Aunque las etiquetas de sus cervezas fechan como año de su creación 1.074, lo cierto es que la actividad cervecera de la Abadía de Affligem comenzó de manera seria alrededor de una década después. La leyenda cuenta que este centro religioso belga fue fundado por 6 caballeros, dedicados al pillaje, que decidieron dejar las armas para dedicarse a la vida religiosa tras un intento de atraco a un monje que, además de frustrado, resultó muy revelador y acabó con la fundación de la abadía.
Posteriormente los nuevos monjes comenzaron a elaborar cerveza como una forma de evitar que se consumiera agua contaminada y para mantener un suministro de líquidos seguro.
La abadía, que está situada muy cerca de Bruselas, es actualmente propiedad de Heineken.