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Influencia asiática en la producción de mezcal en la costa de Jalisco. El caso de la raicilla

Ana G. Valenzuela Zapata*
Aristarco Regalado Pinedo**
Michiko Mizoguchi***
Resumen

Probablemente en el siglo xiii ya se elaboraban destilados de arroz en Tailandia con un aparato destilador rústico que llegó a las zonas templadas de Asia y que derivó en las bebidas conocidas como shochu en el sur de Japón y mas tarde en el siglo xvi en la producción de un destilado de agave o mezcal en la costa de Jalisco. Con los nombres de shochu y de mezcal se distinguen en Japón y en México una gran diversidad de aguardientes; en el primero, procedente de diversas materias primas, y en el segundo principalmente de especies y variedades de agaves. Sin embargo, algunos shochu de las islas de Kuyshu y Okinawa, así como algunos mezcales como la raicilla de El Tuito (municipio de Cabo Corrientes) y los mezcales de Zapotitlán de Vadillo y el de olla de la Manzanilla de la Paz, comparten una misma técnica conocida en México como destilador huichol o asiático y en Japón como “kabutogama chiki”. El conocimiento de la destilación llegó a México después de la conquista y se dispersó no necesariamente por una sola vía, como lo sugieren algunos autores a partir del modelo del “vino de cocos” en el caso del aparato asiático hasta llegar a la tradición tequilera. Tampoco obligatoriamente debieron tener un origen asiático quienes sabían hacer funcionar las técnicas de destilación asiáticas y que lograron sustituir los materiales en cada región a lo largo de la costa occidental de México. De una simplicidad mayor a la de la tradición de los alambiques árabes, esta técnica sobrevive y enlaza una historia entre el Pacifico asiático y el mexicano, que ha sido poco estudiada y que después de 800 años es útil y sobrevive en las comunidades con bebidas microrregionales en ambos continentes.

* Profesora investigadora de la Universidad de Guadalajara en el Centro Universitario de la Ciénega, Departamento de Negocios.
** Profesor de la Universidad de Guadalajara en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Estudios del Pacífico.
*** Periodista y traductora. Coordinadora del programa “Explorando el patrimonio cultural de la humanidad. Paisaje agavero en la región de Tequila”, nhk (televisión pública japonesa).
Vol. 11, núm. 33 / septiembre – diciembre de 2008. Análisis 91

Alcances del estudio

A falta de información sobre el destilado raicilla y desde una perspectiva interdisciplinaria entre la historia y la botánica económica, en este trabajo de investigación indagamos sobre los conocimientos tradicionales del uso de agaves y destiladores. Hacemos un especial acercamiento a la destilación por tratarse de un tema en discusión arqueológica, que merece abrir el interés de grupos de estudio interdisciplinario para validar las hipótesis del origen de la destilación y la influencia asiática en la costa del Pacífico mexicano. Utilizamos la comparativa con un destilado japonés, debido a la cantidad de información sistematizada que existe para el shochu, no así para otras bebidas asiáticas que han transformado sus tecnologías sin dejar muestra de los ancestrales aparatos de destilación, como el kabutogama chiki, del cual hablaremos más adelante. Otra de las justificaciones para contribuir al conocimiento de la raicilla es el interés de los productores por acrecentar la información de la cultura de la bebida y proponer nuevas certificaciones al producto ligadas a su antigüedad, historia, tipicidad y patrimonio.

La destilación y sus técnicas

La destilación1 de perfumes y alcoholes es atribuida a los árabes, pero en Europa la técnica fue usada para destilar vinos y conseguir el remedio aqua vitae, que se transformó en el curso del siglo xv en una bebida “recreacional” (Standage, 2005: 100). Paralelamente durante los siglos xiii y xiv otra técnica con la que se destilaban fermentos de arroz se difundió de Asia tropical a China, Corea y Japón. (http://www.japansake.or.jp/honkaku/about/all/history.html). A grandes rasgos, éstas fueron las dos formas de destilación utilizadas en la época anterior al siglo del primer viaje alrededor del mundo, es decir el siglo xvi. Los dos mecanismos de destilación, el asiático y el árabe, llegaron a tierras mexicanas con la Conquista y colonización española, y con ellos se lograron destilados de fermentos de mezcal. Dichos fermentos se elaboraban de acuerdo a una tradición prehispánica en la que se cocían o tatemaban las “cabezas” o “piñas”2 de diferentes especies del género Agave L, usadas an-cestralmente como alimentos. Los aparatos destiladores de influencia árabe dominan en la actualidad en la industria de los destilados a escala mundial, y México no es una excepción. El destilador asiático, también llamado “huichol” por Lummholtz, es menos conocido (Bruman, 1940; Walton, 1977, cita-dos por Illsey, 2005), sobrevive en diversas regiones gracias a la producción de pequeños volúmenes de alcoholes o bebidas destiladas en México y Asia.
Serra et al. (2005) muestran en sus estudios la gran diversidad de mezcales producidos con ambas tecnologías (“Etnoarqueología del mezcal”). Algunos destilados de shochu y raicilla, producidos en el sur de Japón y en la costa de Jalisco, respectivamente, el primero con materias primas diversas y el segundo principalmente con agaves, mantienen el uso del aparato asiático para destilar. 
Mientras que en el shochu existen ciertos estudios del aparato llamado kabutogama chiki, en Jalisco se inician las investigaciones de la influencia asiática en la tradición mezcalera (Colunga y Zizumbo, 2006: 1-15).
Una de las formas más conocidas de mezcal en México es el tequila, inicial-mente llamado “vino mezcal de tequila”, originario de Jalisco y ahora famoso por el mundo y legitimado como una denominación de origen, un paisaje natural y cultural en el registro unesco y una producción de 280 millones de li-tros en 2007 (Macías y Valenzuela, 2007: 1-2). El tequila es descendiente de la tradición mezcalera arraigada en el occidente de México, en Jalisco, cuyas bases están cimentadas en esa herencia cultural que comparte con otros mezcales que no han llegado a tener una denominación de Origen, pero que actualmente son inventariadas por la Comisión Nacional de la Biodiversidad (Conabio) para registrar los recursos y sus patrimonios naturales y culturales y promover su conservación (Eguiarte, 2003; Conabio, 2005).
Con el objetivo de contribuir al conocimiento de la producción de mezcales y raicillas de Jalisco y su influencia asiática, realizamos esta investigación a partir de una revisión histórica y un trabajo de campo que comprende entrevistas no estructuradas en visitas a tabernas de producción familiar artesanal de noviembre 2007 a noviembre 2008 en los municipios de Cabo Corrientes, Tonaya, Chiquilistlán, Mazamitla, Concepción de Buenos Aires, Mascota y San Sebastián del Oeste, y Zapotitlán de Vadillo en junio de 2001.
La identificación de especies vivas en plantación o en recolecta de agaves, se basó en la obra de Gentry (1982). De la investigación del proceso artesanal para la producción de mezcal, se interrogó a los productores sobre todo acerca del aparato destilador utilizado, y a los distribuidores y consumidores sobre la calidad de los productos. Se revisaron las fuentes bibliográficas, botánicas y de producción de la bebida shochu, se entrevistaron funcionarios de las ofi-cinas independientes del National Research Institute of Brewing en Japón.
Finalmente, también hicimos trabajo de archivos históricos.
Los resultados se presentan en el primer apartado con la clasificación de los destilados de agave o mezcales, particularmente los de Jalisco y en especial el caso de las raicillas. Proponemos una clasificación de estos destilados con base en sus regiones, especies de agaves usados como materias primas, procesos y características organolépticas. Además de su clasificación, hacemos notar la influencia asiática en su proceso de destilación. En un segundo momento abordamos el caso del shochu de origen japonés, con el fin de demostrar la similitud que existe entre su proceso de destilación con el de algunas raicillas, para abrir el debate y proponer hipótesis sobre la llegada del proceso de destilación asiático a tierras mexicanas. De esta forma, cuestionamos algunas teorías que sostienen que hubo una sola vía de acceso a partir de la cual inició la producción del vino mezcal en Tequila desde donde se dispersó por todo México.


Destilados de agave

Los destilados son el producto de la separación de los alcoholes de un fermento de cualquier origen vegetal, sean frutas —como las uvas en el caso del coñac y armagnac—, tubérculos —como la papa en el caso del vodka—, semillas—de cebada para el whisky escocés— o tallos —como la caña de azúcar para el ron—. Algunos aguardientes son pasados por una doble destilación con el fin de que alcancen mayor concentración de alcohol. Hay dos tradiciones ancestrales para destilar. Por un lado el proceso árabe con la utilización del alambique, y por el otro, el método de destilación asiático. Ambas tradiciones dieron lugar a la concepción y fabricación de sendos aparatos. Los árabes pro-dujeron el alambique con serpentín, y los orientales, una torre de destilación sin serpentín, que en este texto llamaremos destilador asiático y que incluye los más de seis modelos que se han fabricado y que han adquirido sus particularidades de acuerdo a cada región geográfica. En efecto, mientras que el destilador asiático se difundió a lo largo de Asia oriental (islas y continente), el alambique invadió el continente europeo durante la época que corresponde a la Edad Media.
Todavía no se sabe con certeza si en América ya se conocían aparatos de destilación en la época prehispánica o si fueron introducidos por los europeos y/o por los asiáticos. El descubrimiento de hornos precolombinos utilizados para la cocción de agaves y la presencia de agave masticado en cuevas (de la misma época) parecen ser, para algunos estudiosos, pruebas suficientes para asegurar que los naturales americanos ya destilaban sus fermentos de agave antes de la llegada de los europeos (Serra et al., 2005). A nosotros nos parece que esas evidencias todavía no constituyen pruebas suficientes para alinearnos con esa posición. Las mencionadas evidencias arqueológicas no hacen más que confirmar lo que ya se sabía gracias a los historiadores o cro-nistas del siglo xvi. Citemos como ejemplo a fray Toribio de Motolinia. En su obra Historia de los indios de la Nueva España, escrita a mediados del siglo xvi, dedica todo el capítulo 19 para hablar del maguey y de sus usos. En él explica que las pencas y la cabeza del agave se cuecen por separado “y sale de tan buen sabor como un diacitrón no bien adobado o no muy bien hecho”.
También da una luz respecto al agave masticado: “lo de las pencas está tan lleno de hilos que no se sufre tragarlo, sino mascar y chupar aquel zumo que es dulce...” (Motolinia, 2001: 287). Pero en ningún lugar menciona que los indígenas elaboraran destilados en esa época.
Por el contrario, lo que sí es seguro es que a principios del siglo xvii el destilado de mezcal ya era muy usado al menos en la costa de la Nueva Galicia.
Domingo Lázaro de Arregui es un testigo privilegiado al respecto. No sólo porque vivió y caminó por la Nueva Galicia, sobre todo por la costa, donde tenía su morada (en Tepic), sino porque fue un observador atento. En 1621, tres o cuatro años después de haber incursionado en la sierra de Nayarit para combatir a los tepehuanes, y 13 años antes de su muerte por asma, Arregui escribió una descripción de la Nueva Galicia. El capítulo xxi lo dedicó a “los árboles y plantas de esta tierra”. Allí explicó que en la costa (“estas tierras marítimas”) utilizaban los mezcales para obtener “un vino por alquitara más claro que el agua y más fuerte que el aguardiente y de aquel gusto” (Arregui, 1980: 106). También agregó que era usado en exceso hasta el grado de haberlo desacreditado, teniendo tantas virtudes. El punto central es que a principios del siglo xvii ya se hacían destilados con el mezcal, y para ello utilizaban una alquitara, es decir un destilador tipo árabe, con serpentín. Cabe destacar que la alquitara es un aparato más rudimentario que el alambique. Es necesario subrayar que el proceso de destilación utilizado en tiempos de Arregui —al menos lo que él mismo observó—, era una técnica introducida por los europeos. Ahora bien, si los indígenas hubieran estado familiarizados con la elaboración de destilados desde tiempos precolombinos, con toda certeza hubieran seguido utilizando sus propios métodos de destilación, al menos al inicio de la época colonial. ¿Acaso hubo razones determinantes para cambiar de manera abrupta sus aparatos destiladores por la alquitara? Permítasenos una comparación arriesgada. Algunos raicilleros de El Tuito nunca dejaron de utilizar su rudimentario aparato destilador asiático a través de los siglos (¿tres, cuatro o cinco siglos?) para adoptar el alambique. En la actualidad todavía utilizan el método asiático frente a personas que se han asociado, en efecto, para sacar provecho de un destilador industrial común de grandes dimensiones, parecido al que utilizan los tequileros en Jalisco. Pero el aparato destilador asiático que llegó a la Nueva Galicia durante la época colonial todavía se sigue usando en Cabo Corrientes. Del mismo modo, si los indígenas de hace cuatro o cinco siglos hubieran cambiado sus destiladores prehispánicos por el alambique, ¿no podría haber subsistido alguna reminiscencia de aquéllos?
Es cierto que los arqueólogos han encontrado recipientes para la fermentación y hornos para la cocción de agaves. También algunos códices muestran imágenes que prueban que los indígenas ya habían domesticado el agave (cortar quiote, dejar madurar la planta durante siete años o más, y jimarla para obtener la “piña”). Todo ese proceso es necesario para obtener la fermentación, pero nada prueba que los indígenas hubieran dado el paso siguiente: la destilación para obtener aguardiente. El destilador asiático es muy rudimentario y se puede fabricar actualmente con materiales de fácil acceso: madera del árbol bonete, pencas de agave, recipientes de barro... ahora bien, hay un elemento del que no se puede prescindir para completar ese aparato: se trata del enfriador, necesario para convertir en líquido el vapor. Ese elemento debe ser, forzosamente, un metal. Es decir un recipiente de cobre, por ejemplo, con agua fría que se cambia continuamente para que siempre cumpla con la tarea de enfriar. Hasta la fecha no se ha encontrado este tipo de recipiente de metal en las excavaciones arqueológicas para la época prehispánica. Y si no hay enfriador, es muy difícil la obtención de aguardiente. Estos silencios arqueológicos corroboran los silencios que contienen las fuentes históricas y las crónicas emanadas del primer contacto entre españoles e indígenas. Por eso, la prudencia invita a esperar el momento en que haya más evidencias para aceptar la existencia de un método de destilación entre los habitantes prehispánicos.
Por el contrario, existen en los archivos coloniales multitud de testimonios que indican que la utilización de agaves era común a lo largo y ancho del oeste jalisciense desde la era precolombina. Así lo constataron los conquistadores que por primera vez entraron en contacto con los indígenas de esta zona en los años 1524-1525. Eran enviados de Hernán Cortés, les había encomendado hacer una
minuciosa relación escrita sobre toda la zona (Romero de Solís, 1996). Quienes la redactaron pusie-
ron especial cuidado en observar los recursos de la tierra, y escribieron que en la región de Autlán, y entre Etzatlán y Ahuacatlán, producían magueyes. Aseguraron que su uso estaba muy extendido entre todos los pueblos indígenas aunque no fueran productores. Por ejemplo, relataron que desde Cihuatlán hasta Tepic los indí- genas utilizaban ropa hecha a partir de alguna especie de agave (agi. justicia 113, R. 4). El intensivo uso del agave a lo largo de esta región hacía de ella  un terreno propicio para el surgimiento rápido de destilados a partir de sus fermentos desde el momento en que se utilizara un aparato destilador. Uno de esos fermentos prehispánicos y que en nuestros días todavía se consume en la costa de Jalisco es la lechuguilla. Se trata de una bebida refrescante y fermen-tada de jugos de “cabezas” de agave en trozos y ligeramente calentados. En la sierra de Manantlán beben una versión de jugos fermentados provenientes de agaves tatemados que se conoce como “jugo de mezcal”, además tiene un uso medicinal (Rafaela Justo, 2008, comunicación personal).

