En este momento ya hemos pasado por todos los procesos anteriores.
La cerveza ya tiene muchas de las características necesarias. Ya tenemos una cerveza con su perfil de sabor maltoso y con su color, gracias a la maceración. Ya tiene el amargor y el aroma gracias a los lúpulos agregados durante el hervor. Y ya tiene alcohol gracias a la acción de la levadura durante el proceso de fermentación.
En este punto, no solo es importante embotellar la cerveza, sino que también le hace falta la carbonatación. Esto se puede lograr en el mismo paso.
Lo primero que vas a necesitar para embotellar cerveza es:
- Botella
- Tapas
- Un tapador de botellas
- Azúcar
- Un llenador de botellas
- Sanitizante.
Carbonatación de la cerveza
Ya que en este punto, nuestra cerveza aún no tiene gas, tenemos que encargarnos de esto.
Recuerda que en el proceso de fermentación (específicamente fermentación primaria), la levadura crea alcohol y CO2 cuando consume azúcares fermentables. En ese punto, sólo nos interesaba el alcohol, así que dejamos escapar el CO2 mediante el airlock.
Para carbonatar la cerveza, vamos a hacer que la levadura vuelva a actuar y que produzca muy poco alcohol y la cantidad de gas necesario para carbonatarla.
Esta vez no dejaremos escapar ese CO2.
1. Prepara tus botellas
En este punto, tu cerveza es susceptible a la contaminación. Por esto es importante que antes de embotellar, limpies y sanitices tus botellas. Primero limpia con agua y jabón, y luego sanitiza con tu producto sanitizante.
2. Prepara las tapas
También es muy importante sanitizar las tapas. Remójalas en tu producto sanitizante o en agua hirviendo.
3. Prepara el azúcar
El azúcar también puede contaminar la cerveza, así que es importante que esté limpia. Para esto, mezcla tu azúcar (que puede ser azúcar de maíz o azúcar de caña) con agua y ponla a hervir. Las cantidades necesarias son distintas dependiendo del tipo de azúcar. Después de hervirla por unos minutos, cubre el recipiente y espera a que se enfríe un poco.
4. Combina el azúcar con la cerveza
Existen dos opciones para combinar el azúcar con la cerveza.
La primera es pasar la cerveza a un balde para embotellar. En este, se mezcla la cerveza con el azúcar y se procede a embotellar. Este balde tiene la particularidad de tener un grifo para facilitar el embotellado.
Si vas a usar el balde para embotellar, ten cuidado al traspasar la cerveza. En este punto no quieres que la cerveza se contamine por mucho contacto con el aire. Trata de que el traspaso se haga muy gentílmente.
La segunda es si ya estás usando un fermentador con el grifo instalado. En este caso puedes combinar el azúcar con la cerveza directamente en el fermentador.
5. Embotella
Ajusta la manguera y el llenador de botellas al grifo y empieza a embotellar. Cuando la botella esté completamente llena, puedes remover el llenador y quedará suficiente aire en la botella para la carbonatación. Prosigue tapando las botellas con las tapas sanitizadas.
6. Guarda las botellas
El paso final no solo en el paso de embotellar cerveza, sino de todo el proceso cervecero es guardar las botellas en un sitio ideal.
Para esto, es recomendable dejarlas en un sitio al que no le entre la luz solar y que esté a una temperatura relativamente constante de entre 18°C y 24°C.
Ahora solo tienes que esperar durante una o dos semanas para que tu cerveza quede carbonatada.
Finalmente, tienes tu cerveza lista para tomar. Debes enfriarla a la temperatura que sea ideal para tu estilo de cerveza. Las botellas quedarán con una ligera capa de sedimento en el fondo. Esto es levadura, ya que al hacer carbonatación natural (usar la levadura para crear el CO2), la levadura queda en la cerveza.
Cuando las refrigeres, déjalas paradas para que la levadura se asiente en el fondo y las puedas servir en el vaso.