Si te pinta podés probar La Pinta de la Paz (elaborada entre Quilmes y @MestaNostra).
👉 Con tu compra envasaremos 40.000 latas de estos productores artesanales: @cervezacastelo, @bronxcerveza, @rothenburger.cerveceria, @cervezabulgara, @bretoniaberwery, @postanak, @costa.de.leon y @equumcerveza
“Durante años les hablamos a los cerveceros, ahora le hablamos al consumidor”
La palabra de los cerveceros que enlatarán gracias a la iniciativa de la cervecería industrial más grande del país.
Todo comenzó a fines de julio, cuando llegó a la Cámara de Cervecerías Artesanales de Argentina (CCAA) una iniciativa por parte de Quilmes en la que propuso la donación del servicio de enlatado de unos 20 mil litros de cervezas artesanales de diferentes pymes, en medio de esta situación pandémica. Luego de una intensa selección, nueve fábricas artesanales fueron elegidas para envasar entre 4.000 y 4.500 latas de un estilo seleccionado.
La nueva edición de la Pinta de la Paz trajo consigo una acción especial que implicaba la donación del servicio de enlatado de una tanda para un puñado de cervecerías artesanales, que cada productor podrá distribuir y vender de forma independiente. Desde la empresa multinacional participante, aseguraron que se busca “colaborar con el sector ayudando de manera directa a cervecerías artesanales afectadas por la pandemia” y enmendar “algunas de las cosas que se hicieron mal con la acción de la Pinta de la Paz”, según reconocieron.
La cámara analizó el ofrecimiento y decidió comunicársela a sus socios, aclarando no tener “ninguna relación con esta propuesta”, sin “tomar parte” en la decisión de cada empresa. Además, remarcaron que “en otro contexto esta propuesta no merecería ningún tipo de evaluación” y que hubiese sido rechazada “de cuajo”, pero que “esta es una propuesta de comercialización en un contexto particular y a diferencia de las acciones como las de “La pinta de la paz” no son tomadas desde una empresa para hablar por todo el sector, sino que es una acción de una multinacional con una empresa privada, que creemos puede ayudar a alguna empresa”, indicaron.
De esta forma, Quilmes comenzó una convocatoria para que las pymes cerveceras interesadas se anoten, de acuerdo a los requisitos que proponía la industrial. Los requisitos iniciales incluían razón social, CUIT, dirección, teléfono, nombre de un contacto, email, cargo y área, Estatuto o acta de constitución de la institución o copia del DNI y Certificados habilitantes para la elaboración y comercialización de cervezas artesanales emitidos por la autoridad competente (RNE y RNPA).
El gigante cervecero terminó eligiendo a nueve cervecerías para envasar unas 5 mil latas a cada una, a cargo de la enlatadora Los Vascos. Las empresas seleccionadas fueron Castelo, Rothenburger, Bretonia, Búlgara, Bronx, Trent Craft Beer, Postanak, Costa de León y Equum.
“Creo que es una oportunidad para Quilmes de desarrollar proveedores que hagan productos exclusivos locales con buena rentabilidad y valor agregado en pesos, teniendo en cuenta que, para ciertos estilos, ellos los tienen que importar. Nosotros hacemos birras que ellos no pueden hacer”, definió Sebastián Groppa, cervecero de Bronx, una de las nueve fábricas que podrá enlatar unos 2.500 litros de cerveza, gracias a parte de lo recaudado con la Pinta de la Paz.
Castelo, otra de las cervecerías seleccionadas, comentó que están “muy contentos de que una empresa de gran trayectoria nos elija para este proyecto de ayuda a las craft. Somos una empresa familiar que hacemos todo a pulmón y este proyecto ayuda a fortalecernos y mostrar nuestro producto más ampliamente para seguir avanzando, en una situación económica mundial extremadamente difícil”.
Laura De Bona, gerente de marca Quilmes, afirmó en un comunicado que “como marca argentina y federal, con 130 años de historia en el país, tenemos la responsabilidad de estar presentes en este momento tan delicado que estamos atravesando todos los argentinos”.
Una de las mayores inquietudes que se desató entre los participantes tenía que ver con uno de los puntos de la convocatoria inicial, en donde Quilmes podía “optar por la compra hasta un máximo del 20% de volumen total para proceder a su venta en las plataformas online. Las condiciones de esta operación serán acordadas con los participantes al momento de su ejecución”.
Desde la compañía afirmaron que la intención es que parte de estas latas se venda en Craft Society y Appbar de manera individualizadas o como parte de un “Combo de la paz”. Asimismo, remarcaron que esta iniciativa “no tiene letra chica”, no se pondrá en juego la independencia de las pymes y que no tiene nada tiene que ver con los contratos de exclusividad que Quilmes tiene con tantos locales gastronómicos.
Alexis Bracco, cervecero de Bretonia, por un lado, agradeció que la cámara compartiera la iniciativa y consideró que la industrial “se beneficia en su campaña de difusión” y añadió que Quilmes no va a comprar automáticamente todas las cervezas, sino que van a probarlas y decidirán en función de ello. “En este caso, Quilmes lo que nos da es el enlatado. Nosotros ponemos la etiqueta y la birra. No hay nada más. No nos dieron plata, ni nos compraron la marca. Tampoco incidieron en ninguna decisión sobre el estilo que queríamos mandar, ni la receta, ni nada”, remarcó.
Desde Bretonia, se analizó “los pro y los contra” de la propuesta realizada, dado que no quieren “quedar pegados” a las políticas industriales. Sin embargo, decidieron sumarse porque “el beneficio, más allá de lo económico, es la exposición que se gana en los canales de comercialización de Quilmes”. Por ello, hicieron una ESB ganadora una medalla de bronce en la Copa Argentina de Cervezas del año pasado.
Por su lado, Groppa realizó su tradicional doble IPA que, como iría pasteurizada, se fijó en reducir al mínimo de la cantidad de oxígeno para que el producto salga en condiciones. “La cerveza artesanal está entrando en los hogares. Es un camino similar al del vino en los ‘90”, sostuvo en relación al mercado actual y, en cuanto a la relación con Quilmes, consideró que “Marketing y Ventas son dos áreas diferentes. Nuestro problema es con ventas”. Asimismo, pensó que todavía la industrial “está tratando de entender al sector artesanal”, pero destacó que una verdadera acción solidaria “sería que nos dejen vender en góndola”.
Desde Costa de León vieron esta propuesta como un desafío ya que ellos no habían incursionado en la lata. Una situación similar a la de Rothenburger que declaró que se les abre una puerta “a nuevos canales de ventas y a que de distintos lugares puedan conocer nuestro producto. Nos pone contentos que una empresa grande como Quilmes, en este contexto, tenga este tipo de iniciativas que ayudan a los pequeños productores”. “Este proyecto llegó en un momento oportuno para la fábrica, por la delicada situación económica que estamos pasando”, cerraron en Costa de León.
Por Alejandro Tellería
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