Raicilla

A grandes rasgos, las bebidas obtenidas del agave las podemos dividir en tres apartados. En el primero se ubican las bebidas resultado del jugo natural de la planta, como el aguamiel. En el segundo apartado caben las bebidas fer-mentadas y en el tercero, los destilados. Las dos últimas bebidas necesitan pasar por un proceso de elaboración en donde interviene la mano del hombre.
Los innumerables mezcales, el bacanora y la raicilla son buenos ejemplos de destilados. Y los fermentos están representados con el pulque y la lechuguilla, aunque exista una gran diferencia entre ambos. Porque el pulque tiene su origen en el aguamiel que se obtiene por un proceso de jugos escurridos en la planta. La bebida “lechuguilla”, en cambio, se elabora a partir de la cose-cha del tallo o piña (las cabezas) antes de dejarlas fermentar. Precisamente, la lechuguilla y la raicilla siguen un proceso similar que guarda una relación sorprendente hasta el momento de la fermentación. Es decir que, la lechuguilla es el fermento previo a la destilación, pero altamente diluido y sin fibras, es una especie de “agua fresca” ligeramente alcohólica. En ese sentido, los lugares tradicionales de fabricación de lechuguilla ofrecen una pista inapreciable para plantear como hipótesis que allí pudo haber sido la cuna del destilado de mezcal para Jalisco.
Los destilados de mezcal obtenidos en la costa norte y en la sierra occidente de Jalisco son llamados “raicilla”. En la actualidad se obtiene raicilla en quince municipios de este estado: Cuautla, Atenguillo, Guachinango, Mascota, San Sebastián del Oeste, Mixtlán, Talpa de Allende (a estos municipios se les considera “zona de origen”), Ayutla, Cabo Corrientes, Puerto Vallarta, To-matlán, Atengo, Chiquilistlán, Juchitlán, Tecolotlán y Tenamaxtlán (a estos últimos se les considera “zona admitida”) (Consejo Mexicano Promotor de la Raicilla, 2000). Esta amplitud regional en la que se produce raicilla impidió probablemente que el nombre aludiera a un origen geográfico. En cambio, es plausible que se le llame de ese modo debido a un efecto visual que invita a pensar que es a partir de la raíz del agave de donde se obtiene el destilado.
Recurramos otra vez al testimonio de 1621 de Domingo Lázaro de Arregui, cuando aseguró que el mencionado “vino” por alquitara se obtenía de la “raíz y asientos de las pencas” del mezcal (Arregui, 1980: 106). Por supuesto que la versión popular que corre por algunos lugares de la costa relativa al nombre de raicilla es más atractiva. Tal versión refiere que un minero de San Sebastián del Oeste y productor de raicilla, con el fin de burlar las prohibiciones virreinales sobre la producción de licores, bautizó a la bebida bajo el nombre vago de raicilla.
En la zona montañosa (Sierra Occidental: San Sebastián del Oeste, Talpa y Mascota) en bosques de pino y encino y sobre todo en claros donde se encontraban coamiles, pastoreo o cortes forestales, se reproducen agaves de hojas anchas que nombran bajo el mote genérico de “lechuguilla”. Reproducidos por semillas, las poblaciones silvestres principalmente de Agave maximiliana, A. inaequidens y recientemente la descubierta A. valenciana, se entrecruzan gracias a los murciélagos y se dispersan por el aire para germinar en suelos forestales y ser recolectados para la producción de raicilla. Es frecuente el aprovechamiento de sus ejes florales o quiotes, así como los jugos de las pencas tatemadas como remedios para enfermedades degenerativas crónicas y hasta para elaborar lazos, soguillas y morrales. Estos son, precisamente, las especies de agave que se fermentan y se destilan para obtener raicilla (Hernández et al., 2007). En San Sebastián del Oeste se utiliza un equipo de destilación con componentes híbridos, como el horno, también mencionado por Fritz y Bruman (2000). En el mismo orden de ideas, para el aparato destilador se utilizan torres de destilación y calentador como en el caso del asiático, pero se le ha añadido un serpentín y un tanque enfriador que se obtuvo del modelo del alambique estilo árabe. Además, el horno utilizado es tipo panadero y no el cono truncado cubierto de piedras.
La región costa norte, representada por El Tuito, municipio de Cabo Corrientes, está especialmente relacionada con la producción de una raicilla de gran calidad cuya reputación es bien conocida a lo largo del territorio costero.
En la figura 1 —elaborada a partir de Valenzuela (2007)—, se observan las regiones y productos de las diferentes especies del género agave en Jalisco: tequilas, mezcales, lechuguillas, pulques y raicillas. La raicilla de El Tuito tiene diferencias mayores con la producida en San Sebastián del Oeste. En primer lugar por las especies de agave que utilizan. En el municipio de Cabo Corrientes se pueden apreciar plantíos de agave angustifolia y de A. rhodacantha en pequeñas parcelas de lomeríos con pendiente ligera, en lo que antes podría haber sido cubierto por bosque tropical húmedo y caducifolio. Se trata de cultivos con procedencia de reproducción asexual (rizomas) que forman un complejo de variedades de hoja angosta. De estas especies existen alrededor de cinco o seis variantes que los productores de raicilla nombran chico aguiar, amarillo, amarillito, cenizo, verde... La segunda diferencia reside en el proceso de destilacion. Porque el horno y el aparato de destilacion de raicilla producida en El Tuito es más parecido al de la tradición japonesa del shoshu. Sobre todo el destilador, compuesto por una torre de madera sobre la que hay un enfriador de metal. En cuanto al horno, tambien es cierto que es muy similar al utilizarlo en la epoca prehispanica, a difenrecia del de San Sebastian del Oeste.
Figura 1
Distribución geográfica de bebidas de agave en Jalisco
En resumen, se trata de dos regiones que comparten un solo nombre de producto, diferenciándose con el nombre por el lugar de origen, aquellos de mayor reputación por su calidad: raicilla de El Tuito y raicilla de Mascota, de la costa norte y sierra occidental del estado de Jalisco, respectivamente. Ambas regiones son limítrofes al núcleo turístico de Puerto Vallarta: al sur se ubica Cabo Corrientes, y al norte y noreste están San Sebastián y Mascota (Jalisco) y Nuevo Vallarta (Nayarit), por lo que también se entiende el auge y la demanda del raicilla como atractivo. Ligado al turismo, Dachary (2003) propone la ruta de los magueyes de 79 km cuadrados que incluye además de la región mezcalera, la del tequila: Tonaya y Tuxca de mezcal, Zacolaco de pulque, Autlán con lechuguilla y tequila. La ruta no incluye pulque ni aguamiel de Tapalpa. En el mismo orden de ideas, para el caso de la raicilla, la Dirección de Turismo del municipio de Puerto Vallarta está experimentando con rutas raicilleras, con el objetivo de promover este aguardiente.
Los aparatos destiladores de influencia asiática que encontramos en Jalisco para la producción de mezcal, raicillas y mezcal de olla se presentan en las fotografías de la 1 a la 5 a continuación: 

Fotografía 1. Aparato destilador de influencia asiática en Zapotitlán de Vadillo, Jalisco, para elaboración de mezcal.
Fotografía 2. Aparato destilador moderno de influencia asiática de El Tuito, municipio de Cabo
Fotografía 3. Aparato destilador “híbrido” encontrado en San Sebastián del Oeste para elaboración de raicilla.
Fotografía 4. Aparato destilador de influencia asiática con sustitución del tronco por la olla, municipio de La Manzanilla de la Paz, para elaboración de “mezcal de olla”.
Fotografía 5. Aparato destilador de influencia asiática para elaboración de “barranca”. Municipio de Tapalpa.

ii. El shochu, destilado japones

La influencia filip ina en la producción de mezcal a partir del “vino de cocos” en Colima podría enlazarnos directamente al actual destilado lambanog de la provincia de Infanta (Quezón), que también conserva su sistema tradicional de taberna putuhan (http://www.jcmiras.net/jcm2/p16.htm#more-16). Sin embargo, decidimos comparar la evolución del aparato destilador kabutogama chiki de la tradición japonesa, por contar con mas información histórica que el lambanog. El shochu es una bebida destilada japonesa cuyo nombre significa “concentrado por fuego” y que tiene una sola destilación. Existe una diversidad de materias primas cuyos fermentos se utilizan para hacer este aguardiente: arroz, granos, camote dulce, azúcar y hasta ajonjolí por citar algunas. La diversidad de regiones y de materias primas ha generado una diferenciación de los destilados que en la actualidad retoman auge, en gran medida por su autenticidad. Al igual que otras bebidas étnicas en el proceso de globalización, el shochu se revaloriza culturalmente en Japón. Las bebidas originales han tenido un crecimiento importante y emblemático como bebidas nacionales.
Muy especialmente han sido investigados y promovidos comercialmente los shochu del sur del Japón, hechos a base de fermentos de arroz y con una específica levadura llamada koji, también utilizada en la gastronomía japonesa (www.shochu.com).
El origen del shochu se remonta a los siglos xiii ó xiv, cuando ya se producían destilados similares en China o en las islas del mar tropical. Tres rutas pudieron llevar la tecnología de la destilación y del uso de fermentos a Japón.
La ruta por Okinawa, cuando en el siglo xiv en Ryukyu (actual prefectura de Okinawa) era la base de comercio marítimo entre China, Corea y Japón.
La segunda opción son los piratas (llamados wako) del mar asiático tropical, quienes intercambiaban shochu y licor extranjero, conocido bajo el nombre de nanban shu. Finalmente se ha sugerido que el shochu procede de Tailandia y se infiltró en Japón debido a su intenso intercambio comercial con Okinawa.
Este aguardiente era muy parecido al que se elaboraba en Tailandia a base de arroz, llamado Rao Rong. Como es de suponer, junto con el aguardiente también llegó el material (arroz) y la técnica de producción, mismos que con-tribuyeron al nacimiento del awamori o shochu de Okinawa, es decir el shochu de la etapa inicial. Posteriormente la bebida llegó a la isla de Kyushu, una de las cuatro principales de Japón, situada en el oeste).3
El registro más antiguo de la palabra shochu en Japón está en el templo sintoísta Kouriyama Hachiman, en la ciudad de Oguchi, y data del año 1559.
Es una inscripción tipo graffiti que hicieron dos carpinteros que trabajaban para la remodelación de este templo sintoísta, quejándose de que el encargado del templo nunca les ofreció el shochu. Existe poca información en Japón sobre esta técnica de destilación casi abandonada y sustituida por los modernos  complejos basados en destilacién continua o de alambiques.* Por ejemplo, no existen documentos en inglés sobre el aparato pero si las obras de referencia en japonés donde se encuentra la descripcién de la evolucién de la maquina destiladora, los tipos y autenticidad de bebidas y sus materias primas.° En la figura 2 podemos observar la evolucion del aparato kabutogama chiki, segun el libro Nihon no sake no rekishi (Historia de licores en Japon) escrito por el supervisor Keiichiro Sakaguchi y editado por Shinzaburo Kato (Editorial Kenseisya, pp. 534-537, sin fecha) segun la entrevista realizada al sefior Fukuda (2007,comunicacién personal).

Figura 2
El destilador de influencia arabe desplazo a los aparatos primitivos. Paulatinamente, el destilador tipo kagutogama fue desapareciendo. Primero dio paso a diferentes versiones del mismo destilador conocidas en la isla Hachijo como “danbiki” hasta finales de la era Meiji (hasta 1912) (Noshiro, 1951).
Sin embargo, cinco empresas o marcas de Shochu japonés situadas al oeste y al sur, con 218 productores (Kagoshima y Okinawa, encontradas en esta investigación) destilan todavía limitados volúmenes a partir del kabutogamachiki reconociendo en su etiqueta este signo distintivo tradicional, mas no se tienen estadísticas de producción.*
El destilador asiático que acabamos de referir, es decir el kabutogama chiki, es sorprendentemente muy parecido al que se usa para la producción de raicilla de El Tuito, en particular. En la fotografía 6 observamos el aparato destilador usado en la actualidad para el shochu, marca Nishikinada, de la prefectura de Kagoshima (http://www.pat.hi-ho.ne.jp/nanchan/nisikinada.html).

Fotografía 6: Aparato destilador usado en la actualidad para el shochu, marca Nishikinada
Esta es una prueba contundente de la influencia de los destiladores asiáticos en las costas de México para la producción de raicilla, por encima de los destiladores árabes. El destilador asiático (tal vez por su facilidad para construirse con materiales de la región costa: madera bonete para la torre de destilación, olla de cobre para el enfriador, penca de agave para conducir el destilado hasta la olla, etc.) fue adoptado en lugar del destilador tipo árabe, que requería de una mayor ingeniería, y se utilizó para destilar los fermentos de agave que en otros lugares se procesaban con alquitara.
Sin embargo, todavía es arriesgado considerar que los aparatos de destilación asiática sean la única influencia en la elaboración de destiladores jaliscienses, porque existe una gran variedad de aparatos a lo largo de Jalisco con particularidades diversas. Por eso, es más prudente privilegiar, para algunos casos, la pista de los ajustes y adaptaciones en los destiladores. Lo que sí resulta palpable es la gran influencia que tuvo Asia. Por otro lado, no hay que olvidar la teoría del modelo de vino de cocos y aguardiente, que sostiene que hubo una sola ruta para la propagación de la tradición de destilación tomando como punto de distribución la cuenca del río Ayuquila. Respecto a este tema conviene realizar algunas reflexiones históricas sobre la circulación del conocimiento por el mundo entero desde el siglo XVI, y considerar ciertas pistas que se abren a partir de esos análisis.

