Cerveceria Strasser; Rosario, Argentina. 1885 |
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Bieckert, exportación desde casa
Allá lejos y hace tiempo Bieckert era el apellido del fundador de la marca, ni más ni menos que la cerveza más antigua de Argentina, además de mentor de la primera fábrica de hielo del país. Hasta los años 60 supo ser una marca muy importante (la nombraron en Mafalda!) pero con el paso de los años y la competencia termina en manos de Quilmes, una cerveza nacida 20 años después que la anterior: 1880 contra 1860. Cuando en 2003 se completa el proceso de fusión de Brahma con Quilmes se ven obligados a desinvertir: se desprenderán de Bieckert, Imperial y Palermo quienes pasan a depender en 2006 de Inversora Cervezera. Desde 2008 y hasta la actualidad Bieckert es parte de CCU, pasando a compartir cartel con Schneider (otra gran competidora suya durante el siglo XX), Heineken, Miller, Isenbeck y Sol además de otras bebidas alcohólicas como las sidras Real y La Victoria, el licor El Abuelo o el pisco Mistral.
El Gran Libro De Las Marcas
La historia de Bieckert, cerveza y mucho más
En ese contexto desembarcó en Buenos Aires Emilio Bieckert, gringo de ojos azules como tantos, con la ambición de perpetuarse como pocos. Descendiente de una familia cervecera de Barr, en el alto Rhin, localidad cercana a Estrasburgo (Alsacia), abandonó la casa paterna a los 16 años sin ningún tipo de ayuda económica y con sus ganas de trabajar como único capital.
Su deseo de progreso se puso de manifiesto al levar anclas. Se desempeñó como mozo de a bordo el tiempo que duró su viaje en barco. Apenas puso un pie en la Buenos Aires convulsionada de 1855, enfrentada a la Confederación Argentina, se identificó ante las autoridades aduaneras como cervecero, oficio que de inmediato le abrió las puertas del establecimiento “Santa Rosa”, dirigido por Juan Buehler.
Emilio aprendía rápido y le llevó poco tiempo dar forma a lo que serían los años por venir. El 15 de febrero de 1860 comenzó a poner a prueba los conocimientos heredados para encarar el primer proyecto propio. La fábrica era modesta, pero eficiente. Dos hombres se dividían la faena: un peón y Emilio, ambos instalados en un patio al fondo de una casa del barrio de Balvanera. Solo contaba con dos pipas, imprescindibles para que pudiera fermentar el líquido que se iba desprendiendo de la maceración de la cebada.
El producto final era liviano, color oro, burbujeante, en contraste con las bebidas que venía consumiendo el porteño, tales como las sangrías (agua y vino más azúcar que enmascaraba) y vinagradas (agua, vinagre y azúcar). Un año más tarde se mudó a un local acorde a la demanda, en la calle Salta. En paralelo, se aventuraba en nuevos desafíos que irían a repercutir en la calidad de vida de todos: fue él quien instaló la primera fábrica de hielo del país (hasta entonces venía en barcos especiales y se almacenaba en el subsuelo del Teatro Colón, que estaba en Plaza de Mayo).
En 1866 compró un edificio en Juncal y Esmeralda que se alzó como estandarte del progreso industrial de la época. Fueron dos décadas de incesante trabajo en las que la empresa se nutrió de 600 empleados que producían un promedio de 100 pipas por jornada. Contaban con una chimenea cuya altura la convertía en referente de los navegantes. Bieckert había logrado premios y el reconocimiento de su producto incluso en su patria, ya que en Alemania la compararían con la Pilsen. ¿Qué le quedaba, entonces, por conquistar? Algunos preciados caprichos. Fue quien introdujo los caballos percherones para tirar de los carros de cerveza. Y quien construyó el Teatro Odeón de Buenos Aires.
A todo esto, sumó un deseo de alto vuelo: añorando los gorriones de su ciudad natal en el Viejo Continente, importó 13 jaulas repletas de estos pajaritos. Un cuento que se ha repetido mucho es que en la aduana le pidieron una fortuna en derechos de importación y Emilio no tuvo más remedio que liberarlos, dejándonos a los argentinos una herencia que llegó a ser plaga.
