Jane Peyton, autora de Berr o'clock. |
De acuerdo a las investigaciones de Peyton, el origen de la bebida se remonta a las épocas antiguas de Mesopotamia y Sumeria, hace más de 7 mil años. Tan importantes eran las habilidades de la mujer en la producción de la cerveza, que eran las únicas que podían prepararla y ejecutar su producción. Fue tal su éxito, que en las antiguas sociedades existía la creencia de que la cerveza era un regalo generado por la diosa Ninkasi.
Durante el siglo XIII, las mujeres eran las únicas productoras de cerveza en las sociedades nórdicas, y contaban con el respaldo de la ley para protegerlas. En Inglaterra, la cerveza tipo Ale era producida de forma artesanal por las mujeres, proveyendo un valioso ingreso y sustento económico para las familias de la época.
Rápidamente, la cerveza se convirtió en parte esencial de la dieta inglesa, llegando a formar parte de las bebidas favoritas de la realeza. La Reina Elizabeth I, por ejemplo, la tomaba en el desayuno y durante el día. Sin embargo, fue con el auge de la Revolución Industrial que se desarrollaron nuevas formas para producirla, por lo que los métodos femeninos de fermentación y producción comenzaron a ser olvidados.