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Parti-Gyle Por Randy Mosher (ejemplo y calculos)

Muy a menudo en las microcervecerías las técnicas antiguas resultan ser una solución para los problemas cotidianos. Si nos detenemos a pensar el equipamiento utilizado por los cerveceros y las micro en muchos cosas suelen ser medieval por lo tanto los métodos tradicionales pueden brindarnos una solución tanto a pequeña o mediana escala.
El party-gyle es una técnica donde se junta los primeros litros que sacamos del macerador para hacer una cerveza fuerte tipo un barley wine y se vuelve a macerar utilizando los mismos granos para luego juntar mosto nuevamente para hacer una cerveza más liviana generalmente denominada small beer.
En aquella época era relativamente fácil construir un macerador grande utilizando madera pero la tecnología todavía no estaba preparada para fabricar ollas de cocción de la misma capacidad. La práctica común de los fabricantes de Ales era hacer 3 cocciones de un mismo macerado: una fuerte (XXX), una común (XX) y una liviana o small (X). De hecho, los nombres de algunos estilos Trapenses begas tienen su origen en este método: La triple se hacía con el primer mosto obtenido sin diluir, luego se agregaba agua y se juntaba el mosto nuevamente para obtener la double y por ultimo se agregaba agua nuevamente y hacían una single con lo último que sacaban de este último macerado.
Muchas cervecerías de aquella época tenían dos o más ollas para calentar el agua a utilizar en el macerado y luego se utilizaban para hervir los mostos obtenidos. Otras simplemente realizaban el hervor del primer mosto, lo enfriaban, volvían a calentar agua en la olla para hacer un segundo macerado y volvían a llenar la olla con el mosto obtenido en esta segunda etapa. Incluso muchos reutilizaban el lúpulo que quedaba de la primera cocción para el segundo batch.
En el siglo 18 las cervecerías artesanales dieron un salto a la era industrial, el avance tecnológico de la revolución industrial hizo posible la construcción de ollas de cocción lo suficientemente. Esto ayudó a la gran revolución de la Porter que comenzó en 1722 e introdujo un nuevo método de elaboración denominado entire que le dio el nombre a la cerveza en sus primeros años de vida. Esta práctica permitía hacer un solo batch con todo el mosto recolectado y este es el método más utilizado hoy en día por las cervecerías y los cerveceros de todo el mundo.
Los que realizan grandes cantidades de cerveza en su hogar por lo general se encuentran con la problemática de tener mucha cantidad de algunas cervezas pero no tienen mucha variedad. Los equipos armados con barriles permiten producir una cantidad importante de cerveza y puede ser mucha más de la que te gustaría tener de un estilo determinado. El parti-gyle te permite dividir la cocción y hacer mucha más variedad de cerveza de la que podrías realizar normalmente.
Las cervezas de alta densidad por otra parte presentan un desafío diferente. Son difíciles de hacer sin utilizar extracto salvo que estemos dispuestos a desperdiciar los últimos litros que obtenemos del macerado. Para este problema también nos da la solución.

El método casero.

Vamos a ver un ejemplo utilizando un equipo de 50 litros.
Realizamos la maceración como siempre y juntamos los primeros 22-25 litros en una olla más pequeña y comenzamos el hervor. Luego con unos 40-45 litros hacemos el sparging y lo juntamos en una olla de mayor capacidad. Siempre conviene llenar el macerador con varios litros para que los granos vuelvan a flotar y evitamos la compactación.
La cocción se puede dividir de varias maneras. El autor prefiere utilizar 1/3 para hacer una cerveza pesada y los 2/3 restantes para realizar una cerveza de densidad normal. De esta forma divide la cerveza liviana en dos para fermentarla con diferentes levaduras y así conseguir 3 variedades distintas o sea: una de alta densidad, otras dos de igual densidad pero con distintos perfiles debido a la fermentación con diferentes cepas.

El método comercial 

En una micro cervecería la técnica es similar. Solo requiere una segunda olla de hervor o al menos un recipiente donde almacenar el mosto hasta que finalice el hervor de la primer cerveza.

Armado de recetas 

La única complicación de este método surge al momento de armar la receta ya que se convierte el algo más complejo y sobretodo cuando se trata de calcular el color de las mismas. Esta técnica permite producir 2 o más cocciones, cada una de distinta densidad y color pero ninguna representa la receta original como un solo batch. Si fuese necesario se puede realizar un minimash de maltas especiales en simultaneo para corregir el color de la cerveza más liviana.

Veamos un ejemplo: 

En un batch de 54 litros obtenemos 1 mosto con un volumen de 18 litros a una DI de 1092 y además un segundo mosto con un volumen de 36 litros a 1046. Para calcular la densidad de la cocción total debemos multiplicar la densidad y el volumen de cada cocción, luego los sumamos para obtener la densidad total de la cocción y la dividimos por el volumen total de la misma.
(5 x 22) + (10 x 11)
---------------------
--- = 14.67
           15 
En este caso el resultado es 14,67° Plato y representa la DI que debemos obtener para lograr las cervezas planeadas, tanto en volumen como en densidad. Para esto armamos una planilla que nos facilita el cálculo.
Este método nos permite jugar con los mostos obtenidos para obtener más de una sola cerveza. Si lo dividimos en 3, como se hacía siglos atrás, los cálculos se vuelven algo más complicados. Pero para tener una idea los resultas a obtener serías los siguientes: el mosto para la segunda cerveza tendría una densidad similar a la del total de la cocción. La primer cerveza será aproximadamente 1,5 veces mayor y la última tendrá una densidad de aproximadamente la mitad, siempre comparándolas con la densidad original tomada como base para el total de las cocciones. Entonces vemos que de un mosto de 54 litros a una DI de 16P obtenemos 18 litros a 24P, 18 litros a 16P y por último 18 litros a 8P. Estos números pueden variar debido a varios factores que intervienen en el proceso pero nos sirve para tener un estimativo de los resultados.

Algunas variantes que podemos realizar utilizando el parti gyle son:
  • Mezclar los distintos mostos para lograr las densidades deseadas.
  • Utilizar extracto de malta, candy sugar o miel para levanter la DI de las cervezas más livianas. Esto puede ser muy útil para aquellos que tienen un macerador pequeño.
  • Usar los primero dos tercios para obtener una cerveza de una densidad medianamente alta y con el tercio restante una cerveza liviana.

Calculos de Volumen y Densidad en Receta con PARTI-GYLE:

Imagen de la planilla con un ejemplo con dos batch
o macerados.
La Revista Mash ofrece una planilla de calculos para obtener los resultados, a partir de esta linea explicare los calculos que se deben hacer para poder obtenerlos sin esa planilla y que pueden ser utiles para la creacion de una planilla de alculo propia o para agregar en un software o app que ayude a los cerveceros caseros.
Trabajaremoscon valores que seranobtenidos al hacer los macerados a los que denominaremos batch, estos datos son los litros y las densidades de cada batch.
Haciendo ecuaciones con ellos obtendremos los resultados buscados, a saber Total de Litros Finales y Densidad Total Final.
En el medio iremos obteniendo valores que nos permitiran ralizar las ecuaciones, algunos de esos valores variaran en funcion de las mdiciones de ltros y densidades de cada batch; otros valores son estancos, es decir que seran siempre los mismos (como ejemplo dare el indice 3,6 que usaremospara transformar de litros a galones y viceversa). El origen de ese tipo de valores estancos (¿de donde sale y porque es ese numero?) no lo explicaremos basicamente porque excede nuestras posibilidades y la intencion puntual de este texto.

  • Loprimero es anotar loslitros y densidades de cada batch.
  • Pasamos de litros a galones para lo cual hay que dividir la cantidad de litros de cada batch por 3,6.
  • Luego se transforma la DI a Grados Plato, para esto elcalculo es 259-259000/ DI

Este calculo se hace con lso datos de cada batch.
Lo anterior se resume en estas dosforulas (se hace con cada batch obtenido):
Litros a Galon: Litros / 3,6  DI a Grado Plato 259 – 259000/ Densidad
  • Lo proximo es sumar los prodcutos de cada dato de los batch obtenidos, esto es que se multiplica la cantidad de galones de un batch por los grado plato correspondiente a ese mismo batch; y se suma al resultado similarmente obtenido del batch subsiguiente. Si solo tenesmo dos batch, sumamos ambos productos, si en cambio tenemos tres batch, sumamos los tres produtos.
    Llamemos a este resultado X1 a finde poder nombrarlo sensillamente.
  • Ahora debemos sumar la Cantidad de Galones Obtenidos (sumamos los galones de cada batch)
Cantidad de Galones Obtenidos = Galones de Batch 1 + Galones de Batch 2 + Galones de Batch 3
  • El calculo que sigue es X1 dividido Cantidad de Galones Obtenidos
X! / Cantidad de Galones Obtenidos
Finalmente, los Resultados Para Calcular La Receta:
  • Para obtener el volumen en litros se multiplica la Cantidad de Galones Obtenidos por 3,6;
Litros = Cantdad de Galones Obtenidos * 3,6
  • Para obtener la Densidad Total surge de la siguiente formula; el valor X1 sera dividido por   (258,2-((12/258,2)*227,1))+1)  y todo ello se multiplica por 1000
Densidad Total = X1 / (258,2-((12/258,2)*227,1))+1) * 1000

PARTI-GYLE Volumen y Densidad en Receta :




WLP644 y WLP650 de White Labs

WLP644 Saccharomyces "Bruxellensis" Trois

Esta cepa belga, utilizada tradicionalmente para fermentaciones de levadura silvestre, produce una cerveza ligeramente ácida con delicadas características de mango y piña. Esta levadura silvestre ha crecido en popularidad para estilos como American IPA, American pale and blonde ales debido a sus sabores y aromas a frutas tropicales y de hueso. Esta cepa Saccharomyces se puede usar como otras cepas domésticas y se puede limpiar fácilmente con los procedimientos CIP adecuados.