Luego de 30 años de crecimiento cervecero, regresó a Francia y se radicó junto con su mujer en Niza. La empresa quedó en manos de un directorio, entre quienes figuraba el futuro presidente Carlos Pellegrini. Emilio Bieckert murió en 1913, a los 76 años, dueño de una fortuna de éxitos, sueños cumplidos y, de yapa, dinero.
Daniel Balmaceda para Forbes. 03 Septiembre de 2019
https://www.forbesargentina.com/editorial/la-historia-bieckert-cerveza-mucho-mas-n1325
OATMEAL Milk Stout de Sebastían Oddone
Estadísticas Vitales:
Densidad Inicial 1051;
Densidad Final 1025;
Ibus 50;
Srm 44;
%Alc 4
Escala De Producción: 50 Litros Finales
Ingredientes
Fermentables
- 8,5 Kg Maris Otter
- 1,3 Kg Caramelo 120
- 700 Gr Avena Arrollada
- 250 Gr Trigo Malteado
- 800 Gr Cebada Tostada (En El Recirculado)
- 550 Gr Malta Chocolate (En El Recirculado)
Lúpulos
- 100 Gr De Fuggle
- 50 Gr De Saaz
- 50 Gr De Hellertauer
Extras
- 500 Gr De Lactosa
- 600 Gr De Café En Grano
Clarificante
- Irish Moss
Levadura
- US05
Preparación
- Maceración (1 Hora A 68*C) + 25 Minutos Recirculado
- Lavado Con Agua A 76”C Para Lograr Densidad 1050
- Antes De La Cocción. Hervor (1 Hora Total)
- Agregar 25 Gr De Fuggle Y 25 Gr De Saaz En Fwh
- Irish Moss, 500 Gr De Lactosa, 50 Gr De Fuggle Y 50 Gr De Hellertauer (20 Minutos)
- 25 Gr De Fuggle Y 25 Gr De Saaz (5 Minutos).
- Apagar El Fuego, Hacer Whirlpool Y Enfriar.
- Fermentar Por 7 A 10 Días A 20 *C Con US05, Trasvasar Y Madurar En Frío Por 7 A 10 Días.
- Los Últimos 3 Días De Madurado Agregar 600 Gr De Café En Grano.
- Envasar Y Gasificar A Gusto
El origen de la cerveza artesanal en Valparaíso
La cerveza artesanal en Valparaíso, una historia que se remonta a 1825.
La cerveza no fue la excepción. La cerveza como tantos otros insumos, productos, artículos y tecnología llegaba primero por barco a Valparaíso y de allí a Santiago y otras ciudades. No obstante, la primera cervecería artesanal la menciona en 1822 María Graham, en La Chimba, actual barrio de Independencia, en Santiago. Tres años más tarde, en 1825, el médico británico Andrés Blest instaló la primera fábrica de cerveza artesanal en Valparaíso en la Plaza del Orden, muy cerca de la actual Aníbal Pinto o de La Resistencia.
La cerveza en el mundo existe desde tiempos inmemoriales. Egipcios, griegos y otras culturas antiguas ya degustaron este manjar nutritivo, sin prestarle mayor atención. En la Europa occidental moderna se consolida su consumo, sin embargo tenía al vino en primera categoría y estatus.
Por lo tanto, el español trajo el vino en abundancia en la época colonial y, junto a la chicha y algunos destilados caseros conforman el abanico de posibilidades alcohólicas y de maridaje con las comidas.
Cerveza Artesanal en Valparaíso
Fue, hasta la llegada de la Independencia de los países latinoamericanos, que comienza a producirse y consumirse cerveza elaborada en estas latitudes, junto a aumentar las exportaciones de botellas provenientes en su mayoría de Inglaterra.Arnold Bauer señala “los españoles, que eran fundamentalmente bebedores de vino, introdujeron la cerveza en los inicios del período colonial. Sin embargo, la población autóctona y mestiza prefería sus propias chichas o pulque, o las innumerables aguardientes baratas que se hicieron populares en el siglo XVIII”.