III. La circulación de conocimientos en el siglo XVI

En la ribera del río Guadalquivir, en una ciudad española que tiene algo de morisca, de gitana y de europea, acosta un navío llamado “El Victoria”, que, aunque de apariencia antigua, es una embarcación de reciente factura que se erigió para conmemorar aquel 6 de septiembre de 1522 (Bénat-Tachot y Lavallé, 2005: 41) cuando un grupo escueto de 18 harapientos, “con pasos vacilantes” (Parry, 1991: 334) hizo un desembarco modesto pero ansiado en Sevilla.
Eran los sobrevivientes de una nutrida expedición que había zarpado hacía tres años, en 1519, de San Lúcar, al mando de Fernando Magallanes bajo cuya responsabilidad se encontraban las cinco embarcaciones y los 250 hombres de que se componía la tripulación. Casi todos eran españoles, pero también había originarios de otras naciones europeas, y lo más sorprendente, había dos hombres malayos. Sólo un mes antes, en agosto de 1519, Hernán Cortés había iniciado la marcha hacia México-Tenochtitlan a partir de Veracruz. Es decir que cuando aún faltaba todo un continente por descubrir e incorporar a la dinámica europea, los objetos, los productos del extremo oriente, los hombres malayos cargados de conocimientos asiáticos ya vivían en Europa. Y más todavía, pues se aprestaban a llegar a Asia por una ruta completamente desconocida. La flota de Magallanes costeó las tierras brasileñas, bajó hasta la Patagonia y llegó a las aguas del Pacífico con dos embarcaciones menos.
Sorteando el hambre y la enfermedad atravesaron el inmenso océano, donde permanecieron casi cuatro meses hasta llegar a las islas Marianas. La primera isla del archipiélago filipino que se le atravesó fue la de Guam. En toda esa región insular existía una red de comunicaciones marítimas avanzadas “donde los chinos dominaban la navegación comercial, aunque muchos otros pueblos participaban también en ellas” (Parry, 1991: 331). Intercambios, mestizajes, aculturaciones, transculturaciones... La comunicación y los vínculos asiáticos, desde principios del siglo XVI, incorporaron y fueron incorporados de manera directa al mundo europeo. Magallanes murió en la isla de Cebú, antes de iniciar el regreso a España. Juan Sebastián Elcano tomó el relevo y decidió el retorno por la vía del cabo de Buena Esperanza. Pero no tomó la ruta practicada comúnmente por los barcos portugueses, bogó siempre más al sur, en aguas oceánicas, porque quería evitar ser visto y combatido por los lusitanos. De modo que el regreso también fue un vía crucis, plagado de enfermedades, de hambre, de incertidumbres y de falta de comunicación. Por eso, un día después de haber desembarcado en Sevilla, los 18 sobrevivientes sintieron la imperiosa necesidad de hacer una visita al santuario de Santa María de la Victoria.
El dúo Fernando Magallanes-Sebastián Elcano realizó la primera vuelta al mundo, o como lo escribió Antonio Pigafetta de Vicenza en su diario, pues fue uno de los 18 sobrevivientes: “il Primo viaggio intorno al Mondo”. Lejos de ser una mera anécdota, este acontecimiento (incluso de manera simbólica) marca una etapa de gran relevancia para comprender la historia de los mestizajes, de las transculturaciones y de las mundializaciones. Contrariamente alo que se cree en nuestros días, ya han existido otras globalizaciones con las mismas características de fondo que la de la actualidad. La primera de ellas, bien documentada y analizada por el historiador Serge Gruzinski, es la de los siglos XVI-XVI1, impulsada por los españoles y portugueses (Gruzinski, 2004).
Las características de esta primera globalización, como la de ahora, eran la circulación alrededor del mundo de hombres, objetos y conocimientos; la tendencia a la uniformidad de prácticas y costumbres, de maneras de vestir y de actuar, de formas de producción, de sistemas de explotación... El “descubrimiento” de América por los europeos, la competencia por las especias asiáticas, la vuelta al mundo son algunos de los ingredientes que detonaron este proceso globalizante, del cual las grandes ciudades del planeta, México, Goa, Manila, Lisboa, Sevilla, Nápoles, constituían los eslabones de conexión entre el mundo y los lugares desde donde se distribuían los conocimientos planetarios. A su regreso del Caribe, Cristóbal Colón llevó a Europa nativos de las islas que llevaban consigo un lenguaje, costumbres y conocimientos nuevos para los europeos, y que se añadían al intercambio milenario que se tenía con los continentes africano y asiático. Pero este proceso de intercambios se aceleró en el siglo XVI y se hizo de manera directa entre Europa y Asia. La presencia de malayos en España en 1519 es un hecho revelador y muestra sólo la punta del iceberg sobre la presencia asiática en la península ibérica en esas fechas. Ese hecho también atestigua lo avanzado del proceso de mundialización.
Ante una realidad tan compleja en cuanto a la circulación de hombres, de objetos y de conocimientos hacia todas las direcciones del planeta (o “les quatre parties du monde” según la expresión de Serge Gruzinski) es muy arriesgado aceptar la tesis de Bruman, retomada por Patricia Colunga y Daniel Zizumbo (2006), sobre la ruta de ingreso del proceso de destilación a México.
Basados en Fritz y Bruman (2000), ambos autores sugieren que, procedente de Filipinas, la tecnología asiática del destilado llegó a México por la vía de la costa de Jalisco y Colima:
The crucial event for the origin of Agave spirits was the introduction of the still in Colonial times (Fritzman y Bruman). Within the “Mezcal-Jocote” cultural area, this introduction derived originally from the Filipinos brought by the Spaniards to the coasts of Colima and Jalisco in the Manila Galleons in the late 16th century (Fritzman y Bruman). The Filipinos introduced the elaboration of fermented and distilled drinks from coconuts (Cocos nucifera L.) with their own technology, using a still unlike any in Europe and which could be built with local materials, very different from the Arabian still made of copper, used at the time by the Spaniards (Colunga y Zizumbo).
La introducción de bebidas destiladas y la producción de las mismas habría llegado, siguiendo a estos autores, de esa manera a finales del siglo XVI, con el “galeón de Manila” a la costa de Colima y Jalisco, desde donde se expandió hacia el distrito de Tequila, la región de Los Altos y luego a los estados de Michoacán, Guerrero y Oaxaca. Finalmente, esta invasión del destilado habría alcanzado el norte de México: Sonora, San Luis Potosí y Tamaulipas.
The 400-year-old history of Tequila and the other Agave spirits has been brought forward from its beginnings in the 16th century when the indigenous population living in the foothills of the volcanoes of Colima first submitted the fermented Agave beverage to the Filipino still. Its subsequent diffusion in the 17th and 18th centuries, according to this author, was directed north, towards the district of Tequila and the region of “Los Altos” in the present-day state of Jalisco; to the south in the modern states of Michoacan, Guerrero and Oaxaca, after which it the spread to the mining centres of the north: Sonora, San Luis Potosi and Tamaulipas (Colunga y Zizumbo).
Esta visión es muy reducida y desdeña la dimensión, la profundidad y las posibilidades históricas de la circulación del conocimiento alrededor del planeta desde las primeras décadas del siglo XVI. Después de haber revisado a grandes rasgos el contexto histórico internacional del siglo del Renacimiento, sólo podemos aceptar que las posibilidades de que los conocimientos sobre la destilación asiática ingresaran a México incluso por Veracruz, son muy altas. Por otro lado, hay que aceptar que el método de destilación asiático no solamente se conocía en Filipinas, pues durante siglos había sido utilizado en Corea y Japón, como ya se dijo. En fin, no hay que olvidar que en una misma región de la costa de Jalisco, en lugares tan cercanos como San Sebastián y El Tuito, conviven actualmente dos métodos de destilación. En efecto, hemos podido constatar que el destilador de San Sebastián es un aparato híbrido con características del alambique árabe, con serpentina. Pero el destilador de El Tuito aún guarda similitudes sorprendentes con el asiático. Esto significa que los conocimientos de destilación llegaron por diferentes vías a diversos puntos del territorio mexicano, de manera simultánea. Falta echar a andar esta investigación y probarlo con evidencias. En todo caso, retomar este punto de vista dentro de un contexto histórico globalizante como lo es el siglo XVI, es una invitación a multiplicar las hipótesis y las problemáticas explicativas, salir de los modelos reduccionistas con el ánimo de avanzar en un campo de estudio todavía en ciernes. Retomar
el estudio de los destilados en México considerando una perspectiva histórica de profundidad (ir más allá de la contextualización para que la Historia sirva de explicación) con nuevas hipótesis y nuevos métodos, desde diferentes perspectivas científicas, es decir con un espíritu interdisciplinario, es apostarle al avance del conocimiento científico y a la tendencia hacia su completitud. Esa es la propuesta. Llevarla a cabo sería comprender la amplitud del significado que encierra una embarcación renacentista que acosta en las orillas del río Guadalquivir, cerca del barrio de Triana.

Conclusiones

Para cerrar esta invitación a la discusión y al debate es necesario recorrer otra vez, brevemente, el texto pero de manera inversa. Es decir, situarnos en ese siglo XVI descrito en la tercera parte de este artículo, cuando la circulación de conocimientos, de objetos y de hombres alrededor del mundo era una realidad. En ese siglo, los dos procesos de destilación (el árabe y el asiático) llegaron a México (por diversas rutas, probablemente) y fueron utilizados a lo largo de la costa del Pacífico para obtener aguardiente: de coco, en Colima, (Romero de Solís, 2008: 227-228) y de agave, en la costa de la Nueva Galicia (Arregui, 1980). Las fuentes históricas no muestran la presencia de destilados en el occidente mexicano para el siglo XVI. Sin embargo, para el siglo XVII hay testimonios irrefutables sobre la elaboración y utilización de aguardientes.
¿Por qué tal silencio para el siglo xv1?
Por el contrario, no faltan testimonios sobre la elaboración y consumo de destilados en Filipinas desde antes de la llegada de los españoles. Es otro indicio que muestra que si los españoles hubieran encontrado destilados prehispánicos en México no habrían dejado de escribirlo, no habría pasado inadvertido. Antonio de Morga escribió sin complejos que en la provincia de Cagayán:
[...] sacada la tuba de la palma, la destilan por alambiques en sus hornillos e instrumentos, con más o menos fuerza, y queda hecha aguardiente. Y esto se bebe en todas las islas [Filipinas]... los naturales destas islas en sus juntas, casamientos y fiestas, todo es beber deste vino, días y noches sin cesar, por su rueda cantando unos y otros bebiendo, de que muy ordinario viene a emborracharse, sin que entre ellos este vicio sea deshonra ni infamia (Morga, 2006: 225).
¿Por qué habría que pensar que en la más grande elocuencia y prolijidad de un Motolinía, o un Bernal Díaz del Castillo, o un Bernardino de Sahagún, se habría de ocultar la existencia de los destilados en México? Tal vez porque no los había.
Por otro lado, hay que resaltar el tipo de destilador asiático. Por lo pronto no se han encontrado descripciones precisas de este aparato, pero poseemos ilustraciones claras del destilador kabutogama chiki. Se trata de un instrumento idéntico al que utilizan actualmente algunos raicilleros de la costa de Jalisco. No puede haber prueba más contundente para reconocer la influencia asiática en el proceso de destilación de estos aguardientes desde tiempos aún no determinados hasta nuestros días.
No podemos poner el punto final a este texto sin insistir en quelos agaves eran utilizados de manera intensa en la época prehispánica como alimento, bebida y fibras. Las cinco especies de agave a las que se hizo referencia en este texto fueron dominadas y cultivadas siguiendo una herencia tradicional indígena. Sin embargo, en la actualidad los usos del agave y los procesos de destilación conocen una transición de lo artesanal a lo industrial, lo que puede provocar graves riesgos en términos de biodiversidad y de sustentabilidad del medio ambiente. Además, los productos obtenidos de manera industrial (como los destilados) disminuyen su calidad en comparación con los artesanales.
Nuevas líneas de investigación sobre la influencia de la destilación asiática en los mezcales de México podrán realizarse si se promueven estudios de campo en las tabernas artesanales, donde actualmente se pueden encontrar aparatos destiladores de raicilla tan parecidos al kabutogama chiki de Japón para producir el shochu.


1. Separar por medio del calor, en alambiques u otros vasos, una sustancia volátil de otras más fijas, enfriando luego su vapor para reducirla nuevamente a líquido (Real Academia Española.
Disponible en: http://www.rae.es/).
2. Con el nombre de “cabeza” o “piña” se denomina la forma esférica del tallo y las vainas de las hojas de agaves que conservan polisacáridos antes de la floración y que con la cocción se transforman en azúcares fermentescibles.
4.  Existen otros destiladores de este tipo pero como piezas de museo en (1) EmpresaTaen, Museo de Shochu (http://www.denen-shuzo.co.jp/museum.htm) y Empresa productora de licor Satsuma museo “Bodega Meiji” (http://www.satsuma.co.jp/s_satsuma/history03.html) y en el centro comunitario Chuo del pueblo Morozuka en la prefectura Miyazaki en exhibicién con la explicacién del método de destilacién.
5. Daisanno sake (El tercer licor) del autor Seinosuke Kanma publicado en 1975 por la Editorial Asahi sonoraza y el otro es Shochu no hanashi (Cuentos de Sochu) editado en 1985 por la Editorial Gihodo (sin autor; Fukuda, 2007, comunicacién personal).
6. Productor Nishikinada (Kagoshima) (http://www.pat.hi-ho.ne.jp/nanchan/nisikinada.html- https://secsvr.net/shochu-net.com/item.cgi?item_id=chintarari8rctg_id=Shochu8ipage=1); productor Ohishi (Kagoshima) (http://www.yoppawriter.com/tsukurite/index.html); productor Satsuma (Kagoshima), se usa este destilador para algunos productos limitados de su bodega Meiji; productor Kiyofuku (Kagoshima) es awamori (aguardiente especial de Okinawa), pero tienen algunos productos hechos con este destilador; Bodega Tonokura (Fukuoka).


Bibliografia

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Archivos, entrevistas y sitios de Internet

  • AGI: Archivo General de Indias. En Sevilla, España.
  • Fukuda, 2007. Comunicación personal. Entrevista de Michiko Mizoguchi al señor Fukuda, del National Research Institute of Brewing, en Tokio, Japón, sobre las fuentes bibliográficas del aparato destilador kabutogama shiki para la producción artesanal de shochu. Enero, 18, 2008.
  • Justo, Rafaela, 2007. Comunicación personal. Entrevista de Ana G. Valenzuela Z. ala Presidenta de Pueblos Indígenas de Manantlán, la licenciada Rafaela Justo, sobre la tradición de la bebida “lechuguilla” del municipio de Cuautitlán, Jalisco, a partir de Agave inaequidens, en el centro de Ecocuexco, Tlajomulco de Zúñiga, el 10 de agosto de 2008.

Sitios web


Agradecimientos

Alos fibreros, pulqueros, mezcaleros y raicilleros de Autlán, El Tuito, Mascota, San Sebastián, Zapotitlán de Vadillo, Zacoalco y Tapalpa por su información. A los señores Fukuda y Utsunomiya, del National Research Institute of Brewing, por permitirnos bibliografía y concedernos entrevistas.





El Canal, vinos tropicales cubanos de Orestes Estévez y familia.


Orestes Estévez tiene un hombre de 65 años (2017) y pasó de la vida militar a empresario autodidacta, desarrolló su propia marca de vino usando frutas tropicales y un ingenioso método de fermentación: tapar los botellones con condones.
El negocio de Estévez comenzó con la producción y venta clandestina en las décadas de 1960 y 1970, hasta que en los 2000 aprovechó reformas del Gobierno de Raúl Castro para legalizarse e instalar una pequeña fábrica en su casa, donde tiene casi 300 botellones de 20 litros tapados con preservativos y de los cuales salen también vinos de jengibre, fruta bomba o remolacha.
Estévez, su esposa, su hijo y un ayudante contratado llevan adelante la empresa. Compran las frutas o las cosechan, las maceran, las mezclan con azúcar y levadura; y lo dejan reposar para luego trasvasarlo a las botellas que fueron previamente hervidas, lavadas y etiquetadas con la marca de la casa: El Canal.
A varias cuadras de distancia se percibe el olor de la fruta fermentada que sale de la casa de Estévez, una vivienda con la fachada cubierta por una parra y a la que cada vez más personas llegan a comprar una botella o sólo un vaso de vino hecho de uvas, guayabas, berros o flor de Jamaica.
El productor comentó que junto con otros vinicultores que conforman una asociación probaron diferentes técnicas ante la imposibilidad de conseguir en Cuba las sofisticadas válvulas de presión.
La solución perfecta fueron los preservativo alos que hay que pinchar: "Si usted no lo pincha, ese globo sale disparado. Con dos pinchazos, basta".
"Cuando usted le pone un preservativo a un botellón es igual que con un hombre, se para; y cuando el vino está, a eso no hay quien lo levante", dijo Estévez, en referencia a que al final del proceso no hay más gases que hinchen el preservativo. "Entonces, es que terminó el proceso de fermentación".
Entre un mes y 45 días se tarda en dar a luz un vino rústico, de buena calidad y tan aromático como todo el olor dulzón a frutas fermentadas que envuelve la casa de los Estévez.
Aunque el uso de los condones fue producto del ingenio anónimo de los vinicultores cubanos, la tradición de fabricarlo en un país donde el ron es el rey es un legado de la familia de Estévez.
En Cuba, los condones tienen varios usos, además de la producción de vino. Algunos pescadores los inflan y los anudan para usarlos como una especie de vela que mantenga a flote la línea en espera de que pique algún pez en las aguas frente al Malecón.
En los años 70, y tras pasar el servicio militar, se hizo oficial del Ministerio del Interior y allí le tocó visitar 45 países, entre ellos, España. Al final, también le sirvió para aprender más sobre la fabricación de la bebida.
"Hoy soy un hombre realizado, satisfecho", aseguró Estévez.
En 2011 sacó una licencia para poder producir, luego de una serie de medidas impulsadas por el presidente Raúl Castro para ampliar la iniciativa privada, antes estigmatizada. Ahora es fácil conseguir el azúcar, la levadura y la fruta que necesita, pero Estévez aún tiene que luchar para obtener las botellas.
Según el hombre, su pequeña industria va en crecimiento y pasó de vender unas 10 botellas diarias de vino en 2012, a unas 50 en la actualidad. Sus ingresos de oficial retirado —de unos 500 pesos cubanos mensuales (cerca de 20 dólares)— se incrementaron al punto de que pudo apoyar financieramente la creación de casas de vino como la suya en otras barriadas de La Habana.
En un país donde una botella de vino importado de España, Chile o la Argentina cuesta unos ocho dólares en las tiendas estatales, la familia Estévez ofrece un vaso de un sabroso tinto por cinco pesos cubanos (0,20 centavos de dólar) y una botella por 10 pesos (0,40 centavos de dólar).









