La Chicha
¡Patriotas el mate de chicha llenad
Y alegres brindemos por la libertad
Y alegres brindemos por la libertad! (bis)
I
Cubran nuestras mesas el chupe y quesillo,
Y el ají amarillo, el celeste ají
Y a nuestras cabezas la chicha se vuele
la que hacerse suele de maíz o maní,
la que hacerse suele de maíz o maní. (bis)
II
Esta es más sabrosa, que el vino y la sidra
que nos trajo la hidra, para envenenar.
Es muy espumosa y yo la prefiero
a cuanto el ibero pudo codiciar,
a cuanto el ibero pudo codiciar. (bis)
III
El inca la usaba en su regia mesa
Con que ahora no empieza que es inmemorial.
Bien puede el que acaba, pedir se renueve
el poto en que bebe o su caporal,
el poto en que bebe o su caporal. (bis)
IV
El seviche venga, la guatia enseguida
que también convida y excita a beber.
Todo indio sostenga, con el poto en mano
Que a todo tirano ha de aborrecer,
Que a todo tirano ha de aborrecer. (bis)
V
licor sobrehumano, mitiga mi sed.
Oh néctar sabroso del color del oro,
del indio tesoro ¡patriotas bebed!,
del indio tesoro ¡patriotas bebed! (bis)
VI
Sobre la jalea del ají untada
con mano enlazada el poto apurad.
Y este brindis sea el signo que damos
a los que engendramos en la libertad,
a los que engendramos en la libertad. (bis)
VII
Al cáliz amargo de tantos disgustos
sucedan los gustos, suceda el placer.
De nuestro letargo a una despertemos,
y también logramos, libres por fin ser.
y también logramos, libres por fin ser. (bis)
VIII
Gloria eterna demos al héroe divino
Que nuestro destino cambiado ha, por fin.
Su nombre grabemos en el tronco bruto
del árbol que el fruto debe a San Martín,
del árbol que el fruto debe a San Martín. (bis)
Juan José Vega nos dice: "La Chicha se estrenó en las festividades y jolgorios que se organizaron en Lima en los días previos a la proclamación de la Independencia (...). Se trata de una melodía fácil y aun ingenua; con su texto popular pegó sobre todo entre las masas de negros, mulatos, zambos y trigueños que en ese entonces abundaban en Lima.
“La Chicha” era una canzonetta popolare y se convirtió en la canción de la esperanza en los primeros meses de 1821. Cuando finalmente la corte del nuevo Virrey La Serna tuvo que abandonar la ciudad (6 jul 1821), y se produjo el ingreso del ejército patriota, “La Chicha” fue tocada entre tambores y cornetas por las bandas militares, cual marcha nacional. Y no hay duda en decirlo, fue su sagrada letra la que entre algarabías se entonó en el pueblo a falta de un “Himno Nacional” aquel 28 de julio de 1821, que todavía faltaba mes y medio para el parto musical de aquel hijo de la libertad cuyo nombre iniciaría con el “Somos libres…”.
Al iniciarse 1821, la prensa realista ya no podía ocultar el éxito de la campaña patriota sanmartiniana: la captura del buque español “Esmeralda”, el paso del batallón realista “Numancia” al bando patriota y sobre todo, la temeraria proclamación de las independencias de Trujillo (29 dic. 1820) y Piura (4 ene. 1821) así lo evidenciaban. En ese sentido, enero fue un mes especial. El Virrey Pezuela terminó siendo destituido de su cargo por su Estado Mayor en el denominado Motín de Aznapuquio (29 ene 1821) y aunque San Martín no llegaría a Lima hasta julio de ese año, un rumor entonado comenzó a inundar la capital: “LA CHICHA”. No se escuchaba en las casas señoriales de la Ciudad de los Reyes pero si se bailaba y cantaba a viva voz en callejones y galpones. Y algo destacable además, cuando el temor todavía cundía entre aquellos criollos que apoyaban la independencia ya la plebe, fueran indios, esclavos, mestizos y cholos celebraban aquella canción creada nada más y nada menos que por dos viejos conocidos: Bernardo Alcedo y José de la Torre Ugarte. Y aunque aquella composición les valió ser perseguidos por los realistas su patriotismo quedó sin temor al descubierto para la historia.
El 28 de julio de 1821, día de la Proclama de la Independencia; no fue la celebración de una victoria militar, ni la rendición del virreinato; para la aristocracia limeña fue una fiesta más de jolgorio, celebrada en el Cabildo, la que fue superada por el baile de gala que ofreció don José de San Martín la noche del día siguiente en Palacio de Gobierno, según La Gaceta publicada el 1 de agosto de 1821.
Sobre el tema Basilio Hall, –marino británico– escribió: "Por la noche, San Martín dio un baile en Palacio, de cuya alegría participó él mismo cordialmente; bailó y conversó con todos los que se hallaban en el salón, con tanta soltura y amabilidad, que de todos los asistentes, él parecía ser la persona menos embargada por cuidados y deberes".
Diversos autores consideran que fue el éxito de esta canción la que predispuso al Generalísimo San Martín a inclinarse por la composición que Alcedo y Torre Ugarte presentaron en el concurso de selección del Himno Nacional del Perú. Cabe indicar sin embargo, que esa predisposición quedó relegada ante la perfección de su letra y música, al punto que el Libertador hubo de decir: “Sin disputa, este es el Himno Nacional del Perú”.
Y aunque oficialmente hubo Himno Nacional del Perú desde el 23 de septiembre de 1821, fue aquella canción popular, “La Chicha”, al son de marcha militar, una de las que más se entonó en aquellos tiempos de independencia, cuando los grandes mariscales y los pueblos americanos combatieron por la libertad de los peruanos.