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Ron agrícola


El ron agrícola nace en las islas de Martinica y Guadalupe, aunque también en Haití.
En las décadas finales del siglo XIX, ocurrió una crisis en las ventas de azúcar, con repercusiones en su producción.
Sorteando vicisitudes, los hacendados en lugar de destilar ron con melaza de caña, un subproducto de la industria azucarera, comenzaron a hacerlo del jugo de la planta, conocido como guarapo, el cual es más barato, rápido y fácil de obtener.
El resultado fue un ron diametralmente opuesto al resto de sus parientes de las islas británicas y españolas.
Por cierto, el ron agrícola francés tiene la peculiaridad de ser envejecido exclusivamente en toneles de madera de roble americano o francés, que con anterioridad fueron utilizados para la producción de Bourbon, pero también pueden haber sido de Jerez.
En la elaboración se emplea el sistema de soleras, propio del vino, y los aditivos son prácticamente un tabú.
Por otro lado, el caramelo, en ocasiones el único aditivo del ron agrícola, solo es utilizado para darle color a la bebida y en porciones muy pequeñas.
La primera diferencia entre ron agrícola y el industrial, como ya referimos, es la del método de producción. Los rones clásicos usan melaza y los agrícolas jugos de caña, guarapo.
En segundo lugar, los rones de las islas francesas son mucho más puros en cuanto a aditivos y por si fuera poco, tienen un porciento de alcohol mucho más elevado, haciendo que a veces se les añada agua para suavizarlos.
Por la parte del añejamiento, los rones agrícolas son más jóvenes, contando la mayor parte de su producción con apenas 6 meses de envejecimiento en las barricas de roble.
En consecuencia, los más viejos de su catálogo muy pocas ocasiones superan los 10 años de añejamiento.
Para cerrar, en el apartado de comercialización, los agrícolas son de los pocos que traen Certificado de Origen y además, tienden a ser más caros y elusivos que sus primos lejanos.