A pesar del fuerte componente inglés migrante en nuestra bahía de Valparaíso, fueron los alemanes quienes levantaron las primeras cervecerías no sólo en la ciudad puerto sino que a lo largo del país.
“Se sabe que la primera cervecería en Valparaíso estaba entre la Plaza del Orden (Aníbal Pinto) y la Cruz de Reyes (Reloj Turri). La fábrica estaba en algún lugar de ese tramo que hoy es la calle Esmeralda. El lugar exacto no se sabe con certeza, pero sí se sabe que Blest guardaba la cerveza en la cueva del chivato (junto al actual Mercurio) así es que imagino que la fábrica debió estar muy cerca de ahí” apuntó Sergio Morán de la Casa Cervecera Altamira.
“Las noticias que entrega Juan Eduardo Vargas sobre la cervecería formada en 1833 por José Tomás Ramos en sociedad con Luis Infante, quien ya tenía alguna experiencia en el rubro, nos da una idea del carácter artesanal que tenía por entonces su producción. La “fábrica” contaba con dos pailas de cobre, dos pequeños hornos para tostar cebada y un molino de mano; para la fermentación se contaba con cinco tinas de madera y una de greda y la existencia de botellas cuando se formó la sociedad solo alcanzaba a 14 docenas”.
Según Blancpain, hasta mediados de siglo sólo se producía aquí una cerveza mediocre de tipo “porter” fabricada en Valparaíso en pequeñas cantidades por el procedimiento de fermentación en caliente, destinado al consumo de los extranjeros. Este tipo de cerveza era una mezcla de distintos tipos de ale o cerveza inglesa, de color oscuro, pesada y con alto contenido alcohólico
Toma fuerza luego la tradición alemana que se caracteriza por usar procedimientos de fermentación en frío, a unos dos o tres grados de temperatura, en contraste con la “fermentación alta” a unos 15 grados usada en las fábricas inglesas, y que es más rápida . De allí que, en un comienzo, las fábricas de cerveza funcionaran junto a una productora de hielo, muchas veces del mismo dueño.
Poco a poco fue creciendo el consumo de cerveza en las incipientes urbes chilenas. Las cervecerías se multiplicaron por el país, eran muchos los que se atrevían a formar sus propias cervecerías, llegando en esos primeros años a existir más de 70 productores en toda la faja de tierra.
La abundancia de productores se veía propiciada por la escasa conectividad que tenía el país, haciendo difícil el traslado del líquido a regiones más lejanas por el riesgo que se descompusiera.
Llegó a tal popularidad que en el cambio de mando de 1854, cuando asumió el presidente Manuel Bulnes, el trago que compartieron los más de 2 mil invitados a la casa de gobierno fue nada más y nada menos que cerveza, desplazando a la champaña y al vino.
De este modo, la cerveza adquiere notoriedad y popularidad. “En 1857 existían cinco cervecerías en Valparaíso, tres de ellas de propiedad de alemanes y dos de italianos. De esta última nacionalidad eran Pedro Martín y Juan Pijati con sendos establecimientos en la calle Victoria. Alemanes eran Juan Stuven (1804-1887) que tenía una cervecería en la calle Chacabuco, la más antigua del puerto, además de una tonelería en la calle Yungay; H. W. Rosse y Cía., en calle Independencia, y Joaquín C. Plagemann quien además era coleccionista de antigüedades. La cervecería de Plagemann, situada en el número 236 de la misma calle Chacabuco había sido fundada en 1849, y se la considera como la primera de las cervecerías modernas, por así decirlo. Para 1874 la Fábrica de Plagemann tenía un establecimiento de algún tamaño en la calle Chacabuco 236. Fabricaba cerveza Lager y negra y unas cervezas anunciadas como sencilla y doble, que se expenden tanto en barriles como embotelladas. Tres años más tarde su producción alcanzaba a dos millones y medio de litros al año. La fábrica fue ampliada en la década siguiente con la incorporación de maquinaria nueva al punto que “cada uno de sus siete departamentos es más espacioso de lo que antes era toda la cervecería” .
