Los Growlers son recipientes con los que puedes llevarte a casa cerveza fresca del brewpub o de la fábrica y así disfrutar de ella en un plazo de 7 a 10 días (2-3 días una vez abierto).
Hasta que el método de pasteurización y la disminución del costo del embotellado generalizaron el uso de la cerveza en botella, la única forma de tomar una cerveza fuera de una cantina o un bar en Estados Unidos era llenando, directamente del barril, un recipiente que pudiera ser transportado hasta donde se deseaba consumir la bebida, generalmente la casa o el lugar de trabajo en la hora del almuerzo.
Si bien estos recipientes eran conocidos como “latas de cerveza” o “cubo de cerveza”, el nombre que más popularidad tuvo fue Growler (gruñón).
Casi cualquier cosa que hiciera posible transportar cerveza sin que se derrame servía como Growler. Se usaron jarras de cerámica o gres, cántaros y frascos de vidrio entre otras cosas, pero el más común de todos era un cubo metálico, galvanizado o esmaltado, de unos 2 cuartos (aprox. 2 litros) de capacidad, que en ocasiones tenía una tapa del mismo material.
Muchas veces, la tarea de ir a llenar los growler y regresarlos a la casa o al trabajo recaía en niños mandados por sus padres o contratados por los trabajadores. A estos rápidos viajes de ida y vuelta al bar más cercano se los conocía como Cuadro de texto: “Rush the Growler”,
Los encargados del tema eran comúnmente apodados “Bucket boys” (muchachos del cubo) o "Kesseljunges" (un término alemán al parecer utilizado principalmente en Milwaukee), que a fin de poder transportar más growlers en un solo viaje, solían usar una vara o tabla que les permitía enganchar una mayor cantidad de esos recipientes.
En 1883 aparece la primera referencia encontrada hasta ahora del término "Growler" como forma de llamar a los recipientes donde se transportaba cerveza.
En 1883 aparece la primera referencia encontrada hasta ahora del término "Growler" como forma de llamar a los recipientes donde se transportaba cerveza, pero el origen de ese nombre es incierto y existen muchas versiones al respecto, ninguna de ellas sencilla de probar o refutar.
La explicación ofrecida con mayor frecuencia es que originalmente se refería, al sonido de la cubeta llena deslizándose por la barra del bar.
Se cree, también, que como los primeros recipientes eran metálicos y tenían tapa, la agitación del transporte hacía que ésta se sacudiese y dejara escapar el gas haciendo un ruido sordo similar a un gruñido (Growl en inglés).
Algunas fuentes indican que se debe al conflicto constante entre el cantinero y el cliente generado por la diferencia en las opiniones que tenía cada uno respecto a cuanto se debía llenar el envase. El cliente siempre esperaba más de lo que el cantinero ponía en su recipiente, lo que provocaba algún que otro gruñido en señal de protesta.
Otra teoría afirma que el gruñido provenía del estómago de los trabajadores que en la hora del almuerzo o al final de la jornada esperaban encontrarse con su growler lleno para calmar su sed y los ruidos de sus barrigas.
Una referencia temprana, en el Trenton Times durante 20 de junio 1883, adjudicaba el nombre al mal humor de una persona que ha consumido todo un cubo de cerveza y Cuadro de texto: decía que se lo llamaba growler por las discusiones y peleas que provocaba comúnmente después de tanta cerveza. En aquella época, el growler no era exclusivo de los trabajadores, también era comúnmente consumido en cantidad por pandillas en la calle, que se hacían cada vez más peligrosas según avanzaba la noche, tanto que muchas veces los mismos agentes de policía, incluso los más veteranos, se abstenían de los encuentros con el "turbas growler”. Para algunos éste fue, en el siglo 19, un mal social tan importante como los laboratorios de metanfetamina hoy en día.
Por último el investigador Gerald Cohen, por su parte, ha propuesto una teoría muy probable. Teniendo en cuenta que a la tarea de mandar a llenar los growler (rush the growler), también se la conocía como “chase the duck” (perseguir el pato), Cohen sugiere que la metáfora original detrás de esas frases fue la de un perro de caza enviado a encontrar y recuperar un ave derribada. En “rush the growler” el gruñon es el perro al que se le ordena ir a buscar la presa (la cerveza) rápidamente.
