La empresa de tapones naturales fabricados a base de caña de azúcar, Vinventions, con planta productora en San Juan, elaboró un informe sobre la elaboración de los vinos naranjos, de creciente demanda entre los consumidores jóvenes argentinos.
Método de elaboración
Este método de elaboración tiene larga data. Todo comenzó en el Cáucaso, principalmente en Armenia y Georgia, que fue la cuna del vino durante más de 6.000 años: en esa zona se dedicaban a vinificar en grandes vasijas de barro -llamadas kvevri– diferentes variedades blancas que fermentaban y maduraban con sus pieles y racimos.
Y ahí radica el «secreto»: su elaboración es similar a la de un vino tinto ya que, por el contrario de la elaboración de un vino blanco, en el proceso de fermentación y maceración de las uvas, se mantiene el jugo en contacto con el hollejo y las semillas del fruto por un tiempo prolongado que puede ir de semanas a meses.
Lo más interesante de estos vinos es que el consumidor puede encontrarse con la tradición antiquísima de probar vinos blancos, pero en su potencia tánica: Con la uva elaborada al 100% de sus componentes -pieles y semillas- y recuperar una textura en sabores que se estaba perdiendo después de casi 6000 años de historia. Volver a degustar con la boca, los sentidos y los sabores originarios me pareció un desafío hermoso para mí y para todos los productos de naranjos.
Los vinos naranjos son una categoría en sí: Así como los rosados, blancos o tintos. Hay muchísimas formas de hacerlos y por eso me parece muy interesante que crezca esa categoría y que haya cada vez más opciones para poder tomar y aprender más.