Camino a la industrialización
“La citada fragmentación de la industria cervecera empieza a declinar a fines del siglo XIX debido a la mejora en las redes de transporte. Esto genera que la producción se comience a concentrar en aquellas empresas que manejaban costos menores, mayor calidad y que ahora también tenían la posibilidad de entregar su producto en zonas más distantes, lo que ocasiona una competencia directa entre productores lejanos y cerveceros artesanales locales” .La proliferación en el consumo de cerveza en el país, hizo que ojos más acaudalados que los primeros capitalizaron este auge concentrando la propiedad de las más grandes cervecerías del país, nacían la Fábrica Nacional de Cerveza y Compañía de Cervecerías Unidas, CCU .
El inicio de estas dos grandes conglomerados nace en 1850 cuando comienza a operar en Valparaíso la fábrica de cervezas de Joaquín Plagemann y un año más tarde, en Valdivia la fábrica de Carlos Adwanter.
“Llega 1889 y esa primera gran empresa cervecera de Valparaíso se fusiona con la Fábrica de Cerveza de Limache, dando origen a la Fábrica Nacional de Cerveza, que luego amplía sus horizontes adquiriendo la Fábrica de Cerveza y Hielo de Gubler y Cousiño, otro importante protagonista de la escena cervecera. En enero de 1902, la Fábrica Nacional de Cerveza se constituye en sociedad anónima bajo la denominación de Compañía de Cervecerías Unidas, CCU” controlando el mercado de cervezas y gaseosas del país.Con esto se logra una monopolización de la producción y comercialización de la cerveza, lo que trae consigo una oferta mucho menor que, sumada a la crisis de los años ‘30 (que provoca una caída en las importaciones) genera una escasa variedad de productos. Por otro lado, el consumo se masifica a tal extremo que pierde su carácter exclusivo y diferenciador sociocultural, que sí tenía a mediados del siglo XIX .
Siglo XXI
A principios del año 2000, comenzó en Chile un desarrollo de microcervecerías que buscaron mejores calidades y nuevas variedades para el consumidor, tratando de romper este monopolio cervecero. Si bien el proceso fue muy lento y comenzó abarcando un mercado muy pequeño, hoy la realidad es otra, proliferando los maestros y autodidactas que volvieron a cocinar cerveza.
En el año 2015, el trabajo de título “Catadores Cerveceros” de Consuelo Santis Escudero para la obtención del título de Diseño, Diseño Gráfico, Interacción y Servicios, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, consignó el siguiente listado de cervecerías artesanales existentes en Valparaíso: Casa Cervecera Altamira, Cerveza Mestiza, Hotzenplotz, Cervecería Anfiteatro, Cervecera del Puerto, Cervecería Barón, Cerveza Heritage, Cervecería Hess. En tanto, en Viña del Mar: Cervecería Coda, Cerveza Mugnku y Cervecería Victoria. En Con Cón: Cerveza Mauco. En Limache: Cerveza Awka, Tauus Bräu. En Olmué: Cerveza Gea, Cerveza Granizo y Cervecería Sessler Bräu. En Quilpué: Cervecería Gran Toro y en Villa Alemana, Cervecería Villa Alemana.
Hoy, a mediados de 2020, muchos de estos nombres ya no existen, pero además se han multiplicado 2 y 3 veces, tema que deberá ser tratado en un nuevo acercamiento a la cerveza artesanal en Valparaíso, en esa ocasión hablando de la Cerveza Porteña Contemporánea, a través de Cervezocracia en una nueva edición.
Cerveza Zoigl: el proceso de elaboración tradicional
Un castillo fortificado se eleva sobre Falkenberg. El hito del pueblo del Alto Palatinado no es su único atractivo. Varias veces al año, un humo negro se eleva sobre la antigua fábrica de cerveza. El proceso de elaboración de la cerveza clásica no es solo un bien cultural regional, sino que también pertenece oficialmente a las actividades diarias necesarias en tiempos de pandemia y puede tener lugar bajo ciertas condiciones.
Temprano en la mañana, Josef Neuber enciende los dos quemadores de la cervecería para que el agua de infusión tenga la temperatura adecuada para macerar dos horas después. Sepp, como lo llaman todos aquí, tiene una formación en cervecería y ha sido nombrado maestro cervecero para su cervecería comunitaria por el municipio de Falkenberg. Durante generaciones, los procesos en un día típico de elaboración de cerveza han sido determinados por la receta de Zoigl y el diseño especial de la cervecería que figura en la lista.
