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Ley seca y el nacmiento de los Homebrewers

El comisionado adjunto de la policía de la ciudad de Nueva York John A. Leach a la derecha vigila a los agentes que vierten licor en la alcantarilla después de una redada.
El siglo XIX languidecía, en EEUU la iglesia protestante había adoctrinado durante de años a la sociedad norteamericana acerca de la poca conveniencia del consumo de alcohol, achacándole a éste, numerosos males sociales cómo el atraso y la pobreza en los cada vez más poblados barrios obreros de las grandes urbes. Los inmigrantes Irlandeses, Alemanes y de Europa Oriental habían importado sus propias costumbres mucho más aperturistas al consumo de bebidas fermentadas. El choque de intereses era inminente y a finales de mil novecientos diecinueve el estado prohibía la fabricación, exportación e importación de bebidas alcohólicas a través de la Enmienda XVIII.
“Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva nación,” declaró el Senador Andrew Volstead, impulsor de la nueva norma, con optimismo. “El demonio de la bebida hace testamento. Se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacíos; los transformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno.”
Cómo suele pasar en muchos casos estas medidas extremas no arreglaron el “supuesto” problema sino que lo agudizaron. La gente comenzó a fabricar cerveza en sus casas y las fábricas clandestinas proliferaron, el crimen organizado y la mafia cobraron papeles capitales. Habían nacido los “Homebrewers” o Cerveceros caseros en Los Estados Unidos.
La ley seca acabó en mil novecientos treinta y tres, el precio que se pagó fue altísimo, la mayoría de fabricantes locales y regionales no reabrieron sus fábricas tras catorce años de inactividad, el panorama para el sector era preocupante. Tan sólo las grandes cerveceras permanecieron en el mercado con un producto sencillo, intentando educar a la sociedad en otro concepto de cerveza que difería mucho de esa bebida rica en matices que conocían. A partir de este momento la cultura de elaborar cerveza se extendió cómo la espuma en los hogares de Norte América, convirtiéndose en la única forma de recuperar esas “viejas cervezas” ya no prohibidas pero sí desaparecidas, detrás llegaron numerosas “Micro-breweries” o Micro cervecerías de carácter local a cubrir esta demanda en un mercado emergente que en la actualidad ya ocupa más de un 10% del consumo total.
Tras esta breve introducción histórica es conveniente que aclaremos qué es una Craft Beer o Cerveza Artesana. Cómo en todos los ámbitos se establecen diferentes opiniones y numerosas contradicciones (léxicas en su mayoría) para definir el concepto, pero, como reglas generales podríamos establecer que una Cerveza Artesana no debe estar pasteurizada, no debe llevar aditivos químicos, emplean materias primas de primera calidad, elaboran cerezas más complejas organolépticamente y generalmente cobran un carácter local. De forma complementaria gran parte de ellas no están filtradas y el carbónico lo generan de forma natural durante la fermentación, muchas veces en la misma botella. Originariamente la palabra Micro cervecería iba asociada a la capacidad productiva de la fábrica, en la actualidad se asocia más a lo descrito anteriormente.
Económicamente hablando, la Cerveza Artesana destaca por ser un modelo de negocio cuyo propietario es un productor independiente y su marca o fábrica no pertenece a ninguna gran corporación. Es un fenómeno tendiente al cooperativismo entre cerveceros mediante asociaciones, y conjuntamente difundir la cultura de esta bebida fermentada para poder “luchar” contra el intrusismo de grandes compañías, que ven una posibilidad de negocio en este mercado en expansión.
La elaboración de cerveza artesanal a niveles caseros no requiere de una formación académica en el ámbito bioquímico o ingenieril, pero sí de buenas dosis de paciencia y de una lectura profunda de bibliografía relacionada para conseguir cada vez mejores resultados. En la actualidad internet ha abierto un horizonte de posibilidades inmenso en la materia, que van desde acceder a miles de recetas hasta numerosos blogs donde compartir experiencias y evitar errores comunes entre principiantes.