Anteriormente llamado Brettanomyces . WLP644 está empaquetado como Saccharomyces normal y las tasas de tono son las mismas que las cepas de Saccharomyces.

Esta cepa ha sido genéticamente tipificada en laboratorio utilizando la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). A través de estas pruebas genéticas, hemos determinado que WLP644 Saccharomyces " bruxellensis contiene el gen STA1 (glucoamilasa), un indicador potencial de  Saccharomyces cerevisiae var. Diastaticus . La levadura de cerveza son híbridos naturales, lo que hace posible que ciertas cepas muestren elementos de STA1 gen Estas cepas tienen la capacidad de utilizar algunas dextrinas (azúcares no fermentables), lo que resulta en niveles de atenuación más altos de lo que se considera típico.

En White Labs, se hace todo lo posible para detectar organismos no deseados dentro de sus procesos y cultivos. Las cepas que llevan con las conocidas  Saccharomyces cerevisiae var. La genética del diastaticus  ha sido investigada y validada para funcionar sin excesiva atenuación, lo cual es posible gracias a casi 25 años de experiencia combinados con datos de fermentación interna y externa.

Los clientes europeos ahora pueden pedir una versión orgánica 100% certificada de esta cepa de  White Labs Copenhagen. Las cepas orgánicas se pueden identificar por su etiqueta verde, las designaciones de logotipo orgánico certificado de la UE, el USDA y Dinamarca, así como la adición de una "O" después del número de cepa WLP.

Atenuación: 85.00-85.00
Floculación: Bajo
Alcohol Tolerance:  Medio - Alto (8 - 12%)
Temperatura óptima de fermentación: 70.00-85.00


WLP650 Brettanomyces Bruxellensis

Una cepa clásica utilizada para la fermentación secundaria en cervezas de estilo belga, como las lambics. Crea un carácter de intensidad media y terrenal en la cerveza terminada. Una cervecería histórica en Bélgica utiliza esta levadura en fermentación secundaria y embotellado para producir el sabor característico de su cerveza.

Consulte el documento adjunto "Experimentos de I + D en levaduras y bacterias silvestres" para obtener más información sobre cómo esta cepa junto con otras levaduras y bacterias silvestres de White Labs se desempeñó en ensayos realizados por nuestro equipo de investigación y desarrollo.

Atenuación: 85.00-85.00
Floculación: Bajo
Alcohol Tolerance: Medio - Alto (8 - 12%)
Temperatura óptima de fermentación: 85.00-85.00





Grisette

Ingredientes
  • 6 lb de Pilsen
  • 1lb de Trigo tostado
  • 1 lb de Trigo blanco
  • 1 lb de Topos de trigo
  • 0,5 lb de Malta acidificada
  • 1lb de Belgian Candi (candi sugar) (1l)
Lupulos
  • 1 oz Hallertau (60)
  • 1 oz Hallertau (20)
Levaduras

  • WLP 644
  • WLP 650
DryHopped




Mars Baby!

Ingredientes
  • 6 lb de Pilsen
  • 1lb de Trigo tostado
  • 1 lb de Trigo blanco
  • 1 lb de Topos de trigo
  • 0,5 lb de Malta acidificada
  • 1lb de Belgian Candi (candi sugar) (1l)
Lupulos
  • 1 oz Hallertau (60)
  • 1 oz Hallertau (20)

Ralladura de 1 limón (secundario)
1/2 cucharada de pimienta rosa (secundario)









Bock Party

Ingredientes
Fermentables
  • 1 lb de Pilsner
  • 0,75 lb de Munich
  • 0,25 lb de Dark Munich
  • 1 lb de Cebada en copos
  • 0,06 lb de Carafa III
Extracto
  • 4 lb Extracto de Malta Pilsner (DME)
Lupulos
  • 1 oz de Spalt (60)
  • 1 oz de Saaz (20)
    Levadura
    • Saflager W-34/70




    La insensatez de las Brown Ales

    DETALLES PURAMENTE HISTÓRICOS

    A nivel histórico, uno de nuestros historiadores cerveceros favoritos, Martyn Cornell, en su libro “Amber, Gold & Black”, le dedica el capítulo 9.
    La “Brown Ale” o “Brown beer” es uno de los estilos más antiguos de cerveza en las islas británicas, en línea con otros estilos también antiguos, pero de distinta localización geográfica, como la Oud Bruin belga o la dutikel de Baviera. Pero las brown ales que conocemos hoy son o bien recreaciones inglesas de las cervezas originadas con ese nombre comercial en el siglo XX (pocas, a decir verdad), o interpretaciones americanas del estilo, bastante libres, por cierto.
    Si interpretamos los estilos como un diagrama de Venn y no como compartimentos definidos al uso bejotacepero, las brown ales se solapan con las dark milds por un lado, con las porters por otro, con las cervezas “ámbar” e incluso con las Old ales y las Burton Ales.
    El origen del nombre, y esta vez lo obvio resulta parecer verdadero, es que durante siglos fue la cerveza más “marrón” de todas sus congéneres, por culpa de las maltas secadas al sol que se empleaban en su elaboración, y así fueron descritas en diferentes poemas del siglo XIV-XVI.
    De este tipo de cerveza, a que llamaremos “Brown Ale Primigenia”, sabemos que contenía más cantidad de lúpulo que otros estilos de la época, que estaba asociada al consumo urbano, por lo que no era común en los ámbitos rurales, y que se extendió por todas las colonias inglesas, incluyendo Australia. Sin embargo, la aparición de las Porters y las Stouts, y más tarde las Pales, derrumbó su protagonismo. Algunas fuentes señalan (aumentando la confusión) que las “Brown Ales” se distinguían de las Porters y las Stouts porque estas últimas usaban la recién aparecida “malta black” (sería a partir de 1817, nunca antes), mientras que los cerveceros que no la usaban, no conseguían oscurecer sus cervezas lo suficiente…

    LA BROWN ALE MODERNA

    El “resurgimiento” de esta cerveza se lo debemos a Thomas Wells Thorpe. Entrecomillamos “resurgimiento” porque a pesar de tener el mismo nombre que las “Brown Ales Primigenias”, ni se elaboraban con los mismos procesos, ni con los mismos ingredientes. Thomas W.T. entró como cervecero junior en la cervecería Mann’s en 1875, y en 1902 (cuando ya era director de la empresa, llamada entonces Mann’s, Grossman & Paulin Ltd.), presentó en Whitechapel una nueva cerveza en botella (importante decir que era en botella, cuando en aquella época el producto favorito y más consumido por diferencia era la cerveza de barril), que se llamaba “Mann’s Brown Ale”, y anunciada a los cuatro vientos como “la cerveza más dulce de Londres”. Su receta incluía trigo malteado para mejorar la retención de espuma y cebada tostada para colorear y dar sabor. Su dulzor provenía de su baja atenuación, a pesar de que su densidad inicial era 1,033 (2,7% ABV).
    Durante la Primera Guerra Mundial, la escasez de materias primas (cereales, sobre todo), hizo que el gobierno inglés interviniera, gravando con altos impuestos las cervezas de alta graduación, lo que persuadía a los cerveceros a no emplear mucho cereal, que podía ser destinado a otros productos alimentarios no alcohólicos (que era lo que precisamente el gobierno pretendía). Este hecho fue desastroso para el consumo de cervezas de barril, los cuales acusaron esos ajustes en una pérdida de calidad notable, lo que llevó al consumidor a preferir productos como la “Mann’s Brown Ale”, enfocada desde el inicio a distribuirse en botella, con poco alcohol, pero con una calidad en su elaboración y una estabilidad del producto gracias a la botella que empezó a ser muy apreciada. Las malas lenguas dicen que en ocasiones esta cerveza se usaba como elemento de mezcla con otras cervezas de barril de poca calidad para mejorar el resultado final.
    Las ventas de la Mann’s Brown Ale se dispararon, y el paso lógico de la competencia fue el de empezar a embotellar sus propias versiones (copias) de “brown ale”, lo que convirtió el nombre comercial en una especie de “estilo reconocido”, o usaban otros nombres peregrinos que evocaran dicho estilo, como “Nut Brown Ale”, pero no porque tuvieran sabor a nuez o a frutos secos, sino por la semejanza del color de la cerveza a dichos frutos. E incluso cervezas que ya existían con el nombre comercial de “Amber Ale” se empezaron a re-etiquetar con “Brown Amber Ale” para aprovechar el tirón comercial del ‘invento’ de Thomas Wells.
    Después de la Segunda Guerra Mundial, las cervezas embotelladas volvieron a ver impulsadas sus ventas (en aquel entonces, la cerveza de barril más popular era la Mild). Las brown ales de aquella época tenían densidades iniciales de 1,032 las más suaves a 1,038 las más atrevidas, y algunos cerveceros elaboraban ambas versiones.
    Hacia 1960, la generación de cerveceros que había impulsado a la Brown Ale y a la Mild a ‘best sellers” en botella y barril respectivamente, dio paso a otra generación con otros gustos, y tanto la una como la otra empezaron a ser retiradas de los pubs.
    La cervecera Mann’s, principal culpable de este renacimiento espurio de la Brown Ale, cerró en 1979, y su producción trasladada a la cervecería Usher. La Usher fue independiente hasta 1991, cuando fue comprada por el grupo Courage. La marca Mann’s Brown Ale se vendió en el año 2000 a Refresh UK, empresa que hoy pertenece a Marston, y la Mann’s Brown Ale se elabora de nuevo en la cervecería Thomas Hardy desde 2008.

