La historia a veces es difusa. Cuanto más atrás retrocedemos aparece como una neblina que difumina las figuras, las fechas, los personajes, los utensilios etc. Por lo que es casi imposible de determinar cuando se tomó la “primera caña en Iberia”, es decir cuando los pueblos neolíticos descubrieron la fermentación de cereales.
Fue entonces cuando muy probablemente descubrieron que el nuevo brebaje les infería fuerza, valentía, alegría y quizás les transportasen a estados nuevos para ellos, estados donde sus Dioses les hablaban y les explicaban el mundo.
Antes de que Roma pisase la península ibérica, antes de que los griegos y los fenicios expandieran la vid y el vino por el Mediterráneo. Las bebidas procedentes de cereales fermentados es decir las antiguas cervezas ya acompañaban a los pueblos neolíticos, ya fuese para celebrar victorias o para honrar a los muertos.
El líquido hace ya tiempo que se bebió, pero sus sedimentos que quedaron depositados en tinajas nos presentan una historia apasionante.
En 1999 se descubrieron en Begues un pueblo del Baix Llobregat, cerca de Barcelona, un hallazgo sorprendente: los restos de fermentación de cerveza más antiguos de Europa con una antigüedad estimada de 6400 años.
Estos restos se encontraron entre otros, en una jarra que fue hallada junto a uno de varios cuerpos inhumados. Esta podría ser una práctica usual. La mayoría de jarras con restos de fermentación de cerveza se han encontrado en depósitos funerarios.
Es el caso de la cerveza de Soria del final del Neolítico, principios de la edad del cobre. Seguramente era bastante habitual que se enterrara a la gente con cerveza y que se la hubieran bebido la mayoría de los asistentes al velatorio. Los restos de comida encontrados junto al cadáver también debían formar parte del ritual, comida que se compartieron los vivos y el muerto. Es el último almuerzo o cena y se le da al muerto para que pueda ir a la nueva vida provisto. También se encontraron piezas de molino con restos de malta y además en el exterior de la cueva se encontraron silos para cebada, lo que indica que en la cueva no solo se bebió cerveza, sino que también se fabricó.
Por la mano de molino y el yunque de molino hallados, se sabe que esta cebada malteada se ha tostado y se ha molido: ya tenemos la base para hacer cerveza. Finalmente, con el hallazgo de la jarra confirma que este jugo de cebada ha fermentado y se ha convertido en cerveza hace, por lo menos, 6400 años.
Molino neolítico de Vaivén |
Otra de las cervezas más antiguas de Europa, elaborada a base de trigo, se consumía en Soria hace 4.400 años, según ha descubierto un grupo de investigadores que descubrieron restos de la bebida en vasijas campaniformes y de la Edad de Cobre.
Desde principios del siglo XX, algunos autores propusieron que los vasos campaniformes sólo podían explicarse como lujosos contenedores de una bebida muy especial consumida en ocasiones muy señaladas.
Con el descubrimiento del valle de Ambrona se confirma que ya hace 4.400 años nuestros antepasados elaboraban cerveza y la consumían para celebrar la vida y para acompañar a sus seres queridos en su último viaje.
En cualquier caso, la cerveza debió de ser una bebida muy popular entre los pueblos iberos y preiberos, como confirman más de 20 yacimientos repartidos por varias provincias, desde Toledo a Tarragona o Teruel. “El vino, en cambio, no llegó a la península hasta el siglo VIII antes de Cristo”.
La reconstrucción ha permitido descifrar las características de las cervezas neolíticas: se elaboraban con cebada (o trigo) y, por regla general, tenían mucha espuma, poco gas y alta graduación alcohólica (entre 8º y 10º, aunque no se consumían diluidas) y a menudo se consumían con miel. Eran mas turbias y espesas de lo que imaginamos, evidentemente no utilizaban lúpulo sino Artemisa u otras hierbas locales que encontraban a mano.
Mapa de Iberia |
La caelia, según Plinio, tenía abundante espuma que se consideraba muy nutritiva para la piel de las mujeres, y es este mismo autor quien nos deja información valiosa acerca de la elaboración de estas precursoras de la cerveza. Afirma que los pueblos celtíberos se emborrachaban macerando cereales con un procedimiento que daba lugar a bebidas distintas pero de origen semejante que soportaban el envejecimiento. En este aspecto, Plinio equipara a Hispania con la Galia, donde también existían distintos tipos de cerveza.
Orosio, aunque no fue contemporáneo de los pueblos celtíberos, nos cuenta también acerca de la fabricación y uso de la caelia por parte de los numantinos: la espiga de trigo humedecida se ponía a calentar para extraer el jugo que posteriormente se mezclaba con harina. El fermento le daba un sabor áspero y un “calor embriagador”. Fue tras beber esta caelia cuando los numantinos se lanzaron a la lucha con ferocidad, como cuenta el propio Orosio:
Dejando bastante claro que al igual que otras culturas indoeuropeas de centro Europa y el norte del continente, los celtas de la iberia indoeuropea usaban la caelia como vehículo ritual para encontrar un valor sobrenatural que les hiciera luchar hasta la muerte contra un enemigo muy superior. Algo similar a los hongos que utilizaban años mas tarde los famosos berserk vikingos.
Con el Zythos de los pueblos del norte peninsular hay bastante debate y controversia.
Zythos (cerveza en griego -ζῦθος- y éste del egipcio) Era la bebida alcohólica habitual de los celtíberos antes de la llegada del Imperio romano y la consecuente conquista de Hispania. Esta bebida se realizaba por fermentación alcohólica de cereales, lo que la convertía en una especie de proto-cerveza. Algunos autores dudan que esta bebida proviniese de la cerveza y que fuese más una fermentación de frutas, dando lugar a la sidra actual, propia de los astures.
El geógrafo e historiador griego Estrabón del siglo I a.C., menciona el uso de una bebida denominada zythos (zytho etiam utuntur, vini parum habent) . Esta cita tan ambigua ha dado lugar a discusiones entre los expertos, ya que algunos autores posteriores han interpretado que podría ser la sidra de las tribus montañesas asentadas en el norte de la península ibérica. Su nombre podría haber degenerado desde zythos a cicera. Alegando que antes de los romanos en la zona del norte de España no había una producción de cereales tan abundante como para elaborar este tipo de bebidas.
Está extendida la creencia de que el texto es referido a los astures y su actual bebida regional, la sidra, pero como se puede ver en el texto de Estrabon se extiende estas costumbres a todos los territorios del norte peninsular desde los galaicos “hasta” los vascones (excluidos estos ya que la preposición griega que utiliza Estrabon originalmente significa “hasta el límite de” y coincide con la distribución geográfica de la época donde los mismos tocaban escasamente la costa cantábrica).
Sin embargo, más al norte de Soria, en las regiones cantábricas a las que se refería el texto, en Asturias concretamente, las investigaciones arqueológicas muestran la escasa presencia de cereales, cosa que por otra parte la climatología de la región también corrobora, por lo que otorgan más peso a la sidra como bebida a la que se refiere el término.
El hecho es que ya fuese con Caelia, o con cerea o con Zythos ya se brindaba con cerveza por estas tierras hace muchos, muchos años y mirando a los ojos a su compañero, le dijo…..
Salud y birras.