Cuenta la tradición que el Soma era una bebida que consumían en el principio de los tiempos los dioses hindúes, y que fue más tarde robada para entregarla a los humanos por Agni, dios del fuego.
El dios Soma y la bebida soma están interrelacionados el uno con el otro, siendo el primero la personificación de la segunda y suele asociarse con el placer.
Durante mucho tiempo se ha creído que el soma estaba formado por sustancias alucinógenas, entre otras, y que también llevaba lúpulo, como he visto en varias publicaciones.
En 2009 unos científicos rusos resolvieron el misterio de esta bebida sagrada cuando excavaron en una cámara sepulcral en los bosques de Mongolia.
Encontraron un bordado muestra una antigua ceremonia zoroástrica centrada alrededor de una seta. En el centro de la composición, a la izquierda del altar, se encuentra el rey o sacerdote, vestido con un caftán largo bordado con una abertura en la parte inferior. Está concentrado en la seta que tiene en las manos.
Natalia V. Polosmak, investigadora jefe de SB RAS, escribe: “Encontrarlo 2000 años después ha sido pura casualidad; su impresionante buen estado es casi un milagro. El modo en que llegó hasta la tumba de una persona a la que no estaba destinado seguirá siendo un misterio durante mucho tiempo, si no para siempre”.
Polosmak asegura que la “seta divina” se parece a la conocida especie psicoactiva Psilocybe cubensis. “La importancia de esta prueba sugiere que el soma, la antigua bebida ritual, se preparaba con setas de la familia de las strophariaceae que contiene un estimulador del sistema nervioso llamado psilocibina”.