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Cerveza con Coco


Como la mayoría de las cervezas con un ingrediente que no sea lúpulo, malta, agua o levadura, las de coco tienem un mayor grado de dificultad en relación a la mayoría de los otros potenciadores del sabor; esto se debe a que sus aceites pueden arruinar rápidamente cualquier durabilidad de la espuma que se buscara conseguir para la cerveza.
Si se hace bien, se puede encontrar un equilibrio entre una espuma estable de la cerveza y el excelente sabor del coco.

Las diferentes maneras de hacer cerveza con coco

El aceite de coco ha tenido un aumento en su popularidad durante los últimos años, y parece que no tiene final en la multiplicidad de formas en las que se puede encontrar en las tiendas; sin embargo, las tres más comunes que probablemente hemos visto, y que son buenas para agregar sabor a tu cerveza, son los chips de coco, el extracto y la leche.
Agregar leche de coco en la cerveza puede resultar extraño. Aunque el sabor es disfrutable, a un sector de los cerveceros caseros les cuesta mucho la idea de usar la misma leche de coco que se usa de base para el curry en su cerveza.
La siguiente opción es el extracto de coco. Algunas personas prefieren usar esto en lugar de los llamados chips en su cerveza, pues lo consideran más fácil de trabajar.
Se puede comprar el extracto prefabricado, o si se prefiere, es bastante fácil prepararlo, siempre y cuando comencemos uno o dos días antes de la sesión cervecera.
Básicamente, tenemos que tostar los chips, usualmente se usan endulzadas para este método; luego las guisamos en un poco de agua hirviendo y filtramos para obtener el extracto.



Después, habrá que ponerlo en la nevera y agregarlo a la preparación durante el hervido o la fermentación secundaria. También podemos crear un extracto empapando los chips de coco en vodka o alcohol etílico.
Si queremos ir un paso más allá, podemos probar un poco con el lavado de grasa. Aquí es donde tomamos la primera ronda del extracto, congelamos la grasa y luego lo recolectamos sin esta.
Ahora hablaremos de los chips de coco sin azúcar. La razón por la que muchos prefieren estos chips de coco es porque consideran que producen el sabor más «natural» que se puede obtener.
Se puede conseguir coco precocido en la mayoría de las tiendas de comestibles en estos días, pero hay que asegurarnos de revisar la etiqueta para la fecha de vencimiento, a veces la bolsa tarda en venderse y el sabor a rancio no ayuda en nada a la cerveza.
También revisemos los conservadores, pues podrían inhibir la fermentación más adelante.
Recomendamos guardar en la nevera los chips de coco hasta su uso. Si tenemos la oportunidad de ir a alguna playa a cortar y picar coco fresco, no deberíamos dejar pasarla.


Chips de coco endulzadas o sin azúcar

Como ya explicamos, el camino seguro para hacer cerveza con coco son los chips, ya que nos darán un sabor más sutil y natural.
Esto depende de si preferimos la cerveza un poco seca, lo que da lugar a sabores sutiles que hacen que resulte más fácil destacar.
Debemos tener en cuenta que agregar chips de coco con azúcar a la cerveza después de la primera fermentación, y no hacer una secundaria adecuada antes de embotellar o embarrilar, produce más azúcar residual, y eso la endulzará.
Si no nos molesta una cerveza un poco más dulce o esperar más tiempo para ponerla al grifo, entonces puede ser el estilo que buscamos.


Tostar o no los chips de coco

Hay varias razones para tostar o no las chips de coco que agregaremos a la cerveza. Las principales cosas que desea considerar un cervecero son: 1. ¿Qué tipo de perfil de cerveza se está buscando? Y 2. ¿Cuánta retención de espuma estamos tratando de ahorrar?
Desde el punto de vista del perfil de sabor, se puede imaginar que un buen coco tostado funcione bien con una cerveza de malta fuerte, mientras que una cerveza lupulosa o más ligera podría complementarse con un sabor dulce de coco sin tostar.
Tostar el coco ayuda a mejorar el equilibrio de esas maltas tostadas, mientras que dejarlo en su estado crudo permite que los sabores y los azúcares naturales estén más presentes.
Debemos tener en cuenta que el coco sin tostar también retiene más aceite. El desafío allí radica en cuánto aceite total estamos poniendo en la cerveza.
El aceite destruye la retención de la espuma, creando una mancha en la parte superior de la cerveza e inhibiendo la formación de burbujas. De manera realista, incluso si está en bruto y no agregamos demasiado, no debería haber problema con la retención de la cabeza. Pero, si nos gusta poco o nada de espuma y con un fuerte perfil de coco natural, entonces lo mejor es no tostar.
No olvidemos que demasiado aceite de coco en una cerveza puede hacer que se vuelva rancia rápidamente.

Cómo tostar el coco

Uno se sorprende al ver lo rápido que el coco puede ir de tostado ligero a carbonizado crujiente, así que nuestra recomendación es configurar el horno a 200° o tostar a fuego lento, no más de 20-30 minutos, hasta que se vea relativamente tostado.
La práctica hace al maestro. Mientras estemos tostando el coco, tratemos de no distraernos, porque si no terminaremos con un montón de carbón de coco.

¿Cuándo agregar el coco a la cerveza?

Por ejemplo, en el caso de una Raspberry Coconut Porter, el procedimiento iría de la siguiente manera:
  • Molido.
  • Hervido.
  • Fermentación secundaria y hervido.
  • Secundaria.
  • Molido, hervido y secundaria.
En esta sencilla receta, el método que mejor se destacó, con el menor esfuerzo, fue la fermentación secundaria. Encontraremos un montón de recetas por ahí donde la gente hace múltiples adiciones. A veces, lo mejor es mantenerlo simple.

Elaborando cerveza con coco tostado

Para un lote de cinco galones, empleamos 16 onzas de coco tostado para dar el sabor buscado. Así que lo dejamos en la fermentación secundaria durante aproximadamente una semana hasta que se acumule.
El coco tiene un sabor que requiere un ajuste fino basado en la frescura, la cantidad de tostado y otros ingredientes de la cerveza, pero especialmente de la preferencia personal. Coco y café son cosas muy diferentes a coco y frambuesa. Lo mejor aquí es divertirnos buscando sabores nuevos.