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La levadura A, el secreto de la cerveza Heineken

Hartog Elion padre dela Levadura A de Heineken
Una de las características que diferencian a la cerveza de Heineken del resto de sus rivales es la levadura A, lo que le da el “carácter afrutado”, un sabor a pera y a plátano, el ser la única cervecera en disponer los tanques para la fermentación en posición horizontal  (para que no haya mucho líquido por encima) y que se tarda 28 días en conseguir su color dorado característico.
la levadura A es el gran secreto de la cervecera holandesa, desarrollada hace 150 años por el doctor Hartog Elion, un alumno de Louis Pasteur, que aisló células para, a través de la clonación, disponer de la misma levadura viva que se utiliza desde entonces para la fabricación de la esta cerveza.
Por su parte, Willen van Waesberghe, el único maestro cervecero de Heineken para todo el mundo,  es el custodio del sabor original de Heineken y el responsable de que 25 millones de Heineken que se beben en 192 países (la ONU está formada por 193 países) sepan exactamente igual, con independencia de su ubicación.
Van Waesberghe reconoce que está capacitado para detectar hasta 29 tonos diferentes en la cerveza "aunque el problema es traducirlo en palabras", asegura.
De hecho, la compañía garantiza que el sabor de una de sus cervezas es el mismo en Ámsterdam y en Japón. ¿Cómo lo hacen? "Cada mes enviamos un paquete a cada fábrica de Heineken en el mundo con la levadura A. Empaquetada como el café molido. Los maestros cerveceros la utilizan y cuando acaba el mes, la que les ha sobrado, la tiran y reciben otro", explica.
Aún así este geólogo, que abandonó su profesión "porque me gustaba más la cerveza que las piedras", reconoce que siguen investigando aunque apuesten por la tradición.
"Estamos trabajando con la madre de todas las levaduras de cerveza lager que es la de Patagonia, en Argentina, y nos hemos dado cuenta de que no sabe igual que con la levadura A. De hecho, lanzamos una nueva cerveza con la de Patagonia, que se llama H41 en Italia, Reino Unido y Países Bajos", aclara el maestro.
Van Waesberghe tiene claro que mojar su barba en la espuma de Heineken es su vida, hasta el punto que si se le pregunta por otra bebida que no sea una verde lo tiene claro: "Si no bebiera Heineken, bebería agua".