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Etiqueta y botella de cerveza de 1897 con el eslogan "No más Chicha", que utilizó el cervecero alemán Leo Kopp, a finales del siglo XIX, para impulsar el consumo de una bebida elaborada industrialmente con tecnología alemana, bebida más higiénica que la chicha, su cerveza Bavaria. |
Abel Fernando Martínez Martín
Un curioso aviso titulado "Interesante al Público" apareció en las calles de Bogotá a finales del siglo XIX. Corría el año 1892, pero no se trataba de un pasquín de la oposición contra el gobierno. El aviso estaba firmado por el entonces ministro de Relaciones Exteriores y futuro presidente de Colombia el conservador antioqueño Marco Fidel Suárez, quien, en el aviso, informaba al público lector: "Certifico que la cerveza Bavaria me ha mejorado mucho de una dispepsia crónica que sufro hace algún tiempo". Agrega, el futuro presidente colombiano que, sin embargo, las cervezas extranjeras le producían, a su nacionalista aparato gastrointestinal, todo lo contrario.
En 1917 con motivo del centenario del sacrificio de la mártir Policarpa Salavarrieta, la empresa cervecera Bavaria del alemán Leo Kopp lanzó al mercado la cerveza La Pola, con un precio más bajo, que tuvo gran acogida en todas las clases sociales. La propaganda oficial y privada de la época le atribuía virtudes medicinales a la cerveza, bebida curativa que recomendaban consumir como eficaz remedio contra el dolor de garganta; eficaz tratamiento para curar el insomnio y muy útil herramienta terapéutica para aumentar la producción de leche en las madres lactantes.
La unión entre el Estado y la empresa privada colombiana continuará en el siglo XX, cuando el gobierno colombiano emprende su famosa campaña para erradicar definitivamente el consumo de la chicha en Colombia, que se había iniciado en tiempos coloniales. El primer Ministro de Higiene de Colombia, el médico liberal del Valle del Cauca, Jorge Bejarano, logra aprobar en el Congreso de la República una Ley que intenta acabar en solo seis meses con el consumo de chicha, ley que prohíbe, desde 1949, el expendio de bebidas alcohólicas o fermentadas, que no estén embotelladas, cuyo grado alcohólico excediera el 4% en volumen. Se prohíbe además con la ley el ingreso de menores de edad a las chicherías y la venta de chicha en los restaurantes, la chicha viajaba por la ciudad en carrotanques.
El ministro de Higiene, para justificar la medida, insiste en el protagónico papel de los enchichados en los actos violentos sucedidos durante el Bogotazo, el 9 de abril de 1948. El ministro Jorge Bejarano ve en el chichismo: "el más grande problema médico higiénico que ha afectado durante siglos a campesinos y obreros de Boyacá, Cundinamarca y Nariño (…) una población no menor de dos millones de gentes entregadas al más nefasto vicio". Con la persecución oficial del consumo de la chicha, crece inmediatamente el consumo de cerveza en el país y las ganancias de las cervecerías suben como la espuma: el empresario alemán Leo Siegfried Kopp, propietario de la Cervecería Bavaria, impulsaba a la cerveza como un producto elaborado con tecnología alemana y con mayor higiene. Kopp hará imprimir el slogan "No más Chicha" en todas sus botellas.
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