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Kunstmann Anwandter: la cerveza que hizo un pacto con el diablo


Ya se consigue en la Argentina una de las cervezas más premiadas de las historia, elaborada con la receta original de hace 150 años que, según cuenta la leyenda, dictó el amo de las tinieblas.

13.10.2012

Cuenta la leyenda que a fines del Siglo XIX en Valdivia, al sur de Chile, un inmigrante alemán de nombre Carlos Anwandter, dueño de una cervecería pionera en ese país, ofreció su alma al diablo a cambio de que lo ayudara a desarrollar “la mejor cerveza que jamás hubiera existido”. Y se dice que el diablo le reveló una fuente secreta de agua pura y natural que lo ayudaría a alcanzar tan anhelada meta.

Poco después, la receta de su cerveza tipo “Edel Lager” fue la más premiada nacional e internacionalmente y una de las más reconocidas de la región con 12 medallas de oro y 12 menciones de honor al mérito cervecero de Valdivia. Hoy, la mítica cerveza llega a nuestro país bajo el nombre Kunstmann Anwandter, elaborada con la receta original y en una botella de 500cc casi idéntica a las que se usaban a principios del siglo pasado.

Esta Edel Lager se caracteriza por su color dorado profundo, gran cuerpo, sabor intenso y una corona de espuma persistente. Es una cerveza rubia fuerte que, gracias a su extracto original y baja fermentación, integra bien la intensidad de sus 5.8 grados de alcohol con una fina combinación de aromas florales.

Kunstmann Anwandter se consigue en todos las cadenas de supermercados a un precio sugerido de $15,50.


Imperial Scotch Ale


La cerveza Imperial nos trea una nueva variedad que sin dudas dará que hablar en el ambiente cervecero argentino. No porque sea un producto de calidad sobreasaliente ni mucho menos, pero es la primer cerveza industrial argentina que dice ser de alta fermentación, en este caso interpretando el estilo Scotch Ale.
Presenta un color cobrizo muy oscuro y limpio, con una cabeza medianamente compacta y amarfilada. El aroma tiene una tendencia frutal y menos maltoso de lo que promete el estilo. En boca se evidencia un mayor cuerpo que en las variedades promedio con una carbonatación nada excesiva. El sabor tiene una interesante base que por momentos recuerdan toques de caramelo y café. Lo que no me cerró para nada es lo desbalanceado del porcentaje alcohólico, demasiado al frente pese a que tampoco es exagerado (6.5%), desbalancea el sabor y el final, y da una sensación como si fuese agregado "por separado".
De todas maneras festejo que las cervecerías presenten novedades y hasta que quizás cambien para este producto la forma de fermentación.

Zona de elaboración: Argentina.
Variedad de maltas: Malta pilsen, malta caramelo y malta chocolate.
Color: Tostado, oscura y brillante.
Graduación alcohólica: 6,5% Vol.
Presentación: 1000 ml y 330 ml.
Temperatura de servido: De 4 a 7 C.
Notas de cata: Imperial Scotch Ale, una cerveza especial. Combina una exclusiva y delicada selección de maltas que le otorgan un sabor balanceado, un cuerpo robusto y un color intenso. Elaborada a partir de una cuidadosa selección de ingredientes 100% naturales, pasión y cuidado logrando una cerveza única de calidad premium.
Maridajes recomendados: Ideal para comidas ahumadas como fiambres y quesos, estofados de carne guisos, hamburguesas y hasta carnes asadas. También resiste una mesa dulce, ideal para brownies de chocolate y postres no tan dulces.


La aloja intenta volver a instalarse en la ciudad


18 de Enero de 2012


Olga Martínez desandó media cuadra para encarar al vendedor. En la bicicleta, parada en una de las calles de la Plaza Independencia, el cartel decía -demasiado discretamente a pesar del color rojo- "Aloja". "Cada vez que vengo a Tucumán la busco, pero no hay en cualquier lado", dice la mujer con su tonada porteña, mientras le paga al vendedor los $ 4 que cobra el medio litro de aloja semicongelada. Su hija la mira impávida, no entiende nada, "¿qué hace que no compra una Pepsi si tiene sed?" parece preguntarse la adolescente. Pero Olga se va feliz con su aloja.

"Ni si quiera la gente de acá la conoce ya, y eso que es tan nuestra", asegura Luis Barrionuevo, quien compró ayer cinco botellas para repartir en la oficina en la que trabaja. Claro, él se crió con la aloja que le hacía su mamá en el pueblo de Arcadia, donde todavía vive, pero en una oficina de ciudad esa bebida suena más a un mito que a algo que pueda calmar tan increíblemente la sed.

La aloja es un fermento de la algarroba blanca, que se vende en puestos ambulantes y que en otro momento de la historia era muy consumida en la jungla se cemento. Pero ahora son pocos los que la fabrican y los que compran, a veces, lo hacen más por curiosidad que por gusto.

"Muchos turistas te preguntan qué es lo propio de acá y yo le ofrezco achilata o aloja. Es muy parecida a la sidra, a la gente le encanta", asegura el vendedor Pedro Gómez, quien aprendió la receta hace unos 30 años. "Me la enseñó un hombre que me vendió un triciclo en el que yo salía a vender: se pone la vaina de algarroba blanca en agua y se deja fermentar una semana en tachos de plástico o en tinas de barro cocido. Después se le agrega azúcar quemada, que es lo que le da el color marroncito y se cuela. También se le agregan unos granitos de maíz, pero eso ya son toques especiales de cada uno", apunta el vendedor instalado y recuerda que la chicha, típica de Santiago del Estero, es como la aloja pero de maíz, y que no es cierto aquello de que para que fermente se mastican los granos y se los escupe en un fuentón.

Gómez, quien hace traer la algarroba de Termas, no puede asegurar si la aloja tiene o no alcohol como producto de la fermentación. "Lo que sí le puedo asegurar es que cuando se mezcla con vino se hace lo que se llama ?Pata ?i cabra?, y eso sí que macha", advierte.

Los tiempos han cambiado y la aloja, que antes se servía en jarras y se tomaba en el mismo puesto, ahora viene en botellas descartables de gaseosa. "Para limpiarlas las pongo en fuentones con agua y lavandina", asegura el vendedor. En la calle, así como no está permitida la venta ambulante, tampoco hay controles bromatológicos. A la luz de los hechos y de las ventas, ese punto no parece preocupar mucho. La aloja todavía le gana a los golpes de calor.