La chicha se bebe pura, con rebanadas de naranja o con jugo de naranja, con harina tostada, mezclada con aguardiente o con pipeño o chacolí. Se consume como refresco, para deleitar el paladar o para acompañar algunas comidas típicas chilenas, como el arrollado huaso, la pichanga, el pernil, el anticucho y la empanada. También se sirve para acompañar algunos postres a base de lúcuma, manjar o merengue, como los clásicos dulces chilenos. En algunos casos, la chicha de uva se utiliza para cocinar, por ejemplo, un rico costillar de cerdo en chicha de uva, asado a la leña en horno de barro.
La chicha de uva está presente en la vida social de todos los chilenos. Los avisos comerciales de la prensa local permitieron conocer los tipos de chicha de uva que se elaboraban y consumían en O’Higgins.
La cosecha de las uvas chicheras tenía lugar en el mes de abril, cuando las vides alcanzaban su madurez total y los índices de azúcar y acidez eran los idóneos para cocinar y fermentar el mosto.