El maíz se pone a remojar durante 24 horas, se muele grueso y se repasa.
La harina obtenida se deposita en la olla con el agua y se revuelve en manera constante, luego se retira el afrecho del maíz y se pasa el agua con la harina que quedo en el líquido por un colador a la olla donde se preparará.
Se lleva al fogón para hervir en fuego alto y sin dejar de revolver con una cuchara de palo mientras hierve.
Apenas hierva se quitar la olla del fuego, continuar revolviendo y ya frio el contenido de la olla se le echa una panela y se deja reposar.
Esto se deja en una olla de barro o en un totumo, se tapa y se reserva una semana como mínimo para un buen sabor y fermentado.