Las piedras eran calentadas al rojo vivo y después introducidas en los recipientes en los que se fabricaba la bebida
Parecen omnipresentes en las granjas vikingas y medievales del centro de Noruega. Aparecen a montones, depositadas en espesos y compactos niveles, pequeñas piedras fracturadas por la acción del fuego. Pero durante años no se les prestó excesiva atención. La investigación del arqueólogo Geir Grønnesby le ha llevado a una curiosa conclusión, se trata de piedras utilizadas para la fabricación de cerveza. Esta bebida tenía una gran importancia tanto social como religiosa en el periodo en que las piedras aparecen con gran abundancia, entre el 600 y el 1500 a.C. A partir de esta fecha, casualmente o no coincidente con la Reforma religiosa que afectó a toda Europa, las piedras cerveceras desaparecen del registro arqueológico. Estos basureros cuentan una curiosa historia que afortunadamente ha sido identificada y a partir de ahora será mejor conocida.
No hay nada que guste tanto a los arqueólogos como montones de basura de hace cientos de años. Los huesos antiguos y piedras procedentes de montones de desperdicios pueden contar complejas historias. Y en el centro de Noruega, parece que la historia que cuentan consiste en que los vikingos y sus descendientes fabricaban cerveza arrojando piedras calientes al interior de recipientes de madera.
"Hay un montón de estas piedras, y aparecen en la mayoría de los recintos de antiguas granjas", dice Geir Grønnesby, arqueólogo en el Museo Universitario de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU).
Grønnesby está fascinado por la historia de los asentamientos agropecuarios de Noruega, y tiene razones para ello. Gran parte de la historia sobre cómo se crearon y desarrollaron las granjas noruegas a lo largo de los milenios continúa siendo un misterio.
Hay una sencilla razón para ello: la mayoría de las excavaciones arqueológicas se vinculan a proyectos de construcción, porque a los promotores se les requiere comprobar la presencia de restos culturales antes de comenzar las construcción. Es raro que un promotor pueda construir una carretera o algún otro gran desarrollo a través de una granja, lo que implica que es raro que sean excavadas por arqueólogos.
En otras palabras, "la mayoría de la información arqueológica que tenemos sobre la era vikinga procede de tumbas, y la mayoría de información arqueológica sobre la Edad Media procede de excavaciones en ciudades", dice Grønnesby. Eso es un problema porque "la mayoría de la gente vivía en el campo".
Básicamente, dice, las granjas noruegas se asientan sobre un enorme tesoro subterráneo que en algunos lugares data del año 600 d.C., el final de la Edad del Hierro, y la mayoría permanecen intactas.
"Así que comencé a realizar estas pequeñas excavaciones para buscar estratos arqueológicos en terrenos de antiguas granjas", afirma. "Las dataciones más antiguas de carbono 14 que he hallado pertenecen al año 600 d.C., y todas las fechas son de este momento o posteriores. Y entonces encontré las piedrs, y tuve que escribir sobre ellas, ya que son muchísimas".
Un sociólogo curioso
Grønnesby no ha sido el primero en reparar en estas piedras fracturadas por el fuego en las granjas de Noruega central. Esa distinción es para un sociólogo pionero llamado Eilert Sundt, quien registró un encuentro en una granja en 1851 en Hedmark.
Como Sundt escribiría más tarde, estaba caminando y vio a un granjero cerca de una pila de pequeñas piedras con un aspecto extraño.
"¿De qué son estas piedras?" preguntó al granjero, señalando a la pila. "Son piedras para elaborar cerveza", le contestó el granjero. "Piedras que usaban para cocinar y elaborar cerveza, en los días antiguos cuando no tenían recipientes de hierro".
