En la década del 70 esta ciudad apareció como un refugio de los seguidores del movimiento hippie. Sin embargo, en la actualidad se convirtió en la cuna de numerosos pequeños emprendimientos.
Y una de las actividades que más crecieron en el último año tiene que ver con la fabricación de cerveza artesanal. Hace seis meses se formó la Asociación de Cerveceros Artesanales de El Bolsón.
Según su presidente, Marcelo García, la entidad cuenta con 35 socios.
"El crecimiento se reflejó en la cantidad de productores que realizaron los trámites para ser habilitados por la Dirección de Bromatología provincial que efectuó inspecciones en las distintas fábricas para verificar las condiciones de elaboración de las bebidas. Además de los 35 productores que ya están habilitados, existen muchos más que están en vías de conseguir esos permisos", explicó Marcelo García, un técnico en telecomunicaciones neuquino que se radicó en El Bolsón hace cuatro años y que, hace dos, se dedicó a fabricar cerveza, junto con su mujer, Laura Garaycochea.
No es casualidad que en esta ciudad de 20.000 habitantes se concentren por lo menos 35 productores de cerveza artesanal habilitados.
Todos los años, en febrero, se celebra la Fiesta Nacional del Lúpulo: durante tres días la ciudad recibe más de 30.000 personas, entre turistas y vecinos de otras ciudades cercanas, como Esquel y Bariloche. El lúpulo es la planta enredadera de la familia de las cannabáceas, cuyas flores femeninas dan el característico sabor amargo a la cerveza.
Juan Carlos Bahlaj llegó a El Bolsón en 1983. Dos años más tarde comenzó a fabricar cerveza. Su bebida, El Bolsón, es la más reconocida de la zona y la fabrica a la vista de todos los consumidores, en una pequeña planta situada en el acceso norte de la ciudad, junto al camping del mismo nombre.
"Cuando llegué a El Bolsón, el objetivo era venir a hacer algo que me permitiera vivir con las cosas que te entrega este lugar. Comencé con la cerveza para divertirme, para compartir con los amigos. Después, en forma espontánea, surgió la posibilidad de darle una explotación comercial. Ahora tengo más cerveza y más amigos. Acá se conjugan varios factores para que haya tantos cerveceros: tenemos lúpulo, cereal, agua y, durante el invierno, hay tiempo para aprender", dijo Bahlaj.
Rubia, negra extra, negra de invierno, negra ahumada, con cereza, frambuesas o cassis, de trigo, de miel, picante o Patagonia son las once variedades de cerveza que obtuvo Bahlaj a partir de sus años de elaboración.
"Todo se logró a partir de un sistema de prueba y error, de leer y de viajar mucho. Además, podemos obtener tantas variedades porque aquí se hace la malta", agregó Bahlaj.
"La fabricación de cerveza artesanal es tan importante para la zona que constituye una fuente de trabajo para muchas familias. Por tal motivo, el gobierno provincial otorgó créditos para que los productores compraran el equipamiento necesario para poder lograr la habilitación", dijo Laura, que hace 15 años trabajaba como microscopista electrónica en Buenos Aires.
Una fórmula alemana
Tanto Laura como Marcelo y varios de los fabricantes de cerveza artesanal tuvieron un maestro: Michael Peter Fritz Kempe, un alemán oriundo de la región de selva negra teutona que se instaló en El Bolsón hace 10 años.
Además de El Bolsón, hay otras marcas de cerveza menos conocidas, como Piltri, Araucana, Otto Tipp, Tres Puentes, que se comercializan en la zona y que llevan el sello distintivo de cada artesano.
"Más de 150 personas han aprendido aquí a hacer cerveza. Para mí es una satisfacción personal. Le da un sentido más a la vida. Yo no fabrico cerveza para vender, sino para compartir con los amigos", dijo Kempe.
La chacra de Kempe es famosa en la comarca no sólo por la cerveza sino por la elaboración de quesos.
"Mi mujer y yo damos cursos gratuitos de cómo fabricar quesos en distintas escuelas agropecuarias. Tenemos alma de docentes. Nos gusta el campo. Trabajamos entre 14 y 16 horas por día, pero queremos compartir lo que sabemos con toda la gente, para mejorar nuestros productos", señaló Kempe.
En El Bolsón, cada litro de cerveza artesanal cuesta entre siete y ocho pesos, ya que no se trata de un producto de consumo masivo.
"Queremos que nuestra cerveza sea cada vez mejor para tomar entre amigos. Que se pueda degustar y que algunos la disfruten como otros disfrutan cuando toman un buen vino", concluyó Kempe.
Por: Gustavo Carabajal