    LA “OTRA” BROWN ALE

    Mientras todo lo anteriormente relatado ocurría en el sur de Inglaterra, otro tipo de Brown Ale desde el punto de visto histórico prosperó en 1927 cuando desde Newcastle se lanzó una cerveza de características afrutadas, de color ámbar oscuro, más seca y potente que la Mann’s, con el nombre de Newcastle Brown Ale. Y en Sunderland, se cuenta la historia de la cerveza Maxim (1901) que en origen se la etiquetaba como “Strong Amber-Brown Ale”, pero que vio su potencia “strong” reducida tras las numerosas quejas de que los parroquianos se quedaban dormidos al poco de empezar a beber. Más tarde, en 1938, volvió una versión más alcohólica otra vez, para equipararse a la Newscastle Brown Ale, con el nombre de Doble Maxim.
    Además de estas cervezas, otras dos fábricas del norte de Inglaterra elaboraban este particular estilo de cerveza imitando a la Newcastle Brown Ale: la Nut Brown Ale de Samuel Smith y la Strong Brown Ale de Northern Clubs Federation (ya cerrada).
    Como anécdota, la ciudad de Newcastle reclama para sí misma haber sido la primera ciudad de Inglaterra en la que se elaboró cerveza, mucho antes de la época romana.

    VERSIÓN AMERICANA

    Ya en 1980, en los Estados Unidos, nace un nuevo estilo Brown Ale… A decir verdad, la brown ale llega a América mucho antes, con los ingleses emigrantes (hay menciones de 1810, junto a los otros estilos coetáneos), pero ocurrió lo mismo que en las islas, que desapareció hasta que una microcervecería californiana (Pete’s Brewing Company) elaboró su Wicked Ale, inspirada en la Samuel Smith Nut Brown Ale y que se hizo con la medalla de plata en la categoría “ale” de la GABF (Great American Beer Festival) en 1987. Y fue tanto el éxito de la cerveza que en 1988 la organización creó la categoría “American Brown Ale”.

    RETOMEMOS LA HISTORIA | VERSIÓN CRÍTICA

    Martyn Cornell, en un post del 31 de marzo de 2011, (posterior a su libro, de 2010), vuelve a hablar de las Brown Ales, pero esta vez en un tono mucho más crítico. Titula su artículo “¿Por qué no existe la “English Brown Ale”?”, y lo empieza con unos divertidos símiles. Insiste en que algunas personas toman dos cervezas diferentes, que a la vista parecen diferentes, con un sabor totalmente diferente y elaboradas de manera diferente, y aun así siguen diciendo que son variaciones de un mismo tipo de cerveza, igual que si a la hora de crear la categoría de “caballo”, ponemos al “caballito de mar” y al “caballete” del pintor en el mismo grupo. Y asegura que ni la “Newcastle Brown Ale” ni la “Mann’s Brown Ale” son dos sub-tipos de otro mayor conocido como “English Brown Ale”.
    El origen de la Newcastle Brown Ale (prototipo de la “Northern Brown Ale”) era una mezcla, un ‘blend’ de una cerveza de baja densidad, y que se vendía por sí misma, conocida como “Newcastle Amber Ale”, con otra más madura y oscura (que incluía malta crystal y caramelo) de alta densidad, que infundía a la mezcla sus notas frutales y su color, que era tan solo un poco más oscura que las Bitter inglesas más tradicionales.
    Luego, la “Mann’s Brown Ale”, modelo de la “Southern Brown Ale” era más negra que marrón, solo para empezar, ya que incluía malta tostada (lo que daba notas tostadas al sabor, pero menos que en una Stout o Porter). También tenía un dulzor considerable, y una aportación casi nula del lúpulo, ya que en las brown ales “primigenias” los elaboradores aprovechaban lúpulos viejos o de baja calidad… (cuando otros dicen que eran las más lupulizadas del momento) por lo que, si dejamos de lado que el nombre comercial contiene las palabras “Brown Ale”, la “Mann’s” es muy diferente de la “Newcastle”. Por lo que Martyn insiste en tener ciertas palabras con la persona a la que se le ocurrió poner estas dos cervezas tan diferentes en el mismo estilo.
    Para ser justos (añade), es una confusión incluso anterior a que Michael Jackson escribiera sobre dichas cervezas, por lo que no es el principal culpable del error. El problema fue (siempre según Martyn), que el Daily Mirror, en una encuesta sobre cervezas británicas en 1972, metió bajo el mismo paraguas a un grupo de cervezas con bastante poco criterio, entre las cuales se encontraban la “Newcastle Brown Ale” y la “Vaux Double Maxim” (similares entre sí) junto a las elaboradas a imitación de la “Mann’s”, como la “Greene King Harvest”, la “Truman’s Trubrown” y la propia “Mann’s Brown Ale”. El periódico no solo mezcló cervezas con diferentes colores, sino también con graduaciones que iban de entre un 2,4-2,7% para las últimas y de 4,2-4,5% para las primeras.
    No hubo “brown ales” en Inglaterra en el siglo XIX hasta que Thorpe elaboró la Mann, y la gente tiende a pensar en que hay un vínculo entre las “Brown Ales” del siglo XVIII (o anteriores) y las del siglo XX, cuando no lo hay. Las del siglo XVIII eran más fuertes (más de 7% de alcohol), y hay muchísimos indicios de que tuvieran un sabor ahumado, proveniente de la malta.
    El éxito que la Pete’s Wicked Ale alcanzó en los Estados Unidos con una brown ale supuestamente inspirada en una brown ale de Samuel Smith, ha relanzado la manía de etiquetar cervezas con la partícula “brown ale” (ya no solo en Estados Unidos, también en Inglaterra), pero nunca sabrás qué vas a beber hasta tenerla en el vaso, puesto que los patrones que guarda este nombre son muy dispares.
    Respecto a la Pete’s Wicked, Ray Daniels nos descubre en su libro que la susodicha cerveza incluye en su receta malta Pale, Crystal y Chocolate, que tiene una densidad inicial de 1,052 y que usa Brewers Gold y Cascade para 29 IBU… lo que parece indica que se inspiró algo más en las “Dark Brown Ales”, resultando más parecida a la “Mann’s” que a la “Newcastle”.

