Los tradicionales barriles de la Cervecería estaban destinados a ser consumidos en bares y comedores, pero producto de la cuarentena y al no estar pasteurizados, deben desecharse
Hace algunos días comenzó a circular a través de WhatsApp y redes sociales un video donde se muestran cientos de barriles del tradicional liso santafesino, elaborado por la Cervecería Santa Fe, en donde aseguraban que deberían tirarse. Ante la duda, desde la empresa, el gerente de Asuntos Corporativos de CCU Juan Pablo Barrale confirmó la versión.
"Hace 80 días que no podemos distribuir a bares y restaurantes y desde la compañía tenemos una política de calidad que no puede estar más de una determinada cantidad de días en la planta. Esta situación nos obliga a derramarla", manifestó el gerente de Asuntos Corporativos de CCU Argentina.
Desde el pasado 20 de marzo, al instalarse el aislamiento social obligatorio en todo el país y producto del cierre de bares y comedores, este tipo de producto (barriles, latas y cervezas) que ya había sido distribuido o se estaban terminando de fabricar, al tener un vencimiento, es decir que deben ser consumido ante de los 30 días porque no están pasteurizados, se decidió derramarlos, ya que no eran aptos para su consumo.
"Hace 80 días que no podemos distribuir a bares y restaurantes y desde la compañía tenemos una política de calidad que no puede estar más de una determinada cantidad de días en la planta. Esta situación nos obliga a derramarla", manifestó el gerente de Asuntos Corporativos de CCU Argentina.
Desde el pasado 20 de marzo, al instalarse el aislamiento social obligatorio en todo el país y producto del cierre de bares y comedores, este tipo de producto (barriles, latas y cervezas) que ya había sido distribuido o se estaban terminando de fabricar, al tener un vencimiento, es decir que deben ser consumido ante de los 30 días porque no están pasteurizados, se decidió derramarlos, ya que no eran aptos para su consumo.
La cerveza artesanal, del boom al delivery
Los locales que antes se llenaban ahora están cerrados e intentan sobrevivir con entregas a domicilio. Cómo adaptaron el servicio, con envases descartables y botellones recargables.
05/05/2020
Golpeadas por la cuarentena total, las cervecerías artesanales que en los últimos años se multiplicaron en las ciudades de todo el país intentan sobrevivir como negocios apostando al delivery.
A los pocos días de la llegada del coronavirus al país se vieron obligadas a cerrar sus puertas, luego de un breve período en el que intentaron seguir funcionando manteniendo el acceso del público al 50% de la capacidad, como se permitió a principios de marzo. Ahora, tras varias semanas de confinamiento obligado y una caída en las ventas del 95%, intentan sostenerse con recursos como la compra futura (venta anticipada de productos a los que el consumidor accederá cuando reabran) y el delivery.
"Las primeras dos semanas de la cuarentena, cuando cerramos, pensábamos como todo el mundo que eran dos semanas nada más", recuerda Jorge Darakdjian, dueño de El Taller, cervecería del barrio de Belgrano.
Al ver que la situación se extendía, Jorge armó un servicio de delivery propio porque, según explica "las aplicaciones de envíos se llevan un porcentaje muy importante de la venta y hace muy poco rentable o nada el negocio".
Muchas otras cervecerías, para poder extender el radio de entrega, prefirieron sumarse a Rappi, Glovo o PedidosYa, y unas pocas cuentan con venta online a través canales en Mercado Libre, como es el caso de Peñón del Águila.
¿Cuál es el formato de entrega a domicilio, ahora que la cerveza no puede salir directa de la la canilla a la pinta que recibía el cliente en sus manos en la barra?
Los growlers, esos botellones de uno o varios litros que podían recargarse personalmente cuando las cervecerías estaban abiertas, son una de las opciones que se mantienen, aunque ahora deben extremar la higiene para desinfectar un recipiente que pasa vacío del cliente al vendedor y vuelve. El personal de delivery pasa a buscar el growler al domicilio, lo llevan a la cervecería para rellenar y lo vuelven a entregar.
Otros locales, como la cadena Growlers, con varias sucursales, ofrecen también la venta de cerveza artesanal en latas, con packs promocionales.
Calmate Carrie Beer House, en el barrio de Almagro, optó por otro sistema, el de los envases de plástico, aunque eso les trajo algunos inconvenientes. "Vendemos en envases de PET descartables, pero se nos está complicando porque no estamos consiguiendo", cuenta Gimena Lepere, una de las tres socias al frente de esta cervecería porteña.
Para ella la situación económica también es muy difícil: "Al ser minipyme, todo lo que el gobierno nacional anunció como ayuda es pura burocracia y casi inaccesible", lamenta. Y resalta que no llegan a cubrir las ventas que tenían antes. "Decidimos seguir trabajando, aunque sea a pérdida. El delivery para una cervecería de barrio representa el 10% de la ganancia diaria acostumbrada. las ventas están muy por debajo de la expectativa", sostiene.
Jessica Marantz es una de las creadoras de Tap Map, una app que reúne a las cervecerías de capital y Gran Buenos Aires. Antes de la cuarentena contaban con 300 cervecerías artesanales en actividad registradas en la aplicación. "De nuestra base de datos pudimos corroborar que sólo un 35% está haciendo delivery en este momento, pero varía semana a semana", cuenta Jessica, que además tiene un local cervecero en Almagro.
Con el fin de colaborar con los comerciantes esta emprendedora tecnológica realizó un relevamiento y ahora la app sólo muestra los locales que están trabajando con servicio de delivery: "Armamos una nueva sección que muestra los más cercanos a tu ubicación, por orden de cercanía, también se los puede ver en forma de mapa", describe. "Además actualizamos la info de cada bar: como podés pedir, sus formas de contacto, o tiendas de envío con las que están trabajando", explica Jessica.