En su artículo, Sundt recogía que la mayoría de las granjas que visitó tenían montones de piedras quemadas o fracturadas por el fuego. Cada vez que preguntaba por ellas, la respuesta era la misma: eran para fabricar cerveza, cuando las piedras se calentaban hasta que estaban "al rojo vivo" y entonces arrojadas dentro de recipientes de cerámica para calentar las cosas. Las piedras eran tan omnipresentes, escribió Sundt, y tan abundantes y compactadas en algunos lugares que las casas estaban construidas directamente encima.
Los informes de los arqueólogos que han estudiado granjas en épocas recientes también confirman esta observación. Cuando un arqueólogo excavó un sondeo en la década de 1980 en una granja en Steinkjer, al norte de Trondheim, encontró un nivel arqueológico con un espesor de más de un metro, que en su mayoría estaba compuesto por piedras fracturadas por el fuego.
El propio Grønnesby excavó más de 700 metros cúbicos de piedras en un sector de una granja en Ranheim, también al norte de Trondheim. Y cuando Grønnesby realizó su muestreo en 24 granjas, el 71% tenían con seguridad o probablemente capas de piedras fracturadas.
Rituales y la Reforma
No es tan raro que los vikingos fabricaran cerveza usando piedras, dice Grønnesby. Este proceso también se ha registrado en Inglaterra, Finlandia y el Báltico. Es una tradición que continúa aún en Alemania, donde es posible incluso en la actualidad comprar "cerveza hecha con piedras".
Grønnesby afirma que la presencia de grandes cantidades de piedras de cerveza en las granjas noruegas subraya la importancia cultural de la cerveza en sí.
"Beber cerveza era una parte importante de las instituciones sociales y religiosas", afirma.
Por ejemplo, el Gulating, una asamblea parlamentaria noruega que se reunía entre el 900 y el 1300 d.C., regulaba incluso los más pequeños detalles de la fabricación y el consumo de cerveza en la época.
Las leyes del Gulating requerían que tres granjeros trabajasen juntos para fabricar la cerveza, que tenía que ser bendecida. Un individuo que fracasase en la fabricación durante tres años consecutivos tenía que entregar la mitad de su granja al obispo y la otra mitad al rey y abandonar el país. Solo las granjas más pequeñas estaban exentas de cumplir esta estricta regulación.
Lo que resulta igualmente interesante es el momento en que las piedras cerveceras desaparecen del registro arqueológico, en torno al 1500 d.C., justo en la época de la Reforma.
"Podría ser una extraña coincidencia", dice Grønnesby. "Podría ser debido a la religión. O podría ser que las vasijas de hierro fueran más fáciles de conseguir para entonces".
De montones de basura a tesoros
Cada vez que una piedra cervecera al rojo vivo se arrojaba dentro de un contenedor o líquido frío, se fragmentaba. Después de varios de estos ciclos, la piedra sería demasiado pequeña para ser utilizada y los cerveceros la arrojarían al montón de desperdicios.
Eso implica que las gruesas capas de piedras también contienen otros objetos, como antiguas fusayolas y pesas de telar, huesos de animales y cuentas de collar. Es por esta razón, tanto como por las piedras en sí mismas, que los depósitos de piedras son importantes, dice Grønnesby.
"Los arqueólogos siempre están encontrando estos depósitos, pero solían contemplarlas y rascarse la cabeza, y (los depósitos) no obtuvieron el tipo de reconocimiento que merecían", dice. "Estos depósitos representan archivos de la época vikinga hasta la Edad MEdia, así que deberíamos excavarlos con más frecuencia".
Las investigaciones de Grønnesby están recogidas en el libro publicado recientemente "The Agrarian Life of the North: 2000 BC to AD 1000: Studies in Rural Settlement and Farming in Norway. El texto de Grønnesby lleva por título "Hot Rocks! Beer Brewing on Viking and Medieval Age Farms in Trøndelag".
Fecha de Publicación
23 de junio de 2017
Fuentes de información digital utilizadas
Heritage Daily, The Norwegian University of Science and Technology
Fuente de las imágenes
The Norwegian University of Science and Technology
Traducción: Laura Benito Díez.