Como se dijo anteriormente, ninguna de las versiones contadas se puede probar fehacientemente, y tampoco se puede descartar alguna…
El "Comercio del Cubo”, como se conocía la venta de cerveza para llevar, fue atacado con frecuencia, durante los años previos a la prohibición, por el movimiento anti-alcohol "Templanza" que resultó posteriormente en la 18a Enmienda de la Constitución de los EE.UU (la prohibición completa del alcohol) que pasó a la historia como “Ley Seca”.Cuadro de texto:
En varias ciudades se aprobaron leyes para proscribir totalmente el growler. En algunas se limitó la cantidad que podía ser vendida en un growler y en otras sólo se prohibía venderle a mujeres y niños..
También se aplicó la ley a los avisos publicitarios en los que aparecían menores con growlers… Por todo esto, durante esa época, los encargados del “delivery” debían ingeniárselas para hacer su trabajo y entregar el pedido lo más rápido posible, evadiendo a las autoridades que cuidaban la citada disposición federal.
En tiempos de prohibición, el transporte de un growler se dificultaba aún más los días domingos, porque entonces era el único día no laboral de la semana y por ley debía estar todo cerrado. Esto hizo que el ingenio de aquellos que no querían resignar su cerveza de domingo creara un recipiente de metal, delgado y cerrado, con un gancho para que el dueño lo asegure a la axila dentro de su abrigo u ocultarlo así de la vista pública y de la policía, mientras que lo transportaba desde y hacia alguna licorería ilegal. Por su forma característica se lo empezó a llamar “Duck” (pato) y en algunas zonas se convirtió en sinónimo de "Growler".
Con el paso del tiempo los recipientes fueron evolucionando, cambiando su forma y variando los materiales de fabricación.
Cuadro de texto: Por la década de 1950, el pequeño cubo de hojalata había desaparecido y se comenzaron a usar contenedores de cartón encerado con tapas similares a los recipientes de comida china para llevar. Para la década de 1960, la mayoría de los bares habían cambiado al plástico y se les permitió vender cerveza pre-envasada después de horas, por lo que el concepto del Growler (llevar el recipiente propio para ser llenado en el bar) desapareció lentamente.
No fue hasta 1989, que el Growler reaparece en escena cuando Charlie Otto, propietario de la primera microcervecería de Wyoming, la , quería ofrecer cerveza tirada para llevar, y no tenía capacidad para embotellarla. Por suerte para Charlie, su padre todavía recordaba el uso de los Growler y le sugirió que hiciera el intento. Sin duda, el recipiente debía ser actualizado, por lo que Charlie comenzó a serigrafiar su logotipo en jarras de vidrio de medio galón (1.89 ltr), de forma similar a las “moonshine jugs” (jarras usadas para contener el alcohol fabricado ilegalmente), dando origen así al growler moderno, tal como lo conocemos actualmente.
Hoy se pueden encontrar algunas variaciones atractivas por su forma y diseño, verdaderas obras de colección. Hay botellas de cerámica con tapa del mismo material, las hay con cierre a rosca y también está el growler estilo alemán de más de dos litros, con una tapa de cerámica a presión y un mango de metal.
Tradicionalmente, los Growler se llenaban por medio de un tubo adosado a la canilla, que llegaba hasta el fondo del recipiente para lograr que la carga de realice de abajo hacia arriba reduciendo así el desperdicio y el tiempo de llenado, pero este método aumentaba el contenido de oxígeno de la cerveza, lo que producía un rápido envejecimiento de la misma.
En los últimos años, los avances tecnológicos impulsados por el auge de la cerveza artesanal lograron el desarrollo de sistemas de llenado a contrapresión, permitiendo disfrutar, en casa, una cerveza como si recién salida del barril, evitando la oxidación y la pérdida de frescura y carbonatación que sufrían las cervezas transportadas en los cubos de estaño en el pasado o aquellas contenidas en growler llenados de directamente del grifo.
Un correcto manejo del growler, en lo que respecta a su higiene, su llenado y su almacenamiento, mantendrá buena la cerveza por unos 7 a 10 días y, no más que un par de días, una vez abierto.
