Decía Emilio Bacardí, empresario cubano, «el progreso de Cuba se puede medir por el consumo de cerveza».
Aunque la isla es famosa también por otros licores y combinados, lo cierto es que la cerveza es una de las bebidas preferidas de los cubanos, que calman la sed y el calor con este refrescante néctar. Y es que como dijo José Martí «la cerveza reúne todas las condiciones estimulantes que hacen deseable las bebidas alcohólicas, y no tiene ninguna de sus condiciones destructoras».
A pesar de esta relación de amor natural, la primera cerveza entró a la isla de contrabando procedente de Jamaica y hubo que esperar hasta 1762, con la toma de La Habana por los ingleses, para que se importara de manera legal y normalizada.
Desde entonces, en Cuba existe una gran tradición cervecera y se comercializan numerosas marcas. No obstante, lo cierto es que la producción tiende a ser bastante irregular y muchas de ellas son difíciles de conseguir en determinados momentos o directamente, imposibles.
Si nos referimos a las cerveceras, la más fuerte es sin duda la Cervecería Bucanero S.A. (CBSA), fabricante de las marcas más populares de Cuba: Cristal, Bucanero y Mayabé. La empresa tiene su sede en La Habana y su planta de producción en Holguín, una importante ciudad industrial en la zona este de la isla en la que se encuentra el agua de la mejor calidad del país.
Esta cervecería se fundó en 1997 entre la Corporación Alimentaria S.A. compañía del Ministerio de la Industria Alimenticia y la entidad canadiense Cerbuco Brewing Inc., subsidiaria de Interbrew N.V, una compañía belga que está entre los mayores productores cerveceros del mundo. Esta gran compañía se conoce, a día de hoy, como Ab-Inbev.
Las mejores cervezas de Cuba
La Tropical
La cerveza más longeva de Cuba comenzó a producirse en 1883 en la ciudad de Cárdenas, en Matanzas, debido a que la subida de los impuestos sobre las importaciones hizo que los locales vieran negocio en elaborarla ellos mismos.
Al comienzo se trataba de un producto de baja calidad, pero posteriormente maestros cerveceros franceses y alemanes contratados por la empresa fueron mejorando la fórmula, original cubana, y el producto final. Entre sus ingredientes destacan la cebada de dos hileras y los lúpulos importados, que dan lugar al sabor único de «la primera cerveza cubana».
La compañía fue nacionalizada en 1960 pero hace unos años Manuel J. Portuondo, un cubanoamericano con gran experiencia en el mercado de cerveza, y Ramón Blanco Herrera, biznieto del fundador de La Tropical en Cuba, volvieron a elaborarla desde Miami, según dicen, con su fórmula original y usando sólo los mejores ingredientes.
Cristal
«La preferida de los cubanos». Así reza el eslogan de esta famosa cerveza, referencia en la isla.
El característico color verde de su botella y la Palma Real -árbol nacional cubano- de su etiqueta están presentes es la vida diaria de los isleños, que la consumen en los Paladares o en los dinteles de sus puertas en los vecindarios durante las tardes de más calor.
Es cerveza de sabor suave tiene 4,9 grados y se produce con malta y el agua natural de un manantial profundo, lo que le da ese color claro y un delicado sabor a lúpulo que no deja gusto residual en la boca.
Bucanero
Bucanero hace referencia a su sabor, más fuerte e intenso que el resto. Esta cerveza color ámbar está fabricada con ingredientes naturales y malta superior, combinadas con un toque de característico azúcar cubano.
Tiene una graduación de 5,4 grados de alcohol, y aunque muchos quieren asociarla a lo masculino, lo cierto es que la beben tanto hombres como mujeres en la isla.
La cerveza tiene una versión Premium, llamada Bucanero Max, que se elabora con la mejor cebada y lúpulos aromáticos, lo que le da un color más claro que su hermana, así como un sabor suave, con toques amargos y una graduación de 6,5% de alcohol por volumen.
Cacique
Cacique se encuentra en el punto medio, en cuanto sabor, entre la suavidad de la Cristal y la robustez de la Bucanero.
Aunque es una de las más jóvenes del mercado cubano, se ha ganado numerosos adeptos, que destacan su frescura y lo fácil que es de tomar.
Tiene una graduación de 4,5 grados de alcohol, lo que la hace muy agradable en cualquier momento del día.
Mayabé
Haciendo gala del característico misticismo y guasa cubana, el nombre de esta cerveza hace referencia al mirador de Mayabé, un lugar estrechamente ligado a la leyenda del Burro Panchito, al que le encanta beber buena birra.
Con una graduación de solo 4% de alcohol, su color dorado claro y su ligereza se deben a su malta Pilsner que, según dice, seduce para siempre a los paladares más exigentes.
Hatuey
Otra de las cervezas veteranas isleñas es la Hatuey. La bebida comenzó a fabricarse en 1927 por el empresario Emilio Bacardí, su sobrina Enriqueta Schueg y el empleado Marcos Martínez, que tras años de periplos lanzaron la Hatuey con el propósito de producir cerveza para el consumo local.
Durante muchos años fue la cerveza más popular de Cuba. Tanto es así que en los salones de su fábrica, un lugar de encuentro para la sociedad durante los años 50, el escritor Ernest Hemingway ofreció su Premio Nobel a cubanos como muestra de agradecimiento y homenaje con el discurso: «Este es un premio que le pertenece a Cuba, porque mi obra fue creada y pensada en Cuba, con mi gente de Cojímar de donde soy ciudadano. A través de todas las traducciones está presente esta patria adoptiva, donde tengo mis libros y mi casa».
Como en el caso de La Tropical, la cerveza dejó de producirse y fue casi olvidada hasta que las compañías Florida Dade y Broward County’s volvieron a producirla en Estados Unidos bajo la supervisión de la marca Hatuey propietario, Bacardi, EE.UU., Inc.
Otras cervezas de renombre en Cuba
Además de las citadas, hay otras marcas ineludibles en la cultura cervecera cubana como la Manacas, producida en Villa Clara y cuyo característico sabor se debe al manto freático que abunda en las tierras y los manantiales del lugar donde se encuentra enclavada.
También podemos encontrar la mítica Polar, suave y fresca, cuya baja graduación hace que sea posible beberla sin riesgo a emborracharse rápido.
En el extremo contrario encontramos la Tínima, considerada una de las más fuertes con una graduación de 8% de alcohol.
Finalmente, aunque no se trate de cerveza en realidad, es necesario mencionar la malta. Esta bebida, conocida como «cerveza para niños», destaca por su suave sabor y dulce, prácticamente sin alcohol. En Cuba es costumbre tomarla con leche condensada, un combinado reconstituyente y delicioso que ayuda a reponer las energías las necesarias para bailar en el Malecón o en las asociaciones de vecindarios hasta el amanecer.
por Carmen Alcaraz Sanz