BREVE RESEÑA HISTÓRICA DEL CULTIVO del LUPULO EN LA ARGENTINA
Existen dos versiones sobre la introducción del lúpulo en la Argentina. Una versión, mas basada en leyendas que en sustento histórico (hasta ahora no verificables), cuenta que quienes lo introdujeron fueron los Galeses trayendolo de Gales en su migración. Otra versión, con más sustento histórico relata que el lúpulo fue introducido en la Argentina por inmigrantes Alemanes provenientes de chile.
Su introducción
Conjuntamente con el agua, la malta y la levadura, el lúpulo es uno de los 4 elementos principales que intervienen en la elaboración de la cerveza.
Como cultivo recién se menciona al lúpulo en el siglo VII en un documento de donación de los " jardines del lúpulo" (Humalarias) por Pipino "El breve", rey de los Francos, al monasterio Saint Denis (768 d.c.). Más tarde, en el s.IX el geógrafo árabe Ibn Fadlan cuenta que los rusos lo empleaban para aromatizar "cevisia", bebida preparada a base de miel.
La introducción del lúpulo en la Argentina como planta cultivada, se debe a la llegada de la colonización galesa al valle del Río Chubut durante el último tercio del siglo XIX.
En el mes de mayo de 1865, zarpò del Liverpool, la goleta (nave de vela) Mimosa, a bordo se habían reunido un centenar y medio de Colonos galeses, de distintos oficios (chacareros, mineros, carpinteros, etc.), entre hombres, mujeres y niños. Eran en general de condición modesta. Al cabo de dos meses de navegación desembarcaron en el Golfo Nuevo (actualmente Puerto Madryn), el 28 de Julio de 1865.La historia cuenta que con ellos llegaron los primeros rizomas de lúpulo a nuestro país.-
Liderados por el reverendo Michael Jones que fue, sin duda alguna, el alma del movimiento colonizador galés en la patagonia argentina, arriba con él, un tipógrafo de Liverpool, Lewis Jones, a quien se le atribuye, ser el primer introductor de gajos de lúpulo. “Cuentan leyendas que Lewis Jones, elaboraba muy buena cerveza para su consumo personal y de sus amistades.”
Desde el Golfo Nuevo se trasladaron a la margen norte de la desembocadura del Río Chupat, hoy llamado Río Chubut, dónde comenzaron a levantar las casas de la Aldea, denominándola Trerawson, en honor al Dr. Guillermo Rawson, ministro del Interior del presidente Bartolomé Mitre, quien fue el que los impulso a que se establecieran en la patagonia Argentina, años después se eliminó el vocablo galés "Tre" que significa pueblo, y quedo solo Rawson, capital de la provincia de Chubut.
Veinte años más tarde al mando del Coronel Luis Jorge Fontana en el año 1885, la expedición de los 29 Rifleros, remontando el Río Chubut hacia el oeste, llegando y ocupando uno de los sitios más pintorescos y fértiles de la zona cordillerana llegan al Valle hermoso al que denominaron 16 de Octubre en adhesión a la Ley de Territorios Nacionales. Dentro del cual actualmente se encuentra la pintoresca Trevelin (Tres Molinos).
El traer consigo gajos de lúpulo desde su país de origen, a los galeses les permitió también continuar con sus prácticas culturales culinarias aquí en la Argentina.
Ellos utilizaban lúpulo de diferentes maneras, fundamentalmente en la elaboración de su pan, en sus tortas tradicionales, y en la elaboración de cervezas.
Las flores de esta trepadora se utilizaban para preparar una levadura con la que leudaban la masa del pan, al que le daba un característico sabor picante amargo.
A partir de la instalación de esas primeras colonias, el lúpulo se extendió en forma silvestre por casi todo el valle del Río Chubut (Trelew, Gaiman, Dolovan) y del valle cordillerano de Esquel, Trevelín, Cholila, El Bolsón, aledaños de Bariloche, y hasta Colonia Sarmiento.
BREVE RESEÑA HISTÓRICA DEL CULTIVO DEL LÚPULO EN EL BOLSÓN
A principios de siglo el fértil valle de El Bolsón albergaba una fuerte corriente migratoria chilena que se venía asentando, con suerte diversa, desde el año 1883. Al comienzo los chilenos se acercaban a la fertilidad de estos valles con la intención de pastorear sus animales vacunos y yeguarizos y luego volvían a su lugar de origen. Muchos de ellos ignoraban a quien pertenecía la tierra en la que pastoreaban, ya que recién en 1902 se expidió la Comisión de Límites, que, con el arbitraje de la Corona Británica había dirimido la cuestión de limítrofe. A partir de 1887 ya se puede considerar que hubo una intención de colonización de chilenos en estos pródigos valles al realizar los ciclos de la siembra. Construyeron los precarios galpones, los incipientes corrales y sus huertas familiares. Entre sus enseres campesinos viajaron también las semillas de plantas exóticas.