    RAY DANIELS

    Ray Daniels dedica el capítulo 20 de su Designing Great Beers a las Brown Ales (compartiendo escenario con las Milds) y coincide con Martyn en que hablamos de uno de los estilos más antiguos de Inglaterra… pero con otro punto de vista menos histórico y más de cara a la elaboración de dicho estilo. Apunta que, en origen, la malta usada para elaborar este estilo era secada a partir de fuego de leña (y no al sol como hemos apuntado antes), y que ésta adquiría, por fuerza, notas ahumadas, una característica que por aquel entonces era muy apreciada, hasta que el uso de los hornos de coque o carbón se popularizaron y la malta perdió ese carácter ahumado.
    Aquel la malta usada para elaborar Brown Ales se conocía como “brown malt” y asegura que en el siglo XVIII, siguiendo el principio del Parti-Gyle era habitual elaborar Stout con el primer mosto, “Strong Brown Ale” con el segundo y algo conocido como “Common Brown Ale” con el tercer mosto. Y por lo que se ve, aquí habría una las razones por la que existe una línea muy fina entre la Brown Ale y la Porter, en la que hay quien asegura que en lugar de una “evolución” propiamente dicha de la cerveza en función de los gustos del consumidor, de la una a la otra, en muchos casos sería un simple cambio semántico, o al menos, al principio.
    Ron Pattison nos indica que la malta brown era la más barata de producir, y que a diferencia de las maltas brown de nuestros días, en el siglo XVIII tenía suficiente poder diastático como para emplearse como malta base. Y por eso las primeras Porters y Stouts se empezaron a elaborar con este tipo de malta. Como se secaba más rápido y a más temperatura que las maltas pale o ámbar, no necesitaba tanto control de las temperaturas, como con las otras maltas.
    Hay constancia de que, en algún momento, se usaba paja para secar la malta, la cual tenía dos ventajas sobre la madera: que era más barata y que no aportaba sabor a ahumado. Al contrario de lo que asegura Ray Daniels, el sabor a malta ahumada no era apreciado en la cerveza (sí en el whisky), por lo que algunos cerveceros, si tenían que usar malta con sabor ahumado, la solían guardar durante un tiempo para hacer que todo o parte del mismo se disipara.
    Y es que cuando te pones a bucear en la historia de la cerveza, nada parece claro, y encuentras comentarios dispares y contradictorios de todos los colores. Por eso luego discutir sobre cerveza es tan divertido: todo el mundo parece tener razón.

    BROWN ALES DEL SUR Y DEL NORTE

    Ciertas publicaciones cerveceras no distinguen entre estilos ingleses de Brown Ale (norte y sur), pero otros, como los libros de Michael Jackson sí diferencian claramente los dos estilos.
    A las London Brown Ales o Southern Brown Ales (DI 1,035-1,040, 20 IBU) se las suele describir como cervezas de color marrón oscuro (aunque también existen ejemplos de color claro), perfil maltoso y aroma a caramelo; dulce al paladar con sabor a malta y caramelo, y con sabor a lúpulo bajo.
    De las Newcastle Brown Ales o Northern Brown Ales (DI 1,045-1,050, 15-25 IBU) se dice que tiene un color que va de ámbar oscuro o marrón rojizo, con aroma a lúpulo, y también a caramelo y a malta. Aunque el carácter maltoso y dulce persiste, tienen un nivel medio de amargor.
    Las American Brown Ales (DI 1,040-1,050, 25-60 IBU) ya son otra historia. Su rango de color varía de ámbar oscuro a marrón, y el nivel de amargor se equilibra con aroma y sabor a lúpulo altos, obviamente, de variedades americanas, e incluso se acepta un nivel bajo de diacetil.
    Como ya sabemos, este estilo nace copiando las bases de la Pete’s Wicked Ale, y hay cientos de versiones “clon” en internet muy similares, por si alguien tiene curiosidad acerca de más detalles.
    Otros, en lugar de usar la categorización de norte o sur (“Northern” y “Sourthern”), prefieren decir “Brown Ale” y “Double Brown Ale”, asegurando que esta clasificación tiene mucho más sentido, habida cuenta que el mismo cervecero muchas veces elaboraba de los dos estilos. Y tiene más lógica pensando en los inicios históricos de esta cerveza, donde gracias al Parti-Gyle teníamos la “Commom Brown Ale” y la “Stitch” (o “Stronger Brown Ale”), la primera para beber fresca (en el sentido de “joven”) y la segunda para dejarla madurar un poco más.
    La BJCP tiene dos visiones distintas, la que asume en la guía de 2008 y la nueva de 2015. En la guía BJCP del 2008, tenemos al estilo “Southern English Brown” (11B) y a la “Northern English Brown” (11C). La “Southern” toma como prototipo a la Mann’s Brown Ale, y se refiere a las Brown Ale que se elaboraban en Londres, más dulces y más oscuras que sus “primas” del norte, pero con menos densidad inicial (1,035-1,042). La “Northern” toma como modelo a la “Newcastle Brown Ale” y tiene unas densidades iniciales de entre 1,040 – 1,052.
    Sin embargo, en la guía BJCP del 2015, simplemente tienen la categoría 13B, a la que llaman “British Brown Ale”, olvidándose de la división geográfica, con una descripción que dice que es “una ale británica maltosa, marrón, orientada al caramelo sin los sabores tostados de una Porter”, y reconocen que es una categoría de “amplio alcance con diferentes interpretaciones posibles”. E incluso nombran la “Double Brown Ale” de la cual nos hablaban nuestros queridos historiadores.
    Y no podemos olvidarnos de la “American Brown Ale” (10C en el 2008), la interpretación americana del estilo, más potente que cualquiera de las otras dos (1,045-1,060), y que en el 2015 pasa al grupo 19 (19C), que también evoluciona y suaviza el perfil del 2008.
    Hay otras guías de cerveza, menos cacareadas por el jombrigüer medio pero igual de importantes y curiosas que la BJCP, como por ejemplo la de la Brewers Association.
    La brown ale inglesa de la guía de la Brewers Association se describe como una cerveza de color cobrizo a muy oscuro. En aroma, dice que tiene que tener un nivel esteroso (frutas) de bajo a medio que es apropiado para el estilo, con notas a maltas tostadas y a galleta y lúpulo muy bajo. El rango de equilibrio va desde seco a dulce, mientras que el sabor lo describe como con notas maltosas, lúpulo muy bajo, amargor muy bajo o bajo, y bajos a medio-bajo niveles de ésteres, como apropiado. Si hay diacetil, muy bajo y cuerpo medio.
    Mientras que describe la versión americana del mismo color que la inglesa, con aromas esterosos muy muy tenues, notas a maltas, caramelo y chocolate y lúpulo bajo a medio. Igual para el sabor. Amargor de medio a alto, sin diacetil y cuerpo medio.

    ELABORACIÓN DE LAS BROWN ALES | VERSIÓN HISTÓRICA

    Teniendo en cuenta las notas de Ray Daniels, sabemos que en muchos casos, las diferencias entre Mild y Brown Ales responden únicamente a la carga de malta (un simple asunto de densidades, o bien un planteamiento típico de Parti Gyle) ya que muchas veces la receta es muy similar, aunque las adiciones de lúpulo difieren. Además, el enfoque de los productos eran distintos, la Mild estaba pensada para distribuir en barril, y como ya sabemos, la brown ale era carne de botella.
    Las maltas más comunes en las recetas de Brown Ales, más allá de la malta base (Pale, típicamente inglesa si es posible), son la malta Crystal (un 10-15%) y la Chocolate (2-3%), y luego el trigo (hasta un 5%, si lo usas), o la versión de Black junto a cebada tostada (en lugar de Chocolate), con unas densidades iniciales medias que van de 1,047 a 1,053, y lo usual es elaborarla con un macerado por infusión simple de 67-68 °C.
    Respecto a los lúpulos, habría dos planteamientos claramente diferenciados y obvios: el planteamiento inglés y el americano. Los ingleses usarían sus lúpulos originarios (Fuggle, sobre todo, o Willamette, y variedades Golding o Northern Brewer) para conseguir un amargor bajo o moderado (25 IBUS, aunque las versiones comerciales más conocidas tienen entre 20 y 33, para un BU:GU de 0,50-0,70) y los americanos, lúpulos más domésticos como el Cascade o Chinook, para unos 45-50 IBUs (un BU:GU de 0,90-1), con más adiciones y más presencia en la recta final del hervido.
    Acerca de los lúpulos, Randy Mosher en “Radical Brewing” se inclina por la versión inglesa y aconseja lúpulos ingleses (Fuggles como el más tradicional), pero sólo usarlo para el equilibrio de amargor, no como aroma o sabor, manteniendo las adiciones entre los minutos 90 y 45. Y sobre todo, evitar lúpulos resinosos.
    Para la levadura, aunque hay un amplio rango donde elegir, parece claro que mientras las versiones americanas requerirían una levadura con perfil limpio y equilibrado, las inglesas optarían por alguna cepa típicamente inglesa que sí deje su impronta en el sabor.
    El consejo de Randy Mosher en cuanto a la elección de la levadura, es decantarse por una cepa esterosa, y entre sus favoritas está la Wyeast London ESB, sobre todo si la haces trabajar en rango bajo.
    Sobre el agua, si tenemos en cuenta que Londres es cuna de muchos estilos de cerveza oscuros y se suele usar el perfil de agua de Londres como modelo para dichos estilos, suele ser un agua rica en carbonatos, los cuales funcionan bien con el carácter maltoso típico.
    A la hora de hablar de perfiles de agua de una ciudad en concreto, sueles encontrar muchísimas contradicciones o datos inexactos entre una fuente y otra. Eso se debe a que en un mismo lugar (y en una ciudad tan grande como Londres, aún más), habría diferentes perfiles de agua dependiendo del manantial en cuestión. Pueden ser similares en los puntos más significativos, pero por ahora no voy a ceñirme a ningún perfil de agua concreto.