Cerveza "Japonesa" de Sebastian Oddone

Comentarios Previos

Al macerar gelatiniza y sacarifica los almidones, en la malta la temperatura esta entre 60ºC a 65ºC, ambas cosas casi al msimo tiempo, seliberan esos almidones y se sacarifican. Los rangos son similares con el trigo, centeno, avena que estan en un rango que en varios casos comienza enuna temperatura menor, 50ºC pero que no llegan tan alto como en el arroz, el centeno llega a 70ªC. El Arroz tiene un rango mas alto, entre 68ºC y 78ºC con lo cual si maceramos a 66 grados el arroz no gelatiniza porque su rango es mayor.
Por separado del macerado de malta, lo mas simple es hervir el arroz y con eso aseguramos su gelatinizacion. Pero lo mejor es tenerlo en temperatura de 78 grados celcius por 20 minutos y el "truco", para mejor resultados, es agregarle un 10% o 15% de malta de cebada; si tenes 10 kilos de arroz, agregas 2 kilos de malta y eso ayuda a cortar el almidon que queda por fuera el arroz evitando ese espesor grueso tipico del arroz. Luego se hierve por media hora.
Luego se agrega con la malta asi las encimas de la malta cortan sus almidones y lo transforman en azucar.
El arroz se usa en un 30% o 40% y no mas, posee mucho almidon pero no tiene poder diastasico. Si sobrepasamos esas proporicones las enzimas dela malta no pdran trabajar sobre esos almidones porque la malta tiene un limite tambien ya que posee su propio almidon que procesar
El proceso entonces es trabajar con dos macerados que al ser mezclados, subira la temperatura del macerado de malta: si esta en 66 grados subira a 71 grados aprox.; es decir, pasara de un esalon de Beta-amilasas y llegara al escalon de las Alfa-amilasas (dextrinas), la primera nos permitira tener as alcohol y la segunda nos otrogara cuerpo. Al hacer esto hacemos ambos escalones (se rondean los 95 minutos) y posteriormente podemos hacer el lavado (total de 110 minutos en todo el proceso mas o menos).
Tabajando con malta de cebada de 2 hileras no es necesario el escalon proteico que se hace haitualmente con 6 hileras.
El arroz tiene mucho azucar potencial, si tiene 90% se podra extraer un 75%-80% mientras que la malta podra tener un 80% pero se le puede extraer menos, unos 60%-65%.
Esta cerveza sera ligera como las Lagers (como son las cervezas asiaticas que llevan arroz y en general, incluso las lagers americanas conocidas por usar este adjunto) pero siendo Ale.
Al tratarse de una cerveza de baja densidad (algo asi como 1040) y donde no se esta reutilizando levadura no es necesario metodos de oxigenacion del mosto.
El uso de arroz, ademas, posibilita una cerveza clara de color 2 o 3 les sera dificil con una malta pilsen o pale ale porque son maltas con color 3; el agregado del arroz disminuira el color.

Receta

Ingredentes y Proceso
-100 litros finales-
Fermentables
  • 11 kilos de Pilsen o Pale Ale (o mezcla de ambas)
  • 8 kilos de trigo malteado
  • 2 kilos de arroz blanco tratado y pre-hervido
El arroz blanco (o, tamben el arroz blanco partido) debe ser tratado previamente llevandolo a 78ºC y mantenerlo asi por 20 minutos. Al hacerlo, el "truco" para un mosto de arroz menos denso es agregarle malta de cebada entre un 10% a 15% que ayuda a cortar los almidones alrededor del arroz. De manera que si lo hacen asi necesitaran unos 2 kilos, por lo menos, de malta. La cantidad de agua es la necesaria para que no se se que y se pegue, com cuando se cocina arroz para comer.
El proceso, entonces, es trabajar con dos Macerados Iniciales que al ser mezclados, subira la temperatura del macerado de malta; si esta en 66 grados subira a 71 grados aprox; es decir, pasara de un esalon de Beta-amialsas y llegara al escalon de las Alfa-amilasas (desxtrinas), la primera nos permitira tener mas alcohol y la segunda nos otrogara cuerpo, de manera que al hacer esto hacemos ambos escalones (ya se rondean los 95 minutos) y posteriormente podemos hacer el lavado (total de 110 minutos en todo el proceso mas o menos).
El Enfriado del Mosto Hervido debe lograr unos 15ºC o 17ºC en menos de 1 hora para asegurar una buena Cerveza Rubia, asegurando el trabajo de la levadura en la fermentacion y minimizando los metabolitos secundarios.
Lupulos y otros
  • Hellertauer (4,5 AA), 50 gramos; romper en hervor y hervir por 80 minutos
  • Fuglles, 30 gramos; hierve por 35 minutos
  • Jengibre, 50 gramos; hierve por 20 minutos
  • Irish moss al mismo momento del Jengire
  • Lemondrop, 50 gramos; hierve 0 minutos (Whirlpool)
Levadura
  • US05, 60 gramos
En Fermentacion mantener a menos de 20ºC por 7 dias, alrededor de 16ºC mejor.  Podra tardar mas por el lagerizado al trabajar a menos temperatura en la fermentacion pero el resultado es mejor.
Madurado en frio por 7 dias y se peude usar gelatina sin sabor para clarificar con mejores resultados.





La cerveza como forma de pago de impuestos y diezmos en la Edad Media

Se muestra al obispo de Tournai del siglo XV recibiendo un diezmo de cerveza de los inquilinos en sus tierras. La cerveza se usaba comúnmente para pagar impuestos y diezmos en la Edad Media





Recreando Ale's medieval inglés


Una recreación de finales del 13 al 14 c. cervezas inglesas sin lupular

(diseñado y elaborado por Tofi Kerthjalfadsson, del 23 de septiembre al 28 de diciembre de 1998)

En la Inglaterra medieval, la ale era una bebida alcohólica hecha de granos, agua y fermentada con levadura. La diferencia entre la ale y cerveza (beer) medieval era que la cerveza ademas usaba lúpulo como ingrediente. Prácticamente todos bebieron ale. Proporcionó una nutrición significativa, así como la hidratación (y la embriaguez). La aristocracia también podía permitirse beber vino algunas veces, y algunas veces los pobres ni siquiera podían permitirse la ale, pero en general la ale era la bebida preferida en Inglaterra durante el período medieval.

Estas recetas son un modesto intento de recrear ales que no solo son "de época", es decir, anteriores al siglo XVII, sino que en realidad son medievales. Estas ales se basan en evidencia recientemente disponible de finales del siglo XIII y principios del XIV.

No solo la cerveza era significativamente diferente hace unos trescientos años, en 1700, en comparación con la actualidad, la ale era significativamente diferente alrededor de 1300 que la ale o la cerveza en 1600. La razón principal de esta diferencia en el producto es una diferencia aparentemente pequeña en técnica: para una ale, el mosto, el líquido que contenía azúcares y proteínas extraídos del grano, no se hervía antes de la fermentación. Para una beer, el mosto tenía que hervirse con el lúpulo. Esta diferencia aparentemente pequeña fue, de hecho, un cambio en la tecnología que tuvo consecuencias de largo alcance para la conservación, así como el sabor y el valor nutricional de la beer.

Para hacer estas ales, he tratado de usar solo técnicas medievales y el equipo apropiado. No he usado la herramienta más atrozmente moderna, el termómetro. El primer lote ni siquiera midí mis resultados con un hidrómetro (una herramienta utilizada por los cerveceros modernos para medir la cantidad de azúcares disueltos en un líquido). La eficacia de un lote, la medida en que los almidones en los granos se han convertido en azúcares disueltos en el líquido, se puede medir con esta herramienta. Además, al comparar la medición del hidrómetro antes de la fermentación con la medición posterior a la fermentación, se puede deducir el contenido de alcohol de una infusión. Aunque midí los resultados del segundo lote con un hidrómetro, no ajusté ni modifiqué este lote de ninguna otra manera sobre la base de estas mediciones.

Primero presentaré las principales fuentes de estas recetas, luego mis recetas reales para estas ales, y finalmente una discusión de las recetas. Esta discusión comienza con un breve resumen de ale y cerveza en la Inglaterra medieval, y luego discute mis elecciones de ingredientes, las cantidades y proporciones involucradas, y finalmente los métodos utilizados para hacer las ales. Esta sección de discusión es crítica para la apreciación de la receta, ya que algunos de los métodos difieren sustancialmente de los modernos, o incluso del siglo XVII al XVII.

Fuentes principales

Estas dos recetas se basan principalmente en la evidencia del reciente libro de Judith Bennett, Ale, Beer y Brewsters en Inglaterra. Este libro tiene una gran cantidad de información sobre la elaboración de cerveza en la Inglaterra medieval, incluidas muchas citas de registros medievales, y vale la pena leerlo.
Estas dos recetas se basan en dos piezas de información del libro de Bennett:
Nuestra evidencia más directa de elaboración de ale doméstica proviene de hogares de élite. En 1333--34, la familia de Elizabeth de Burgh, Dama de Clara, elaboraba alrededor de 8 cuartos de cebada y draga cada semana, produciendo cada 60 galones de ale. La elaboración de la ale varía según la estación del año, con grandes cantidades producidas en diciembre (cuando se elaboraron más de 3.500 galones) y una producción bastante restringida en febrero (solo 810 galones). Los miembros de la familia Clare bebieron ale fuerte durante todo el año, bebiendo con particular entusiasmo durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo.
[Bennett, pág. 18] 
... En 1282, cuando Robert Sibille, el menor, fue presentado en la corte de Kibworth Harcourt por vender su ale a un precio demasiado alto, el precio estipulado le dejó poco margen para obtener ganancias. Habiendo pagado 2s. por 4 bushels de malta y se le exigió vender 5 galones de ale por 2d., habría tenido que sacar 60 galones de su malta solo para recuperar su inversión. Su ale, en otras palabras, habría sido muy débil y sus ganancias muy bajas.
[Bennett, pág. 21]
Estas dos recetas se basan en estas citas (y otra información). La primera receta, Weak Ale, se basa en la mezcla de granos de la familia Clare, pero con la fortaleza de Robert Sibille el más joven.

La segunda receta es una recreación de la ale de la casa Clare, con toda su fuerza, y corrigiendo varios detalles menores en los ingredientes.

Muchos de los detalles de estas recetas son diferentes de lo que podría esperar un cervecero moderno de grano entero; Me he esforzado por explicar la evidencia y el razonamiento detrás de todas las opciones en ingredientes y técnicas en la sección de discusión a continuación.

Receta 1: Ale débil (weak ale)
Por 2 1/2 galones de ale:

Ingredientes:

  • 4 2/3 lbs., Marca Hugh Baird English Malta pálida
  • 1 1/2 lbs., Avena (enrollada)
  • 13 cuartos de galón, agua
  • 1 pkt, marca Danstar Nottingham ale levadura
  • 1 pkt, marca Danstar Windsor ale levadura

Los resultados del lote 4 indican que, después de todo, esta es la mejor mezcla de levadura.

  • 1/4 oz., Chips de roble claro

Preparacion
  1. Dejaría esto para futuros lotes - ver abajo sobre Oak
  2. Desinfecte una cuba aislada (utilicé mi cuba de puré-lauter Gott de 10 galones) y un recipiente de fermentación (un cubo de plástico de grado alimenticio de 4 gal con tapa). También desinfecte un colador si es necesario para separar el líquido del grano.
  3. Agua hervida. Aplasta la malta, luego mézclala bien, aún seca, con la avena.
  4. Abra la cuba aislada y colóquela en el piso cerca de la estufa (donde está el agua hirviendo). Vierta 2 cuartos de agua en la cuba desde una altura razonable, moderadamente lenta. (La idea aquí es dejar que el agua libere algo de calor en el vapor de agua mientras se vierte; consulte la sección de técnicas a continuación debajo de maceración).
  5. Vierta todo el grano seco en la cuba de lavado.
  6. Vierta lentamente 3 cuartos de galón más de agua hirviendo sobre el grano. No revuelvas Coloque la tapa en el tonel y déjelo reposar durante 10 minutos. Luego agregue 1 litro más de agua hirviendo. En este punto, debe haber una cantidad muy pequeña de líquido visible. Vuelva a colocar la tapa y espere 20 minutos más.
  7. Ahora quite la tapa y revuelva todo. Debe tener la consistencia de una papilla bastante espesa. Vuelva a colocar la tapa y haga otra cosa por un tiempo, al menos una hora y media. 
  8. Abra el tonel y agregue 3 cuartos de galón más de agua hirviendo, y revuelva. Cierra de nuevo y espera 25 minutos más.
  9. Finalmente, agregue el agua hirviendo restante (4 cuartos - no se preocupe por verterla desde una altura). Revuelva bien.
  10. Configurar el fermentador desinfectado. Abra la válvula de puré de puré (o de lo contrario comience a filtrar el mosto, que es la parte líquida, del grano. (A diferencia de los métodos modernos, no recirculé el líquido de ninguna manera). El primer galón debe ir rápidamente; el galón se debe hacer un poco más lento para sacar la mayor parte del líquido.
  11. Cierre el fermentador y deje que el mosto se enfríe durante la noche.
  12. Rehidrate ambos paquetes de levadura de acuerdo con las instrucciones del paquete (teniendo cuidado de usar agua que haya sido hervida y enfriada, y un vaso que haya sido desinfectado de alguna manera). Echa la levadura en el mosto y agita, revuelve y agita el mosto para airearlo.
  13. Deje que la cerveza fermente por un día; la levadura debería haber comenzado y la actividad debería estar en marcha. Hervir las astillas de roble en aprox. 1 taza de agua Cuando el agua es del color de una taza de té, retire el fuego y deje enfriar un poco. Vierta el agua, luego agregue aprox. 1/2 taza de agua nuevamente en chips. Vuelva a hervir esto, luego deje que se enfríe; debería ser apenas más oscuro en color que el agua normal. Agregue esta agua de roble al mosto.
  14. Deje que la cerveza fermente por un par de días más. Retirar y servir.