Básicamente, el recipiente ideal para ser utilizado como growler debería estar confeccionado en un material que evite el daño causado por la luz, tales como vidrio o plástico marrón oscuro, cerámica o acero inoxidable. Otra característica a tener en cuenta es que debe ser capaz de resistir las presiones ejercidas por la cerveza carbonatada, así como el método de llenado a contrapresión.
Comenzando el siglo XXI la empresa rusa Novosibirskprodmash larga al mercado un dispositivo que permite el llenado de botellas tipo pet con cerveza directamente del barril, de forma rápida y libre de espuma. Tal fue la aceptación del sistema PEGAS que hoy su producción llegó a más de un millón distribuido en los cinco continentes, logrando que, en algunos lados, uno vaya al supermercado, elija una cerveza entre varias opciones y se la lleve a casa recién tirada.
En Quingdao, China, se encuentra la cervecería más popular del país, la Tsingtao. La cerveza, sobre todo con los mariscos, es una parte esencial de la vida cotidiana de la ciudad, tanto es así que se ha popularizado el fenómeno de la "cerveza para llevar". Esto no tendría nada de extraordinario, si no fuera que el envase es una bolsa plástico. Por las calles de Quingdao, van y vienen con frecuencia, muchas personas apuradas con una bolsa llena de cerveza que llevan a su casa para la hora de comer.
No hay una explicación concreta de cómo nace esta costumbre, pero se cree que podría ser debido a que hasta hace poco tiempo, la cervecería le pagaba a su trabajadores, parte de su sueldo en cerveza fresca que a menudo vendían en la calle…
Consejos para un buen uso del Growler.
- Tanto vendedor como consumidor son responsables de mantener y cuidar los growler y de garantizar un envase limpio.
- Es aconsejable que, ni bien el growler se vacíe, se limpie a fondo, se desinfecte, enjuague, y seque bien para después guardarlo, siempre con la tapa abierta.
- No deben usarse detergentes grasos o a base de aceite.
- La cantidad de detergente debe ser adecuada para asegurar una limpieza a fondo evitando los aromas químicos residuales.
- Para facilitar la limpieza se puede usar un cepillo grande tratando de no usar aquellos con partes de metal que pueden dañar el growler.
- Se debe dejar secar perfectamente el growler antes de almacenarlo.
- La sanitización se debe hacer con productos aptos para el uso en cristalería.
- El sistema completo de llenado debe ser limpiado cada 2 semanas como mínimo, tal como se recomienda para cualquier línea expendedora de cerveza tirada o de barril.
- Los grifos y tubos de llenado se deben enjuagar, limpiar, desinfectar, y secar bien después de cada relleno growler.
- Sistemas de llenado contra-presión tienen una mayor necesidad de limpieza integral para evitar olores desagradables causados por infección.
- Un plan de mantenimiento bien diseñado y ejecutado con responsabilidad asegurará, un sistema libre de problemas higiénicos y una cerveza fresca y rica.
- Inspeccionar visualmente cada growler de vidrio o cerámica antes del llenado. No se deben llenar si se descubren grietas o mellas en la superficie.
- En growler con tapa a rosca, será mejor el uso de tapas plásticas en lugar de las metálicas, ya que aquellas pueden romperse más fácilmente si se produce un exceso de presión.
- Llenar siempre hasta la línea de llenado especificada por el fabricante o bien dejar un 5% de espacio vacío.
- Todo growler debería estar diseñado para soportar la carbonatación de la cerveza envasada, y las presiones ejercidas por los sistemas de llenado a contrapresión. La presión máxima admitida debería especificarse en el envase.
- Para evitar accidentes, todo sistema de llenado debería incluir algún tipo de blindaje que separe el Growler del operador del sistema y de la gente cercana.
- Un growler debe abrirse en un plazo de 24-72 horas después de llenado, y debe ser consumido rápidamente (en cuestión de horas) una vez abierto.
- Mantener el growler lleno en un lugar refrigerado y oscuro. Recuerde que un aumento de la temperatura aumentará la presión y podría causar un estallido y que la luz puede dañar la cerveza