    ELABORACIÓN DE LAS BROWN ALES | VERSIÓN JOMBRIGÜER DESBOCADO

    Muchas veces, como el propio Ray Daniels ya reconoce en su libro, estas cervezas sirven para “poner un poco de todo en el macerador”, un planteamiento poco riguroso, pero muy popular entre los jombrigüeres, y que es radicalmente opuesto a los usos comerciales. Las cervecerías comerciales se limitan a focalizar el uso de su malta base habitual y una sola malta oscura.
    Y he de reconocer que la primera vez que elaboré una brown ale fue precisamente por esta razón: nos encontrábamos ya al final de la temporada cervecera (cosa que solo ocurre si no tienes apaños para controlar la temperatura), mientras que nos quedaban restos de maltas de todas las elaboraciones pasadas… unos cuantos cientos de gramos de Special B, un poco de malta Black, Munich por aquí, Viena por allá… Y estudiando estilos para ver cómo podía aprovecharlas, pude comprobar que en las brown ales ‘alocadas’ quedan muy bien.
    La primera brown ale de la que guardo receta era de perfil “northern”, tenía ocho maltas diferentes, además de copos de cebada y avena, con una DI de 1,049, y lúpulos ingleses (Fuggles, Northern Brewer y Styrian Goldings). Todo por aprovechar material pendiente de usar. Repetimos la receta en varias ocasiones (variando porcentajes de malta, eliminando e incorporando nuevas) y tras las pruebas nos quedamos con la que habíamos elaborado en segundo lugar, la cual también hemos repetido buscando la consistencia de la misma, y que presentamos en la siguiente sección.

    LA RECETA DE LA WITHYWINDLE WATER

    El nombre de Withywindle Water viene del nombre original del río que cruza el Bosque Viejo en la Tierra Media (el universo de ficción de ‘El Señor de los Anillos’), y que en español se llamó Tornasauce, río que se describe como “de aguas pardas”, ideal para nuestros propósitos de creación de una cerveza “brown”.
    Un año nos dio por comprar Maris Otter directamente a Inglaterra. Un saco de 25 kg. Que, a pesar de haberlo pedido sin moler, nos llegó molido, así que nos apresuramos a gastarla para que no se echara a perder, y desde entonces la consideramos fija en la receta como malta base. Afortunadamente, hoy la malta Maris Otter (o pseudo-Otter) es más accesible que antes. Aquel año también compramos malta brown típicamente inglesa directamente a Inglaterra, que no hemos vuelto a comprar porque tras algunas investigaciones decidimos hacerla nosotros mismos en casa y ahorrarnos algo de dinero en envíos, además de que no siempre está disponible. Sobre cómo hacer malta brown en casa hablamos más adelante.
    Sobre los lúpulos, siempre buscamos un perfil de lúpulo inglés, y hemos usado varios, todos quedan bien. En la versión final (la que hemos llamado Withywindle Water II y que llevamos al congreso) usamos Challenger, pero si tienes algún otro lúpulo inglés, puedes usarlo. Sin embargo, a pesar de las recomendaciones de que las “brown ale” inglesas modernas no tienen que tener adiciones finales de lúpulo, nosotros metemos una a falta de 10 minutos, para darle un toque alegre.

    Ingredientes:
    Maltas:

    • 72% Maris Otter
    • 5% Malta Munich
    • 5% Malta Crystal
    • 5% Malta Cara-Pils
    • 8% Malta Brown hecha en casa
    • 1% Malta Black
    • 4% Copos de avena

    Para una Densidad Inicial de 1,040.
    Lúpulos:

    • Adiciones de Challenger a los 90, 60 y 10 minutos para conseguir 30 IBUS.
    • La última adición, la de 10 minutos, ajustarla en torno a 0,8 g/litro final.
    • Por ejemplo, nuestro Challenger tenía 5,8% de AA y usamos 20 g a los 90 minutos, 30 g a los 60 minutos y 20 gramos a los 10 minutos.

    Levadura:

    • White Labs WLP 007 | Dry English Ale Yeast

    Usamos esta por miedo a que se nos estropeara el vial, pero también hemos usado la WLP 002 con buenos resultados. Y cuando no controlábamos de levaduras líquidas, la Safale S-04 e incluso la Notthingam de Lallemand. Apuntamos a una fermentación de 20 °C.
    Hemos embotellado a 1,012 e incluso a 1,010.
    Como consejo final a la fermentación, siempre recomiendo subir un par de grados al final (22 °C), antes de pasar a frío para decantar.
    Sobre el agua: no hemos tratado el agua en ninguna de las versiones, simplemente es agua de grifo dejada por la noche en la olla (como manía-superstición adquirida). Pero obviamente, un perfil de agua que potencie los caracteres maltosos mejoraría el resultado.

    Notas

    • La malta black la echamos en el recirculado, sin que haya macerado la primera hora, para aportar color, pero no sabor. El macerado es simple, a 68ºC.


    CÓMO HACER MALTA BROWN CASERA

    Hacer malta brown casera es tan sencillo como poner en la bandeja del horno una capa de un par de centímetros de malta Pale, lo que quepa en la bandeja (no te preocupes mucho en pesarlo, cuando pierda humedad pesará menos y el peso que vale es el final), y ponlo 60 minutos a 135 °C y sube a 177 °C otros 30 minutos.
    Durante todo ese tiempo se te llenará la cocina de un olorcito rico a malta tostada que te hará sentir reconfortado (o si tienes instintos psicópatas, no te provocará sensación ninguna), y cuando se complete el tiempo, retira la bandeja con cuidado de no quemarte y pon la malta a enfriar, luego será el momento de pesarla para saber lo que puedes incluir en tu receta.
    Cuando ya lo hayas hecho muchas veces, serás capaz de predecir cuánta malta sacarás en función de la cantidad que hayas metido. Y por supuesto, no pierdas la oportunidad de masticar la malta recién horneada (cuando ya esté fría, que nos conocemos) para saber qué puede aportar.
    Evidentemente, hay otros planteamientos de horneado que darán resultados similares, como por ejemplo Randy Mosher en el “Radical Brewing” (página 92), donde parte de malta Pilsen a 190 °C durante 30-45 minutos. Otros usan 30 minutos a 107 °C, otros 30 minutos a 148-150 °C y finalmente otros 30 minutos a 176-177 °C. Te invito a que hagas tus propias pruebas para saber cuál te encaja mejor, o que derives los tiempos y temperaturas a placer.

    OTRAS RECETAS INTERESANTES DE BROWN ALES

    Emulando un dicho muy famoso, podemos decir que hay tantas recetas de brown ales, como cerveceros (habidos, que son, y por haber). Una vez dicho esto, y teniendo en cuenta que en internet podemos encontrar zillones de recetas con la coletilla “brown ale” en su nombre, y muy dispares entre sí, sabiendo que una brown ale puede ser cualquier cosa según la perspectiva que se tome (patrón primigenio, del norte de Inglaterra, del sur, americana o la del jombrigüer desquiciado), he rescatado algunas que me han parecido interesantes.

    CLON DE LA NEWCASTLE BROWN ALE

    Newcastle_Brown_Ale_logoEn la revista Zymurgy (edición de julio/agosto de 2001) se publica un clon de la Newcastle Brown Ale, y como ya sabemos que en origen era un blend de dos cervezas diferentes, esta elaboración lo tiene en cuenta, con los siguientes parámetros:

    Ingredientes
    (para 38 litros)

    • 7,6 kg de malta de dos hileras (la famosa 2-rows americana), 
    • 0,91 kg de malta crystal 55 °L, 
    • 85 g de malta black,
    •  85 g de malta chocolate, 
    • 227 g de trigo tostado.

    Lúpulos

    • 57 g de East Kent Goldings (5% AA) a los 90 minutos y 
    • 57 g a los 30 minutos. Para 27 IBUs

    Levadura

    • WYEAST 1028 Special London / White Labs English Ale Yeast

    Macerado simple a 68 °C.
    Hervido de 90 minutos
    Indicaciones

    1. Divide el mosto en dos ollas diferentes, una con densidad a 1,050 y otra a 1,035. 
    2. A la hora de poner el lúpulo, usa la mitad para cada uno de ellos. 
    3. Enfría a 18 °C e inocula la levadura. 
    4. Mezcla las dos cervezas antes de embotellar (con precauciones para no oxidar).
    5. Según las indicaciones, las densidades finales rondarían 1,012 y 1,008 respectivamente.


    • Un ejercicio interesante para practicar el Parti-Gyle y yo embotellaría parte de cada cerveza por separado y luego mezclaría. Así tendría 3 cervezas diferentes y material muy útil para aprender.


    CLON DE LA DOG FISH HEAD INDIAN BROWN ALE

    Las “cervezas excéntricas para gente excéntrica” de Dog Fish Head no dejan de llamar la atención (por lo menos, a mí), así que al tropezarme en la Zymurgy con un clon de su Indian Brown Ale Clone (la cual no he probado nunca), lo apunté entre las recetas para hacer.