Observaciones sobre el producto,

  • La cerveza se sirvió por primera vez cuando aún era joven (es decir, no se había fermentado). Sorprendentemente, y en contra de las conjeturas de algunos historiadores, esta cerveza no era dulce. Gran parte de esta falta de dulzura podría explicarse por la ale (deliberadamente) débil.
  • Sabía algo así como "pan líquido", mucho más que una cerveza más moderna. También tenía una buena cantidad de sabor tánico; mucho más de lo que podría explicarse por la adición de roble. Sospecho que esto se debió principalmente a la adición final de agua hirviendo justo antes de filtrar el licor. Esto tendería a tener el efecto de extraer taninos de los cascos de la cebada.
Fue presentado en un día bastante caluroso; varias personas comentaron cuán refrescante podría ser una bebida en tales condiciones. También parecía tener un contenido de alcohol bastante bajo, aunque como no hice una medición de gravedad específica, no podía decir cuál era la verdadera fuerza de la cerveza.

Receta 2: Ale fuerte del hogar de Clare y Ale ordinaria
(lotes 2 - 5)
Se pueden preparar dos cervezas, una fuerte y otra ordinaria, de entre 1 1/2 y 2 galones cada una:

Ingredientes:

  • 8 lbs., Hugh Baird brand English Malta pálida
  • 1 1/3 lbs., (Baird) Malta pálida, tostada.

Para cerveza oscura, asado a ámbar: 30 minutos. a 225 F. seguido de 30 minutos. a 300 F. Para un encendedor, asa una hora a 225 F.

  • alrededor de 3 lbs., avena (enrollada)
  • 14 a 16 qts., Agua (lote principal)
  • 14 producirán 1 1/2 galones de cerveza; 16 producirán 2 galones
  • 6 a 8 cuartos de galón, agua (segundas carreras)
  • 1 pkt, marca Danstar Nottingham ale levadura
  • 1 pkt, marca Danstar Windsor ale levadura

Preparacion

  1. Precaliente el horno a 225 grados F. Mida 1 1/3 lbs. de malta pálida y colóquela en un Bandeja para hornear de 9 x 13 pulgadas. Cuando el horno esté caliente, coloque la malta en el horno y hornee por 30 minutos. Luego aumente el fuego y hornee otros 30 minutos. O, para una ale de color más claro, simplemente hornee 60 minutos. a 225 F. Retirar y dejar enfriar.
  2. Desinfecte una cuba aislada (nuevamente, mi cuba de puré-lauter Gott de 10 gal.) Y dos recipientes de fermentación (dos cubos de plástico de grado alimenticio de 3 gal con tapas).
  3. Hervir agua para las primeras corrientes (14 a 16 qts.). Triturar la malta, mezclando la malta ámbar (horneada) con la malta pálida. Luego mezcle bien la avena con la malta triturada.
  4. Si su tonel tiene un fondo falso u otro dispositivo similar, vierta suficiente agua hirviendo para cubrirlo. Luego vierta todo el grano. Finalmente, vierta lentamente el agua restante sobre el grano, vertiendo desde cierta altura.
  5. Cubra el puré y déjelo reposar 30 minutos. Abra y revuelva bien, luego cierre y deje reposar otras 3 1/2 a 4 horas. Este es un puré caliente, por lo que necesitará este largo período de tiempo para hacer puré (convertir los almidones en azúcares).
  6. Pon el agua por segunda vez a hervir. Instale el primer recipiente de fermentación debajo de la válvula de drenaje o el tubo del tanque aislado, y pase lentamente el licor desde el primer puré hasta el primer recipiente. Cerrar y reservar para enfriar.
  7. Después de que se haya drenado el primer licor y cuando el agua para el segundo tramo haya hervido, viértalo en el grano húmedo. Deje reposar durante 30 minutos, luego configure el segundo recipiente de fermentación y vierta este licor en él. Cierre el segundo fermentador y permita que ambos se enfríen durante la noche.
  8. Por la mañana, desinfecte una cacerola o cucharón más pequeño, una taza medidora Pyrex y una cuchara. También hierva aproximadamente una taza de agua y enfríe, tapado. Rehidrata los paquetes de levadura en 3/4 de taza de agua hervida. Vierta esta mezcla de levadura en los dos fermentadores, 2/3 en el lote principal fuerte, 1/3 en las segundas etapas. Use el cucharón desinfectado para airear cada uno de los lotes (recogiendo licor y volviéndolo con turbulencia).
  9. Cierre los fermentadores (llenando las cerraduras de agua, si las hay) y deje fermentar.

Sobre la receta
A diferencia del primer lote, este segundo lote se basó en las proporciones utilizadas en un hogar aristocrático. Probablemente hubo menos preocupación por el costo de los materiales de la cerveza resultante, ya que sería consumida por los miembros del hogar, en lugar de venderse con ganancias. Entonces, como en otras cosas, la aristocracia tenía más y, por lo tanto, podía darse el lujo de
enfatizar la calidad en mayor medida.

Esto se refleja en la receta. Usó el doble de grano que la primera receta de Weak Ale por menos cantidad de cerveza. A diferencia del primer lote, medí la gravedad específica de ambas ejecuciones de este lote para medir qué tan bien funciona este conjunto de técnicas. Las primeras ejecuciones del lote 2 tuvieron una impresionante gravedad inicial de 1.091, aproximadamente la misma gravedad inicial que cabría esperar en un vino. Las primeras ejecuciones del lote 3 fueron 1.085, y el lote 4 fueron 1.090. Las segundas ejecuciones del lote 2 tuvieron una gravedad inicial de 1.051, casi lo mismo que una cerveza moderna razonablemente fuerte. (No recolecté segundas carreras de los lotes 3 o 4.)

Esta técnica no es muy eficiente. En la elaboración de cerveza moderna, usando un termómetro para controlar cuidadosamente el puré y rociando (enjuagando) cuidadosamente el grano, generalmente espero obtener al menos 25 puntos (milésimas) de gravedad específica por cada libra de grano por galón de líquido. (Entonces, si produje 5 galones de cerveza con 10 libras de malta, esperaría obtener una gravedad específica inicial de más de 1.050: 1.000 para el agua, más 0.025 * 10 libras / 5 galones).

Para las primeras ejecuciones del lote 2, obtuve una eficiencia de 11 puntos por (lb / gal). Las segundas carreras dieron 6,2 puntos adicionales por (lb / gal). Esto mejora el total hasta 17.2, aún mucho peor que el 25+ que puedo obtener con las técnicas modernas. El primer lote 3 resultó casi igual, y el lote 4 funcionó a 2 galones a 1.090, o 15 puntos por (lb / gal).

Para el cervecero moderno, las cantidades de grano descritas en estas fuentes parecen extraordinariamente grandes. Sin embargo, el proceso parece ser tan ineficiente que se requieren grandes cantidades de grano para producir una ale de resistencia adecuada utilizando estas técnicas más antiguas.

Observaciones sobre el segundo lote, 31 de octubre de 1998
El segundo lote se hizo con una mezcla de levadura de:

  • 1 pkt, marca Danstar Nottingham ale levadura
  • 1 pkt, marca Danstar Windsor ale levadura
  • 1 paquete, levadura de pan de la marca Fleischmann (simple, no de crecimiento rápido) 
  • sedimentos de 1 botella de Cantillon marca Gueuze Lambic

Algo en la mezcla de levadura revisada fue un error. La ale fermentaba bastante rápido, con mucha menos actividad en la mañana del día 4 que la noche anterior. Entonces fermentó.

Hubo, sin embargo, un sabor desagradable y fuerte, que recordaba un sabor menor en Lambic. Mis sospechas actuales son que agregar la levadura de pan a las levaduras ale no fue un problema, pero que agregar las heces de Gueuze fue la causa de este mal sabor. Otros cerveceros han sugerido que este lote debe envejecer durante un año y probarse después de eso. Haré esto, pero esa edad es estrictamente contraria a la evidencia (a continuación) de que la ale se sirvió fresca.

Observaciones sobre el tercer lote, 21 de noviembre de 1998
La mezcla de levadura del tercer lote omitió la lambic, pero retuvo la levadura de pan de Fleischmann:

  • 1 pkt, marca Danstar Nottingham ale levadura
  • 1 pkt, marca Danstar Windsor ale levadura
  • 1 paquete, levadura de pan de la marca Fleischmann (simple, no de crecimiento rápido)

Este lote no tenía algunos de los tonos bajos desagradables más sutiles del segundo lote (con el Lambic), pero aún tenía un olor y un sabor realmente desagradables que recordaban al diluyente de pintura.

Observaciones sobre el cuarto lote, 3 de diciembre de 1998
Para el tercer lote, utilicé solo las levaduras ale Danstar Nottingham y Windsor, como se indica en la receta completa anterior.
El desagradable sabor a diluyente de pintura desapareció y la levadura de pan parece ser la culpable. En retrospectiva, esto no es demasiado sorprendente: la levadura de pan se ha criado para producir una cantidad máxima de gas CO2, y cualquier alcohol de orden superior que pueda producir la levadura se quemará cuando se hornee el pan. En ale, sin embargo, estos sabores desagradables permanecerán en el lote, perjudicando el sabor. Entonces, al final, esta levadura de pan resultó inadecuada para la elaboración (lo que no es exactamente una gran sorpresa).

El cuarto lote es fuertemente alcohólico, pero tiene un agradable sabor a manzana. En general, sabe a una versión más fuerte y más agradable de la cerveza débil (arriba).

La mezcla de levadura probablemente puede mejorarse, pero todavía no he encontrado un método rápido y sucio para mejorar sustancialmente la mezcla sobre el uso de estas dos levaduras ale.

Discusión

Textos importantes
Como se indicó anteriormente, estas recetas se basan principalmente en la evidencia del reciente libro de Judith Bennett.

También importante en la elaboración de esta cerveza fueron varias referencias de la época isabelina. William Harrison, en 1577, proporcionó una descripción detallada de cómo su esposa prepara cerveza [Misc-4]. Gervase Markham, en 1615, publicó The English Housewife, que contiene no solo un capítulo completo dedicado a la elaboración de cerveza y la conservación del vino, sino también un capítulo completo sobre cómo maltear el grano [Markham]. Kenelme Digbie, en 1669, escribió The Closet ... Opened ..., un libro de recetas, muchas de las cuales son para varias bebidas alcohólicas [Digbie].

Otros textos modernos útiles incluyen A Sip Through Time de Cindy Renfrow, una colección de recetas y otra información útil [Renfrow]. También vale la pena leer Beer, A History of Suds ... de Gregg Smith. Aunque la mayor parte de este libro está dedicado a la historia de Beer in America, los primeros capítulos tienen información valiosa para el medievalista.

Sobre Ale inglesa medieval

En Inglaterra en la Edad Media, particularmente antes de la Peste (que llegó por primera vez a Inglaterra en 1348), la bebida más común del día fue la ale. Ale, durante este tiempo, era una bebida hecha de granos malteados, agua y fermentada con levadura. El grano malteado sería aplastado; se agregaría agua hirviendo (o al menos muy caliente) y se dejaría que la mezcla funcionara; finalmente el líquido fue drenado, enfriado y fermentado. La cerveza podría haber sido condimentada, pero no habría tenido el lúpulo como ingrediente.

La cerveza, por otro lado, estaba hecha de granos malteados, agua, lúpulo y fermentados con levadura. El lúpulo agregó un poco de amargura a la cerveza y también ayudó a preservarla. Veremos a continuación que la adición exitosa de lúpulo requirió un cambio en el proceso que tuvo un profundo efecto en el producto resultante: después de que se drenó el líquido, se volvió a hervir con los lúpulos.

Bennett ha encontrado un registro de un Richard Somer que vendía ale flamenca (es decir, cerveza) en Norwich a fines del siglo XIII. Este fue, sin embargo, un caso especial; El siguiente registro de la venta de cerveza que encontró Bennett no fue sino hasta unos cientos de años más tarde, cuando los comerciantes de las costas este y sur de Inglaterra comenzaron a importar y vender cerveza en la década de 1370 [Bennett, p. 79]. Sin embargo, debe enfatizarse que este todavía era un caso especial: la cerveza no era una bebida generalizada hasta fines del siglo XVI [Bennett, p. 81; Smith, págs. 25-26]. E incluso entonces, la ale era una bebida muy popular. Nuevamente citando a Bennett:
... Como John Grove lo puso en 1630:
VINO: yo, vino generoso, estoy para la corte
CERVEZA: La ciudad pide cerveza
ALE: Pero ale, bonny ale, como un señor de la tierra en el país será dominante.
[Bennett, pág. 81]

Ale fresca

En la Inglaterra medieval, la ale se servía fresca, aún (o muy recientemente) fermentando, en lugar de obsoleta, o fermentada y limpiada.
Como la ale era básica para la dieta de la gente común, cada hogar requería un suministro grande y constante; Un hogar de cinco personas puede requerir aproximadamente 1 1/4 galones por día, o aproximadamente 8 3/4 galones por semana. Sin embargo, la ale consumía mucho tiempo y se agriaba rápidamente, durando solo unos pocos días. 17
[Bennett, pág. 19] 
17. En el castillo de Elmley (Worcestershire) en 1446, por ejemplo, se prohibió a los cerveceros vender ale de más de cuatro días. Warren O. Ault, Ganadería de campo abierto y la comunidad del pueblo, Transactions of the American Philosophical Society, n.s., 55, parte 7 (1965), artículo 147, pp. 77-78
[Bennett, pág. 190 (texto de la nota final 17)]
A partir de esta evidencia, podemos concluir que cualquier método de producción que permita que la ale se mantenga durante mucho tiempo probablemente no sea lo que buscamos. Del mismo modo, cualquier ingrediente o método de producción que nos obligue a envejecer la ale durante mucho tiempo para ser potable tampoco es correcto. A principios de la época medieval, los cerveceros ale estaban haciendo lotes más pequeños en sus propias casas, en lugar de elaborar cerveza en cantidades industriales. Simplemente no tenían ni el espacio ni los recursos para envejecer la ale durante largos períodos de tiempo antes de venderla.

Ale cara

Ale era algo caro tanto para producir como para comprar. En 1310, a un trabajador no calificado se le pagó como máximo 1 1/2 d. (peniques) por día de trabajo [Bennet p. 24]. Veremos a continuación (bajo "granos") que en el mercado de Oxford en 1310, un bushel de trigo costaba entre 10 y 12 peniques por bushel, o 6 2/3 a 8 días de trabajo no calificado, con cebada a 7.5 d / bu, o 5 días, y avena durante 4 d / bu, o 2 2/3 días. Un bushel de grano produciría entre 7 1/2 y 10 galones de ale [Bennet p. 23], que se vendería por 1 1/4 a 1 1/2 d. por galon.

Ahora, aparte de la economía de la venta rentable, que se analiza a continuación, vale la pena señalar que tanto el grano como, por consiguiente, la ale, eran caros para los trabajadores. En resumen, un galón de ale cuesta aproximadamente un día de trabajo. La combinación de técnicas modernas de producción y agricultura a gran escala, y el aumento de los salarios, hacen que el grano en los Estados Unidos del siglo XX sea aproximadamente 1/10 tan caro como lo era en el siglo XIII Inglaterra.

Ale inglesa medieval y elaboración casera moderna

Otro aspecto de este proyecto es que se trata de una elaboración integral de granos. Muchos cerveceros dentro del SCA elaboran cerveza de la misma manera que cualquier otro cervecero aficionado moderno: compran extracto de malta comercial, que es una solución concentrada o seca de azúcar de malta. Esto se combina con agua y el resultado se hierve. Se pueden agregar lúpulos, flores de lúpulo secas, o el extracto de malta se puede haber lupulado en la fábrica que lo produjo. Esto luego se enfría, se agrega levadura y se fermenta.

