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Cervecería Weiss & Michatt

El interés argentino por la cerveza data de mucho tiempo. Los inmigrantes europeos fueron haciendo que el producto se conozca en estas tierras y posibilitaron la creación de un mercado donde convivían pequeñas fábricas en distintos puntos del país, sobre todo en las últimas tres décadas del siglo XIX. Son ejemplos las cervecerías de Carlos Sexauer (Mercedes), E. Soroskinski (Luján), Rothemburger Hnos. (Chivilcoy), Pablo Clerici (San Nicolás) y Juan Barbe (Mercedes).

Bragado no fue la excepción, ya que entre 1881 y 1894 tuvo la cervecería de Weiss & Michatt, donde también se hacían otros refrescos. Según consta en una nota que escribió Juan Francisco Caldiz (fundador de El Censor) en un papel con el que envolvió y guardó un porrón de aquella época, “había existido una cervecería de Michat, cuya fábrica estuvo en la calle Lavalle –hoy Quiroga-, esquina Gral. Paz”. Además, explicó que “en aquellos tiempos la cerveza era bebida popular y muy barata”, y que “había en el territorio de la provincia muchas fábricas”, pero que “la industria metropolitana ´mató´ a fines del siglo anterior –en referencia al XIX- las industrias de la campaña. Fábricas de cigarrillos, cerveza y molinos corrieron la misma suerte”.

Las botellas de aquellas cervecerías son hoy un objeto preciado por los coleccionistas. También suelen aparecer con frecuencia en excavaciones realizadas en viejas construcciones y son recolectadas para exposiciones en museos y otros espacios. Todas se caracterizan por ser de un material llamado “gres”, similar a una cerámica vitrificada, las cuales eran producidas en Escocia o Inglaterra. En general, estaban recubiertas en la superficie exterior por un grueso esmalte blanco opaco, aunque ninguna en la base, por lo que en la parte inferior se aprecia directamente el gres, elaborado con un grano fino, sin impurezas. Otra particularidad es que solían tener inscripciones, tales como la marca y el lugar donde fueron fabricadas (generalmente dentro de un óvalo ubicado en la parte trasera inferior del envase), y también el logo y/o nombre de la cervecería argentina que proveía allí su producto (algunas con una etiqueta adherida al material y las otras con impresiones aplicadas sobre las mismas botellas).

En el caso particular de los porrones utilizados por la cervecería bragadense, costaban 20 centavos. Tenían tres tipos de picos, y se identificaban por contener impresa la forma de un hexágono con doble línea, en cuyo interior se leía “Cervecería de Weiss & Michat, Bragado” junto a un pequeño logo que combinaba las letras “M” y “W” superpuestas; todo en color negro. También mostraba el óvalo sobre el fabricante: la Port Dundas Pottery Co. de Glascow (Escocia).

https://www.cuartopoderbragado.com.ar/sitioweb/especiales/5999-bragado-se-reinserto-en-el-mercado-cervecero-microemprededores-recuperaron-una-actividad-perdida-hace-un-siglo.html