    Ingredientes
    (para 20,82 litros)

    • 5,4 kg de malta 2-row, 
    • 283 g de malta ámbar, 
    • 283 g de malta crystal 60 °L, 
    • 57 g de cebada tostada, 
    • 227 g de azúcar moreno (en el hervido).

    Lúpulos

    • 14 g de Warrior (16% AA) a los 60 minutos, 
    • 28 g de Vanguard (4,5%) a los 0 minuto

    Levadura

    • Ringwood Ale Yeast

    Hervido 90 minutos
    IBUs: 21
    Densidad Inicial: 1,072
    Macerado simple a 67 °C durante 60 minutos. Lavado a 76 °C durante 10 minutos.
    Fermentar a 21 °C y a 16 °C en secundario, durante al menos una semana.

    GANADORAS DE LA NATIONAL HOMEBREW COMPETITION

    A la hora de diseñar recetas, muchas veces consulto las recetas ganadoras de la NHC organizada anualmente por la AHA, y he hecho este pequeño ejercicio con los últimos años, para ver qué han hecho al otro lado del charco. Sin embargo, en la categoría 11, en la que participan las Mild, y las English Brown (Southern y Northern), sólo ha ganado el estilo Brown Ale en 2011 y en 2012 (Northern en ambas ocasiones). Sobre todo, la del 2011 cumple el perfil perfecto de “to esto me sobra, to esto lo muelo”, incluso con el “variadito” de lúpulos.

    Son estas:

    • MEDALLA DE ORO DEL 2011 DE LA CATEGORÍA 11, entre 277 cervezas
    • Michael Formisano, Thomton, CO

    Ingredientes
    (para 18,93 litros)

    • 3,63 kg de malta British Pale Ale, 
    • 450 g de malta dextrin, 
    • 900 g de malta crystal 75 °L, 
    • 450 g de malta Munich, 
    • 227 g de malta Brown, 
    • 227 g de malta Biscuit, 
    • 113 g de malta Briess Special Roast, 
    • 113 g de malta chocolate, 
    • 113 g de malta Viena

    Lúpulos

    • 28 g de Northern Brewer a los 60 minutos, 
    • 28 g de Willamette a los 30 minutos, 
    • 28 g de fuggle a los 15 minutos, 
    • 28 g de U.K. Golding a los 5 minutos.

    Levadura

    • White Labs WLP002 English Ale Yeast

    Densidad Inicial: 1,056
    Densidad Final: 1,018
    Hervido 90 minutos
    Fermentación primaria: 2 semanas a 20 °C.
    Fermentación secundaria: 2 semanas a 3 °C.
    Macerado a 63 °C durante 30 minutos. Subir la temperatura a 67 °C y macerar otros 60 minutos.
    Lavado a 74 °C durante 15 minutos.


    • MEDALLA DE ORO DEL 2012 DE LA CATEGORÍA 11, entre 198 cervezas
    • Nick Ladd, Seattle, WA


    Ingredientes 
    (para 22,71 litros)

    • 4,54 kg de Maris Otter, 
    • 1,36 kg de malta Viena, 
    • 340 g de malta Special Roast, 
    • 227 g de malta Victory, 
    • 227 g de malta Brown, 
    • 227 g de malta Crystal 77 °L, 
    • 170 g de malta Chocolate

    Lúpulos

    • 42 g de E.K. Golding (4,7% AA) a los 60 minutos, 
    • 7 g de E.K. Golding (4,7% AA) a los 5 minutos y 
    • 7 g de Styrian Golding (4,3% AA) a los 5 minutos.

    Levadura

    • WYEAST 1469-PC West Yorkshire Ale (1.800 ml de starter, con media cucharadita de nutrientes WYEAST).

    Densidad Inicial: 1,051
    Densidad Final: 1,013
    Hervido 60 minutos
    IBUs: 27
    Fermentación primaria: 2 semanas a 16-20 °C. (Empezar en 16 °C y subir poco a poco hasta 20 °C). Enfriar durante 3 días para clarificar.
    Macerado durante 60 minutos a 67 °C. Lavado a 76 °C durante 10 minutos.

    Notas

    • al agua: usa 2 gramos de yeso (gypsum, dihidrato de sulfato de calcio), 4 gramos de cloruro cálcico y 2 g de sales de Epson (pero como tampoco conocemos la composición inicial del agua, nos aporta por dónde van los tiros, pero no podemos usar esa combinación de sales a la ligera).


    CONCLUSIÓN FINAL

    No vamos a volver a discutir sobre la futilidad de los estilos de las cervezas, ni a despacharnos en contra de la BJCP (o de los partidarios de la ‘Fuck Off BJCP’) porque el debate ya es aburrido después de dar mil vueltas en el mismo loop. Sin embargo, a lo largo de todo el post hemos visto cómo un estilo de hace unos cuantos siglos revive totalmente diferente, pero con el mismo nombre en dos sitios diferentes con características diferentes, que además inspiran otro estilo nuevo en otro país distinto… y que todos se etiquetan bajo el mismo nombre…
    Martyn Cornell tiene razón en una cosa: cuando una cerveza se etiqueta como “brown ale”, puede ser casi cualquier cosa. Si especifica un perfil más concreto (norte, sur, americano), ya podemos imaginarnos un poco qué directrices ha seguido el elaborador y esperar algo de la cerveza previamente a probarla. Aunque ya todos sabemos que, se llame como se llame la cerveza, lo más posible es que sepa a sidra (risa macabra).





    Scottish Ales | El estilo fantasma

    Los jombrigüers que empiezan a introducirse en los estilos cerveceros enseguida notan cuatro puntos geográficos de alta tradición cervecera: Inglaterra, Alemania, Bélgica y República Checa (por aquel capitulito sobre un tipo de cerveza “totalmente desconocido”, la cerveza tipo Pilsener). Sin embargo, llama la atención de que de repente, Escocia merezca su propio capítulo sobre estilos cerveceros. Irlanda tiene protagonismo, ¿quién no conoce la Guinness?, pero… ¿podría el neófito cervecero (o incluso alguien ya iniciado) decir cinco marcas históricamente conocidas de cerveza escocesa en el siglo XIX?
    Así que cuando te arremangas y empiezas a investigar sobre las cervezas típicas de Escocia, consigues saber algunos datos importantes que caracterizan a estas cervezas.
    El primero y más singular, es (que dicen) que como los escoceses no gozaban del “estupendo” clima de sus colegas ingleses, se veían impedidos de cultivar el lúpulo en su territorio, por lo que tenían que comprárselos a comerciantes ingleses. Como el pique histórico entre ambas culturas ha sido constante casi renunciaban a su uso. Eso derivaba en cervezas con poco o ningún amargor, y por supuesto, sin aroma o sabor a lúpulo.
    El segundo rasgo característico de estas cervezas, viene a ser que por ciertos usos y costumbres en la cocción del mosto a través de fuego directo, la malta se caramelizaba en exceso, lo que volvía a incidir en el dulzor de estas recetas.
    De hecho, la BJCP asienta estos comentarios y añade otros, todos curiosos, como la propia clasificación de estos estilos, a través del supuesto valor de los barriles según su poderío alcohólico. O lo que es lo mismo, los grupos 9A, 9B y 9B corresponden a Scottish Light, Scottish Heavy y Scottish Export respectivamente, o lo que es lo mismo, 60/-, 70/- y 80/-, cuyas descripciones son iguales, salvo por las densidades, lo que implica que varíe el alcohol.
    El resto de las descripciones son similares, ya que según ellos la única variación viene de las densidades, pero la descripción general sigue siendo: dulzor maltoso medio o bajo, a veces descompensado por la caramelización de la malta debido a un hervido largo. Bajo o ningún aroma a lúpulo, y aromas varios (como fruta, diacetil o ahumado) como opcionales. Del lúpulo apenas ni se acuerdan (sabor a nivel bajo o ninguno), con un final seco debido al uso de malta tostada, cuerpo medio (a veces cremosa) y carbonatación baja o moderada.
    Como punto final, tenemos la Scotch Ale, la más fuerte de todas las recetas, apodado “Wee Heavy”, el cual no habría que confundir con el 70/- Scottish Heavy Ale.
    Sin embargo, cuando leemos a historiadores de las islas, nos vamos dando cuenta de lo confusas, arbitrarias e incompletas que son todas estas indicaciones.
    La fuente original de toda o casi toda la información, a partir de ahora, es el inigualable y fenomenal Ronald Pattinson y su blog Shut up about Barclay Perkins… Por todo lo dicho, hasta aquí llega la “leyenda” romántica de las Scottish Ales. Lo que viene a continuación, es la “historia”.