Según datos suministrados por el Ing. Eduardo Martínez de INTA-El Bolsón a Clarín Rural, la presencia del lúpulo en la Argentina como planta cultivada, se origina con la colonización galesa en el Valle del Río Chubut, a fines del siglo pasado. Los galeses utilizaban el lúpulo en la elaboración del pan y tortas tradicionales y cerveza casera. A partir de los primeros asentamientos la especie se difundió en forma silvestre por los valles del Río Chubut y cordilleranos de Trevelin, Esquel, Cholila, El Bolsón y aledaños de Bariloche.
OTTO TIPP, ALEMAN Y CERVECERO.
Muchos alemanes emigrados a Chile cruzaron también la frontera imaginaria y se instalaron en la zona de El Bolsón. La familia Hube, Müller o Tipp son algunos de los nombres de pioneros de ese origen. (Según el Ing. Eduardo Martínez) Se dice que el primer esqueje de lúpulo en Bolsón fue plantado por Jorge Hube en el año 1905. En esos tiempos se lo usaba como planta trepadora ornamental, para fines medicinales y culinarios y para fabricación de cervezas caseras.
En 1914, Don Otto Tipp adquirió tierras a la vera de lo que es hoy la Ruta 258, hacia Esquel, sobre las primeras estribaciones de Villa Turismo. Luego vendió esa tierra a un inmigrante español, también venido de Chile, Don Antonio Merino. (Según el Lic. en Letras Modernas
Juan Domingo Matamala del Bolson) Otto Tipp debe haber traído los primeros bulbos de lúpulo a la región. En principio la enredadera se usaba para sombrear las galerías de las antiguas casonas o de simple cerco para las huertas familiares. Pero le cupo a este alemán el haber sido el primero en utilizarla para la fabricación casera de cerveza.
Durante años fabricaba en enormes barriles de 300 o 200 litros grandes cantidades de cerveza en cuya elaboración utilizaba las flores del lúpulo. Cuando la rubia bebida estaba lista, dicen los memoriosos, Otto levantaba en un improvisado mástil ubicado en las alturas de la loma cercana, una bandera blanca. Era la señal esperada por los vecinos para acercarse a la casa, no se hacían rogar y acudían de inmediato a la señal para dar cuenta de las bondades del líquido rubio vertido en varios frondosos jarros y darse a beber la cerveza casera de Don Otto.
El ritual repetido a lo largo de los años quedó grabado en la memoria de los viejos pobladores del Valle Bolsonés...
Una vez que Tipp vendió su tierra a Don Antonio Merino, se fue de la localidad.
El lúpulo, mantenido hasta ese entonces en los límites de la casa, se propagó con libertad. Algunos vecinos lo llevaron a sus casas para darle usos ornamentales. En esa proliferación descontrolada, el lúpulo encontró en el clima de estos valles el hábitat natural para su desarrollo. Pasarían muchos años para que un inmigrante croata descubriera el potencial económico que se ocultaba en el lugar.
LEOPOLDO LÉSKOVAR Y ANTONIO SINIJOJ: LA PRIMERA PLANTACIÓN
La empresa Maltería y Cervecería Quilmes hacía años que venía experimentando en distintos sitios de la geografía argentina en la búsqueda del lugar adecuado para encarar el cultivo intensivo del lúpulo.
En el año 1935, la empresa Maltería Argentina S.A.( hoy Cervecería y Maltería Quilmes S.A.), importó la variedad Spalt Verde de Alemania para iniciar las plantaciones de lúpulo en el país en forma intensiva. La expansión, hasta el año 1945, cobró fuerza al declararse la Segunda Guerra Mundial y quedar cerradas las rutas marítimas. Al terminar la guerra lo plantado se estacionó y fue luego decreciendo paulatinamente.