La elaboración de granos integrales es algo más ambiciosa, ya que el azucarero debe extraer los azúcares de la malta. Sin embargo, es más controlable. El sabor de la cerveza se puede cambiar sustancialmente mediante la elección del tipo, cantidad y asados ​​de cebada malteada, así como otros granos. El sabor y el "cuerpo" también pueden verse afectados por el método de maceración, proceso por el cual el almidón en el grano se convierte en azúcares, así como las temperaturas de maceración. Personalmente, considero que la elaboración de granos integrales es preferible a la elaboración de extractos: me gusta el control adicional que ofrece la maceración, y está mucho más cerca de cómo se realiza el proceso a nivel comercial hoy, así como históricamente. También es más barato; el grano para un lote de grano entero cuesta aproximadamente la mitad de lo que el extracto haría para un lote de tamaño equivalente. Sin embargo, esto no es gratis. La elaboración de granos integrales requiere un equipo muy grande y bastante costoso.

Para el fabricante de cerveza SCA, la elaboración de granos integrales tiene otra ventaja: se pueden usar las técnicas utilizadas por los fabricantes de cerveza en las pocas recetas de período tardío que tenemos. Estas técnicas son algo diferentes de las que se usan hoy en día; Para una descripción completa, por favor vea mis pensamientos sobre Homebrewing isabelina.

Para este proyecto, sin embargo, no había otra opción. No se puede comprar extracto de malta que sea como el mosto producido por esta elaboración de cerveza; estos lotes son lo suficientemente diferentes a cualquier cosa que se pueda comprar, por lo que no se pueden "simular".

Una ironía interesante de este proyecto es que coincide con la observación de Bennett, que la elaboración de ale requiere más equipo que la elaboración de ale [Bennett, pp. 86-87]. Al crear 2 1/2 galones de ale, el único equipo especializado que usé fue un enfriador grande, que usé como una cuba de lavado. En retrospectiva, podría haber hecho fácilmente un lote de 5 galones de esta ale con el mismo equipo, excepto por un fermentador más grande. No necesitaba la olla grande, ni el quemador para poner esta olla, que uso para hacer lotes de cerveza de 5 galones.

Materiales
Granos

En la época isabelina, como hoy, el grano más común en ale y cerveza era la cebada malteada. El trigo también era bastante común, a menudo en pequeñas cantidades, como lo es la avena. En la Inglaterra medieval, sin embargo, las preferencias eran algo diferentes. Bennett informa varias pistas extremadamente útiles sobre esto. Mirando nuevamente la información de Clare:
Nuestra evidencia más directa de elaboración doméstica proviene de hogares de élite. En 1333--34, la familia de Elizabeth de Burgh, Dama de Clara, elaboraba alrededor de 8 cuartos de cebada y draga cada semana, produciendo cada 60 galones de ale. La elaboración varía según la estación del año, con grandes cantidades producidas en diciembre (cuando se elaboraron más de 3.500 galones) y una producción bastante restringida en febrero (solo 810 galones). Los miembros de la familia Clare bebieron ale fuerte durante todo el año, bebiendo con particular entusiasmo durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo.
[Bennett, pág. 18]
Dragado es una combinación de avena y cebada [Bennett, p. 17] Un cuarto es una unidad de medida en seco de aproximadamente 290 litros [Bennett, p. xv]; hay 8 bushels por cuarto, lo que hace un cuarto aprox. 36 1/4 litros. (Un bushel moderno de los EE. UU. Tiene 35,24 litros, y un bushel moderno del Reino Unido tiene 36,37 litros [AmHer]).

Por lo tanto, la ale casera de Clare se hizo con cebada malteada entre 2/3 y 3/4, y el resto fue avena.
Considere, por ejemplo, las posibles ganancias de los cerveceros en Oxford durante los primeros años del siglo XIV. A fines del otoño de 1310, un jurado se reunió para revisar los precios de los granos y establecer los precios de la ale en consecuencia. Afirmando que el trigo se había vendido recientemente en el mercado de Oxford por 8s., 7s.4d. O 6s.8d. un cuarto (dependiendo de la calidad); cebada por 5s .; y avena por 2s.8d., fijó los precios de la buena ale en 1 1/4 d. en cuva y 1 1/2 d. en doleo El primer precio fue el más estándar de los dos. ¿Qué beneficios podría esperar un cervecero al comprar grano a estos precios y luego vender ale hecha a partir de 1 1 / 4d? el galon? Para una preparación de 3 fanegas de malta, el rango de posibles costos (que se muestra en las cuatro columnas de la izquierda de la figura 2.1) y los recibos (que se muestran en las cuatro columnas de la derecha) fue muy amplio. 
Las dos primeras estimaciones de costos suponen que una cervecera de Oxford habría preparado malta hecha de cantidades iguales de trigo, avena y cebada. ... Las siguientes dos estimaciones de costo suponen una proporción diferente de granos en la malta, una similar a la empleada en St. Paul's: dos tercios de avena y una sexta parte de cebada y trigo. ...
[Bennett, págs. 22-23]
(La figura en [Bennett, p. 23] muestra los costos de producción que varían de aproximadamente 20 a aproximadamente 30 peniques (d.), Y los ingresos varían de 24 1/2 d. A una tasa de concentración de 6 1/2 galones por bushel a 45 días a 21 galones por bushel.
La malta es un proceso que conserva un grano para el almacenamiento a largo plazo que es posible en forma cruda, y activa enzimas en el grano que ayudan a convertir los almidones en azúcares. Después de cosechar el grano, se humedece y se deja germinar y crecer durante unos días, luego se seca en un horno a temperaturas bajas a moderadas, y finalmente se trilla y almacena.

Tradicionalmente, la germinación se llevaría a cabo en un piso grande [Markham, pp. 182-185], a menudo en el ático de la casa de malta. A medida que el grano brota, genera calor, que debe dejarse escapar para que el grano de malta no se cocine solo. Las plantas jóvenes también requieren dióxido de carbono para continuar creciendo. Para facilitar esto, la malta se gira (recoja, voltee) a intervalos regulares. Algunos maltesters británicos siguen produciendo malta de piso hoy en día, aunque es raro y costoso.

Históricamente, la cocción a menudo se realizaba en lo que es esencialmente un gran horno de leña o ahumador. La malta se extendería sobre un piso falso hecho de tela para el cabello, estera de paja u otro material adecuado, encima de algún tipo de material suelto, para permitir que el escape caliente del horno del horno penetre uniformemente en el grano . Luego se encendía un fuego de leña en el horno, y la malta se horneaba durante varias horas, y ocasionalmente se volvía para evitar la quema [Markham, págs. 186-190].

La cocción moderna es muy diferente. Hoy, la malta se tuesta en un tambor con agua pulverizada para controlar la temperatura, patentada por D. Wheeler en 1817 [Harrison]. Debido a este aerosol, la malta se puede tostar mucho, mucho más oscura de lo que era posible en un horno. El rociado de agua también permite que las maltas más ligeras se hagan de manera mucho más consistente, y sin captar ningún sabor del combustible utilizado para encender el horno.

A menudo, para aproximarme mejor a las maltas ámbar y marrón, he tostado una porción de malta pálida en un horno. Para el primer lote de ale débil, que fue una prueba inicial de una receta y varias técnicas, no fui hasta el punto de tostar la malta, sino que usé solo malta pálida. La malta de la marca Baird se tuesta un poco más que muchas otras maltas pálidas inglesas; Es prácticamente un asado suave, en lugar de pálido. Generalmente, el malteador tuesta un poco más levemente.

Sin embargo, para el segundo lote, horneé al horno una pequeña porción de la malta. Asar un poco de malta simula mejor la naturaleza horneada al horno de las maltas medievales, particularmente la irregularidad del horno de malta. Dado que esto también agrega un buen sabor a la ale resultante, parecía la elección correcta para el segundo lote.

Quería tostar un poco la malta, pero no demasiado. Así que seleccioné una porción de la malta y la horneé en el horno, primero durante media hora a 225 grados F., luego una media hora adicional a 300 grados F. Esto dio un buen asado ámbar a algunos granos. (Es importante no hacer esto a toda la malta, ya que el procedimiento de tostado puede destruir las enzimas que se usan en el puré para convertir los almidones no fermentables en azúcares fermentables; ver más abajo en la sección de técnicas).

La información sobre los hermanos en St. Paul's, elaborada en 1340-1341 [Bennett, p. 191; nota final texto 21], dice que la malta de avena era el ingrediente predominante. Desafortunadamente, la avena malteada actualmente no está disponible comercialmente. Así que me vi obligado a comprometerme al usar la mezcla doméstica Clare de 3/4 de cebada, 1/4 de avena, y más compromiso al usar avena sin maltear. Como resultado, el sabor no será del todo correcto, pero estará más cerca que ignorando por completo esta evidencia y usando completamente malta de cebada.

Levadura
Aunque ha habido algunos informes de cultivo exitoso de levadura de botellas de cerveza encontradas en naufragios, ninguna de estas culturas ha estado disponible comercialmente para el cervecero casero. Al fallar la levadura auténtica, opté por combinar dos cepas de levadura moderna del tipo utilizado para hacer ale inglesas modernas.
Tanto Digbie como Markham recomiendan hacer un iniciador de levadura para tener una cantidad suficiente de levadura para atacar los lotes de gran tamaño que están haciendo. Digbie aconseja [Digbie, pp. 99]:
... Esta cantidad (de una cabeza de cerdo) requerirá mejor que un cuarto del mejor Alebarm, que debe ponerle así. Ponlo a unos tres cuartos de mosto y revuélvelo para que funcione bien. Cuando el bálsamo se ha levantado rápidamente, escúrralo y póngalo al resto del mosto gradualmente. El Licor restante (es decir, los tres cuartos de galón) habrá atraído todas las heces pesadas del barm, y puedes ponerlo en la Ale de la segunda carrera, pero no a esto. Coloca el bálsamo que hayas escupido (que será al menos un cuarto de galón) en aproximadamente dos galones de mosto y revuélvelo para que se levante y funcione. Luego ponle dos galones más. Hacer esto varias veces, hasta que todo se mezcle, lo que requerirá un día entero para hacerlo. Cúbrelo bien y déjalo funcionar hasta que esté a su altura, y comienza a caer, lo que puede requerir diez o doce horas o más. Mira esto bien, al menos se hunde demasiado, porque entonces estará muerto. Luego escoria la parte más gruesa del barm, y pasa tu Ale en la cabeza de cerdo, ...
Markham recomienda algo similar, aunque no una técnica tan compleja. Él dice que combine parte de su mosto (presumiblemente lo suficientemente frío) con un poco de cebada (levadura), y deje que estos funcionen mientras el lote principal se está enfriando. Luego, cuando el lote principal esté frío, revuelva bien este iniciador y mézclelo. El tiempo de enfriamiento puede ser bastante considerable, mucho más de una o dos horas.
Usar un entrante es una buena práctica en la elaboración moderna y medieval. Comenzar con una gran cantidad de levadura reducirá los efectos de las levaduras silvestres y otros microorganismos al abrumarlos por su gran número y al consumir todo el azúcar disponible. Esto ayudará a evitar que la ale atrape infecciones no deseadas, ya que habrá menos microbios indeseables para alimentarse.

Cultivo de levadura, y falta de ella

La levadura se cultivó en el período medieval, pero no en la medida en que podríamos pensar en la actualidad. En aquel entonces, muchas personas estaban elaborando, y la levadura se compartía libremente entre los cerveceros. Como la levadura que producía buena ale y cerveza se valoraba y compartía, se cultivó buena levadura.

Ahora, sin embargo, no solo se atesora la buena levadura, sino que también se cultiva en condiciones de laboratorio, generalmente a partir de un cultivo de células individuales. Dado que la levadura se reproduce por gemación, la mayoría de las levaduras cultivadas hoy en día son todas iguales hasta el punto de ser clones entre sí [Ligas].

Como se trataba de pequeños lotes, simplemente rehidraté la levadura de los paquetes secos. Para el primer lote, para simular ligeramente las múltiples cepas de levadura que formarían la ale de ale medieval, utilicé dos cepas diferentes de levadura. Para el cuarto lote, volví a esta mezcla, ya que proporciona los mejores resultados hasta ahora.

Experimentos en la mezcla de levadura

Después de presentar el primer lote en un evento local y publicar la receta para el primer lote en la lista de correo [hist-brew] histórica de los cerveceros caseros (internet), recibí dos comentarios interesantes con respecto a la mezcla de levadura. Marc Bloom (también conocido como "Rojo") comentó que si estaba interesado en la diversidad de levadura, además de la levadura ale, podría considerar agregar levadura de pan. También dijo que recordaba haber leído que una cervecería inglesa (moderna) usa una cepa de levadura muy inusual, disponible para los consumidores como la levadura de pan de la marca Fleischmann [Bloom]. Así que agregué esto a la mezcla para el segundo lote.

Además, Al Korzonas escribió:
Finalmente, estoy dispuesto a apostar que todas las cervezas hechas hace más de 200 años tenían una cantidad significativa de acidez bacteriana y de Brettanomyces. Para mayor autenticidad, arrojaría los restos de una botella de Lambic sin filtrar (como Cantillon, Boon Marriage Parfait o Cuvee Rene de Lindeman) para los Brettanomyces y el lactobacillus que sin duda formaban parte de cualquier cerveza elaborada hace más de 200 años. Tíralo temprano en el fermento para obtener más carácter, tarde para menos. Puede esperar tener una fermentación bastante larga y prolongada cuando agrega Brettanomyces porque es bastante lento y porque comerá muchos carbohidratos que Saccharomyces simplemente no comerá. Si [planea] embotellar, un año no es demasiado para esperar a que Brett y lactos terminen su trabajo.
[Korzonas - carta]
Siguiendo este consejo, también agregué las heces de una botella de Cantillon Gueuze a la mezcla de levadura para el segundo lote (a pesar de que estas ales deben beberse mucho antes de un año.

Como se señaló anteriormente, el segundo lote desarrolló un fuerte sabor desagradable que se parecía mucho a uno de los sabores menores en el buen Lambic. Así que dejé los restos de Lambic del tercer lote. Sin embargo, el tercer lote tenía la levadura de pan de Fleischmann como parte de la mezcla. Este tercer lote desarrolló rápidamente un olor y un sabor muy limpios, muy malos que recordaban al diluyente de pintura.

Entonces parece que no fue necesariamente el Lambic el que dio los sabores desagradables; en cambio, la levadura de pan de Fleischmann no es adecuada para preparar ale. Como todavía no he intentado agregar las heces Lambic a una mezcla de levaduras buenas conocidas, me reservo el juicio sobre este movimiento hasta que intente el siguiente experimento lógico.

Agua
Muchas cervecerías en Inglaterra generalmente tenían agua bastante dura, especialmente Burton-on-Trent [Noonan Scotch Ale]. Afortunadamente, Pittsburgh también, por lo que no sentí que necesitaba alterar el contenido mineral del agua local para estas preparacion.