    Expediente shilling

    Respecto al “hecho” de sobra conocido de que las cervezas escocesas se clasificaban según su contenido en alcohol, habría que puntualizar algunas cosillas. Parece lógico que cuanto más alcohol tuviera una cerveza, más impuestos tuviera que pagar la fábrica, y cuanto mayor coste supusiera producir esta cerveza para dicha fábrica, más costaría dicha cerveza en el mercado. Obviemos los aburridos temas políticos acerca de que si los impuestos se pagaban por la cerveza, el alcohol o por la malta y los lúpulos (como así fue durante un tiempo) y volvamos a decir que las cervezas se nombraban según los “chelines” que costaban (en inglés, shillings), así que tenemos las de 60 shillings (o 60/-, abreviadamente) y luego las de 70/- y 80/-. La parte “/-“ se leería como “chelines” o también “bob”, con lo que la gente diría “Paco, ponme una pinta de ochenta bob, anda, majo”.
    Lo que empieza a rechinar es que haya mil doscientas constancias diferentes de que había cervezas que costaban 50/-, la 100/-, la 120/-, la 140/- y la 160/-. Ya que, obviamente, los precios fluctuaban ya no solo por las prácticas comerciales, sino con el transcurso del tiempo. Además, muchas fábricas no las clasificaban así, sino con su propio numeral (del 1 al 4, del 1 al 12, etc…).
    Con el escritor Horst Dornbusch, nos encontramos con la clave que desmonta estas teorías, que viene de confundir los precios de cervezas de distintas épocas, e incluso el precio real según la medida ; no sólo se vendían barriles, con una capacidad que además variaba según el año, pero que en el siglo XIX rondaba los 164 litros sino hogsheads (toneles más grandes) unos 245 litros. Por lo que un barril de 60/-, en el tonel más grande, fácilmente costara 90/-, lo que añadiría mayor confusión a esta clasificación.
    Las famosas (y por increíble que parezca, ‘desconocidas’) shilling Ales de la fábrica William Younger, de 1868 tenían las siguientes densidades: 50/- Ale 1,040, 60/- Ale 1,047, 80/- Ale 1,068, 100/- Ale 1,076, 120/- Ale 1,088, 140/- Ale 1,102 y 160/- Ale 1,116.
    Por si esto fuera poco, la clasificación de cervezas según este “shilling system” no es exclusiva de Escocia, ya que se extiende por otras partes de la isla, y no solo eso, sino que también se distribuían y vendrían así otros estilos, como Stouts y Milds.
    Una pregunta muy sencilla sería… si hay indicios tan claros de más supuestas clasificaciones de la cerveza según densidades… ¿Por qué la BJCP se queda sólo con tres de ellos? Seguramente la respuesta sería o bien que así quedaba más bonito o que se acogieron a lo que una fábrica en concreto hacía durante un tiempo en concreto, obviando todo lo demás.

    La lupulización

    El tema de las cotas cortas de lupulización también apunta a una invención supina. Primero, porque el clima de Escocia (concretamente, de Edimburgo, núcleo principal cervecero en los siglos pasados) no es muy distinto del de Burton, por ejemplo, emplace famosísimo por su producción masiva de cerveza típicamente inglesa. Lo que además echaría por tierra otro mito hasta ahora no comentado: que se fermentaban más tiempo y a temperaturas más frías. Realmente, no habría necesidad de ello, o al menos, no habría necesidades diferentes que las de Burton. Lo del clima en Escocia es recurrente… como si las diferencias de temperatura entre Londres y Edimburgo fueran las mismas que entre Cádiz y Helsinki.
    Ron Pattinson en “Shut Up About Barclay Perkins” se cansa y no acaba de explicar y demostrar mil ejemplos donde los ratios onza/galón de los lúpulos son iguales en el caso de las cervezas inglesas y escocesas.
    Además, hay muchas comparativas de recetas entre Pale Ales inglesas y escocesas y los rangos de lúpulos vienen siendo idénticos. Un ejemplo clásico (para no aburrir al personal con millones de datos numéricos), está en el libro Old British Beers del Dr. John Harrison, en el que tanto las recetas de la 50/- Pale Ale de 1865 de la cervecería Brakspear (inglesa) y la Pale Ale No 3 de 1896 de la fábrica William Younger usaban, ambas, 1,8 onzas de lúpulo por cada galón imperial de mosto (lo que sería más o menos unos 51 gramos por cada 4 litros y medio o lo que es lo mismo, unos 11 gramos/litro). Un ejemplo simple que tira por tierra un par de décadas de leyendas infundadas.
    Podemos remarcar también que Clyde Valley (zona de Glasgow hacia el sureste) tiene renombre de cultivar buenos lúpulos gracias a su microclima.
    Pero si queremos ahondar en esta desmitificación, nada más fácil que acudir a las India Pale Ales. A estas alturas todos sabemos que por ciertas razones (que hoy no vienen al caso), las IPA tenían altas cotas de lupulización, y los escoceses también se subieron al carro de las IPA. ¿Hubieran hecho esto si renunciaran de facto al uso de los lúpulos? Difícil de creer, claro… Lo veremos más adelante.
    Otros autores, como Ray Daniels en Designing Great Beers (próximamente en castellano) han hecho notar el hecho de que si bien estas cervezas podrían haber alcanzado en algún momento el mismo grado de lupulización que sus vecinas inglesas o galesas, el hecho del transporte del lúpulo o su simple almacenamiento, provocaría cierta degradación y pérdida de “potencial amargante” que podrían derivar en que la percepción de dichas cervezas fuera más dulzona.

    ¿Parti-gyle?

    La ‘leyenda’ cuenta que el método tradicional escocés para elaborar cerveza era el conocido como parti-gyle, que para no hacer muy largo el cuento y sin entrar en muchos detalles, consistía en hacer macerados sucesivos de una misma cantidad de malta. El primer mosto obtenido tenía una densidad muy alta, el resto, menos, y los últimos, muy bajas. Hay mucha creencia infundada de que las Scotch Ales se elaboraban con el primer método (la “Wee Heavy”), luego se elaboraba la Export y con los macerados más livianos, las Scottish Ales.
    William Younger no hacía parti-gyling, sino que maceraba sus cervezas de manera individual, incluyendo las de mayor contenido alcohólico, y no usaban sólo el primer mosto ni mezclaban las cervezas después de su fermentación.
    A decir verdad, el parti-gyle es un método de trabajo muy extendido, que no sólo era exclusivo de los escoceses, y que les ha servido a todos los cerveceros durante toda la historia para hacer según qué elaboraciones, pero extrapolarlo a que sólo lo usaban ellos y con el objeto de clasificar sus cervezas como si fueran métodos estrictos es demasiado absurdo.

    El toque ahumado y la turba

    Es común pensar que estas cervezas tenían un toque ahumado, o a tierra, o un poco tostado, que mil y un expertos se lo atribuyen a la turba (peat), ya que aseguraban que ésta jugaba un papel importante en la elaboración de la malta, ya que fuentes históricas venían a asegurar que usaban turba como combustible para secar la malta (y detener así la germinación de la misma), lo que la dotaba de cierto sabor ahumado y terroso. Pues no.
    Podemos empezar con que, según nos dice Ron Pattinson, la turba estaba bastante lejos de las cervecerías, que tenían el carbón mucho más a mano.
    Pero dejando eso de lado, la mayor confusión viene de mezclar el malteado de cebada destinada al whisky con el de la cerveza. Los escoceses usaban (y usan) turba para secar la cebada malteada, pero la que se destina al whisky, no a la cerveza.
    Otros vienen a asegurar que las levaduras usadas en estas elaboraciones así como ciertas particularidades del agua eran las que daban este toque ahumado, lo que vendría a desmentir también el hecho del uso de turba para ahumar la malta.
    En cualquier caso, todo indica que a nivel de producción cervecera en los siglos XVIII, XIX y XX esto no se daba.

