almacenar el mosto durante mucho tiempo antes de inocular la levadura, hay cerveceros que guardan sus mostos semanas incluso meses antes de inocular la levadura, la importancia de este paso reside en que no debe oxigenarse lo mas mínimo nuestro caldo, para evitar las oxidaciones y sabores desagradables, esto es tan simple como hacer que la manguera acoplada a la salida del grifo de la olla llegue hasta el fondo del DEN e ir vaciando la olla evitando chapoteos.

Vacío

Esto es un peldaño más de la escalera del no-chill, el vacío es la otra carrera contra la oxidación y el paso del tiempo, contra las infecciones ambientales y contra una cerveza de desagüe, el mejor comienzo sería diseñando y elaborando recetas que se adecuen al tamaño de nuestro DEN siendo este un litro o litro y medio mayor que los litros de nuestra receta para que una vez hayamos terminado el trasvase podamos apretando el DEN vaciar totalmente de aire, una vez vaciado de aire y enfriado habrá menguado su tamaño propiciando aun más el vacío y sus facultades de conservación, como una mermelada casera.

Tiempo de enfriamiento

La duración de enfriamiento es un paso que casi en cualquier caso escapa a nuestro alcance, dependemos de la temperatura ambiente, se puede enfriar el DEN exteriormente con agua fría o hielo, pero hay que tener dos cosas en mente, la primera es que con el método no-chill nuestra cerveza no va a ser mejor ni peor, así pues si vamos a enfriar exteriormente con agua no tiene sentido tomar en camino del no-chill cuya finalidad es el ahorro de esta, la segunda cosa que debemos tener en cuenta es que en el remoto caso de querer enfriar exteriormente hay que esperar al menos 20 o 30 minutos desde que vaciamos la olla en el DEN, vaciamos este de aire y lo cerramos herméticamente, en este tiempo en el que el mosto se encuentra a unos 80 o 90 grados eliminamos el riesgo de esas levaduras salvajes que pudiesen encontrarse en el aire y que pudiesen haberse mezclado con el mosto en el trasvase.
El tiempo de enfriamiento como decía antes oscilará con la temperatura ambiental donde se deje el DEN, y puede oscilar desde 15 a 20 horas.
En este paso ya estamos en “zona segura” sabemos que debemos oxigenar generando buena y bastante espuma tener una levadura bien sana y por eso esta zona es segura. Siguiendo el método convencional con intercambiador de placas, un serpentín sumergido o por contracorriente, el inoculado se haría de la misma manera, pues con el no-chill lo mismo, oxigenar el mosto, añadir levadura, tapar fermentador, airlock... definitivamente “zona segura”, para cualquier cervecero.

Marcos Santiago de Barrio Martín, Sevilla 24 de Febrero de 2014




IPA Argenta de Mariano Aguer

Imagen ilustrativa
Ingredientes
Fermentable
  • 6kg de Pale Ale
  • 500 gr trigo malteado
Lúpulo
  • Bullion en amargor(45 ibus)
  • Cascade 50 gr en whirpool a 75 grados
  • Dry Hopp 4to día 100 gr de Victoria+50gr de Bullion
Levadura
  • London ESB de Lallemand






Antares: Maritima y Bosquisima

Antares Marítima
Colaboración con Renato “Tato” Giovannoni
  • Pale Ale 4.9 º 15 IBU
Aroma: maltoso leve, “brisa atlántica”, producto de la adición de sal marina del Atlántico Sur. Notas especiadas y frutadas de la levadura y aporte cítrico del trigo.
Aspecto: pálido y turbia por tratarse de una cerveza sin filtrar, espuma voluminosa color blanca.
Sabor: maltosa y cítrica por el trigo, la sal resalta y armoniza perfectamente estos sabores. La levadura sigue presente agregando complejidad.
Sensación en boca: cuerpo bajo, seca y muy tomable.
Impresión general: una cerveza fácil de tomar, fresca, pero con gran complejidad y equilibrio de maltas, trigo, levadura y la nota especial de sal que nos acerca al océano.
Antares Bosquísima
Colaboración con Renato “Tato” Giovannoni.
  • Specialty Beer 5.4 º 15 IBU
Aroma: las maltas base y las caramelo se suman a los perfiles resinosos y herbales de coníferas que se han criado frente al Atlántico Sur utilizadas en adiciones tardías.
Aspecto: color ámbar claro, cristalina, de espuma voluminosa.
Sabor: maltosa con leves caramelos, también sabores terrosos, resinosos y levemente cítricos del pino.
Sensación en boca: cuerpo bajo y muy amigable al paladar.
Impresión general: una cerveza de leve maltosidad, con la profundidad de la levadura saison, que le facilita la tomabilidad. Refrescante como una brisa en medio del bosque de Cariló.




