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La Oktoberfest tiene orígenes en la realeza alemana

La Oktoberfest tiene orígenes en la realeza alemana. Nació en 1810, con motivo del matrimonio entre el rey Luis I de Baviera (por entonces príncipe heredero) y la princesa Teresa de Sajonia y Hildburghausen, que culminó con una carrera de caballos.

Los festejos nupciales duraron cinco largos días, en honor a la dinastía del joven reino. Hubo desfiles de tiradores de la Guardia Nacional y de asociaciones de tiro, música, comida y bebida. Una enorme calebración a bombo y platillo que revitalizó la ciudad de Múnich.

Así, fueron invitados los ciudadanos de la capital y ciudad residencial de Múnich a la ya entonces denominada "fiesta popular". Los festejos también fueron celebrados como fiesta nacional en toda Baviera, lo que condujo a la consolidación de los lazos existentes entre las entonces regiones bávaras Altbayern, Franken, Schwaben y la Pfalz.

Como cierre de los festejos, después de la celebración nupcial, tuvo lugar una carrera de caballos en la pradera que entonces se extendía frente a las puertas de la ciudad. La carrera fue organizada por la alta burguesía de Múnich y por supuesto la familia real estuvo presente. 

En honor de la novia se bautizó dicha pradera "Theresien-Wiese" ("Pradera de Teresa"). Desde entonces, el lugar donde se celebra la Oktoberfest sigue llamándose y sigue siendo la "Theresienwiese".

Ya entonces se decidió celebrar la carrera de caballos todos los años por la misma fecha, lo que dió lugar a la tradicional conmemoración de la "Fiesta de Octubre".

En los primeros años después de la boda real se hizo coincidir la Feria Agrícola y Ganadera con la carrera de caballos. Esta feria consolidó al sector agrario y ganadero como el más importante de la economía bávara. 

Pero mientras la Fiesta Agrícola y Ganadera ("Zentrallandwirtschaftsfest") sigue celebrándose cada cuatro años junto con la Fiesta de Octubre, en la zona sur de la Theresienwiese, la carrera de caballos se suprimió después de 1938 por razones técnicas de organización.


Al principio la oferta general de entretenimiento era más bien escasa y todavía no había cerveza en la Oktoberfest, pero eso pronto cambiaría. En 1818 Anton Gruber consiguió la primera licencia para vender comida y despachar cerveza. 

También ese año, el primer carrusel, dos columpios y un puesto de tiro de pichón amenizaron por primera vez la Wiesn ("die Wiesn", que significa "la Pradera", es como también llaman los habitantes de Munich al Oktoberfest)

Fue al año siguiente cuando el Consejo Municipal de la ciudad decretó, a partir de ese momento, la celebración anual de la Oktoberfest. 

Tras el éxito de aquella primera celebración, la fiesta popular continuó celebrándose año tras año y fue añadiendo nuevos acontecimientos, como los desfiles de trajes tradicionales, la reunión de propietarios de cervecerías o las atracciones de feria, que buscan la superación año a año.

Durante su larga historia, el multitudinario festejo sólo ha sido cancelado en una veintena de ocasiones, coincidiendo con los períodos de guerra u otros momentos de crisis.

La tradición se mantuvo pese a esas interrupciones, como también han pervivido hasta hoy las vestimentas específicas de las camareras, que, ataviadas con los trajes típicos bávaros, transportan con total normalidad hasta una decena de enormes jarras a un tiempo.