Se prepara mezclando el suero con aguardiente y dejándolo filtrar por más de una semana. Luego se agrega azafrán y cáscara de limón. El licor que se obtiene es de color amarillo dorado y alta graduación alcohólica. Existen versiones adulteradas que agregan jugo de papaya para intensificar el color. Suele beberse como aperitivo en pequeños vasos del tamaño de un dedal.
Los nombres de artesanas que resuenan como las privilegiadas, no solamente a nivel nacional, sino que también internacional, son María Velázquez, Dolly Gallardo y Rosa Pérez, quiénes aseguran haber aprendido la secreta "pócima amarilla" de sus madres y abuelas y estas, a su vez, de las suyas.
Las artesanas respaldan que su formula es la correcta en la multitud de clientes frecuentes que las visitan a ellas por la excelente calidad de sus licores y en las múltiples quejas que reciben de tantos otros que han probado la mala elaboración del brebaje en otro lugar.
Doly Gallardo, "la chonchina", aretesana licorea de Chiloe, fallecida en 2015. |
Doly Gallardo, "la chonchina", aretesana licorea de Chiloe, fallecida en 2015. |
Doly Gallardo, "la chonchina", aretesana licorea de Chiloe, fallecida en 2015. |
Doly Gallardo, "la chonchina", aretesana licorea de Chiloe, fallecida en 2015. |
Licores Doña Rosa (Rosa Perez) |
Licores y Mistelas de Rosa Pérez Pinto. Calle Centenario número 198, de Chonchi. "Artesanía en Licores Con Recetas de la Colonia". |
María Velásquez |
Rosa Perez Pinto |
La tradición cuenta que descendientes de corsarios holandeses y la congregación jesuita traían en tiempos de la Colonia entre sus conocimientos la elaboración de la bebida espirituosa, secreto que solamente aprendió un puñado de isleños.
Sin embargo, la historia no es tan sencilla. A fines del siglo XVI, en pleno apogeo de la alquimia, la creencia popular expresaba que el metal precioso que da nombre al licor tenía múltiples propiedades curativas.
Por lo mismo, un médico holandés habría inventado un nuevo brebaje que se caracterizaba por tener limadura de oro flotando en su interior y del que se pensaba tenía múltiples cualidades medicinales.
Fue así que se supone que el brebaje de virutas de oro comenzó a ser conocido a lo largo de Europa, llegando durante el dominio español al Archipiélago junto a los religiosos y los navegantes del Viejo Mundo, quienes visitaban y algunos se asentaban en la ciudad de Castro en el siglo XVII.
Las tradiciones comenzaron entonces a mezclarse, puesto que ya antes de la llegada de los ibéricos a Chiloé, el pueblo huilliche producía múltiples licores a partir de la fermentación de granos como la quinoa y usaban múltiples productos como frutas para darles color a sus brebajes. Posteriormente, el azafrán también cumpliría esta función
Siguiendo con la historia mezclada con leyenda, los del otro lado del Atlántico entregaron la técnica del licor de virutas de oro a pocos lugareños, todo con el fin de producir esta pócima medicinal. Sin embargo, a falta del metal se comenzó a usar azafrán para darle el actual tono amarillo que hasta hoy ostenta la famosa bebida.
Posteriormente, el brebaje original con astillas del metal dorado se dejó de producir por dos razones: su elaboración comenzó a ser muy cara y se dejó de creer en sus propiedades curativas, pero se mantuvo la versión chilota creada con la especia
Para hacer tres o cuatro botellas de licor de oro
Licores Doña Rosa (Rosa Perez) |
- 1 litro de alcohol puro. —Con aguardiente no queda igual –dice doña Rosa- ese licor traspasa su sabor que resulta dominante, quitándole la identidad de licor de oro.
- 2 litros de leche de vaca
- 600 gramos de azúcar
- 2 limones jugosos: ralladura de su corteza superficial y jugo.
- 10 clavos de olor
- 1/2 vasito de esencia de almendras
- 2 vainillas
- Azafrán. Hidratar el azafrán en medio vasito de agua caliente para que suelte el color.
Preparación:
- En un tiesto mezclar el alcohol, ralladura y jugo de limón, azúcar, vainilla, clavos de olor, esencia de almendras, el azafrán con su líquido y la leche que se corta de inmediato. Si no sucede así, agregar más jugo de limón.
- Macerar por diez días, al menos. Sin embargo, se puede prolongar hasta 30 días. Revolver de vez en cuando. Finalmente filtrar, gota a gota, en papel fieltro.
- No hay que acelerar el proceso -nos recomienda doña Rosa- tampoco hay que estar nerviosa, porque no resulta. Pero, por sobre todo, hay que hacerlo con cariño, remata ceremonialmente la licorera de Chonchi.
Ingredientes:
- 1 lt leche cruda
- 1 lt agua hervida tibia
- 1 lt alcohol de 90 grados
- 1 kg azúcar granulada o en Panes
- Jugo de 2 limones
- 10 clavos de olor
- 2 rama(s) Vainilla
- 1 pizca azafrán
- Se colocan todos los ingredientes juntos en un tiesto de vidrio durante 8 días (en maceración), cuidando de revolver diariamente para que se disuelva el azúcar y se mezclen todos los ingredientes.
- Después del octavo día se filtra y se embotella.