Al mosto de kvas se añaden una serie de microorganismos capaces de realizar el proceso de fermentación (ruta metabólica de transformación de azúcares en otros productos en ausencia de oxígeno):
- Saccharomyces cerevisiae: Se trata de una levadura comercial que va a realizar la fermentación alcohólica de los azúcares presentes en el mosto dando como resultado etanol y CO2. La levadura de pan Saccharomyces cerevisiae se utiliza para la producción de kvas; las células de esta levadura provocan una intensa fermentación de etanol durante la fermentación anaeróbica formando alcohol y dióxido de carbono. Para controlar la fermentación y evitar la formación de demasiado alcohol, se suministra oxígeno durante este proceso.
- Leuconostoc mesenteroides: Bacteria que realiza la fermentación láctica a partir de los azúcares del mosto, dando como resultado ácido láctico. Además, junto al CO2 que se formaba en la fermentación alcohólica de Saccharomyces cerevisiae producen acetato.
- Lactobacillus casei: Se trata de una bacteria del ácido láctico que, al igual que el Leuconostoc mesenteroides, interviene también en la formación de ácido láctico y acetato.
La presencia de las bacterias del ácido láctico tienen su origen en una contaminación natural, ya que el medio de estas suelen ser superficies vegetales, o provenir de un previo cultivo de fermentación. La composición de éstas varía en función de las técnicas de fermentación y materia prima empleadas.
La calidad del agua afecta la formación de indicadores sensoriales de kvas. La consistencia del kvas es mejor si se usa agua más blanda. El contenido elevado de sulfato en el agua hace que el kvas tenga un sabor amargo, los silicatos interfieren con el proceso de fermentación y provocan sedimentos, los cloruros provocan un sabor desagradablemente dulce, el hierro y el manganeso afectan el color y la formación de espuma del kvas.
Adicionalmente, durante la fermentación, el alcohol y el ácido láctico producidos son considerados conservantes naturales que protegen parcialmente al kvas.
Para la elaboración de kvas es preciso preparar un mosto rico en azúcares.
- En el caso de kvas de pan, galletas o bizcochos, es necesario un tostado del alimento para romper el almidón en azúcares simples fermentables para los microorganismos y también para aportar ligeros toques de acidez y color a la bebida.
- Posteriormente se trocea el alimento para aumentar la superficie de contacto con el agua, de modo que los azúcares pasen al mosto fácilmente y también para aportar ligeros toques de acidez y color a la bebida.
- Tras calentar agua (aproximadamente a 70°C), se añade el alimento tostado y/o la malta en una relación de 1 kg de sólido por cada 10 L de líquido, esta mezcla se deja reposar por 12 horas a temperatura ambiente para que ocurra el paso de nutrientes del pan al agua.
- Tras este tiempo se retiran los sólidos del mosto. En el caso del kvas de remolacha u otras frutas el mosto se prepara añadiendo las frutas hasta el final de la fermentación.
- Para finalizar la elaboración del mosto se activa el medio con la adición de levadura comercial, o un lote previo de kvas si se tiene, y otros ingredientes de interés (azúcar, miel, bayas, hierbas, especias, etc) para saborizar la mezcla y favorecer la aparición de bacterias del ácido láctico presentes de forma natural en algunos de estos.
- El mosto se dejará fermentar a través de un proceso denominado “Backslopping” (usar restos de una preparación anterior como cultivo iniciador) durante un período variable (normalmente entre 2 y 5 días) a unos 20°C, momento en el que la levadura, junto a otras bacterias ácido lácticas (BAL), aportarán los metabolitos secundarios que le confieren su aroma, color, sabor y textura característicos. Estos metabolitos son en mayor proporción etanol, aunque su contenido total sea bajo y no se considere una bebida alcohólica, lactatos, acetatos, oligosacáridos varios y vitaminas.
- Al terminar la fermentación el kvas se enfría hasta los 4ºC y está listo para su consumo.
A nivel industrial se suele realizar un proceso de decantado para extraer los restos de sólidos presentes en la bebida y el exceso de masa microbiana depositada en el fondo de la mezcla.
Un tipo clásico de kvas casero contiene los siguientes ingredientes: levadura, rebanadas de pan tostadas y azúcar. Se vierten trozos de pan (200 g) con agua hirviendo (0,5 l), el recipiente se cierra herméticamente con una tapa y se deja reposar durante 2-3 horas. Colar la masa madre resultante, dejando sólo el líquido, se le añade azúcar (50g) y levadura (10g). Tal mezcla permanece de 5 a 6 horas en un lugar cálido. La bebida terminada se enfría y se embotella. Debe consumirse dentro de dos días, de lo contrario se volverá agria.