    Wee Heavy

    Mucho se ha hablado de la Scotch Ale y la Scottish Ale… no ya del hecho de si existieron o no existieron, si no de sus diferencias esenciales, si las hay… La creencia más extendida es que la Scotch Ale (Strong Scotch Ale según la BJCP) es una versión mucho más fuerte que las Scottish Ales, y que se la conocía con el sobrenombre de ‘Wee Heavy”, es decir, igual que pasa con otros estilos y su apellido “Imperial”. La frase “Wee Heavy es la versión más fuerte de las Scottish Ale, como las barley wine inglesas” es muy común, y no tiene nada de cierta.
    Empecemos por las Scotch Ales. En el apartado acerca de la lupulización de las cervezas escocesas, hemos insinuado que los escoceses también fabricaron cervezas tipo IPA. Recordemos, por tanto, que las cervecerías de Burton (Inglaterra) empezaron a fabricar Pale Ales (Burton Ales, en realidad) muy lupulizadas, bajo el sello Indian Pale Ale, y las fábricas de Edimburgo, que también tenían acceso a manantiales de agua dura más o menos similares a las de Burton, respondieron con una cerveza similar, en rangos de alcohol y lúpulo, bajo la denominación… Scotch Ale. Así que si concretamos esta información, en realidad, la Scotch Ale es otro estilo bien distinto que surgió como respuesta de las Burton Ales (estilo que, por cierto, la BJCP obvia). Y que se llamaba Scotch Ale sólo fuera de Escocia, ya que dentro, simplemente se la conocía como Strong Ale. Según la BJCP no tendría apenas lúpulo, pero históricamente, ya sabemos que tenía a cascoporro.
    Y Wee Heavy es… otra cosa. “Wee” no quiere decir otra cosa que “pequeño”, “Heavy” viene a referirse a la fuerza de la cerveza, que este caso sería elevada. Es decir, tendríamos la “pequeña fuerte”. Empecemos desde el principio: la existencia de una cerveza particularmente fuerte como la 12 Guinea Ale, con una densidad inicial de 1,159 (en el siglo XIX) es la clave para este dato. La cerveza se llamaba así porque el tonel grande (el hogshead que ya hemos comentado) costaba 12 guineas, al uso del “shilling system” del que también hemos hablado (existía la 6 Guinea Ale, la 8 y también la 10). La cerveza, al ser tan fuerte, se tomaba en botellas pequeñas (conocidas como “wee”, palabra antigua para referirse a “small”). Como siempre, con el tiempo, las cervezas cambian sus densidades y los orígenes se confunden. La Wee Heavy era fuerte, como su propio nombre indica, pero no era un estilo extendido, si no la manera de llamar a las botellas pequeñas de una marca en concreto (en este caso, de la Fowler’s Twelve Guinea Ale), y que no tenía mucho en común con la Scotch Ale.

    Caramelización

    Puede que las cervezas escocesas tuvieran un punto de caramelización o no, al menos, no más que las de Inglaterra o Gales. Lo lógico sería pensar que algunas y no todas. Lo de que todas las cervecerías de Escocia adoptaran los mismos métodos de trabajo es difícil de creer, sobre todo cuando tendían a imitar a los ingleses en el mercado de la exportación. Resultaría más fácil pensar que alguna o algunas de las fábricas tuvieran ese rasgo distintivo, pero no que todas las cervezas lo tuvieran.
    Se da el hecho de que si una cervecería famosa adopta un método de fabricación, por la causa que sea, la gente (sobre todo los estadounidenses) tienden a creer que esa práctica se debe al estilo general. Que la cervecería Caledonian distribuye una cerveza con la malta caramelizada gracias a la acción directa del fuego sobre la olla de cocción, y que en su etiqueta pone “Scotch Ale”, pues hala, viene el Michael Jackson de turno y sienta cátedra.
    Lo más desternillante de todo esto es que hoy por hoy, la Scotch Ale más famosa, la Gordon’s Highland Scotch Ale, la que además ha popularizado la copa con la forma del típico cardo escocés (aka thistle-shaped glass), se fabrica en Bélgica por la John Martin Brewery.

    Conclusión

    Parece que todo lo que envuelve a las Scottish Ales, incluyendo la Wee Heavy, la Scotch Ale y su padre en faldas vuelve a ser una invención fantástica apoyada en malentendidos, errores y datos históricos imprecisos. La BJCP y su impulso megalomaniaco de controlar a todas las cervezas del mundo ha vuelto a colarnos una serie de cervezas con ciertas características que no se corresponden con la realidad histórica. Me inclino a pensar que las cervezas elaboradas en Escocia fueran iguales a las que se elaboraban en Inglaterra o Gales. No parece ser bastante descabellado.
    La desinformación llega hasta tal punto, que publicaciones que aparentemente destilan rigor y seriedad, como el Oxford Companion to Beer, da pábulo a todas las cuestiones erróneas que ya hemos comentado.
    Por supuesto, cabe destacar el orgullo patriótico y el sentimiento de amor a su tierra que procesa todo escocés a su Escocia natal. Por tanto, es fácil imaginar que las cervezas se etiquetaban con la leyenda “Scottish Ale”, pero no como reclamo de una cerveza que encierre ciertas directrices, sino algo en el sentido “Brewed in Scotland” (elaborada en Escocia) para distinguirse, esta vez sí, de las cervezas inglesas, pero insistimos, por procedencia (para saber a dónde va tu dinero, más que nada), no por particularidades de la bebida.
    Con todo lo que ahora sabemos, podemos deducir que las Scottish Ales las inventaron los estadounidenses, y ellos lo saben.
    No obstante, obviar todos estos datos y dedicarte a elaborar “Fake-Scottish Ales” de acuerdo a las indicaciones de la BJCP y las guías de estilos que existen por doquier, no está exento ni de diversión, ni de buenos resultados.
    ¿Que es un estilo fantasma alimentado por mitos, malentendidos y confusiones? Ya lo sabemos, pero eso no quita que las cervezas diseñadas para encajar en esos parámetros no sean buenas cervezas.
    Por mucho que las Scottish Ales no existieran en el pasado como estilo definido, hoy en día han surgido como amebas, sobre todo por Estados Unidos, alimentadas por la leyenda y la craft revolution. Tienen una procedencia fantasma, pero eso no está reñido con su calidad.
    Cabe la reflexión de que puede que ninguna de las posturas sea 100% correcta. Es decir, puede que tanto romanticismo americano ante un estilo lejano en el tiempo y en el espacio (para ellos) sea absurdo, pero que el extremo contrario, diciendo que eran idénticas a las inglesas, sea simplemente eso, demasiado extremo. Quizá todo tenga su punto de verdad y su punto de mentira. Pero conviene conocer los dos puntos de vista.
    Por consiguiente, elaborad (y bebed), sin mayores pretensiones, lo que os apetezca.
    Al final, solo se trata de cerveza.

    Receta 
    • Esta receta aparece en la edición de julio / agosto de 2017 de la revista Zymurgy en el artículo Style Spotlight: Scottish Ales de Amahl Turczyn. - 80 Shilling Scottish Ale | Scottish Export 80/- en el sitio de AHA.
    Ingredientes
    Para 5.5 galones estadounidenses (20.8 L)
    Malta:
    • 11 lb (5 kg) Golden Promise malta pálida
    • 5 oz. (142 g) 500 ° L cebada tostada
    Lupulo:
    • 2 onzas. (57 g) East Kent Goldings, 5% a.a. @ 60 min
    Levadura:
    • White Labs WLP028 Edimburgo Scottish Ale o Wyeast 1728 Scottish Ale levadura (2L de arranque)
    Adicionales:
    • 1 tableta de Whirlfloc o 1 cucharadita. (5 g) musgo irlandés @ 15 min
    Especificaciones:
    • Gravedad original: 1.055 (13.5 ° P)
    • Gravedad final: 1.016 (4 ° P)
    • ABV: 5.1%
    • IBU: 30
    • SRM: 15
    Preparacion:
    1. Triture los granos a 154 ° F (68 ° C) durante una hora. Haga puré a 168 ° F (76 ° C) y rocíe a 170 ° F (77 ° C). Recoja suficiente mosto para explicar la evaporación de la larga ebullición de 120 minutos.
    2. Después de una hora de ebullición, agregue el lúpulo de 60 minutos. A los 15 minutos, agregue 1 tableta Whirlfloc o 1 cucharadita. (5 g) de musgo irlandés. Después de hervir, revuelva el mosto vigorosamente para crear un remolino y precipite el trub. Enfríe el mosto a 17 ° C (63 ° F) lo más rápido posible, escurra en un fermentador, levante y oxigene durante 1 minuto con oxígeno puro.
    3. Se debe permitir que la fermentación se eleve libremente a 67 ° F (19 ° C) durante los primeros 4 días. Luego puede proceder a esa temperatura durante otros 10 días hasta alcanzar la gravedad terminal. Transfiera al secundario (se prefiere vidrio o acero inoxidable) y enfríe a 36 ° F (2 ° C) y frío durante 2 a 4 semanas.

    Variacion:
    • Si bien no es tradicional, algunos cerveceros eligen renunciar a la ebullición prolongada y, en su lugar, colocan los primeros 3–4 galones (11–15 litros) de mosto fuerte en la tetera, luego detienen la escorrentía y hierven ese mosto durante 30 minutos. Esto crea sabores a caramelo y oscurece el mosto. Luego, el resto del mosto se puede pasar al hervidor y hervir otra hora con la carga de lúpulo amargo.
    Con Extracto:
    • Sustituya la malta pálida con extracto de malta líquida Maris Otter de 8.5 lb. (3.86 kg). Disminuya la cebada tostada a 4 oz. (113 g) y empinada en agua de osmosis inversa (RO) de 155 ° F (68 ° C) durante 30 minutos. Eliminar granos. Disuelva el extracto y complete hasta el volumen de ebullición deseado con agua RO. Agregue el lúpulo y hierva 60 minutos. Proceda como arriba.



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