Ingredientes:
- Flores de saúco (Sambucus nigra)
- Azúcar (yo he usado blanca)
- Piel de una naranja
- Piel de dos limones
- Zumo de unos 3 ó 4 limones.
- Recoger las flores de saúco. El saúco, para los que no lo sepan es una mezcla de árbol/arbusto con flores muy majas, como en la foto:
- Para el cordial nos hacen falta unas 10 ó 15 de este tamaño, que no tengan ninguna flor que se esté convirtiendo en baya.
- Agitamos las flores para que no tengan bicho y se ponen en un bol grande con la ralladura de la naranja y de dos limones (o uno grande). A esto le añadimos agua hirviendo, hasta que se cubran, suele bastar con litro y medio o dos litros de agua. Se cubre con un trapo limpio y lo dejamos toda la noche.
- El día después, lo colamos a través de una gasa o un pañuelo nuevo a una olla y estrujamos un poco las flores y ralladuras para que no malgastar nada. Ahora, por cada medio litro de cordial, le añadimos 350g de azúcar y 50ml de zumo de limón. Calentar en la olla hasta que se disuelva el azúcar y seguimos calentando a fuego no demasiado fuerte. Cuando se calienta soltará espuma que quitamos, y cuando empiece a hervir lo apagamos y esperamos a que se enfríe.
- Cuando este frío lo volvemos a colar a través de la gasa y lo ponemos en botellas que guardamos en la nevera. También se puede congelar, personalmente tengo una botella en la nevera y el otro litro de cordial en el congelador. Servir frío diluido en agua.
- La pregunta del millón, ¿a que sabe? Pues está rico, muy rico, bastante dulzón por el azúcar (tengo que intentar otra vez con menos, ya contaré como sale) con un ligero sabor a limón y un sabor, agradable y refrescante, a flores. Y aunque diga que no solo de vino vive el hombre y que se diluye con agua, ya estoy pensando que con ginebra o vodka y algo de tónica tiene que estar buenísimo.