En esa tarea había destacado a un profesional, Doctorado en la Unversidad de Florencia, nacido en un pueblo llamado Zalec, (Eslovenia)en donde se cultivaba desde siempre el lúpulo. Ese hombre se llamaba Leopoldo Léskovar y su nombre va a quedar para siempre vinculado a la actividad lupulera argentina y regional. Las pruebas piloto para el cultivo de la enredadera se hicieron en la zona de Nicolás Otamendi, en las cercanías de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, pero se fracasó en el intento. Intentos parecidos se hicieron en el sur de la provincia de Buenos Aires (los mismos se realizaron en la estancia "El Palomar", establecimiento de campo de la zona de Tres Arroyos, y otros establecimientos de Coronel Dorrego, Sierra de la Ventana como así también en Pareditas, departamento de Tunuyán, provincia de Mendoza con resultados poco satisfactorios.
Como consecuencia de estas experiencias y de varios viajes de inspección realizados a las colonias galesas de la provincia de Chubut, se resolvió finalmente comprar la estancia "Las Vertientes" en Sierra de la Ventana, provincia de Buenos Aires, donde a partir de gajos que se pudieron importar y otros traídos de la chacra de Pareditas en Tunuyán, provincia de Mendoza se iniciaron las plantaciones en el año 1935.
Posteriormente se agregaron gajos de importación de las variedades "Spalt Verde", “Semsch” y “Tettnang”. con las que se llego a tener bajo cultivo en el año 1947 casi 92 hectáreas.
La estancia "Las Vertientes" reunía condiciones ambientales favorables para sus 30 hectáreas iniciales, posteriormente se levantaron protecciones contra los vientos mientras crecía la nueva forestación, pero éstas no fueron suficientes, para la contención de los fuertes vientos.
No obstante se siguió insistiendo y aumentando el cultivo en razón de las necesidades derivadas de la segunda guerra mundial, que impedían la importación de lúpulo, desde los centros tradicionales de Europa.
Esto determino la adquisición de la estancia "Dionisia", en la zona de La Copelina muy cerca de Mar del Plata, en al año 1945, y cerca de allí, se compraron otras 1.000 hectáreas de campo a las que se las denomino, estancia "El Lupular", el mismo estaba ubicado en la zona de Sierra de los Padres, a muy pocos kilómetros de Mar del Plata.
En este campo tuvo que iniciarse toda la producción desde cero, pues era un "campo raso o pelado" y uno de los motivos de instalar un lupular en la región de Mar del Plata se debió a la existencia en la estancia "La Serrana" que poseía una plantación experimental de 1 hectárea y media, la cual demostraba un muy buen comportamiento y rendía satisfactoriamente para los conocimientos de esa época.
El otro motivo de la familia Bemberg (Cervecería Quilmes) de comprar esas 1000 hectáreas de campo e instalar un lupular en esa región, era también la ubicación estratégica que poseía dicho campo, el mismo estaba ubicado en una de las mejores zonas de la Argentina, a solo unos kilómetros del puerto de Mar del Plata, salida marítima al exterior de cualquier producto que se quisiera exportar y ellos apostaban a producir lúpulo en muy gran escala.
Finalmente, tomando en cuenta y comprendiendo la ventaja que reporta el cultivo en pequeñas superficies, atendidas eficientemente por sus propietarios, en el año 1947 se dispuso el comienzo de ensayos en zonas de regadío para intentar, en una segunda fase, si las pruebas lo justificaban, difundir el cultivo entre chacareros particulares.
Así es que se instalaron dos ensayos: uno en Pareditas, departamento de Tunuyán, provincia de Mendoza y otro en la chacra "Maria Elvira" de Fernández Oro, en Cipolletti, provincia de Río Negro.
El primero se suspendió luego de 3 años por falta de mérito y eI segundo dio lugar para que, a partir del año 1949, se iniciara lo que después fue una realidad, pues realmente la producción del Alto Valle del Río Negro eclipso a la de los establecimientos de la provincia de Buenos Aires, se logró que el lúpulo del Alto Valle del Río Negro, fuera apto para las cervecerías, aunque su aroma difería del europeo.
También existieron otros intentos de implantar cultivos lúpulos, en el año 1945 la Cervecería Bieckert, sembró algo más de 20 hectáreas en la localidad del sur bonaerense de Esteban Echeverría (por lo que se me comento el campo estaba ubicado entre Llavallol y Monte Grande) , dicha plantación no dio resultados.
Se volvió también a repetir la experiencia unos años después cerca de Mar del Plata, en la zona de Camet, pero al cabo de 3 o 4 años se desistió de seguir intentando, para directamente relacionarse con productores del Alto Valle del Río Negro y de El Bolsón.
