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Un alcoholímetro para las mujeres de la Antigua Roma
Dsde los orígenes de Roma, las mujeres tenían prohibido beber vino y la obligación de besar en la boca al marido. Ambas, prohibición y obligación, estaban directamente relacionadas y tenían que ver con el ius osculi, el alcoholímetro de la época.
Por medio del ius osculi (derecho al beso), el marido besaba en la boca a su esposa para comprobar si había bebido vino. Excepto el supuesto de que el vino consumido fuese prescrito por un médico, porque el vino también se utilizaba con fines medicinales, el castigo que recibiría la esposa que hubiese dado positivo era una paliza, el repudio e incluso la muerte. Este último caso lo cita el historiador Valerio Máximo (siglo I) cuando relata la historia de un tal Mecenio que mató a palos a su mujer por beber vino. Fue un caso sonado en la sociedad romana de la época, pero no por haberla matado, a lo que tenía derecho, sino por el método utilizado. Según Plinio el Viejo, las mujeres condenadas por este tipo de “delito”, equiparable al de adulterio, debían ser encerradas en una habitación de la casa y dejarlas morir por inanición, tal y como se hizo con la esposa que robó a su marido las llaves de la bodega donde guardaba el vino. Aun así, como sólo se equivocó en la forma, su caso fue, como diríamos hoy, sobreseído.
La esposa acusada podía pedir el “contranálisis” que, lamentablemente para ella, corría a cargo de los parientes de la parte acusadora. La esposa debía echar el aliento a los familiares del marido que, seguramente, confirmarían su positivo. Retomando la historia Mecenio, el comentario de Valerio Máximo de esta historia “justificaba” el porqué de castigar este delito: Cualquier mujer que esté ávida de vino cierra la puerta a la virtud y la abre a todos los vicios.