La bebida es famosa por su combinación de miel y hierbas curativas que dan un aroma suave incomparable y son buenas para la salud. Además, tradicionalmente se añaden al sbiten diferentes especias. Antiguamente se producía a base de lúpulo que después se sustituyó con jengibre, canela o laurel.
Durante mucho tiempo el sbiten compitió con el té, que no apareció en Rusia hasta finales del siglo XVII y al principio era casi inaccesible para la mayoría de la población. Solo la familia del zar y los boyardos podían permitirse el lujo de beber té, mientras que la plebe siguió fiel al sbiten.
El aroma de las hierbas olorosas mezcladas con miel y especias se siente mejor si el sbiten está caliente, por eso tradicionalmente lo bebían así. Según muchas fuentes históricas, fue la única bebida caliente de la Rus en la Edad Media.
El sbiten tradicional produce un efecto calentador y anticatarral, por lo que gozaba de una popularidad extraordinaria durante la temporada invernal.
Una variación de esta bebida es el sbiten frío, que era insustituible para los rusos en la bania (típica sauna rusa) o en los días calurosos de verano.
Los vendedores de esta infusión típica eran el centro de todas las ferias y participaban en todas las fiestas populares. Solían atraer a los compradores con versos y canciones que elogiaban la bebida e invitaban a probarla.
El sbiten también conquistó a los extranjeros. Lo llamaban “el Glühwein ruso” a pesar de que, a diferencia del Glühwein —el vino caliente con especias alemán— el sbiten no contenía alcohol. Hasta finales del siglo XIX los vendedores de sbiten no empezaron a ofrecer la versión de la típica receta rusa con vino y otras bebidas alcohólicas.
Para facilitar el comercio en las calles y mantener la temperatura del sbiten, se utilizaban sbítenniki, recipientes muy similares al samovar, con el que comparten origen. Se han conservado hasta nuestros días ejemplares de mediados del siglo XVIII en los que se aprecia por dentro la chimenea con infiernillo que mantenía caliente el líquido.
El sbiten se preparaba en casa, en hornos. Existía una multitud de recetas y la preparación de algunas duraba de dos a cuatro horas. Primeramente calentaban el agua, después añadían las hierbas y la miel. Lo colaban todo y al fin agregaban las especias. Una vez preparado, se echaba el sbiten a los samovares. Pasaba mucho tiempo hasta que se vendía, pero en el samovar o sbítennik la bebida no se enfriaba y conservaba todo su sabor y olor. Solían venderlo hombres ya que había que llevar el recipiente metálico lleno en las manos, baranki (roscas de pan) en los hombros y una banda especial con vasos alrededor de la cintura, algo que requería mucha fuerza física.
En el siglo XIX, debido a la caída del precio del té y a la facilidad de su preparación, el consumo generalizado de sbiten disminuyó considerablemente. En nuestros días esta bebida casi ha dejado de producirse, pero las recetas no se han perdido. Los más aficionados a la cocina rusa pueden intentar prepararlo en casa.
Sbiten clásico
Ingredientes:
- 500 gramos de miel
- 700 gramos de melaza
- 5-10 gramos de especias (clavo, canela, lúpulo y menta)
- 6 litros de agua
- Calentar el agua.
- Añadir la miel, la melaza y las especias.
- Calentar la infusión 30-35 minutos.
- Llenar los vasos con el sbiten preparado y beberlo caliente.
Sbiten "Veliki Nóvgorod"
Ingredientes:
- 1 kilo de miel
- 4 litros de agua
- 20 gramos de lúpulo
- Canela al gusto
- Disolver la miel en el agua caliente, añadir el lúpulo y las especias.
- Calentar la infusión a fuego lento durante dos o tres horas.
- Colar y refrescar la bebida.
- Servirla fría con hielo.