Tres cerveceros de la casa se han reunido hoy para tomar una cerveza y, por lo tanto, están echando una mano al maestro cervecero. Ya han entregado la leña y adquirido 450 kilogramos de malta para cerveza, que hay que subir saco a saco al macerador.Originalmente, la producción de cerveza se dividía en tres profesiones, de las cuales hoy se conservan los apellidos más conocidos: Los malteros eran los encargados de producir la malta con sus componentes hidrosolubles del grano (principalmente cebada). Hoy en día solo hay unas pocas cervecerías que procesan malta casera. Los cerveceros producen el mosto, que contiene todos los componentes de la cerveza y es determinante para su sabor. Luego se agrega la levadura cultivada por Hefner para la fermentación alcohólica.
Durante las próximas horas, la experiencia del maestro cervecero determinará qué portadores de sabor estarán representados en la cerveza. Sepp sigue sosteniendo un termómetro en el líquido. Porque la secuencia natural de los procesos de fermentación relevantes tiene lugar con temperaturas crecientes. Para los primeros procesos en los que intervienen las enzimas, la temperatura no debe ser demasiado alta. El dispositivo de medición digital es casi la única ruptura de estilo en este edificio catalogado. El agitador retumbante o la bomba rítmica son accionados por correas de transmisión, como al comienzo de la industrialización.El Alto Palatinado, como la vecina República Checa, tiene una tradición de elaboración de cerveza viva y artesanal. El Zoigl pertenece al patrimonio cultural inmaterial de Baviera y se fermenta con levadura de fermentación baja en bodegas privadas frías. Es de color ámbar, ligeramente turbio y tiene un sabor fresco y sabroso a pesar de su bajo contenido en dióxido de carbono.Zoigl tradicionalmente solo se elabora en unas pocas comunidades en el Alto Palatinado por particulares para uso personal. El derecho de elaboración de cerveza para esto se ingresa en el registro de la propiedad y se vende o hereda con los edificios asociados. Alrededor de 40 de los 120 cerveceros caseros registrados están ejerciendo actualmente en Falkenberg. En primavera forman un grupo de elaboración durante 10 días y en otoño durante 5 días. El Zoigl-Stuben se prepara según sea necesario. Antes de la pandemia del coronavirus, contaban con una buena asistencia y el año pasado utilizaron la cervecería durante 25 días.
La esencia de la tradición de Zoigl también se puede experimentar en los salones Zoigl de acceso público, que dispensan la cerveza con platos sencillos de acuerdo con un calendario Zoigl que cambia semanalmente. Varias grandes cervecerías también quieren beneficiarse de la tradición Zoigl del Alto Palatinado ofreciendo su cerveza de bodega como cerveza Zoigl.Una vez que la malta ha sido removida en agua a 30 grados centígrados, se agrega agua caliente y el llamado resto de proteína se inserta por debajo de los 50 grados. Con agitación constante, la proteína disuelta en el líquido se descompone en aminoácidos en la cuba de maceración sin calentar. Como el método tradicional practicado en Falkenberg no permite regular la temperatura mediante calentamiento por fuego, el siguiente rango de temperatura solo se puede alcanzar mezclando.
El agua fresca y la cacerola de la parte superior se calientan con el fuego. Se necesita mucha experiencia para que el Braumeister pueda alcanzar la temperatura y duración del reposo respectivo así como la concentración del líquido. Descanso es el término técnico para un período de tiempo en el que la temperatura se mantiene constante. Durante las fases de calor moderado del primer descanso, parte del macerado se bombea a la olla de preparación. Con este proceso de decocción, las moléculas de almidón se descomponen térmicamente en azúcares fermentables a aproximadamente 60 grados.Después de un tiempo, una torta de malta se ha asentado en el fondo de la cuba de macerado, que actúa como filtro. Durante el proceso de filtración, el líquido se separa de los componentes de la malta, ahora se llama el primer mosto y solo se procesa más en la bandeja de elaboración. Los granos gastados que quedan en la cuba de filtración se lavan con varios riegos adicionales. Esto influye en la concentración y el sabor del primer mosto hasta que el Braumeister esté satisfecho con el mosto original.