2017: Diez años de cerveza artesanal uruguaya

En el año 2017 se cumplieron 10 años del lanzamiento al mercado de la primera cerveza artesanal elaborada en Uruguay, y aunque parezca un anacronismo, el hundimiento del Graf Spee en 1939 tuvo que ver con esa historia, como recuerda Wilfredo Camacho.
«En 2006 yo había viajado a la provincia de Córdoba y visité Villa General Belgrano, la mayor colonia alemana de Argentina. En 1940 fueron a radicarse allí los marinos que habían sobrevivido al hundimiento del Admiral Graf Spee. Crearon fábricas de cerveza artesanal, algunas de las cuales yo conocí, y me encantaron», recuerda Camacho, propietario de Mastra, una de las marcas pioneras en el país.
«Cuando regresé a Uruguay pensé que era una buena idea importar algunas de esas cervezas, porque aquí no había».
Al mismo tiempo decidió investigar sobre la elaboración de las cervezas y comprendió que el proceso no era demasiado complejo para alguien como él, ingeniero industrial. Decidió comenzar su empresa. Para ello fue hasta Buenos Aires a capacitarse y se asoció con un inversor. Y a fines de 2007 surgía en el mercado la primera cerveza artesanal uruguaya.
Ese fue el puntapié inicial local de una tendencia que había explotado a fines de la década de 1970 en Northampton, Inglaterra, y que a lo largo de estos 10 años siguió creciendo. Se estima que hoy hay cerca de 25 cervezas artesanales registradas en Uruguay, pero si se tienen en cuenta las producciones caseras que aún no están debidamente inscriptas, el número podría llegar a 40, dice Camacho, quien es uno de los voceros de la Cámara de Cervecerías Artesanales del Uruguay, recientemente fundada.

Producción.

Las cervezas industriales siguen liderando el mercado: en 2015 se consumieron 96 millones de litros, de acuerdo a los datos que maneja Richard Read, dirigente del gremio de la bebida.
«La cerveza sigue siendo la bebida alcohólica más consumida por los uruguayos. Le sigue el vino, con aproximadamente 67 millones de litros al año», aseguró el sindicalista.
A pesar de eso, las artesanales, de a poco, comienzan a ganar terreno. En 2015 se produjeron 500.000 litros, y en 2016 —a pesar de que aún no cuentan con un registro exacto— estiman que se elaboraron entre 600.000 y 700.000 litros. «Se prevé un crecimiento del 30% anual», estima Camacho.
El aumento se aprecia no solo en los volúmenes de producción, sino en las ventas.
«El primer año vendimos 12 mil litros y hoy las cifras se multiplicaron por 15», dijo el creador de Mastra.
Un crecimiento similar se constata en el caso de Cabesas Bier. «A fines de 2008, cuando comenzamos a comercializar la cerveza, teníamos una capacidad para producir 1.000 litros mensuales. Hoy podemos producir 40.000 litros», explicaron.
El negocio de la «birra» artesanal no se limita únicamente a Montevideo, sino que es un fenómeno que se puede observar en otros departamentos.
Además de las marcas capitalinas, entre ellas Montevideo Brew House, Birra Bizarra, Oso Pardo y Tremenda, están también las departamentales. ONeill, Buenas Costumbres u Oceánica en Maldonado; Volcánica en Canelones, Cien Doncellas y Chelas Brandon en San José, y Dharma en Río Negro, son algunas de ellas. Todas esas marcas del interior están reunidas en la Asociación de Microcervecerías Artesanales del Uruguay.

