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Masi, la bodega veronesa que trajo a Mendoza el ‘appassimento’ y los secretos del viejo vino romano


Una antigua bodega italiana, fundada en 1772 por la familia Boscaini en Valpolicella, al norte de Venecia, tiene su filial en Mendoza, Argentina. Aquí produce tres vinos únicos, fruto de la combinación de las típicas uvas malbec y torrontés de esta provincia con las variedades de origen italiano mejor adaptadas a nuestro terroir: corvina y pinot grigio. Se trata de la Bodega Masi Tupungato, en el distrito La Arboleda, al pie del Cordón del Plata, donde se elaboran el Corbec (con un 70% de uva corvina y un 30% de malbec), el Passo Doble (85% de malbec y 15% de corvina) y el Passo Blanco (60% pinot grigio y 40% torrontés). La filosofía y la enología que une a estos tres vinos está sintetizada en el lema «naturaleza argentina, estilo véneto». Sólo disponibles en la tienda online de la bodega y en vinotecas argentinas seleccionadas, la mayor parte de la producción se exporta desde Mendoza a unos 20 países.

Por Pedro Straniero

A fines de la década de 1980, el líder del grupo vitivinícola Masi Agrícola, Don Sandro Boscaini -conocido como «Mr. Amarone» por haber perfeccionado y hecho famoso este vino italiano en todo el planeta- comenzó a viajar por distintas regiones del nuevo mundo vitivinícola junto a su amigo el microbiólogo Alessandro Pavonetto. En Australia, Nueva Zelanda, Brasil, Argentina y también Estados Unidos estudiaron las condiciones climáticas y los terroir para implantar las antiguas cepas italianas, sin que éstas perdieran su tipicidad y con el objetivo de crear vinos únicos combinándolas con las cepas autóctonas.

Tras haber evaluado personalmente in situ las distintas posibilidades, a principios de los años ’90 Don Sandro envió a Brasil y Argentina a su joven enólogo Andrea Dal Cin, hoy jefe del Grupo Técnico de la bodega a nivel global. Tras largos años de experimentación y estudio, que incluyeron la implantación de distintas variedades italianas en los nuevos terruños, así como microvinificaciones en combinación con las uvas locales, catas, exigentes pruebas de calidad y, naturalmente, la evaluación de los posibles mercados, la Familia Boscaini se decidió por Argentina.

El terruño prometido estaba en Tupungato, en una zona de altura, con suelos pedregosos pero fértiles y una orientación con respecto al sol y las montañas que los técnicos de Masi consideraron ideales para el novedoso emprendimiento de cepas binacionales. Pero la clave del proyecto estaba en el tratamiento de las uvas que darían origen a los vinos: la ancestral técnica de «appassimento» o pasificación, utilizada por los antiguos romanos en las Venetiae, consistente en dejar reposar las uvas durante los fríos meses de invierno sobre rejillas de bambú antes de la vinificación, para concentrar sus aromas y sabores en el vino. En la región Valpoliccela Classica, esta potenciación de las propiedades de la uva se consigue tras 3-4 meses de secado en invierno, pero en Tupungato, por la fuerza del sol y el clima más cálido y seco, en sólo 20 a 25 días durante el mismo período de cosecha, entre el verano y el otoño.

La familia Boscaini, sus técnicos y sus productores del Valle de Uco, muchos de ellos descendientes de inmigrantes italianos, elaboraron estos vinos en bodegas locales, hasta que en 2016 inauguraron su propia bodega, Masi Tupungato, en la zona de La Arboleda, donde hoy tienen 140 hectáreas de viñedos implantadas con las variedades corvina, malbec, pinot grigio y torrontés.



Forestería Serego Alighieri, cuna del proyecto nacido hace 663 años

El grupo Masi Agrícola, «padre» de Masi Tupungato, tiene su sede principal en la región de Valpolicella, más precisamente en Sant’Ambrogio di Valpolicella, a unos 30 kilómetros de la romántica Verona. Allí, la empresa, que factura actualmente unos 70 millones de euros al año, posee el principal de sus establecimientos, la Bodega Privada Masi Boscaini. También se ubica en ese pueblito la encantadora posada Forestería Serego Alighieri, con viñedos antiguos y modernos, todos en producción, y un edificio en parte medieval para recibir a sus huéspedes. La propiedad pertenece a Masi en sociedad con los condes Serego Alighieri, descendientes del gran Dante Alighieri, y fue originalmente adquirida alrededor de 1.360 por Pietro Alighieri, el hijo del autor de la Divina Comedia. Allí tuvimos el honor de ser alojados los periodistas de Enolife, gracias a la gestión previa de la Cámara de Comercio Italiana de Mendoza, organismo binacional comandado por Pedro Baziuk (hijo) y su papá Pedro, fundador de la entidad.

En la Forestería Serego Alighieri, en lo alto de las colinas de Valpolicella, quien escribe, junto a Lorena Mellone, conocimos la rica cultura vitivinícola del lugar y los secretos de la elaboración del Amarone, de la mano de la Elisa Venturini, jefa de Prensa y Relaciones Públicas de Masi Agrícola. También entrevistamos a Raffaele Boscaini, hijo de Don Sandro, director de Márketing y coordinador del Grupo Técnico de Masi, quien nos relató los hitos de su historia familiar y la posición del grupo Masi dentro de Confindustria Verona, la asociación de 2.054 empresas alimentarias, industriales y de servicios de esa provincia del Véneto, que Raffaele preside. Toda esta información y entrevistas serán compartidas por Enolife en próximas notas.

Otra de las claves del éxito y de la proyección internacional de los vinos de Masi Tupungato, además de la técnica del appassimento y de la simbiosis de cepas autóctonas, es el trabajo del Grupo Técnico, creado hace 40 años por el visionario Sandro Boscaini para manejar de manera integrada toda la enología de la empresa. Este equipo está dirigido por el jefe de Enología de Masi a nivel global, Andrea Dal Cin, quien en Tupungato tiene como uno de sus principales colaboradores al destacado enólogo mendocino Abel Furlán. En la charla que sigue, Dal Cin nos cuenta cómo funciona la organización y otras particularidades de la elaboración y de sus tareas como técnico de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV).

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