Cuando el almidón está completamente sacarificado, la temperatura se puede aumentar hasta el punto de ebullición. Una vez añadidos 6,5 kilogramos de lúpulo, el mosto se hierve durante otros 30 minutos y, una vez determinada la concentración correcta de azúcar, se escurre en el denominado barco de enfriamiento para que se enfríe. Esta vasija grande y poco profunda llena casi un tercio de toda el área de la cervecería.Sepp Neuber probó el primer mosto y comprobó la concentración del mosto original. El día está llegando a su fin y el mosto original se vierte en el barco refrigerado. Allí se enfría a menos de 20 grados a la mañana siguiente y enriquece su concentración a través de la evaporación, de modo que la cerveza Zoigl tiene el contenido de alcohol típico de 4.9 por ciento después de la fermentación.
El mismo proceso se repite durante toda una semana. Mientras los cerveceros caseros están recogiendo su mosto original del día anterior, el maestro cervecero Sepp Neuber ha avivado el fuego de nuevo para la nueva cerveza. Los tractores con tanques de cerveza se han detenido y es importante distribuir los 2.400 litros de mosto original de manera justa entre los tres cerveceros de la casa. Audible para todos, Sepp cuenta los cubos de cerveza que ha llenado, que se distribuyen a la comunidad cervecera de acuerdo con la proporción de cantidad acordada previamente. Los tradicionales cubos de madera tienen capacidad para 35 litros. Se llevan en parejas y se introducen en los tanques de cerveza con la ayuda de un tercer hombre.La gran hora de la cerveza llega en las bodegas donde todos deciden por sí mismos qué levadura se utiliza para iniciar la fermentación. A 12 grados, la levadura de fermentación inferior ha dado el último paso en el proceso de elaboración después de unos 10 días. Luego, el Zoigl sin filtrar se llena en barriles o botellas. En los 25-30 sótanos de rocas en el borde de Falkenberg hay una temperatura ideal durante todo el año, también para almacenar las delicias naturalmente turbias.
Original de https://tellerrandstories.de/food/zoigl-bier-brauprozess-falkenberg/ escrito y fotografías por Georg Berg
https://tellerrandstories.de/reise/oberpfalz-zoigl-kultur/
https://tellerrandstories.de/team/angela-berg/
https://tellerrandstories.de/team/georg-berg/
Gose de Sebastián Oddone
Di 1.048
Df 1.012
%Alc 4.7
Ibus 10
SRM 4
Ingredientes
Fermentables
- 2.50Kg Trigo Malteado
- 1.80Kg Pilsen
Lúpulo
- 15 Gr De Styrian Golding (o Sustituto).
Extra
- 20 Gramos De Yogur Natural Con Lactobacilo
- 25 Gr De Coriandro
- 15 Gr De Sal Marina
Clarificante
- 2 Gr De Irish Moss
Levadura
- Nottingham, US05 O K97
Preparación
- Empastar Con 15 Litros De Agua Para Lograr G5C En El Macerador (1 Hora]
- Lavar Con Agua A 79°C
- Hervir El Mosto Por 15 Minutos.
- Enfriar Hasta 45 A 48°C Y Agregar 20 Gramos De Yogur Natural Con Lactobacilo.
- Dejar Reposar Por 8 Horas.
- Retomar Hervor, A Los 15 Minutos De Hervor y Agregar 15 Gr De Styrian Golding (o Sustituto).
- Esperar 20 Minutos Y Agregar 25 Gr De Coriandro, 15 Gr De Sal Marina Y 2 Gr De Irish Moss
- Esperar Otros 15 Minutos, Apagar El Fuego Y Hacer Whirlpool.
- Enfriar Y Fermentar Por 7 Días Con Nottingham, US05 O K97.
- Trasvasar Y Madurar Por 5 Días.
- Embotellar Y Gasificar Con 7.5 Gr De Sacarosa Por Litro.
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