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Fermentación espontánea


Las cervezas de fermentación espontánea, como su nombre lo describe, son aquellas que se fermentan de manera natural. No se le agregan levaduras directamente, ya que se confía en las levaduras que se encuentran en el medio ambiente, por eso mismo, pueden tardar meses o inclusive en años en fermentar. A estas cervezas también se les conoce como lámbicas, nombre que se desprende de la región Lembeek en Bélgica, en donde nacieron.

Cerveza lámbica añejada en barricas de madera
Históricamente, todas las cervezas solían ser de fermentación espontánea. No fue sino hasta que sino hasta que Louis Pasteur descubrió la levadura, que ésta se convirtió en un ingrediente esencial para la cerveza.  Previo a su descubrimiento, las cervezas se hacían con ayuda de levadura o bacterias que se encontraban en el ambiente.
Una vez que las levaduras S. Cerevisiae y S. Pastorianus se desarrollaron como ingredientes para cerveza, el proceso de hacer cerveza se estandarizó. Aun así, la fermentación espontánea no dejó de utilizarse en algunas regiones de Europa.
Actualmente, el proceso de la fermentación espontánea está mucho más controlado, ya que las bacterias ambientales son elegidas cuidadosamente para obtener cervezas de mejor calidad.