Tras analizar los residuos en unas vasijas encontradas en la que se piensa que es la tumba del fabuloso rey Midas (Rey de Figia, Anatolia, Antigua Grecia) en un yacimiento arqueológico de Turquía, la curiosidad de McGovern y su equipo se despertó.
Tenían una formula extraña, una mezcla de cerveza de cebada, azafran, vino de uva e hidromiel y les sorprendió tanto que se preguntamos ‘¿de verdad se puede hacer una bebida que revuelve todo eso?’.
Eso era en 2000 y aún no sabíaan mucho sobre bebidas mediorientales u otras que eran mezcladas, así que les pareció interesante hacer esa arqueología experimental para ver si salían con algo medianamente bueno y además aprendíamos algo del proceso.
Los cerveceros se llevaron los ingredientes y enviaban los resultados para ser probados por McGovern; en ocasiones lo que el arqueólogo recibía no sabía muy bien.