Roble
En el siglo XVI, las ale y las cervezas generalmente se sintonizaban en barricas, a menudo hechas de roble. Además, en algunas de las técnicas de períodos posteriores a las que se hace referencia, especialmente la receta de Scotbie Ale de Digbie [Digbie; Renfrow p. 11], parte del procesamiento de los líquidos se realizó en barricas de roble.
Por otro lado, según Bennett, hay evidencia de elaboración de cerveza en recipientes que no sean de roble:
Cuando Denise Marlere murió en febrero de 1401, dejó un próspero negocio cervecero en la ciudad de Bridgewater. Ella legó la mayor parte de su negocio a su sirvienta Rose: la mitad de una casa de vecindad, todos sus recipientes con un horno, tres sacos llenos de malta, una taza, una olla de latón, una sartén, una copa atada con plata, un roce plato, dos cucharas de plata y algunos otros productos cuidadosamente especificados. También dejó utensilios para preparar cerveza a otros herederos, entregando un tanque de plomo cada uno a su iglesia parroquial, su párroco y dos monasterios locales, y dejando a su hija, Isabel, dos tanques de plomo, una olla de bronce de 3 galones, una sartén, un mortero y una maja, y las ganancias de una preparacion.
[Bennett, pág. 14]
 Claramente, Denise Marlere estaba elaborando en recipientes de plomo. No estoy interesado en la intoxicación por plomo de bajo nivel, así que evité este tipo de recipiente. Aún así, el roble no es la única alternativa, y uno podría preparar razonablemente una recreación de una ale medieval en, por ejemplo, una tina de acero inoxidable abierta con la conciencia tranquila.
Para el primer lote, elegí roble. Para simular un poco del sabor del roble que pudo haber sido recogido fermentando en un recipiente de roble, elegí hervir una pequeña cantidad de astillas de roble (disponibles en mejores tiendas de elaboración casera) en un poco de agua, y luego agregué un poco de esta agua. al mosto. Se debe tener cuidado de no hacer esto en exceso, ya que el roble puede tener un sabor sorprendentemente agresivo.

Esta adición de roble fue criticada por Al Korzonas, quien señaló un punto muy importante sobre el roble en la elaboración: el roble americano, que a menudo se vende en las tiendas de elaboración, tiene mucho más sabor que el roble europeo. Señala que varios libros antiguos de elaboración en inglés recomiendan no usar barricas de roble americano debido al sabor que impartirán [Korzonas - roble]. Recomendaría a cualquiera que esté considerando usar roble para un "sabor más auténtico" que lea primero el artículo que el Sr. Korzonas escribió sobre el tema.

Siguiendo este consejo, eliminé el roble de la lista de ingredientes para el segundo lote.

Cantidades

Decidí usar proporciones de 3/4 de cebada malteada y 1/4 de avena no malteada (como compromiso con lo que está disponible), agua dura y levadura de cerveza. ¿Pero en qué cantidades? Nuevamente revisando la cita de Bennett de la pág. 18:
Nuestra evidencia más directa de elaboración doméstica proviene de hogares de élite. En 1333--34, la familia de Elizabeth de Burgh, Dama de Clara, elaboraba alrededor de 8 cuartos de cebada y draga cada semana, produciendo cada 60 galones de ale. La elaboración varía según la estación del año, con grandes cantidades producidas en diciembre (cuando se elaboraron más de 3.500 galones) y una producción bastante restringida en febrero (solo 810 galones). Los miembros de la familia Clare bebieron ale fuerte durante todo el año, bebiendo con particular entusiasmo durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo.
[Bennett, pág. 18]
Lo primero que hice fue reducir estas unidades a algo con lo que pudiera lidiar mejor. Comencé midiendo mi malta. En lugar de depender de los valores de otra persona, medí cuidadosamente 7 pintas de malta pálida de Hugh Baird en EE. UU., Y pesé esta cantidad en 4 lbs 6 oz. Esto equivale a 1,32 libras por litro de volumen de grano.
El diccionario American Heritage enumera 1 bushel estadounidense (moderno) a 2150.42 pulgadas cúbicas, o 35.24 litros, y un bushel estándar del Reino Unido a 2219.36 pulgadas cúbicas, o 36.37 litros [AmHer, "bushel"]. Un bushel es 1/8 de cuarto; Bennett enumera un cuarto como aproximadamente 290 litros [Bennett, p. xv]. También señala que un galón en el período medieval en Inglaterra era aproximadamente del mismo tamaño que un galón estadounidense moderno, en lugar del galón británico moderno (que es un 25% más grande).

Por lo tanto, las proporciones de la receta casera de Clare eran unos 290 litros (medida seca) de grano, unas 383 libras, produciendo 60 galones de ale. Esto equivale a alrededor de 6.4 libras. de grano por galón de ale.

Estas grandes cantidades de grano total no solo se usan, sino que son cantidades sorprendentemente altas de grano por unidad de agua: las recetas modernas de cerveza generalmente tienen entre 1 y 1 1/2 libras. de grano por galón. Claramente, el proceso medieval era bastante ineficiente o el mosto resultante era bastante espeso. Después de trabajar en este proyecto, descubrí que parece ser uno de cada uno.

Si bien un mosto espeso producirá un alto nivel de alcohol, lo que ayuda a preservar la ale, también lleva más tiempo fermentar. Para esta ale, quería preparar algo que terminara un poco más rápido. Bennett tiene alguna evidencia de que se está produciendo una ale más débil al mismo tiempo.
... En 1282, cuando Robert Sibille, el menor, fue presentado en la corte de Kibworth Harcourt por vender su ale a un precio demasiado alto, el precio estipulado le dejó poco margen para obtener ganancias. Habiendo pagado 2s. por 4 bushels de malta y se le exigió vender 5 galones de ale por 2d., habría tenido que sacar 60 galones de su malta solo para recuperar su inversión. Su ale, en otras palabras, habría sido muy débil y sus ganancias muy bajas.
[Bennett, pág. 21]
4 bushels de mi malta pesan 191.4 lbs .; esto funciona a una tasa de 3.2 libras. por galon. Si bien sigue siendo bastante fuerte para los estándares modernos, esta es la mitad de la tasa de la receta doméstica Clare.

Vale la pena señalar en este punto que, debido a los procesos utilizados, la ale de la casa Clare probablemente no sería el doble de fuerte que la ale de Sibille. Sin embargo, sin duda sería un poco más fuerte. La ironía es que Sibille probablemente estaba obteniendo una mejor eficiencia, en términos de azúcar extraída de su grano, que la familia Clare, al menos para el arranque inicial del grano.

Entonces, para el primer lote, opté por algo bajo la concentración máxima que Sibille podría haber preparado sin perder dinero (según Bennett). Usé 3.2 lbs. de grano para extraer aproximadamente 2 1/2 galones de ale. Para el segundo, traté de igualar las proporciones domésticas de Clare, con la intención de usar 12.3 lbs. de grano para extraer aproximadamente 2 galones de ale, pero terminó sacando menos líquido de lo que pretendía en la primera ejecución, por lo que esto terminó algo más fuerte que el original.

También señalaré aquí una buena regla general. (Me gustan las reglas generales como esta; son fáciles de recordar y simples de describir a otros.) Observando las proporciones originales de Clare y teniendo en cuenta la cantidad de agua que absorbería el grano (pero que no se liberaría en la carrera) , la regla general es: 7 medidas de agua, agregadas a 5 medidas de grano (por la misma medida de volumen), producen aproximadamente 4 medidas de ale, más o menos. Y la mezcla combinada de agua y granos en el puré ocupará al menos 8 medidas al macerar (posiblemente 9 medidas).

Tecnicas
Aplastando el grano

Para permitir que el agua caliente llegue a los almidones en los granos, el grano debe ser triturado. Sin embargo, no se debe pulverizar en una harina, ya que esto puede conducir a un gran desorden pegajoso del que no se puede recuperar ningún líquido. Entonces, idealmente, cada grano debe triturarse en dos o tres pedazos, con suerte sin desgarrar demasiado la cáscara, ya que al hacerlo permitirá que entre demasiado líquido en el líquido.

Los cerveceros medievales trituraron su grano usando el mismo tipo de molino de piedra que se usa para hacer harina (a veces con agua, a veces con molino manual o quern). No puedo creer que estos cerveceros permitieran que el molino moliera el grano hasta obtener harina, sino que ajustarían las placas de molienda más separadas para triturar en lugar de pulverizar el grano.

Mi molino manual es un dispositivo de elaboración casera especialmente diseñado que utiliza un rodillo de acero moleteado para triturar el grano contra una placa plana. Recientemente tuve la oportunidad de usar el molino de harina de pan de un amigo, que usa platos de molienda de piedra, para triturar el grano para la elaboración casera (olvidé traer el mío). Descubrimos que cuando ajustamos las placas de molienda para que estuvieran mucho más separadas de lo habitual, este molino produjo resultados similares a los de mi elaboración casera; dando un poco más de harina, pero no mucho.

Sobre maceración
Mashing es el proceso de convertir los almidones en los granos en azúcares fermentables, utilizando las enzimas que se encuentran en el grano malteado. Después de ser triturado (ligeramente molido), el grano se mezcla con agua caliente (de modo que la mezcla termina en algún lugar en el rango de 145 - 158 F), y se mantiene en este rango de temperatura durante una hora o tres. Durante este tiempo, las enzimas convertirán casi todos los almidones en azúcares simples que la levadura puede digerir.

Una molécula de almidón está hecha de una larga cadena de azúcares simples todos unidos entre sí. Hay dos enzimas que trabajan juntas para romper esta larga cadena en pedazos pequeños. La alfa-amilasa corta largas cadenas de almidón en trozos más pequeños, aún demasiado grandes para ser digeribles para la levadura. La beta-amilasa corta piezas muy pequeñas, azúcares simples adecuados para la levadura, de los extremos de las cadenas de almidón. Entonces, los dos que trabajan juntos hacen un muy buen trabajo al descomponer los largos almidones en azúcares. La beta-amilasa es más activa a temperaturas algo más altas que Alpha, pero hay una superposición justa en sus rangos de temperatura útiles [Noonan Lager, pp. 88-89]. Lo más importante de todo esto para el cervecero es que cuanto mayor sea el puré de temperatura, más dulce será la cerveza resultante.

Maceración de infusión
La técnica de infusión fue el método predominante utilizado por los ingleses. Esta es una técnica muy simple: los granos se trituran en pocos pedazos (cada uno) para exponer los granos de almidón parcialmente modificados. Luego, estos se mezclan con agua caliente hasta obtener la consistencia de gachas de grosor medio a aproximadamente entre 148 y 156 grados F. Luego se deja reposar entre una y tres horas. Durante este tiempo, las enzimas en el grano convierten el almidón en azúcares. Finalmente, el líquido sería drenado de los sólidos del grano.

Usando un recipiente aislado para el puré
Digbie escribe, en "Scotch Ale de mi Lady Holmbey":
Calentar agua de manantial; no debe hervir, pero prepárate para hervir, lo cual sabrás saltando en burbujas. Luego viértalo en la malta; pero poco a poco, agitándolos fuertemente mientras se mezclan. Cuando toda el agua está adentro, debe ser tan proporcionada que sea muy espesa. Luego cubra bien el recipiente con una estera gruesa hecha a propósito con un orificio para el palo, y eso con colchas y mantas para mantener todo el calor. Después de tres o cuatro horas, déjelo correr por el palo (colocando agua caliente nueva sobre la malta, por favor, para una pequeña ale o cerveza) en una cabeza de cerdo con la cabeza hacia afuera. ...
También debo señalar que el tamaño normal del lote era bastante, bastante grande para los estándares modernos de elaboración casera (aunque pequeño en comparación con la práctica comercial moderna). El agua tiene una gran masa térmica, lo que quiere decir que retiene el calor bastante bien. Tampoco es el mejor conductor del calor, por lo que si uno tiene, por ejemplo, una cabeza de cerdo (aproximadamente 64 galones) de agua caliente, en un barril aproximadamente cúbico, puede tardar mucho tiempo en enfriarse. Digbie, un poco más tarde en la misma receta escribe:
Luego póngalo de nuevo en el caldero y hierva una hora o hora y media. Luego póngalo en un recipiente Woodden para que se enfríe, lo que requerirá cerca de cuarenta horas para una cabeza de cerdo.
Para que la levadura crezca con éxito, el lote de Digbie necesita enfriarse al menos a la temperatura corporal. Entonces sus sesenta y algunos galones de mosto se enfrían 114 grados F. en 40 horas, o pierden 2.85 grados por hora.

Entonces, al reducir estas recetas a tamaños más pequeños, es bastante razonable hacer puré en un recipiente aislado. No solo porque Digbie nos instruye en su decimoséptimo. C. receta, pero también porque la masa térmica y la mala conductancia térmica de la gran cantidad de agua en las proporciones originales tienden a aislar la parte interior del puré, y esto puede simularse efectivamente mediante el uso de un recipiente aislado.

Masaje de infusión exitoso sin termómetro
Por supuesto, ni el termómetro ni el hidrómetro se inventaron en 1600. Así que tuve que encontrar la manera de obtener la temperatura adecuada para el puré sin recurrir a la técnica moderna de medirlo directamente.

Digbie nos dice que "cuando toda el agua está dentro, debe ser tan proporcionada que sea muy espesa". Además, William Harrison, al describir cómo su esposa hace cerveza, escribe:
... El primer licor que está lleno de ochenta galones de acuerdo con la proporción de nuestro horno, hace que hierva, y luego lo pulveriza en la malta, donde reposa (pero sin agitar) hasta que su segundo licor esté casi listo para hervir. . ...
[Misc-4]
Probé esto en un lote de prueba muy pequeño de dos libras de grano, en un pequeño refrigerador aislado, con agua hirviendo. En ese momento descubrí que agregar 3 tazas de agua hirviendo hacía que el grano estuviera demasiado frío, a alrededor de 145 grados F, y demasiado seco, con algo de grano todavía seco. Sin embargo, 4 tazas dejaron el grano un poco demasiado alto, a 160, y era muy espeso.

Más tarde, Eric Rhude informó en la lista de correo de los cerveceros medievales que solo servir el agua poco a poco le funcionó bien [Rhude].

Entonces, para estos lotes, intenté verter el agua hirviendo a una altura de unos dos pies, un cuarto a la vez, por un total de 6 cuartos de galón (incluyendo aproximadamente 1 1/2 cuarto para cubrir el fondo falso que se describe a continuación). Y luego, para permitir que las enzimas tengan alguna posibilidad de estar demasiado frías en algunos lugares y demasiado calientes en otros, no lo agité hasta media hora después de comenzar inicialmente el puré. Y luego lo dejé reposar un buen rato para que las enzimas hagan su trabajo.

Estoy encantado de informar que esto funcionó muy bien. Aunque no tengo un termómetro, tengo mis dedos. Después de agitar el lote, hacía suficiente calor para que pudiera soportar sumergir las puntas de los dedos en él por solo un segundo más o menos. En un contexto y uso completamente diferentes, Norm Thagard y Nelson Pass informaron que un objeto es de 50 grados. C es muy caliente, y 55 grados. C. es intocable [Thagard]. He descubierto que mis dedos soportarán un poco más de calor, de modo que 65 grados. C, o 149 grados. F, es casi demasiado caliente para tocar.

Además de quemarme los dedos, las gotas de la malta eran dulces y pegajosas, y después de eliminar el líquido, el grano había perdido visiblemente almidón.

Para simular el puré de puré descrito en Digbie (arriba), utilicé un enfriador de agua de la marca Rubbermaid de 10 galones para puré, con un fondo Phil's Phalse Bottom (tm), un fondo falso. Esta es una pieza de plástico ligeramente inclinada hacia abajo con una gran cantidad de pequeños agujeros y un codo que dirige un tubo de sifón al espacio atrapado entre el fondo falso y el fondo real del refrigerador. Esto tiene el efecto de mantener el grano alejado de la entrada al tubo de sifón, y permite que el líquido se elimine fácilmente. Esto es esencialmente como un colador instalado permanentemente.