Dónde ir

Los locales comerciales y bares donde se vende este tipo de bebidas también crecieron, incluso hay algunos lugares que surgieron con el objetivo de vender exclusivamente cervezas artesanales.
Uno de los primeros en apostar totalmente a esta tendencia fue Montevideo Brew House (MBH). Abrió sus puertas en noviembre de 2013 en un local en Viejo Pancho y Libertad, y además de vender algunas de las cervezas artesanales locales como Davok, Cabesas o Birra Bizarra, ofrece a sus clientes ocho variedades de cerveza propia, que lleva el mismo nombre que el lugar. En cuanto a la comida, el énfasis también está en lo artesanal. «Quisimos que todo estuviera alineado con la idea original de la cerveza. La gente que viene acá quiere algo distinto y de calidad», explican desde MBH.
Otro ejemplo es el recientemente inaugurado Montevideo Beer Company. Se ubicaron en el corazón de Pocitos, en una casa en la esquina de Enrique Muñoz y Bulevar España, frente a la Universidad ORT. Allí el principal público son los universitarios, que llegan al lugar a todas horas, tanto para comer y aprovechar a estudiar como para tomar una de las tantas cervezas artesanales que ofrecen. El local tiene la mayor cantidad de choperas de la ciudad: 15. De ellas, 14 son uruguayas y artesanales. Además de las bebidas otro atractivo del lugar es su jardín cervecero, similar a los que se pueden ver en Europa.
En ese lugar amplio se ubican las mesas comunitarias, donde grupos de amigos que no se conocen se sientan a compartir el espacio.
Luego también están los pubs o bares que no solo ofrecen las cervezas artesanales, sino también las importadas y las industriales.
El Shannon Irish Pub —que surgió en 2001— fue uno de los primeros en ofrecer una carta variada de birras: actualmente tiene 65 distintas opciones, de las cuales siete son uruguayas. El local, ubicado en Bartolomé Mitre y Buenos Aires, emula el ambiente y la decoración típica de un bar irlandés. Hay también tragos, picadas, tablas y hamburguesas.
En 2013 surgió Gallaghers, también de estilo irlandés, que cuenta con más de 70 tipos de cerveza en su carta, entre artesanales, industriales, nacionales e importadas. También ofrece su propia cerveza artesanal fabricada por Mastra.
Está ubicado en Pagola y 26 de Marzo.
La lista es extensa. En Montevideo son cerca de 40 los bares que venden cervezas artesanales. Pero la movida de los bares especializados también se ha desarrollado en otros departamentos como Maldonado. Capi Bar, ubicado en la calle 27 cerca de Gorlero, abrió en 2015 y ofrece más de 25 marcas de cervezas artesanales, e incluso cuentan con una cerveza «de la casa», llamada Capitan Beer.
En 2014 la cerveza Volcánica no solo salió al mercado sino que ese mismo año inauguró dos bares: uno en La Pedrera y otro en Las Toscas. Mastra también cuenta con bar propio donde únicamente se comercializan sus birras. Son cinco y llevan por nombre La Chopería: tres están en Montevideo, uno en Salto y otro en Colonia.

Los jóvenes buscan cada vez más lo natural y lo local

Las cervezas artesanales suelen tener menos ingredientes y ser más naturales que las industriales, evitando el uso de conservantes. No hay grandes máquinas, ni procesos automatizados. «No hay conservantes, ni químicos, ni pasteurización, ni ingredientes difíciles de pronunciar», explican desde Mastra.
Lo que se utiliza para elaborar estas cervezas son cuatro ingredientes básicos: agua, malta, lúpulus y la levadura. En cuanto al aumento del consumo de este tipo de bebidas, el propietario de Mastra opinó que es algo cultural. «A nivel de los jóvenes, el consumo de la cerveza tradicional ha bajado. Las nuevas generaciones vienen eligiendo productos de otras características, buscan las cosas más naturales, productos que sean realizados en Uruguay, en definitiva productos más artesanales.
Es una situación similar a lo que está sucediendo en la gastronomía: las personas comienzan a buscar alimentos más naturales, gourmet y caseros», opinó el propietario de Mastra. Para aquellos que quieran probar algunas de ellas, los días 3 y 4 de marzo se llevará a cabo la Fiesta de la Cerveza Artesanal en Parque del Plata. Habrá degustación, baile y música en vivo.

En aumento.

Desde que comenzó a comercializarse la primera cerveza artesanal realizada en Uruguay en el año 2007, la tendencia ha ido en aumento. Hoy son cerca de 25 las marcas que se pueden encontrar en bares, pubs e incluso supermercados. Pero se estima que hay más de 40, ya que algunas de ellas aún no han sido registradas. Los lugares donde se venden este tipo de bebidas también han aumentado en todo el país. En 2015 el consumo fue de 500 mil litros. En 2016 fueron cerca de 700 mil. Se prevé que haya un crecimiento del 30% anual.

