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Una cerveza de calidad pasa por 15.000 controles antes de ser consumida


La cerveza es un producto vivo y debe ser tratado como tal. Realizar una cerveza de calidad internacional requiere de tecnología, sabiduría y pasión. Para lograrlo, es necesario trabajar bajo rigurosos estándares nacionales e internacionales de calidad, dependiendo el origen de la marca, para garantizar una bebida de excelencia y 100% apta para el consumo.

Para cumplir con estos estándares, una cerveza de calidad pasa por 15.000 controles al mes, antes de ser consumida, asegurando así la calidad y la aptitud, avaladas por las cerveceras, a través de programas de calidad internacional.

En todas las etapas del proceso de producción, el producto pasa por diferentes análisis fisicoquímicos, microbiológicos y organolépticos, que están a cargo de los Maestros Cerveceros, de Analistas de Control de Calidad y de los propios técnicos operadores del proceso:

Pre producción

El control de calidad comienza en el momento en que se diseña un nuevo producto: la elección de los ingredientes, de su receta, el correcto almacenamiento y la presentación en los puntos de venta.

Una vez que estos criterios están definidos, comienza el trabajo con los proveedores. Es muy importante saber quiénes son y conocer los procesos que desarrollan y homologarlos y que así cumplan con los requisitos necesarios para la posterior elaboración de una buena cerveza. Por ejemplo, es importante apoyar al productor de cebada, desarrollando las mejores variedades de semillas monitoreando el cultivo y cosecha. Por otro lado, también visitando a los productores de lúpulo, para seleccionar las distintas variedades aromáticas.

Al recibir cada material o materia prima que ingresa a las cervecerías, se verifica que las condiciones de envío sean las correctas.

El chequeo del adecuado funcionamiento de los equipos y materiales de empaque son clave en esta etapa. Trabajar de forma segura, ordenada y limpia también hace a la calidad del trabajo bien hecho y por ende a la calidad del producto final. Ser preventivos garantiza el éxito del producto final, una cerveza de calidad.

Durante el proceso

Una vez iniciado el proceso, verificar los equipos y maquinarias que se encargan de la elaboración y el envasado, es tan importante como los análisis realizados en los laboratorios.

Se controlan todos los productos intermedios: el mosto frío, la cerveza sin filtrar, la cerveza filtrada y finalmente, la cerveza envasada. En esta etapa se suman los degustadores, encargados de testear la cerveza y verificar que el producto ha salido con los atributos que fijan los estándares de calidad. Aquí es donde estas personas, con alto entrenamiento aplican sus cualidades para calificar la cerveza, cuestión que la tecnología no puede hacer.

Post producción

Cuando se obtiene el producto final, se analiza el amargor, la espuma, el color, la presencia de componentes frutales, los controles microbiológicos y finalmente el control organoléptico, para comprobar que se haya cumplido con lo establecido en la pre producción. Además, se verifican los puntos de venta donde el producto estará exhibido, para cuidarlo de las altas temperaturas, de la luz y del tiempo que se encuentre expuesto. Estos tres factores deben ser monitoreados, dado que la calidad debe llegar hasta el lugar de quien lo consume.

Para obtener una cerveza con altos estándares de calidad internacional, es necesario contar con tecnología de última generación que permita cumplir con este fin y con el control humano que agregará todo lo que la tecnología no puede reemplazar.