Esto se confirmó dos años después al ver el desarrollo alcanzado por las plantas de la vieja variedad "Spalt Verde", cuyos gajos fueron llevados allí desde el Alto Valle del Río Negro, desde "Las Vertientes" y desde "El Lupular", demostrando así que las mismas habían encontrado su verdadero "habitat" .
Se entregó a uno de ellos gajos de la variedad "Hallertauer" y por su parte este productor trajo la variedad "Cluster", "Ringwood Pride" y "Cascade" que son las variedades que hoy constituyen sus plantíos.
La empresa siguió buscando zonas propicias, Léskovar recala finalmente en la zona del Alto Valle de Río Negro y Neuquén y la Comarca Andina del Paralelo 42, en busca del lugar adecuado en donde implantar el lupular que produjera un rinde adecuado a las necesidades de la empresa que lo enviaba. Allí se contacta con Antonio Sinijoj, inmigrante esloveno, que poseía una gran plantación de peras, manzanas y cerezas. Rápidamente lo convence de los beneficios del lupular y Sinijoj arranca varias hectáreas de plantaciones de frutales e inicia la primera experiencia en suelo rionegrino. Los resultados fueron buenos y para su instalación Quilmes le facilitó los bulbos, maquinaria y algún préstamo para financiar los primeros tiempos.
El desarrollo del cultivo en la zona de El Bolsón se inicia con la variedad Spalt, de origen alemán, la que es sustituida, en la década del 70, al declinar sus rendimientos y a instancia de la industria cervecera, por la variedad Cascade, de origen norteamericano, constituyendo hoy la variedad dominante.
"EL LUPULO BOLSONÉS CRECÍA POR TODAS PARTES..."
Léskovar, en su permanente búsqueda del sitio ideal, viaja a la zona de la Comarca Andina del Paralelo 42 alrededor del año 1956. En ese viaje tuvo oportunidad de ver con sus propios ojos que en la zona el lúpulo crecía pródigamente por todas partes y en forma salvaje y sin cuidados. Esto lo entusiasmó. Antonio Sinijoj había adquirido en la zona de Lago Puelo una chacra ese año. Según cuenta su hijo, Wladimiro,"mi padre había comprado la chacra perteneciente a un maestro pionero de la zona, Don Remigio Nogués.En el galpón viejo, en la que antes funcionaba la escuela, había una antena sobre la que se enroscaba una robusta planta de lúpulo". Convencido luego por Léskovar,se decide iniciar allí la primera plantación y se comienza con 40 hectáreas. Sinijoj tenía una suerte de administrador-capataz en esa chacra, un coterráneo suyo, Luis Bavdaz (léase Baudash) quien se encargó de cuidar las plantaciones realizadas por Antonio y Wladimiro Sinijoj, aunque bajo la supervisión de Léskovar.
Vavdaz relató que las hectáreas adquiridas fueron 147, cuarenta de las cuales se destinaron a lúpulo y el resto a frutales, huerta y cría de ganado vacuno.
La empresa Quilmes financió la compra de alguna maquinaria para poder encarar semejante emprendimiento. Se compra una cosechadora de origen inglés marca BRUFF, la que cosechaba un promedio de 25 plantas por minuto. Era una máquina mediana y un tanto lerda. Pero a partir de ese momento se comienza con una paulatina y sostenida sofisticación técnica.
Se considera, entonces, a la familia Sinijoj como los pioneros en el cultivo a niveles industriales de lúpulo en la región.
La plantación inicial se hizo en 1957 y se implantó la variedad Spalt Verde.
El Lúpulo fue el hallazgo que movilizó la economía agrícola de El Bolsón. Hasta 1958 su cultivo no era más que ornamental, utilizándose para aplicaciones culinarias de cocinas extranjeras. Así, desde entonces la calidad y los resultados obtenidos hacen que la trepadora enredadera ocupe el centro de interés entre las más rendidoras plantaciones industriales y de todo proyecto racional de explotación agrícola. Es entonces cuando se produce la revolución dentro de la estructura tradicional de las chacras. Quedan de lado el trigo y el centeno que hasta entonces eran materia de elaboración para dar lugar al lúpulo, principal base para la fabricación de cerveza.
VOITEK Y FRANK BUDINEK
En 1958 la familia de Vojteh Budinek, un esloveno nacido en Kranjska Gora, adquiere una chacra de alrededor de 110 hectáreas en la zona de Mallín Ahogado, a unos 15 kms. de El Bolsón. Inmediatamente se interesa por el cultivo del lúpulo y comienza con una plantación de 2 hectáreas. Esta familia compuesta por el padre, Vojteh Budinek, su esposa Danica y sus hijos Franck, Magda, Danica y Olga inician la actividad como complemento de la explotación agrícola y maderera.