Febrero 19, 2017|




2016: 150 años de la primera cerveza uruguaya

En 2016 se cumplieron Se cumplen 150 años desde que Conrado Niding, un emprendedor y filántropo alemán inauguró en el barrio montevideano de Palermo la Cervecería Popular, llamada así por la multitudinaria convocatoria de su fábrica, la más moderna de América del Sur en su tiempo.
Nacido en Hamburgo y arribado al país luego de la Guerra Grande en 1866, Niding encaró la difusión de la cerveza como un negocio, pero también como un bien cultural legado por sus antepasados. Fue un innovador que dedicó su vida al crecimiento y desarrollo de la cervecería en Uruguay, participando de múltiples fábricas y emprendimientos. Su notable tarea en la industria llevó a que hoy se lo considere como el patriarca precursor de las Fábricas Nacionales de Cerveza.
Las primeras cervecerías del país utilizaban un procedimiento manual de elaboración, muy primitivo, que apenas alcanzaba para cubrir la escasa demanda de una Montevideo devastada por la Guerra Grande. Eran locales pequeños abiertos por inmigrantes alemanes, suizos, franceses e ingleses, que ofrecían una calidad artesanal muy simple.
En este escenario inauguró Niding su Cervecería Popular, en la calle Durazno, la primera pensada para producir en forma industrial y masiva. Unos años más tarde, la Popular se mudaría a la calle Yatay en el límite de los Barrios Goes y Aguada.
En esa fábrica Niding produciría su cerveza “a vapor”, similar a las alemanas, belgas o inglesas, y elaboraría 2400 kilos diarios de hielo para la maduración del producto. Se trata de un edificio emblemático, dónde unas décadas más tarde abriría en El Palacio de la Cerveza, un espacio de consumo y recreación que junto con el Parque Munich —llamado Oriental a partir de la Segunda Guerra Mundial— consolidaría el espíritu gregario, familiar y de recreación que identificaría a la bebida durante todo el siglo XX.
Después de vender la Popular, en 1895 Niding abriría La Cervecería Montevideana, que juntó con la Popular y la Germania se fusionarían en una nueva empresa: La Cervecería Uruguaya, que abastecería el mercado hasta fines del siglo XX. El proceso de apertura e integraciones continuaría en los comienzos del siglo, hasta que en 1932 nacería Fábricas Nacionales de Cerveza, cuando Cervecerías del Uruguay y la Cervecería Oriental se unieron para combatir la crisis de Wall Street.
Fábricas Nacionales de Cerveza fue la principal cervecería hasta 1937, cuando desde el interior aparecieron nuevos emprendimientos. La Compañía Salus abriría su propia fábrica de Cerveza en las sierras de Minas, cuya principal marca sería la cerveza Patricia. Y en 1947 se fundaría la Cervecería y Maltería Paysandú, y con ella nacería la emblemática marca Norteña. La competencia entre estas tres cervecerías marcaría el desarrollo de la cervecería durante la segunda mitad del siglo XX, hasta conformar lo que hoy es FNC S.A.

Presente

Hoy el sueño de Conrado Niding se convirtió en una de las empresas más grandes del país. FNC cuenta con dos plantas industriales, una en Montevideo y otra en Minas, y una red de distribución que llega a todo el país. Sus 150 años de conocimiento en materia de producción, venta y distribución la convirtieron en la empresa cervecera líder.
¿Qué perdura de aquella aventura que inició Conrado Niding? Para Gonzalo Fagioli, Gerente General de FNC, si bien la compañía se expandió mucho, todavía mantiene ese rasgo emprendedor que hace la diferencia. Por eso, dice, este aniversario es un momento de celebración y alegría pero también de reflexión, para pensar los pasos a seguir para continuar por este camino.
FNC es una de las pocas empresas de consumo masivo que cuenta con planta productora e industrial en el país, y se caracteriza por su fuerte inversión en tecnología y capacitación. Hoy la empresa emplea en forma directa 650 personas y casi 2000 si se toman en cuenta los servicios tercerizados y la red de distribuidores y transportistas.
Pero el aporte no solo se mide por lo económico sino también en lo cultural. En Uruguay se consumen 30 litros de cerveza por año, una cifra moderada si se lo compara con otros países de la región. Sin embargo, la cerveza es parte de la identidad nacional y está íntimamente relacionada a la alegría y celebración. Desde festejos deportivos hasta reuniones con amigos, la bebida es parte de nuestra idiosincracia.
Gabriela Cibils, Gerente de Marketing de FNC, explica que, con motivo de este aniversario, cada marca de cerveza lanzó una serie de acciones. Pilsen llevará los festejos a todo el interior del país a través de los Pilsen Beer Day, unas fiestas al estilo “Oktoberfest”. Patricia se asoció con el histórico Bar Fénix y durante dos meses proponen una serie de actividades culturales. Y Zillertal invita a los consumidores a expresar su arte inspirándose en la marca y las distintas corrientes artísticas de la historia.
FNC también seleccionó ocho marcas icónicas para lanzar una edición limitada, con recetas y etiquetas fieles a los productos originales. De esta forma, los uruguayos podrán volver a disfrutar de las cervezas Doble Uruguaya, Munich, La Popular, Oriental, Malta Montevideana, Prinz, Serrana y Pilsen Bock.
Pero el gran festejo será el 5 de Noviembre, cuando se celebre la “Conrado Bierfest”, una fiesta homenaje al gran fundador. Para esta ocasión la Rural del Prado se ambientará como un tradicional pueblo cervecero y se presentarán una serie de espectáculos musicales y propuestas culturales para todos los gustos
En la planta de la calle Entre Ríos, el Museo de la Cerveza posee un espacio de casi 100 metros cuadrados que recoge 150 años de actividad comercial e industrial y la evolución de las marcas de FNC. Allí los visitantes podrán observar los más curiosos objetos cerveceros, algunos casi tan antiguos como la industria. Hay porrones, botellas, herramientas, máquinas, instalaciones de laboratorio, junto con fotos y afiches de las marcas que hicieron a la historia de la cervecería.


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