Sin recirculación
En la elaboración de cerveza moderna, se acostumbra recircular el primer trozo de líquido para hacer un lecho filtrante del grano cerca del fondo falso, de modo que el líquido que se extrae sea bastante claro. Sin embargo, no hay evidencia de esta práctica en ninguna referencia de período que yo sepa. En ausencia de evidencia, elegí no recircular nada del mosto al hacer estos lotes.

No Sparging
El rociado es la técnica de agregar agua caliente adicional a un lecho de grano de drenaje para enjuagar más azúcar del grano. Se realiza comúnmente en la elaboración de cerveza moderna, pero existe una amplia evidencia de que se trata de una innovación posterior al período. El Oxford English Dictionary enumera el primer uso del término sparge, cuando se refiere a la elaboración de cerveza, en 1839, y luego nuevamente en 1885 [OED, v. 16, p. 117]. Se puede encontrar evidencia adicional de la importancia de esta innovación en el libro de Noonan Scotch Ale. Noonan cita a W. H. Roberts, un cervecero escocés, escribiendo en 1847:
El proceso de lavado es, en mi opinión, decididamente preferible a un segundo puré de mosto de ale, y ha sido considerado a la luz de este hecho por todos los cerveceros escoceses.
[Noonan Scotch Ale, págs. 90]
Puedo afirmar por experiencia que el rociado es definitivamente una innovación, que permite una tasa de extracción mucho mayor del grano. Sin embargo, toda la evidencia que he visto indica que es una innovación mucho más moderna, y no es apropiada incluso para la recreación de la era isabelina. Sin embargo, como se discutió anteriormente, no usar esta técnica tiene un profundo efecto en las cantidades de grano requeridas para producir una concentración determinada de ale o cerveza. Al usar el control moderno de la temperatura en el puré y el rociado, necesito menos de la mitad de la cantidad de grano que requieren las técnicas más antiguas. Pero luego también obtengo un resultado de sabor más moderno.

Así que no medité; Simplemente drené el líquido que estaba en mi puré.

Una segunda carrera
La técnica de maceración general utilizada por los cerveceros ingleses en el período isabelino fue la maceración por infusión doble (o triple). En esto, después de que se realiza la primera infusión (como se describió anteriormente) y se drena el licor, se agrega un segundo lote de agua caliente a los granos, que nuevamente se dejan en remojo. El segundo lote de licor se drena y se fermenta. Para ale o cervezas muy potentes, una tercera carrera se realizaría de la misma manera.

Estas segunda y tercera maceración son en su mayoría inútiles para la actividad enzimática: las enzimas se han detenido en su mayoría cuando termina la primera maceración. Pero no todos los azúcares se recogerán en la primera ejecución. Estas segundas maceraciones sirven para enjuagar más azúcar del grano, dando ale o cervezas más débiles por el esfuerzo. Esto ayuda a mejorar la eficiencia general, pero no tanto como el rociado. Al sumar la cantidad combinada de azúcar que obtuve de los granos de ambas ejecuciones del segundo lote, todavía obtuve alrededor de dos tercios de la eficiencia que tendría utilizando técnicas modernas. Este es un punto importante a tener en cuenta incluso para las recreaciones de cervezas de período tardío: la eficiencia del proceso es menor; La eficiencia de una carrera individual es mucho menor.

No tengo justificación para usar una técnica de doble infusión en una ale pre-isabelina, aparte de eso, no cambia los resultados de la primera ejecución un poco, y todavía hay una cantidad sustancial de azúcar todavía atrapada en los granos después de corriendo el primer lote; sería lo mismo desperdiciar esto tirándolo. Entonces, para la segunda receta, también hice una segunda infusión e hice una ale normal con esto.

No hervir luego del macerado

Esta es la diferencia importante entre la técnica de preparación de ale inglesa medieval y la preparación de cerveza y la elaboración de ale isabelina: la ale inglesa medieval no se hervía después de que el mosto se filtraba de los granos.

Judith Bennett informa que muchas personas elaboraron ale para la venta, al menos en comunidades más rurales:
La elaboración comercial estaba muy extendida, especialmente en el campo. En Brigstock antes de la plaga, más de 300 mujeres, aproximadamente un tercio de las mujeres que vivían en la mansión, elaboraron ale para la venta. En Alrewas (Staffordshire) durante las décadas de 1330 y 1340, entre 52 y 76 cerveceras vendían ale cada año (en una aldea con aproximadamente 120 hogares). En Wakefield (Yorkshire) entre 1348 y 1350, 185 mujeres, que representan casi un tercio de todas las mujeres, elaboraron ale para la venta. ...
[Bennett, págs.18-19]
También escribe que llevar la ale al mercado antes de que se estropeara era una preocupación muy grande y continua [Bennett, pp. 45 y 85].
Bennett sugiere que la longevidad de la cerveza, especialmente en comparación con la de la ale, se debe a la adición de lúpulo. El lúpulo ayuda claramente: los ácidos alfa en el lúpulo que le dan a la cerveza su amargor también tienen un efecto conservador [Smith pp. 24-25].
Sin embargo, no creo que esa sea la historia completa. Vale la pena señalar que Digbie, en "Scotch Ale from my Lady Holmbey", concluye:
Será apto para abordar después de un año; y sea muy claro, dulce y agradable, y continuará dibujando un año más; y el último vaso lleno será tan puro y rápido como el primero.
Tenga en cuenta que esta es realmente una receta de ale: no se agregaron lúpulos. Además, no está haciendo la ale con una fuerza mucho mayor que la ale anterior en la que estamos interesados (al menos, no las más fuertes). Sin embargo, la ale de Digbie dura entre uno y dos años, y se describe como clara. También puedo dar fe de la claridad de la ale que se elabora según los métodos de Digbie. Después de hacer el Debatable Brewer's Ale para pescado (Ale for Fish), descubrimos que la ale era clara y que había durado bien durante al menos seis meses. Ahora, claramente, algo de esto se debe al saneamiento moderno, pero Digbie no tenía el beneficio de agentes antibacterianos como Iodophor (tm) o incluso Bleach, y sin embargo fue capaz de hacer una ale que duró uno o dos años.
Se puede encontrar evidencia adicional de esta diferencia en el libro de Smith sobre la historia de cerveza:
... En general, era un líquido espeso, bajo en alcohol por el fermento incompleto. Una persona de los años 1200 lo describió como "fangoso, fornido, abundante, turbio, apestoso; apesar de todo esto ale es la única bebida". También se describió bien en rima sobre una notoria cerveza de Cornualles citada por Andrew Boorde en 1540.
Soy un Cornualles, cerveza puedo preparar
Hará un pastel, también para vomitar.
Es espeso y ahumado y también es delgado.
Es como lavarse alli donde los cerdos lucharon.
[Smith, pág. 24]
Claramente esto era algo turbio. Además, el deterioro de la ale era una preocupación real en ese momento.
Sugiero que, además del lúpulo, un aspecto particular de agregar lúpulo aumenta significativamente el tiempo de mantenimiento de la ale o la cerveza: el hervor post-macerado.

Al preparar una cerveza, después de que el mosto se ha eliminado del grano, se pone en una olla grande y se hierve un poco más y se agregan lúpulos. El calor de la ebullición es necesario para disolver los ácidos alfa del lúpulo en una solución efectiva. Pero lo otro que sucede al principio de la ebullición es que muchas de las proteínas se cocinan (y luego se caen de la solución). Cuando este proceso de cocción de las proteínas culmina, el mosto se formará una espuma agresiva, y el cervecero debe tener cuidado de no dejar que el mosto hierva de la olla, todo y hacer un gran desastre.

Sostengo que si no se realiza la ebullición posterior al puré, estas proteínas permanecerán en solución en la ale y proporcionarán una nutrición adicional no solo al bebedor, sino también a algunos tipos de bacterias que podrían infectar la bebida. Dado que la ale medieval aparentemente se echó a perder fácilmente, probablemente no se hirvió la segunda vez después del puré.

Bennett afirma que el mosto de ale no se hierve y luego agrega al costo de elaborar cerveza un aumento en el costo del combustible [Bennett, pp. 86-87].

Este argumento en contra de una ebullición post-puré es, sin embargo, especulativo. Parte del objetivo de preparar estos lotes era ver si era necesaria la segunda ebullición habitual, o si se podía producir buena ale sin este paso. Hasta ahora, los resultados parecen respaldar la evidencia histórica: el primer lote estaba bastante turbio y sabía a pan líquido al tercer día después de haberse hecho. A pesar de esto, era bastante potable y refrescante. A pesar del cuidado moderno con el saneamiento, comenzó a agriarse al cuarto día, y estaba completamente agrio antes de que comenzara a aclararse realmente. (Terminó tan agrio como Rodenbach Red Ale; no tan agrio como Rodenbach Grand Cru, y ni siquiera tan agrio como Cantillon Gueuze).

Enfriamiento
Digbie describe el enfriamiento lento (en un tanque grande, durante unas 40 horas). Markham describe una técnica de enfriamiento más rápida que consiste en verter el mosto caliente en un tanque abierto poco profundo. El problema con el método de depósito abierto es que al exponer el mosto a una gran cantidad de aire, es casi seguro inocularlo con quién sabe qué tipo de organismos indeseables [De Keersmaecker]. Esto funciona muy bien para algunos belgas, que inoculan deliberadamente su cerveza, lambic, con lo que sea que esté flotando en el aire ese día. Desafortunadamente, vivo en el microclima equivocado para probar tales cosas. Así que opté por dejar enfriar el mosto simplemente sentándome, cerrado, durante la noche.

Fermentando
Después de que el mosto se enfríe, un cervecero casero moderno echará la levadura, se asegurará de que el mosto esté bien aireado y se coloque un tubo de descarga o una cerradura de fermentación. Digbie y Markham sugieren algún tipo de técnica de expulsión.

Por otro lado, muchos cerveceros profesionales, que utilizan equipos que ahora se consideran anticuados, fermentan en grandes depósitos abiertos.

Para estos lotes, opté por una especie de compromiso y utilicé fermentadores de plástico de 3 o 4 galones, ya sea con una tapa que no sella bien o con un cierre de burbuja de plástico. Los mantuve cerrados para evitar una posible infección, aunque eso no parece importar con la adición de las heces Lambic.

Implicaciones para los cerveceros recreativos
Para el cervecero moderno, las cantidades de grano descritas en estas fuentes parecen extraordinariamente grandes. Sin embargo, el proceso es tan ineficiente que se requieren grandes cantidades de grano para producir una ale de resistencia adecuada utilizando estas técnicas más antiguas. El resultado de esto es doble. Primero, si uno está tratando de recrear una ale o cerveza todo grano (all-grain), debe planear usar mucho grano. En segundo lugar, si se intenta adaptar una receta de ale inglesa (isabelina) al uso del extracto de malta moderno, se debe tener muy presente la baja eficiencia de la técnica de infusión de agua hirviendo. Entonces, mientras que un cervecero de extracto moderno usaría 2/3 del extracto de malta (en peso) como en una receta moderna de grano entero, debería usar aproximadamente 3/8 tanto extracto como grano en la receta original. (También deben tener en cuenta que prácticamente todas las recetas de época miden el grano por volumen seco en lugar de por peso, y lo convierten adecuadamente).

Me apresuro a advertir que una recreación a base de extracto de una cerveza inglesa tardía no será tan precisa como una recreación integral utilizando técnicas de maceración apropiadas. El puré utilizado es mucho más grueso y más caliente que el utilizado en la elaboración de ale comercial (y, por lo tanto, en la producción de extracto de malta). Como resultado, la cerveza tendrá un carácter muy diferente: el período de la cerveza todo grano (all-grain) será más dulce y tendrá mucho más "cuerpo" debido a la alta temperatura del puré. Aún así, la recreación de tal cerveza no será mala, simplemente no tan buena como podría ser.

Por otro lado, no creo que se pueda recrear adecuadamente una ale medieval con extracto de malta moderno. A diferencia del proceso de maceración utilizado en esta receta, el extracto se habrá hervido como parte del proceso de fabricación. Esta ebullición cocinará muchas proteínas que están suspendidas en el mosto y, como resultado, cambiará en gran medida el carácter de la ale. Entonces, si bien una ale a base de extracto será ale en el sentido de que no contiene lúpulo, no sería de carácter particularmente medieval.

Conclusiones
Estaba bastante contento con cómo resultaron estos lotes. Ale inglesa medieval es bastante fácil de hacer. La falta de una segunda ebullición hace que la ale sea más fácil de hacer que la cerveza todo grano (all-grain). Esta diferencia en la técnica también explica la falta de claridad y el mayor potencial de deterioro. Esta diferencia también explica por qué la ale era más nutritiva que la cerveza.
Además, en realidad es medieval.

Agradecimientos
Me gustaría agradecer a mi encantadora y paciente esposa, Genevieve du Vent Argent (Mary Placeway), por muchos comentarios útiles sobre las ales y este documento, así como los útiles comentarios de Red (Marc Bloom), Al Korzonas y Ateño (Eric Rhude), todo lo cual ayudó a mejorar este texto y la receta.

Referencias

[AmHer]
Davies, P., ed. The American Heritage Dictionary, 1970 Dell Publishing
[Bennett]
Bennett, J., Ale, Beer, and Brewsters in England (Women's work in a Changing World, 1300--1600), 1996 Oxford University Press, New York, ISBN 0-19-507390-8.
[Bloom]
Marc ("Red") Bloom, private communication, 1998
[De Keersmaecker]
De Keersmaecker, J., "The Mystery of Lambic Beer", Scientific American, August 1996, pp. 74-80.
[Digbie]
Digbie, K, The Closet of the eminently Learned Sir Kenelme Digbie, kt., Opened..., 1669, in Miscellany from D. Friedman & E. Cook
The beverage recipes from this are also available in [Renfrow].
[Harrison]
Harrison, J, An Introduction to Old British Beers and How to Make Them, 1991 Durden Park Beer Circle
[hist-brew]
Historic home-brewers' mailing list. To subscribe, send email to majordomo@pbm.com containing the words "subscribe hist-brewing" (or "subscribe hist-brewing-digest" for the digest form).
[Korzonas - letter]
Al Korzonas, private communication, 1998
[Korzonas - oak]
Al Korzonas, Oak in Brewing, 1998, http://www.brewinfo.com/brewinfo/articles/oak.html
[Ligas]
Ligas, M., "Yeast Management Techniques", Zymurgy, Vol. 17 No. 2, Summer 1994, pp. 38--43.
[Misc-4]
Harrison, preface to Hollinshed's Chronicles, 1587, in Miscellany as "Misc-4," from D. Friedman & E. Cook
The text also appears in [Renfrow, pp. 4--5]
[Markham]
Markham, G., The English Housewife, Best, M. ed., 1986 McGill-Queen's Press. (originally published 1615, 1623, and 1631.)
[Noonan Lager]
Noonan, G., Brewing Lager Beer, 1983 Brewers Publications.
[Noonan Scotch Ale]
Noonan, G., Scotch Ale, 1993 Brewers Publications.
[OED]
The Oxford English Dictionary, 2nd edition., 1989.
[Rajotte]
Rajotte, P., Belgian Ale, 1992 Brewers Publications.
[Renfrow]
Renfrow, C., A Sip Through Time, 1995, self-published
[Rhude]
Rhude, E., <ateno@panix.com>, "hist-brewing: ancient methods (fwd)", historic brewer's mailing list, 14 Apr 1998
[Thagard]
Thagard, N., and N. Pass, "Build the A75 Power Amplifier", The Audio Amateur, Four: 1992, (also available from the Pass Labs web site at http://www.passlabs.com)
[Smith]
Smith, G., Beer (A History of Suds and Civilization from Mesopotamia to Microbrews), 1995 Avon Books

Last modified Dec. 31, 1998
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