La variedad implantada a instancias de su paisano Léskovar, fue la Spalt Verde. En la actualidad, este establecimiento llamado Triglav,tiene una plantación de 15 hectáreas y ha logrado un importante crecimiento en maquinaria.
En el 2004, es uno de los pocos productores de los pioneros que continúa con la actividad ya que Sinigoj, Rizza, Cerieldín y Sa Pereira que tuvieron cultivos similares dejaron la actividad.
ALUSH RIZA
Este inmigrante albanés poseía una chacra a escasos metros de la familia Budinek y, casi en forma simultánea inicia la explotación lupulera. En el comienzo sembró dos hectáreas en 1958 y también explotaba simultáneamente la faz agrícola-ganadera y maderera. Su establecimiento llamado "San Roque" fue uno de los más completos, ya que poseía cosechadora, peletizadora, envasado al vacío, etc.
EL LÚPULO HOY
El cultivo del Lúpulo tiene actualmente como centros de producción el Alto Valle del Río Negro y El Bolsón.
- La del Alto Valle del Río Negro, ubicada sobre el paralelo 39 donde se produce Cascade, Late Cluster, Ringwood
- La del EI Bolsón, atravesado por el paralelo 42, donde se produce Spalt, Cascade, Bullion, Brewer's Gold.
La historia del lúpulo en El Bolsón está directamente relacionada con la empresa Quilmes, ya que Otto Bemberg, el titular esa empresa, fue quien promovió e impulsó los cultivos de lúpulo en la región, en el año 1956.
Hasta el año 1993 en los valles de El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo y Epuyén se producían 330 toneladas de lúpulo, que generaban ingresos de 1.800.000 dólares, con una superficie cultivada de 210 hectáreas con 24 productores.
El cultivo del lúpulo en 2004 ha crecido en cantidad de productores en distintas zonas de la Comarca Andina del Paralelo 42 y se encuentran cultivos en El Hoyo, Lago Puelo, Epuyén y en el Valle cultivable de El Bolsón.
Actualmente la producción es de 180 toneladas en una superficie de 125 hectáreas y quedan trabajando solo 10 productores.
El manejo de costos y precios variables que tiene este fruto lo hacen una inversión riesgosa ya que inciden diversos factores en su comercialización.
El precio internacional es fluctuante y los gustos de los industriales cerveceros cambia por épocas pero lo que no se puede optar es la variedad de las plantas con la misma rapidez, con lo que nuca se sabe a ciencia cierta cuál será la demanda en cada año.
La empresa Quilmes es la mayor compradora de estos cultivos y tal vez sea la que regula un poco le mercado. Pero también hay exportaciones. Los productores tienen otras actividades para diversificar su producción, encontrándose como problemas la falta de mayor producción, la falta de otros mercados, escasa diversificación varietal y problemas fitosanitarios ( especialmente Pseudoperonospora humuli.
También la empresa japonesa Sapporo viene trabajando desde hace algunos años en la introducción de la variedad Hallertau, la cual necesitan para una línea especial de cerveza.
Los rendimientos óptimos por hectárea varían de acuerdo a las variedades pero se considera que 2.500 Kilo/ha. es un rinde óptimo.
El precio por kilo, como ya queda dicho, es fluctuante y muchos creen que es excesivamente redituable, con lo que se crean algunos mitos sobre su rentabilidad, que, cuando se contrasta con los gastos de instalación, abonos, químicos, maquinaria, infraestructura (secaderos), personal y otros gastos hacen que algunos soñadores tropiecen duramente con la realidad.
El Lúpulo seguirá siendo un cultivo identificatorio de El Bolsón y la zona. El lúpulo es sinónimo de buena cerveza y tal vez por esto, en los últimos años, han nacido inumerable cantidad de fábricas artesanales de cerveza casera que están adquiriendo buenos réditos económicos por su elaboración.
El gasto de lúpulo de estas fábricas es mínimo, tanto que casi no se los toma en cuenta como consumidores del amargo fruto, frente a los millones de litros que se elaboran en forma industrial en el país y en algunos países a los que se exporta, como EEUU, Brasil, Alemania y otros.
Fuentes:
- Lic. en Letras Modernas Juan Domingo Matamala, historiador del Bolson
- Clarín Rural por el Ing. Eduardo Martínez de INTA-El Bolsón Internet.